martes, 10 de diciembre de 2013

2.5- Camino al Valle de Sapa.

Jueves, 4 de Octubre 2012. 05:49 horas. 
Lao Cai, valle de Sapa. Vietnam.

Suena el despertador en el compartimento del tren. Hay tres literas en cada lado y son un poco estrechas. Las literas vietnamitas no fueron pensadas para las dimensiones del turista occidental. Los mochilones son difíciles de colocar en lo alto del coche-cama.

En la litera del coche-cama saliendo en tren de Hanoi a Lao Cai. Luego en furgoneta hasta Sapa.
Vietnam.


Ya queda poco para llegar a Lao Cai, la cama es dura, duermo a ratos, pero bien. Hay mejores trenes, todo dependiendo del dinero que quieras gastarte. Me decido por una litera de precio medio. El tren es nocturno, salimos de noche de Hanoi y llegamos de mañana a Lao Cai.
Desde Lao Cai se tarda una hora y cuarto en furgoneta hasta Sapa por pistas de montaña. Los paisajes son muy parecidos a los que encontraríamos en el desfiladero de la Hermida en los Picos de Europa, pero aquí son en constante subida.


Arrozales ya recolectados en el valle de Sapa, Vietnam. Foto del autor.

La mañana esta cubierta de niebla y llueve a ratos. Los que controlan las furgonetas y minibuses que suben desde Lao Cai a Sapa tienen pinta de mafiosetes. Es lo que tiene cualquier ciudad fronteriza y más cuando el país vecino es con quien has mantenido guerras desde hace un par de milenios, China.

- VALLE DE SAPA.

¡¡¡Ya estamos en Sapa!!! Esta ciudad se encuentra en las laderas orientales de los montes Hoang Lien o Alpes Tonkineses, rodeados por bancales de arroz y una frondosa vegetación.
Los jesuitas fueron los primeros occidentales en descubrir este lugar en una época tan reciente como ¡¡¡1918!!! hasta entonces ningún blanco, que se sepa, había pisado estos valles escondidos.
Fueron estos religiosos franceses quienes dieron a conocer en Hanoi y en su metrópoli, París, los maravillosos paisajes y el agradable clima de esta zona montañosa vietnamita.
En 1922, Sapa fue trasformada en una estación de montaña donde los colonos franceses levantaron villas, hoteles y pistas de tenis, convirtiendo el lugar en un refugio estival para la élite francesa que ocupaba Indochina.

Sapa entre la niebla de los Alpes Tonkineses parece flotar.
Un lugar precioso y con mucho encanto. Vietnam.
Foto del autor.



La ciudad tiene unos 30.000 habitantes. Es como estar en un pueblo de montaña de cualquier país del mundo, salvo por las mujeres de las diferentes etnias, Hmong Negras principalmente, que están por todos lados y los carteles de los comercios escritos en vietnamita y francés.

El autor con la guía de la etnia Hmong Negra que nos mostrará las maravillas
del valle de Sapa. Vietnam.




El autor en Sapa con las Hmong Negras, es su territorio ellas mandan. Vietnam.

Hoy el día amaneció completamente cubierto y amenazando lluvia. Doy una vuelta por el pueblo y disfruto del ambiente del mercado, allí los habitantes del valle venden y compran todo lo imaginable.

Mercado de Sapa. Vietnam. Foto del autor.




Mercado de Sapa. Vietnam. Foto del autor.

No dudo en imitar a las autóctonas y comprar un pequeño paraguas. Sera mucho mas efectivo que los ponchos de plástico que llevan todos los turistas. Al sureste de la ciudad se encuentra Ham Rong o monte de la Garra de Dragón. Una suave pendiente conduce a través de rocas y grutas hacía la cima, no fui porqué solo tengo pensado hacer una noche en Sapa y quiero que sea en una cabaña Hmong.


Calle principal de Sapa. Vietnam. Foto del autor.
Hmong Negras en las calles de Sapa. Vietnam. Foto del autor.

Me dirijo directamente a comprobar precios en varias agencias de viaje. En la calle principal del pueblo hay docenas de ellas. Quiero pasar una noche en una de las aldeas de las Hmong y hacer alguna de las rutas por esas laderas salpicadas de campos de arroz (ahora recogidos), bosques de bambú y arroyos salvajes. El lugar es espectacular.


El autor en la pintoresca y montañosa Sapa. Vietnam. 


- EN MARCHA HACIA EL VALLE.

A las 10:30 salimos andando de Sapa con un grupo de mujeres Hmong que me han adoptado. Una de ellas es la guía que he contratado en una agencia de las muchas que hay en Sapa, no olvidéis mirar en varias y comparar precios. Me voy a alojar en el fondo del valle en casa de la guía, ella nos llevara durante día y medio a conocer el valle en un par de excursiones a pie.
Las demás mujeres son conocidas de nuestra guía y se apuntan al paseo. Es muy difícil adivinar la edad de estas mujeres que rebosan energía. No dejan de sonréir y nos venden todo lo que llevan encima. A mi me adopta una que lleva a la espalda una especie de cuévano vietnamita (cesta típica de Cantabria que servía para transportar a la espalda, hierba, quesos, maderos y se adaptaba para llevar bebés entre mantas). El de nuestra guía está hecho con una manta donde lleva a su hijo de escasos meses.

Bajando con nuestras guía por los caminos de tierra hacia el fondo del valle de Sapa.
Este es el inicio, con el paso de los kilómetros se hará mas estrecho y virado.
Vietnam.




Bajando con nuestras guías Hmong hacia el fondo del valle de Sapa. Vietnam. Foto del autor,




El autor con el hijo de la Hmong que me adoptó en la caminata,
 Sapa. Vietnam.


Es un bebe precioso y regordete como veis en la foto, no deja de jugar con mis dedos. Y al que, lógicamente, le extraña y le hace gracia mi "pedazo" de nariz. Las Hmong no dejan de ayudar a los turistas por estos resbaladizos senderos para que no se caigan, estos caminos de tierra rojiza están llenos de baches y barro y los atravesamos colina arriba, colina abajo.

El autor ante el río Rojo a su paso por el valle de Sapa. Vietnam.




El río Rojo atravesando el valle de Sapa. Los campos de arroz en esta época del año
está recogido. Sapa. Vietnam. Foto del autor.


Río Rojo en el valle de Sapa. Vietnam. Foto del autor.

Mientras descendemos por los empinados y embarrados caminos de tierra, el paisaje de terrazas de arroz que surgen alrededor del Río Rojo se abre ante nosotros. Estamos en la época del año en que el arroz ya está recogido, por eso el paisaje es menos espectacular.


Terrazas con el arroz recogido a orillas del río Rojo. Sapa. Vietnam. Foto del autor.

Llegando al fondo del valle de Sapa. Ya tenemos cerca el río
Rojo. Vietnam.




El autor sobre el  puente de hierro, mas bien pasarela grande, sobre el río Rojo. A la izquierda,
la fonda donde comeremos. Sapa. Vietnam.




Restaurante de la aldea Hmong sobre el río Rojo. Sapa. Vietnam.
Foto del autor.
La fonda donde comemos tiene mucho ambiente a la hora de comer entre las Hmong
y los turistas que llenamos el local. Sapa. Vietnam. Foto del autor.


A las 13:30 hemos llegado ya al fondo del valle. Cruzamos un pequeño puente de gruesos cables de acero que, suspendido sobre el impetuoso río Rojo, nos lleva a la otra orilla. Allí se ven chozas, muchas de ellas con paredes de tablas de madera y techos de uralita.
Comemos en una especie de fonda, su terraza se abre al acantilado sobre el río. Tiene mesas y bancos corridos de madera. Parece más un mercado de las diferentes etnias de la zona que un lugar para comer. Medio centenar de mujeres vestidas a la madera tradicional de cada tribu no dejan de intentar venderte cosas: bolsos de lana, bisutería, pañuelos y comida.



Aquí se despiden nuestros ángeles de la guarda Hmong, salvo nuestra guía que aún debe llevarnos a su casa. A nuestras "adoptadoras" las compro unas pulseras de tela de colores y una pulsera de alpaca. Unos 11 euros (300.000 dongs) para ella la ganancia de una semana, se fueron encantadas.


Nuestros ángeles de la guarda Hmong del valle de Sapa. Vietnam. Foto del autor.

- EN LA ALDEA DE VAN TAN.

Son las 16:05 en la aldea de Van Tan, la caminata duró 40 minutos desde donde comimos a la casa en donde pasaremos la noche. No ha llovido mucho, pero la humedad impregna cada poro del cuerpo. En una aldea por donde pasamos, encontramos un pequeño taller de artesanía en piedra, una maravilla. Compré una pequeña cajita tipo joyero.

Joyeros hechos en piedra, en ningún otro lugar he visto algo así.
Valle de Sapa. Vietnam. Foto del autor.




Aldea de Van Tam, valle de Sapa. Vietnam. Foto del autor.

La aldea de montaña de Van Tan es un sitio idílico rodeado de esa bruma que hace imposible que no te sientas en un lugar mágico. Aquí, más que en ningún otro lugar del país, te rodea ese halo del Vietnam misterioso y de leyenda que tantas veces hemos leído en libros de viaje, visto en películas y soñado cuando se piensa en el lejano oriente.


Aldea de Van Tan, Sapa. Vietnam.
Foto del autor.

La casa donde nos quedamos es de la familia política de nuestra guía. Cuando las Hmong se casan se trasladan a vivir al hogar de la familia del marido. No somos los únicos turistas de la casa, también hay tres chicas, dos canadienses y una holandesa. Cenamos todos juntos comida casera cocinada por la suegra de nuestra guía, buenísima y ya es mucho decir, ya que la gastronomía vietnamita no es la más sabrosa del mundo.


Cuando hay hambre usas los palillos como si hubieras nacido con ellos. Van Tam, Sapa. Vietnam



Comida típica Hmong, montañas de Sapa. Vietnam. Foto del autor.

Mañana tenemos caminata por los arrozales del valle, pasaremos por bosques de bambú y llegaremos a los pastos altos donde pastan los búfalos de agua. 


El autor en la aldea de Van Tam, valle de Sapa. Vietnam.

Nos vamos a la cama, antes debemos dejar las botas en el porche de la casa. Nuestro dormitorio, por llamarlo así, está en el piso alto de la casa. No tiene paredes tan solo la que nos separa del exterior y el techo a dos aguas que nos cubre. El resto da al interior. Si te asomas a la barandilla que está a escasos centímetros del colchón, observamos en la planta inferior de la casa, el salón, donde la familia hace su vida.


Vista desde nuestra habitación. El salón ocupa el centro de la casa familiar. Aldea de Van Tan.
Sapa. Vietnam. Foto del autor.

Detalle del salón de la casa donde nos alojamos. Los Hmong están muy orgullosos de
los diplomas escolares de sus hijos, por eso los cuelgan en lugares principales de 
la casa. Al otro lado de la pared se encuentra la estancia donde cocinan, un hogar de leña
en medio del suelo apisonado de tierra. Como lo hacían hace siglos nuestros antepasados.
Valle de Sapa. Foto del autor.


En la estancia contigua al salón, separada por una pared esta la cocina, donde solo cocinan las mujeres. Los hombres son nulos en las tareas domésticas. Aunque parece que no haya llegado hasta aquí la emancipación femenina, son ellas las que controlan la economía familiar y son las que deciden en los asuntos de casamientos dentro de la familia. Me recuerda mucho a la tradición matriarcal de los antiguos cántabros.
Unos colchones finos sobre el suelo, mantas gordas de llamativos colores, mosquiteras blancas que cubren toda la cama y cuelgan del techo...un lugar de película, dulces sueños Sapa.


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