lunes, 31 de marzo de 2014

3.6 - EN KOTOR, MONTENEGRO. Y 2º DÍA EN DUBROVNIK.

24 de septiembre, martes.
Dubrovnik. Croacia.

A las 8 de la mañana ya estoy camino del hotel donde voy a recoger mi coche de alquiler. Un Opel Corsa 5 puertas último modelo de color blanco. Más que suficiente para mí y mi mochila. En este primer contacto con las carreteras balcánicas me pongo en marcha camino a la bahía de Kotor en Montenegro.


Dubrovnik desde un mirador al sur, camino a Kotor. Foto del autor.

A las 12:00 de la mañana cruzo la frontera montenegrina (sin problemas, enseño el pasaporte español y sin abrirlo me dejan pasar) desayuno en una gasolinera un cafetito con croissant. Hay un supermercado al otro lado de la carretera, allí compro la comida que tomaré en Kotor para ahorrarme unos euros. Tanto los cafés como los productos del super lo pago en euros, no hay necesidad de cambiar moneda.

- EL SITIO DE CASTELNUOVO.

Paso al lado de la ciudad de Herzeg Novi, el pueblo donde se sitúa la fortaleza de Castelnuovo, donde en 1536 el Tercio Viejo de Nápoles al mando de Don Francisco de Sarmiento y sus 4.000 hombres, resistió con bravura el asedio de 50.000 otomanos y sus 200 barcos de guerra. El almirante otomano Hayreddin Barbarroja, ofreció una rendición honrosa a los españoles. Estos se negaron, aún sabiendo que no contaban con el apoyo de la Flota de la Liga Santa, flota que, años después, en 1571 y encabezada por el Reino de España venció a los turcos en Lepanto.


Desde el castillo de Castelnuovo. Al fondo fiordo de Kotor.
Datos del asedio.



Nuestros antepasados sabían que podían desgastar al gran ejército del sultán para que no siguiera avanzando por los Balcanes.
Solo sobrevivieron 100 españoles, el resto murió en el asedio o ejecutado, pero lograron su objetivo, los turcos se desangraron ante las murallas de Castelnuovo, 20.000 otomanos perecieron gracias a la bravura, pericia y profesionalidad de los tercios españoles.

- KOTOR. SU HISTORIA.

Herceg Novi se encuentra a la entrada del espectacular fiordo de Kotor. La ciudad amurallada que le da nombre, se encuentra al final del antiguo cañón natural, ahora inundado que sirvió de base naval a romanos, bizantinos, sarracenos y búlgaros. Tras estos, pasó a manos de la República de Venecia desde 1420 a 1797, salvo un pequeño período en manos otomanas. En 1815 formaba parte del Imperio Austrohúngaro, hasta que, desmembrado este tras la Iª Guerra Mundial paso a manos de la extinta Yugoslavia.

- COMO LLEGAR A KOTOR.

Solo tengo unas horas para la visita. Para llegar de manera rápida y evitar la interminable y serpenteante carretera que bordea la parte norte del fiordo, cojo el ferry para vehículos que nos deja en la otra orilla de este espectacular monumento hecho por la naturaleza.
Las montañas que rodean el fiordo de Kotor son espectaculares. Montenegro. Foto del autor.



Vista de la entrada al fiordo de Kotor desde el ferry. Montenegro. Foto del autor.




En el ferry que nos hace cruzar el fiordo para ahorrarnos mucha carretera. Kotor.
Foto del autor.

Cuesta 9 euros la ida y vuelta con coche incluido.
Desde el lado sur decido bordear la bahía por una larguísima calle que sigue la ribera del fiordo pasando por los pueblos que están en sus orillas. Es tan estrecha que dos turismos no pueden pasar a la vez, uno siempre ha de orillarse para dejar pasar al otro. A un lado las casas y al otro el agua del fiordo. Se avanza a unos 20 km/h. por esa estrecha carretera, tomándoselo con calma es una gozada la conducción en este lugar tan pintoresco.

Esta es la carretera que nos lleva a Kotor (al fondo), aunque no lo parezca es de doble sentido y
tiene tramos aún más estrechos. Hay que conducir con mucho cuidado. Montenegro. Foto del autor.



Vista del fiordo de Kotor desde la muralla de la ciudad vieja que le da nombre. Foto del autor.

Si se tiene prisa, se puede llegar a Kotor por una carretera nacional rodeando la montaña, pero uno se perdería las maravillosas vistas sobre la bahía y sus islas, la de San Jorge que es natural y la de nuestra Señora de las Rocas formada por rocas y restos de viejos barcos hundidos transportados por la gente.


Islas de la bahía de Kotor, con el pequeño pueblo de Perast detrás. Foto del autor.


- KOTOR. CIUDAD FORTALEZA.

Una muralla de 4,5 kilómetros rodea la ciudad vieja (Stari Grad) de Kotor, construida entre los S. XII y XIV. Escalonada sobre la montaña parte desde el puerto hasta la fortaleza de San Iván a 60 metros de altura. La arquitectura de la ciudad es de influencia veneciana, el león pétreo de San Marcos empotrado en las murallas junto a la puerta de entrada principal a la fortaleza aún lo atestigua.


León de San Marcos veneciano en la fortaleza de Kotor. Las murallas suben por la montaña. Foto del autor.
Fortaleza de Kotor, sus murallas suben por la montaña. Montenegro. Foto del autor.

Torre de las murallas de la fortaleza de Kotor. Montenegro. Foto del autor.



Sus calles estrechas pavimentadas de piedra, sus casas blasonadas y pequeños palacios que se mezclan con iglesias como la catedral de San Triphón del S. XIII, junto a la belleza natural de su entorno, hicieron que la UNESCO declarara al conjunto de Kotor, patrimonio de la humanidad en 1979. 


Catedral de Kotor. Montenegro. Foto del autor.



Casa-torre medieval, Kotor. Foto del autor.


























La torre del reloj en el centro de
Kotor. Montenegro. Foto del autor.

Torre del reloj de Kotor. Al fondo la muralla subiendo por
la montaña. Foto del autor.

























Es un lugar espectacular, se puede ascender por la muralla hasta lo alto de la fortaleza, las vistas allí son impresionantes. Por desgracia no tenía tiempo y me limité a pasear por las calles de la ciudad vieja.
Si se visita Dubrovnik, la escapada a Kotor es imprescindible.


Bastiones venecianos de la fortaleza de Kotor con su foso. Foto del autor.


Muralla sur de la fortaleza de Kotor. se aprecia como suben sus lienzos de piedra por la montaña
para evitar un ataque desde lo alto de la misma. Foto del autor.

La cúpula de la iglesia de San Nicolás se aprecia por encima de las murallas de Kotor.
Montenegro. Foto del autor.


- EL FUNICULAR DE DUBROVNIK.

Tras visitar Kotor, regreso a Dubrovnik. Mi intención es subir en el teleférico que llega a la parte más alta de la montaña que se erige tras la ciudad medieval.


Dubrovnik. Subiendo por el funicular. Foto del autor.

Me cuesta 90 kunas, 11 euros, el viaje de ida y vuelta. La visita es ineludible, las vistas son una maravilla, con un día despejado se ve a 60 kilómetros de distancia. Los 778 metros de cable salvan un desnivel de 405 metros sobre el nivel del mar.


Dubrovnik y el mar Adriático desde lo alto del mirador del teleférico. Foto del autor.

 En lo alto de la montaña, además de un mirador, hay una tienda, un pequeño museo con las fotos de la construcción del teleférico y los daños que sufrió durante la última guerra, y además descubriremos la autentica joya del mirador; su cafetería.


Vista del mar Adriático, al sur de Dubrovnik, desde lo alto del funicular. Foto del autor.

La cafetería tiene una espectacular terraza con unas vistas maravillosas de la ciudad amurallada de Dubrovnik y el inmenso mar Adriático, todo a nuestros pies. Pido un trozo de tarta de chocolate y un café por 60 kunas (8 euros). El servicio fue muy amable y profesional, cada silla contaba con una manta, para que, al caer la noche, el pequeño relente no ahuyente a los clientes.
 Uno de los momentos más agradables de toda la escapada a los Balcanes.


Mirador del teleférico, la cafetería a la izquierda, Dubrovnik a los pies. Foto del autor.

 Estuve cerca de 3 horas en lo alto del mirador, contemplando las vistas a un lado y a otro del edificio que alberga la cabina del teleférico y disfrutando sin prisas de la magnífica terraza de la cafetería. Pero todo termina, vuelvo a descender a la Perla del Adriático, mañana me despido de esta maravillosa ciudad y me pondré en ruta hacía el Neretva para visitar Trsteno, Pocitelj, Mostar, Jablanica y llegar a Sarajevo, donde haré noche.

PRÓXIMO POST: 3.7- LA RUTA DEL NERETVA. DE MOSTAR A SARAJEVO (I).







lunes, 24 de marzo de 2014

3.7 - La ruta del Neretva. De Mostar a Sarajevo (I).

25 de septiembre, miércoles.
Dubrovnik. Croacia.

Dejo atrás Dubrovnik, la encantadora Perla del Adriático que me ha encandilado con su belleza e historia. Mi primera parada es el Arboretum de Trsteno, a tan solo 20 kilómetros dirección norte. Uno de los lugares más bellos y encantadores que he visitado en mi vida.


Puerto de Trsteno desde una de las terrazas del Arboretum. Croacia. Foto del autor.

Las aguas del Adriático bañando las orillas del Arboretum de Trsteno. Croacia. Foto del autor.


 
Este inmenso jardín fue creado por una familia de nobles comerciantes de Dubrovnik, los Gucetic-Gozze, tiene 28 hectáreas de superficie. En la zona que rodea la mansión renacentista de cerca de 18.000 metros cuadrados, se encuentran numerosas terrazas ajardinadas que contienen múltiples especies vegetales: palmeras, eucaliptos, laureles, alcanforeros, cactus y otros árboles y arbustos exóticos.


Trsteno. Un lugar para enamorarse. Croacia. Foto del autor.

 Sus plantas y semillas fueron traídas desde lejanas tierras por los marineros que tripulaban los barcos comerciales de la familia Gucetic-Gozze, creando este maravilloso vergel. Alrededor de la mansión y las terrazas ajardinadas hay un cinturón con otros 20.000 metros cuadrados de bosque mediterráneo.


Mansión del Arboretum de Trsteno.
Foto del autor.
Molino de piedra en el Arboretum de Trsteno.
Foto del autor.













Gracias a los manantiales de agua dulce que brotan a poca distancia del mar se pudo crear este mágico lugar. La espectacular fuente de Neptuno con sus dos ninfas, construida en 1736, es buena prueba de ello, un acueducto en perfecto estado de conservación lleva agua de uno de estos manantiales hasta el estanque de esta increíble obra de arte.


Fuente de Neptuno en el Arboretum de Trsteno. Detrás, el acueducto que lo surte. Croacia.
Foto del autor.

El lugar es tan mágico, que aquí se han rodado varias escenas de la serie Juego de Tronos.
Terraza en el Arboretum de Trsteno donde se rodaron algunas escenas de la serie
Juego de Tronos. Croacia. Foto del autor.


Los personajes de Juego de Tronos Margaery y Olenna Tyrell en una de las escenas de la
tercera temporada que se rodaron en esta terraza del Arboretum de Trsteno. Croacia.




- ENTRAMOS EN BOSNIA. 

Tras salir de Trsteno, sigo por la carretera que bordea los acantilados del Adriático, paso por Neum y en Opuzen descubro la fértil vega donde desemboca el río Neretva. A partir de ahora nos dirigimos tierra adentro, subiendo por la carretera que bordea este río, tristemente famoso por la última guerra que incendió de dolor y muerte sus orillas. 
Tras atravesar Metkovic cruzo la frontera, no hay problemas con mi pasaporte español.
Ya estoy oficialmente en Bosnia. Han pasado 20 años desde que recorrí estas carreteras por última vez.


Niños cerca de Pocitelj. Los más débiles eran nuestra prioridad. Foto del autor
desde su BMR (Blindado Medio sobre Ruedas). Bosnia año 1993.

 Un escalofrío de emociones encontradas recorren mi columna vertebral. Estoy emocionado recordando cada curva de esta carretera, cada rincón, cada calle, cada paisaje...lugares que observaba desde mi BMR blindado o cuando recorríamos a pie estas zonas intentando ayudar a los que más lo necesitaban. Han pasado 20 años. Los niños en esta ocasión sonríen y juegan sin temor, ellos siempre son los que más sufren por la locura de los adultos.


- POCITELJ. JOYA DEL ARTE OTOMANO.

Mi primera parada es el pueblecito de Pocitelj, su primera referencia escrita data de 1444. Hasta 1471 albergó una guarnición húngaro-croata que en esa época estaban unidos bajo el rey Matias Corvinus, en ese año fue tomada por los otomanos y permanecería en sus manos hasta 1878. Tras establecerse en ese año un gobierno austro-húngaro en Bosnia, pierde su carácter estratégico y empiezan a deteriorarse sus bellos edificios.


Pocitelj en la actualidad, año 2013. Una joya junto al Neretva. Bosnia. Foto del autor.
Pocitelj en el 93/94, la  cúpula y la torre de la mezquita no aparecen porque fueron destruidas en la guerra. Foto del autor desde su BMR, no se podía bajar por estar minados sus accesos.

 Este pequeño asentamiento junto al Neretva fue siempre un lugar importante, desde su fortificación se controlaba la ruta que, siguiendo el Neretva se adentraba en el corazón de Bosnia y en los Balcanes.
Pocitelj es uno de los pocos conjuntos urbanos de Bosnia que se conserva integro en la actualidad. La mezquita de Hazdi Alija data de 1563, los baños árabes de 1665 y la ciudadela de 1353. La vista desde lo alto de la fortaleza sobre el pueblo amurallado y el Neretva es sencillamente espectacular.


Pocitelj y el Neretva vistos desde su fortaleza. Bosnia. Foto del autor.

En el pueblo hablo con una señora mayor y su hija, durante la guerra vivían en Mostar junto a su familia, pero tuvieron que huir, eran musulmanes. Ahora regenta un pequeño negocio de souvenirs en Pocitelj, hablamos de la guerra, los recuerdos son dolorosos. "Siempre os agradeceremos que, sin conocernos, vinierais desde tan lejos a ayudarnos" me dice, nos damos la mano y nos despedimos emocionados.


Ruta del Neretva dirección Mostar. Vista desde la fortaleza de Pocitelj. Bosnia. Foto del autor.


- MOSTAR. DE VUELTA 20 AÑOS DESPUÉS.

Tras dejar Pocitelj me encamino a Mostar. La ciudad que tan duramente fue castigada en los años 1992 y 1993. Entro por la carretera del este, pasando al lado del aeropuerto que hace 20 años tantas veces atravesamos bajo el fuego cruzado de los contendientes. Circulo junto al lugar, el antiguo concesionario de Volkswagen, donde estuvo nuestra base de Mostar Este, ahora irreconocible entre la cantidad de concesionarios, fábricas, supermercados y almacenes de todo tipo que jalonan la carretera. Entro en Mostar, me dirijo directamente al casco antiguo. Sigo emocionado. 


Mostar, casco antiguo junto al Puente Viejo. Bosnia. Foto del autor.



El Puente Viejo de Mostar, un arco iris de piedra. Bosnia. Foto del autor.

Tras aparcar en una calle cercana, me adentro por las calles del bazar con su indiscutible ambiente otomano. Calles peatonales adoquinadas y tiendas con mil y un productos de manufactura típicamente turcas: pipas de agua, gumias moriscas, juegos de té morunos, pañuelos, souvenirs de época soviética con la efigie del general Tito, antigüedades, postales...perdido ante tanta variedad me acerco a una torre de piedra y a mano derecha, tras doblar una esquina, surge ante mi el puente más bello del mundo. El Stari Most.


- EL PUENTE MÁS HERMOSO DEL MUNDO.

 El Stari Most, el Puente Viejo que da nombre a la ciudad de Mostar.
Fue erigido en 1556 por orden del sultán otomano Suleiman el Magnífico. Más tarde fue convertido en el símbolo de la ciudad. A finales del S. XVI Mostar fue la principal ciudad administrativa del Imperio Otomano en la región de Herzegovina.


El Puente otomano de Mostar, foto del autor. Bosnia.

 
El Stari Most (puente viejo). El puente de Mostar que da nombre a la ciudad. Bosnia. Foto del autor.

El Stari Most, Puente Viejo de Mostar visto desde otra ubicación, con el monte Hum al
fondo, donde tantas guardias hicimos durante la guerra para controlar los bombardeos
sobre la ciudad. Bosnia. Foto del autor.

Vista del Neretva y de Mostar-Este desde el Stari Most, el Puente Viejo. Mostar.
Bosnia. Foto del autor.

El Stari Most, en 1993 la artillería croata lo destruyó, en 2004 fue levantado a imagen
y semejanza de su antecesor. Mostar. Bosnia. Foto del autor.


El Stari Most contaba con 28 metros de longitud y 20 metros de alto, y rápidamente se convirtió en una maravilla de su tiempo. El famoso viajero Evliya Celebi escribió en el S. XVII:" el puente es como un arco iris volando hacía el cielo, que se extiende desde un acantilado a otro. Nunca ví un puente tan alto".


Pasear por el puente reconstruido y por las calles del bazar es retroceder un par de siglos en la Historia. Comí en un restaurante típico bosnio, el Sdrvan, una tabla de carne que estaba buenísima. Y que podréis apreciar en la foto, muy recomendable.
 
El autor frente a la tabla de tierra del restaurante
Sdrvan, en pleno zoco de Mostar, muy próximo
al Stari Most. Bosnia.

Paseando por el casco antiguo de Mostar. Bosnia. Foto del autor.


Camino por el bazar y tras salir de la zona turística me dirijo hacia las calles que mi memoria va reconociendo por haberlas atravesado docenas de veces montado en mi BMR o patrullándolas a pie, hace 20 años.


Galerías comerciales junto al Neretva, aún no se ha firmado la paz, el cajón y la tirolina sirven para pasar provisiones, el puente no soporta vehículos. Año 1994. Mostar. Bosnia. Foto del autor.


Galerías comerciales de Mostar en la actualidad, a la derecha la escuela de música. Bosnia. Foto del autor.
Puente sobre el Neretva en Mostar. Calle Batallón Mostar en la actualidad, año 2013. Bosnia.
Foto del autor.
El autor al lado del puente sobre el Neretva, año 1994. calle Batallón Mostar, el horror de la guerra.




















- PLAZA ESPAÑA. MONUMENTO A NUESTROS CAÍDOS.

La zona del bulevar, la escuela de música, la Plaza de España y en ella el monumento a los caídos españoles durante los peores años de misión en Bosnia. No puedo evitar llorar en silencio y rezar por las Almas de estos hombres buenos. Los que no volvieron son los verdaderos héroes, muchos miles de personas y sus descendientes a través de los tiempos les deben la vida, nunca los olvidaran.


Monumento a nuestros caídos en Plaza España, Mostar. Bosnia. Foto del autor.

La Plaza España es un lugar precioso, amplio, diáfano, con árboles y parterres de hierba, el parque está especialmente cuidado y limpio. Aquí  los mayores charlan en los bancos, las parejas jóvenes se besan y los niños juegan como si esta plaza en mitad de Mostar jamás hubiera sido el epicentro del horror durante el pasado conflicto.


Nuestros caídos, nuestros héroes. Monumento Plaza España, Mostar. Bosnia. Foto del autor.
Vuelvo a subir por la calle Batallón Mostar, hasta el puente, donde está la Escuela de Música y dejamos atrás la Plaza España y el parque donde conmemoran y recuerdan a nuestros caídos, los españoles que dejaron aquí su vida para salvar la de miles de desconocidos. La emoción no me abandona, mi mente recuerda momentos pasados en estas calles, donde un disparo de un francotirador o una granada de mortero que no avisan ni con un siseo al llegar...te podía arrebatar la vida en un instante. Eso les pasó a tres periodistas italianos (de la RAI) que dejaron su vida en esta calle por una granada de mortero croata el 28 de enero de 1994.


El autor junto a soportales en la calle batallón Mostar. Bosnia año 1994.
El autor en los mismos soportales de la calle Batallón Mostar, año 2013. Bosnia.


La mezquita de esta calle, que volaron quien sabe si los serbios en su retirada o la artillería croata, esta completamente restaurada. Su minarete vuelve a mirar al cielo.

Mezquita de la calle Batallón Mostar, año 94. Bosnia. Foto de José Pascual.




Mezquita de la calle Batallón Mostar, año 1994. Bosnia. Foto del autor.
Mezquita de la calle Batallón Mostar en la actualidad. Bosnia. Año 2013.
Foto del autor.

Doy un corto paseo de vuelta al coche. Camino por el Bulevar, la antigua avenida de los francotiradores que dividía a los dos contendientes. Algunos edificios se han dejado intactos desde la guerra. Son mudos testigos de ladrillo y hormigón de lo que aquí ocurrió. Sus fachadas torturadas, techos hundidos y paredes destruidas advierten a los hombres de lo que es capaz de hacer su demencia. "No lo olvidéis nunca", parecen decir.


Centro de Mostar en la actualidad. Bosnia. Foto del autor.








                                                                                                                                                                                            
Sus ruinas reflejan la locura que el ser humano es capaz de infligirse a si mismo. Hace 20 años esta amplia avenida fue la línea del frente que separaba a croatas de bosnios, aquí la huella de la guerra se sigue apreciando tanto en los edificios heridos como en la mirada de tristeza de las personas que sufrieron la guerra.


De patrulla por el Bulevar de los Francotiradores de Mostar en plena guerra, año 1994. Bosnia.
Foto del autor.


Bulevar de Mostar en la actualidad. Bosnia. Foto del autor.




























Dejo esta ciudad que tanta Historia atesora y tantos recuerdos me trae. Ha sido un regreso al recuerdo muy emocionante. Recomiendo a mis compañeros de misión que en cuanto puedan hagan este viaje a sus propios recuerdos y recorran esos lugares donde se jugaron la vida para salvar la de tantos otros, completamente desconocidos e inocentes. Dejo Mostar, me adentro en los Balcanes, mi nuevo destino: Sarajevo.

PRÓXIMO POST: LA RUTA DEL NERETVA. LLEGAMOS A SARAJEVO (II).