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martes, 19 de febrero de 2019

12.15- BALI (y IV). KUTA Y SU PLAYA BAJO LA LLUVIA.

30 de septiembre de 2016. Viernes.
Ubud. Isla de Bali. Indonesia.




Hoy ha amanecido lloviendo en el corazón de Bali, Ubud se despierta con sus calles mojadas y nubes oscuras sobre el horizonte, es una situación curiosa tras días de sol y calor pegajoso. La lluvia aquí no trae frío, más bien alivio ante el sofocante calor que reina en esta tierra. Mientras hago tiempo hasta que me recoja el vehículo que me llevará a la playa de Kuta desayuno en uno de los locales con encanto que abundan en la avenida principal de Ubud, la Raya Pengosekan.


El último desayuno en Le Moulin en una de las
calles principales de Ubud, la Raya Pengosekan.
Isla de Bali. Foto del autor.


Los locales comerciales de la calle Raya Pengosekan tienen mucho encanto. Restaurantes de
diferentes nacionalidades, cafés, agencias de viajes, pastelerías, heladerías. Un adiós con
sabor a Ubud. Isla de Bali. Foto del autor.

Docenas de jóvenes (y no tan jóvenes) con mochilas, van y vienen, jubilados con maletas o troleys bajando de taxis, matrimonios con niños y bebés buscando un sitio donde desayunar; viajeros de los 5 continentes. Todo el variopinto abanico de viajeros y turistas se dan cita en este lugar de Asia, y todos (o al menos la inmensa mayoría) salen encantados.

Cojo una furgoneta-taxi que me llevará hasta Kuta, solo son unos 40 kilómetros, pero por las carreteras atestadas de la isla esto nos llevará una hora y media aproximadamente.



-LLEGO A KUTA. LA PLAYA MÁS FAMOSA DEL MUNDO BAJO LA LLUVIA.

Me alojo en un pequeño hotel en la zona próxima al aeropuerto internacional de Bali Ngurah Rai (1 km) y más próximo aún a la inmensa playa de Kuta (400 metros).


Entrada al hotel The Kutaya en la calle Satelit Nº 5. Un pequeño santuario en la entrada,
como en todos los negocios y viviendas en Bali, nos da la bienvenida.
Playa de Kuta. Isla de Bali. Foto del autor.


El hotelito The Kutaya es muy cómodo y tranquilo, con su templo, su piscina y una habitación amplia, limpia, con aire acondicionado y baño. El precio ronda entre 15 y 20 euros la noche. Muy recomendable para disfrutar de la playa más conocida de Bali antes de coger el vuelo para la última etapa de mi Escapada.


Mi habitación en el hotel The Kutaya. Playa de Kuta. Isla de Bali. Indonesia.
Foto del autor.





Vista del templo en el interior del
hotel desde la habitación.
Playa de Kuta. Isla de Bali.
Foto del autor.
Piscina del hotel The Kutaya.
Playa de Kuta. Isla de Bali.
Indonesia. Foto del autor.
























Tras dejar mis cosas en la habitación, me dirijo a la playa, las nubes negras amenazan a cada minuto con descargar, voy a ver si hay suerte, y llueve. Sería estupendo una estampa de la playa de Kuta bajo la lluvia. 
Quien me iba a decir a mi, que me hartaría de lluvia en unas pocas horas.


Paseando por la playa de Kuta, a esta zona suelen venir los habitantes que trabajan y tienen
pequeños negocios en las cercanías. Playa de Kuta. Isla de Bali.
Indonesia. Foto del autor.



La idílica playa de Kuta bajo las nubes de tormenta. Isla de Bali. Foto del autor.



Esta imagen de Kuta bajo las nubes que amenazan lluvia es esclarecedora, no hay sol no hay
turistas. Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.


El viento sopla, como desde el principio de los tiempos, las copas de las palmeras
se agitan, el aire esta cargado de humedad. Pronto descargará el temporal.
Voy a seguir caminando. No sería la primera vez que cojo una mojadura, tiene
su encanto. Playa de Kuta. Isla de Bali. Foto del autor.


Que diferente resulta ver esta misma playa de Kuta bajo el sol a como ahora lo hago, con nubes de lluvia ocultando el cielo azul.


De vez en cuando aparece el sol entre las nubes. La gente aprovecha para pasear
y disfrutar de la playa. Kuta. Isla de Bali. Foto del autor.



Entre macro-hotel y macro-hotel nos encontramos con este pequeño templo. Playa de Kuta.
Isla de Bali. Foto del autor.


Balinale, la "Berlinale" de Kuta, el festival de cine que en ese año 2016 cumplía la 10ª edición.
Isla de Bali. Foto del autor.




Café con encanto en un local muy conocido en
la playa de Kuta. Ya empieza a llover.
Isla de Bali. Foto del autor.




- Y LLEGA LA LLUVIA A KUTA.

Y como se veía venir, empieza a llover con fuerza, aquí en Asia las lluvias son torrenciales y pueden durar unos minutos, o como en esta ocasión que dura casi una hora.



Tras la borrasca, la vida vuelve a Kuta, los balineses están muy acostumbrados a estas
lluvias torrenciales. Isla de Bali. Foto del autor.


Un gran error por mi parte no haber traído unas chanclas viendo las nubes de lluvia.
Playa de Kuta. Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.



No es Venecia, son las calles
de Kuta. Isla de Bali.
Foto del autor.
Las calles son auténticos ríos tras la
tromba de agua. Playa de Kuta.
Isla de Bali. Foto del autor.
Gato balinés  pasado por agua en la puerta del templo de mi hotel.
Playa de Kuta. Isla de Bali. Foto del autor.





El templo en el interior del hotel donde me alojo también ha sufrido la inundación.
Aquí es algo normal, los trabajadores tienen siempre preparados los aperos para evacuar
el agua que puede llegar en cualquier momento. Playa de Kuta. Isla de Bali.
Indonesia. Foto del autor.



Es mucho más cómodo caminar así, se nota menos la humedad que con calcetines y playeras.
Playa de Kuta. Isla de Bali. Foto del autor.



Sigo caminando por la kilométrica playa de Kuta entre nubes y paseantes, muchos de ellos
paraguas en mano. Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.
El autor dispuesto a ver anochecer en la playa de Kuta junto a barcas balinesas, las
tradicionales libélulas. Isla de Bali. Indonesia.
Atardece en la playa de Kuta. Isla de Bali. Foto del autor.


Tras la tormenta, siempre vuelve la calma, en el caso del sudeste-asiático a veces la tormenta solo dura unos minutos. Tras acercarme a mi hotel para cambiarme la ropa y darme una ducha, continuo caminando por el paseo marítimo de Kuta, poco a poco va anocheciendo pero la temperatura es tan agradable que no planteo volverme al hotel tan pronto. Me detengo en un lugar de la playa donde hay varadas varias barcas tradicionales balinesas jukung (libélulas) y disfruto del anochecer en uno de los lugares más turísticos del mundo.




Parece un cuadro al óleo, no, es la playa de Kuta en pleno atardecer. Isla de Bali.
Indonesia. Foto del autor.



Anochece en la playa de Kuta. Isla de Bali. Foto del autor.
La última noche en la isla de Bali, me despido desde el pequeño templo de mi hotel.
Estos rincones con encanto transmiten paz y serenidad y los que trabajan y habitan
cerca de ellos los cuidan con mimo. Es algo que me gusta mucho de Asia.
Isla de Bali. Foto del autor.


Hoy es la última noche que paso en la isla de Bali. Como ya deje escrito en artículos anteriores, me parece uno de los destinos para viajeros y turistas más espectacular que hay en el mundo. Espero que con estos posts mostrándoos una pequeña parte de las maravillas que alberga este lugar os anime a daros una Escapada para perderos entre sus templos, sus cascadas, sus pueblos con encanto, sus volcanes, sus playas y disfrutéis tanto como lo he hecho yo.
 Ya es noche cerrada y vuelvo andando a mi hotel, mañana cogeré el anteúltimo avión antes de mi regreso a España. El final de mi Escapada la narraré desde una de las ciudades más fascinantes del mundo, Singapur, uno de los países con mayor nivel económico y de calidad de vida del mundo.



- PRÓXIMO POST: 12.16- SINGAPUR (I). MARINA BAY Y JARDÍN BOTÁNICO.

miércoles, 24 de octubre de 2018

12.11- BALI (I). KUTA LA PLAYA MÁS TURÍSTICA DEL SURESTE ASIÁTICO.

27 de septiembre de 2016. Martes.
Yogyakarta. Isla de Java. Indonesia.



Un día precioso me saluda cuando despierto en el hotel de Yogyakarta, aunque se nublara con el paso de la mañana. Hoy tengo un par de horas antes de dirigirme al aeropuerto de la pequeña y coqueta capital de Java Central. Aprovecho para disfrutar del jardín del hotel Puri Pangeran, en él se sirve el desayuno. Me despido de este establecimiento donde me han tratado genial, su personal es muy amable, siempre sonrientes y dispuestos a ayudar. Muy recomendable si os dejáis caer por esta isla.


Una flor de agua en el jardín
del Puri Pangeran se cierra
cuando se hace de noche.
Yogyakarta. Isla de Java.
Indonesia. Foto del autor.
La misma flor se abre a los primeros
rayos de sol de la mañana.
La naturaleza es sabia.
Yogyakarta. Isla de Java.
Indonesia. Foto del autor.


























El jardín del hotel Puri Pangeran, un oasis de relajación y paz en Yogyakarta.
Isla de Java. Indonesia. Foto del autor.


Arroz, café, fruta y tostada con mermelada y mantequilla.
EL desayuno de los campeones antes de volar a Bali.
Yogyakarta. Isla de Java. Indonesia. Foto del autor.


Nos ponemos en marcha hacía el aeropuerto de Yogyakarta. Lo tenemos a unos 10 kms, con el tráfico
de la pequeña capital de Java Central tardaremos una media hora.
Isla de Java. Indonesia. Foto del autor.

Pido un taxi y recorro por última vez las calles de Yogyakarta, una ciudad en la que aún se disfruta, sin prisas, del tranquilo transcurrir del tiempo. Hasta aquí aún no ha llegado el estrés del día a día de las grandes metrópolis asiáticas. La naturaleza que la rodea, sus joyas arquitectónicas e históricas, sus habitantes y su tranquilo modo de vida hacen de Yogya un lugar delicioso. 


El tráfico en Yogyakarta como en todo el sureste asiático, es todo un espectáculo.
Yogyakarta. Isla de Java. Indonesia. Foto del autor.


El pequeño aeropuerto de Yogyakarta se encuentra a las afueras de la ciudad y enlaza diferentes puntos de Indonesia, como Yakarta su capital, Lombok y el destino más utilizado por los viajeros que salen desde Java Central, el Ngurah Rai de la isla de Bali.


Esta lampara en el aeropuerto de Yogyakarta me llama la atención.
Es la que podríamos encontrar en la mayor parte de salones
y casas de medio mundo. Isla de Java. Indonesia.
Foto del autor.
Rumbo a mi próximo destino, la mítica isla de Bali. Cojo mi Pegaso alado, como casi siempre
que me he movido en esta Escapada, Air Asia es la compañía de bajo coste con mejor calidad-precio
que he probado. Y además con una puntualidad excelente. Muy recomendable si os escapáis
por esta maravillosa región del mundo. Yogyakarta. Isla de Java. Indonesia. Foto del autor.



- LLEGAMOS A BALI. UN POCO DE HISTORIA.

Como os podéis imaginar, no soy el primer turista que llega a la isla de Bali y a sus conocidas playas occidentales. Ya en el 3.000 a.C. se cree que empezaron a poblarse estos arenales. Sus primeros pobladores debían de estar tan a gusto con su entorno natural, que se tomaron con calma el cambio de hábitos de vida, ya que no empezó a desarrollarse una sociedad organizada alrededor del cultivo del arroz hasta el S. IX d.C.


El autor en los evocadores campos de arroz del centro de Bali, cerca de Ubud.
Indonesia.


El hinduismo impulsó el desarrollo cultural en la isla, particularmente con la llegada, expulsados por el islam, de los reyes y cortesanos del asediado reino hinduista de Majapahit desde la vecina isla de Java. Precisamente, ese territorio recién conquistado por mercaderes y piratas seguidores de Mahoma en el S. XV, es Java Central, territorio que he descrito en mis dos anteriores artículos.
Este éxodo culminó en el año 1478 y fue el sacerdote Nirartha quién trajo a la isla muchas de las complejidades del hinduismo balinés.


El autor frente a uno de los altares que representa el panteón de dioses hinduistas balineses.
Templo de Pura Tirta Empul S. X-XII d.C. Isla de Bali. Indonesia.


En el S. XIX los holandeses empezaron a formalizar alianzas con los príncipes del norte de Bali. Una disputa sobre el saqueo de barcos naufragados fue el pretexto que usó Holanda para invadir el sur de la isla en 1906. Dicha lucha finalizó cuando la nobleza de Denpasar quemó sus palacios y vestidos con sus mejores galas, kris en mano (dagas doradas tradicionales) se lanzaron de forma suicida contra los cañones holandeses.
En 1930 empezaron a llegar los primeros turistas propiamente dichos, eran occidentales por supuesto. Pero la eclosión de este "maravilloso invento" que es el turismo comenzó en 1970, propiciando muchos cambios en la isla. Ayudó a mejorar las carreteras, las telecomunicaciones, la salud y la educación en toda Indonesia.


Es muy difícil resistirse a una auto-foto frente a este mar turquesa. Playa de Kuta.
Isla de Bali. Indonesia.


Sin embargo, aún a costa del turismo de masas que cada año desembarca en la isla, (4 millones) la singular cultura de Bali a sabido sobrevivir, gracias a una sorprendente resistencia a influencias extranjeras. El amor de los balineses por sus tradiciones nos permite disfrutar de todas las joyas arquitectónicas, naturales y etnográficas que espero poder mostraros en los próximos artículos. Una maravilla de Escapada, uno de los lugares más recomendables para perderos, consejo de este que suscribe.



- PRIMER CONTACTO CON BALI. PLAYA DE KUTA.

Kuta es, administrativamente hablando, un distrito del sur de Bali. Este antiguo y pequeño pueblo de pescadores se convirtió de la noche a la mañana, de la década de los 70 a la actualidad, en el principal destino turístico de Indonesia y uno de los más conocidos del mundo gracias a su inmensa playa de arena. Esta zona, gracias a su cercanía con el aeropuerto (el extremo sur de la playa de Kuta termina justo en la pista del aeropuerto) su amplia oferta de hoteles, restaurantes e instalaciones turísticas de precio económico, hace que muchos viajeros con presupuesto reducido elijan este lugar para pasar sus vacaciones.


Típica estampa de la playa de Kuta en Bali. Indonesia. Foto del autor.



Típica estampa de la playa de Kuta. Bali. Indonesia. Foto del autor.


Playa de Kuta. ¿Donde están los turistas? en las piscinas de sus hoteles, a escasos 100
metros de estas maravillosas playas. Bali. Indonesia. Foto del autor.
¿El paraíso del sureste asiático está en Bali? muchos piensan que sí. Yo opino que es uno
 de los lugares más cercanos al Paraíso que he tenido el placer de conocer.
Playa de Kuta. Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.


El extremo sur de la playa de Kuta termina en la propia pista del aeropuerto de Bali.
En el extremo izquierdo de la foto vemos como acaba de aterrizar un vuelo.
Indonesia. Foto del autor.



Durante kilómetros podemos andar con la playa de arena blanca de Kuta a la izquierda
y los complejos hoteleros y sus inmensas piscinas a la derecha. Estas últimas llenas
de turistas, la playa practicamente vacía. Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.

Al norte de la playa de Kuta se encuentra Legian, un lugar donde se arremolinan australianos de una manera que no se parece nada a la de cualquier localidad costera de la gran isla-continente. Y aún más al norte está Seminyak, zona ostentosa y cara con una playa tan ancha y blanca como la de Kuta pero con menos gente.

La Jl (calle) Legian es la calle-avenida-boulevar que recorre paralelamente la playa de Kuta, entre esta avenida y la playa nos encontramos con una maraña de callejuelas llenas de cientos de hotelitos, puestos de recuerdos, warungs/restaurantes indonesios, bares, solares en construcción, negocios de alquiler de coches y motos e incluso algún palmeral que otro que desafía el paisaje imperante.


Comienza mi paseo junta a la playa de Kuta desde el extremo sur. Un inmenso paseo de
kilómetros de longitud bordea el arenal. A la izquierda la playa, a la derecha los complejos
hoteleros con inmensas piscinas y hasta helipuertos. Isla de Bali. Indonesia.
Foto del autor.


Barcas de pesca balinesas sobre las turquesas aguas de la playa de Kuta.
Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.


Barcas balinesas frente a la playa de Kuta. Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.

Barcas balinesas en la playa de Kuta. Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.





- NOS VAMOS A UBUD. EL CORAZÓN DE LA ISLA DE BALI.

Tras pasar la tarde paseando por la playa de Kuta, me dirijo a mi hotel en Ubud, el Biyukukung Suites and Spa. Un auténtico paraíso en el corazón de Bali, y sin duda, el mejor hotel donde me he alojado a lo largo de mi vida recorriendo Asia y Europa. Sé que hay hoteles más caros, con más hectáreas de jardines, con grandes piscinas y lujosos salones con mármoles y lamparas inmensas. Pero todo ese fasto no puede superar el encanto de este lugar. Las imágenes hablan por si solas.


La entrada a mi alojamiento en
el Biyukukung, dos pisos. Arriba
la cama con dosel abajo el
recibidor y el inmenso baño.
Ubud. Isla de Bali.
Indonesia. Foto del autor.
Mi habitación en el hotel Biyukukung. La vista del campo de
arroz al amanecer es una maravilla. Ubud. Isla de Bali.
Indonesia. Foto del autor.























Voy a dedicar una parte del artículo para recomendaros este magnífico establecimiento hotelero. Está perfectamente integrado en el paisaje, tanto su jardín central, que está formado por terrazas donde los trabajadores del hotel cultivan el arroz que luego sirven en el propio hotel, como los pequeños adosados que imitan las cabañas de los antiguos poblados balineses o el canal de agua con peces vivos que pasa por delante de las villas donde nos alojamos. Una maravilla en el corazón de la isla más hermosa de Asia.



La vista del campo de arroz del hotel desde la cama de la habitación es un sueño
asiático hecho realidad. Ubud. Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.








Sobre el dosel de la cama se
alza el techo de la cabaña
hecho de bambú y cañas.
Ubud. Isla de Bali. Indonesia.
Foto del autor.
El pequeño arroyo de agua que recorre las entradas
de las villas del hotel está lleno de peces. Ubud.
Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.





Uno de los rincones del hotel Biyukukung. Cada esquina es una fotografía con encanto.
Ubud. Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.
Piscina entre las cabañas-suites del hotel Biyukukung en Ubud. Isla de Bali.
Indonesia. Foto del autor.
Vista desde la cafetería de la
piscina del campo de arroz y
de mi apartamento en el
hotel Biyukukung. Ubud.
Isla de Bali. Indonesia.
Foto del autor.
El hotel Biyukukung es un auténtico
paraíso en la isla de Bali.
Indonesia. Foto del autor.
























Me decidí por el interior de Bali para alojarme por varias razones: alejarme del bullicio del turismo de masas anglosajón de la playa de Kuta y conocer mejor el modo de vida de los auténticos balineses, sus templos, sus mercados, su cultura, sus maravillas naturales y sus costumbres ancestrales. 
Poco a poco a lo largo de varios artículos voy a intentar mostraros una parte de esta isla de Indonesia, que se diferencia del resto del país principalmente por la hospitalidad que ofrecen sus habitantes tanto al viajero independiente como al turista de masas más ortodoxo.
Tras terminar de recorrer el hotel, coloco mis cosas, me doy una ducha y me dispongo a cenar en Ubud. Ya ha caído la noche y mis pasos se encaminan a visitar uno de los templos gastronómicos de la isla. El restaurante Bebek Bengil (pato sucio en indonesio), desde 1990 ofrecen su especialidad, pato satay y pato ahumado (este hay que pedirlo el día antes). El plato principal es pato crujiente con patatas salteadas y ensalada o arroz blanco o amarillo al vapor (infusión de cúrcuma) y verduras de Indonesia.


El restaurante Bebek Bengil en Ubud, un delicioso lugar en mitad de un jardín que imita la
selva balinesa. Las mesas son pequeñas cabañas elevadas sobre el terreno hechas de
madera y con cojines para sentarse. Hay que dejar los zapatos fuera antes de subir.
Cultura balinesa en todos los sentidos. Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.
De primero calamares rebozados con harina con una salsa de especias balinesas.
Restaurante Bebek Bengil. Ubud. Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.
Nasi campur, pollo salteado con curry de carne de vacuno, verduras salteadas y arroz blanco.
Un clásico de la cocina balinesa. Restaurante Bebek Bengil. Ubud. Isla de Bali. Indonesia.
Foto del autor.
La mesa en madera noble se encuentra en una tarima que imita una cabaña balinesa, y a nuestro
alrededor un maravilloso jardín que imita la selva de la isla. Una delicia el Bebek Bengil en Ubud.
Isla de Bali. Indonesia. Foto del autor.



Ceno en uno de los restaurantes más característicos de la isla algunos de los platos más conocidos de la gastronomía balinesa. De primero; cumi goreng bumbu bali, calamar rebozado en harina con salsa de especias balinesas (aunque nada que ver con las rabas de Cantabria) y de segundo; pollo salteado con curry, verduras y arroz blanco (nasi campur). Delicioso. De postre una tarta casera de chocolate que no pude dejar pasar. 
Muy recomendable y los precios muy asequibles, desde los platos más baratos 50.000 rupias (3 euros), a los mas caros 130.000 rupias (7,80 euros). No podéis dejar de visitar este lugar, al menos para disfrutar de una cena con muchísimo encanto. Gracias a su cuidado jardín y la belleza de sus árboles sientes que estas en medio de la selva balinesa.
No dejéis de pasaros por aquí una noche si os alojáis en Ubud.

Mañana empezare a mostraros los encantos del centro de la isla. Ubud y sus maravillas se mostraran ante nosotros para demostrarnos que, naturaleza, costumbres ancestrales y turismo de masas pueden ser compatibles.


Buenas noches Bali.


PRÓXIMO POST: 12.12- BALI (II). TEMPLOS, CASCADAS Y CAMPOS DE ARROZ. UBUD, BIENVENIDOS AL BALI MÁS AUTÉNTICO.