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martes, 5 de julio de 2016

10.6- MONT SAINT MICHEL. UN SUEÑO DE PIEDRA HECHO REALIDAD.

25 de mazo de 2016. Viernes.
Arromanches. Francia.


Me levanto a las 07:30 en el hotel De Normandie en Arromanches. Tras el desayuno me pongo en ruta hacía Falaise, quiero visitar el castillo de Guillermo I el Conquistador. Me despido por unas horas de la costa y me interno en la campiña normanda para visitar uno de los castillos más míticos de Europa.
Hay 70 kilómetros desde Arromanches y el cielo continua como ayer, encapotado y lluvioso pero con unos agradables 15ºC.


- GUILLERMO I EL CONQUISTADOR. UN POCO DE HISTORIA.

Guillermo I El Conquistador nació en Falaise en la Navidad del 1027, era hijo único e ilegítimo del duque Roberto I de Normandía. La nobleza normanda de la época era descendiente de los vikingos que intentaron tomar París el siglo anterior (910) y que pactaron la paz con Francia asentándose en la costa normanda como primera línea de defensa contra sus parientes escandinavos. Era muy joven cuando, en 1035 se convirtió en Duque de Normandía con el nombre de Guillermo II. Nada más acceder al título tuvo que enfrentarse a los barones del Ducado que se negaron a obedecerle. Con 20 años los derrotó y se consolidó en el poder, pero no es hasta 1060 que no consigue dominar Normandía definitivamente. En 1050 se casó con Matilda, hija de Balduino V, Conde de Flandes.


Plaza del Ayuntamiento de Falaise desde la muralla baja del castillo. Se aprecia la estatua de
Guillermo el Conquistador y la iglesia de Saint Gervais del S. XI.

Al otro lado del Canal, al final de su vida, el rey Eduardo el Confesor eligió a Guillermo, que era su primo lejano, como sucesor al trono de Inglaterra.
Al morir este, el Duque de Wessex Harold se coronó rey de Inglaterra, los normandos lo consideraron una traición y Guillermo decidió responder. En septiembre de 1066 Guillermo desembarcó en el sudeste de Inglaterra. El 14 de octubre de ese mismo año se produjo la batalla de Hastings, entre Guillermo y sus normandos contra Harold y sus anglo-sajones.
La batalla duró unas 5 horas y el resultado fue una victoria completa del normando, convirtiéndose en Guillermo I de Inglaterra, amo y señor de todo el reino y último extranjero en conquistar la "pérfida Albión". El nuevo rey de Inglaterra pasaría el resto de su vida combatiendo para preservar sus tierras tanto en Inglaterra como en Normandía. Nunca quiso integrarlas en un único imperio, las gobernó por separado.
Las famosos tapices de Bayeux cuentan la historia de esta gran conquista.
Guillermo murió en 1087 combatiendo a sus enemigos en el norte de Francia y dividió sus posesiones entre su hijo mayor, Roberto, que se quedó con sus posesiones en Normandía y su segundo hijo Guillermo al que legó Inglaterra.


Castillo de Guillermo I el Conquistador en Falaise. Normandía. Foto del autor.



- EL CASTILLO DE FALAISE.

Este castillo es el punto de partida de una de las epopeyas medievales más espectaculares y conocidas de Europa. Más tarde, los sucesores de Guillermo ampliaron las construcciones originales convirtiendo sus castillos en magníficos ejemplos de arte normando.


Puerta de acceso al recinto fortificado del castillo de Falaise. Normandía. Foto del autor.
Entrando a la torre del homenaje del castillo de Falaise. Normandía. Foto del autor.

Gracias a varios proyectos de restauración la mayoría de esas fortificaciones pueden visitarse hoy. El Castillo de Falaise en concreto es una maravilla, dispone de tabletas digitales donde podemos observar la vida en la estancia en la que nos encontramos simplemente pasando la tableta por el punto designado: el salón del trono, las estancias privadas de los duques, el cuerpo de guardia, las cocinas...y luego contemplar la sala a través de la tableta como si fuera una cámara de video, es impresionante. El vídeo que os pongo os lo muestra.



 Disponemos además de paneles animados, vídeos, elementos arqueológicos, maquetas de torres de asalto y catapultas y réplicas de mobiliario del período para completar nuestro recorrido al pasado.


Estancias privadas de la Duquesa. Tenemos paneles animados en todas las salas
del castillo donde los protagonistas nos hablan (en inglés y en francés) de la vida diaria en
el castillo. La tableta que nos dan a la entrada debemos pasarla por los puntos señalados
en las habitaciones para disfrutar de las estancias tal como eran en el S. XI a través de ella.
Falaise. Normandía. Foto del autor.
El autor en lo alto de la torre del homenaje del castillo de Guillermo el Conquistador con Falaise
a nuestros pies. Normandía.


Vista general de Falaise desde la torre del castillo de Guillermo el Conquistador.
Normandía. Foto del autor.

En una estancia de las propias murallas del castillo podremos ver un reportaje sobre la evolución de la fortaleza, desde sus primeros años, hasta como la conocemos hoy en día.
La entrada al castillo cuesta 8 euros para adultos y 4 euros para los menores de 17.
Tras recorrer este magnífico exponente de fortaleza normanda del S. XI bajo a la plaza del ayuntamiento donde me encuentro con la famosa estatua de Guillermo I de Inglaterra y la iglesia de Saint Gervais del S. XI. Empezó su construcción en 1066 en estilo románico pero con el paso del tiempo se le fueron incorporando elementos del gótico-flamígero y renacimiento (1570). Me acerco a la puerta de la iglesia, compruebo con sorpresa que está abierta y entro a contemplarla, no es tan recargada como las iglesias españolas, es más sobria y se nota la reforma hecha tras los daños causados por los bombardeos de la 2ª G.M. 


Iglesia de Saint Gervais en Falaise. Normandía. Foto del autor.


Salgo de Falaise, bajo un cielo plomizo de nubes bajas que descarga lloviznas intermitentes, me encamino hacía la joya final de mi viaje por estas tierras del noroeste francés.
La Abadía del monte de San Miguel, una joya que parece sacada del sueño de un escritor de novelas medievales fantásticas.
Desde Falaise cojo la D-511 hacía Pont-d´Ouilly y atravesando la Normandía profunda recorro poblaciones tan bellas como Condé sur Noireau, Vire y Saint Sever Calvados para luego salir a la autovía A-84, pasar por Avranches, donde pasaré mi última noche en Normandía, y llegar a la Abadía de Mont Saint Michelle. Son 131 kilómetros desde Falaise.



- EN RUTA HACÍA EL MONT SAINT MICHEL. UN POCO DE HISTORIA.

La larga historia del Mont Saint Michel comienza en el año 708, cuando Aubert, obispo de Avranches, hizo construir en el Mont-Tombe un santuario en honor del Arcángel San Miguel. El monte se convirtió rápidamente en un lugar importante de peregrinaje. En el S. X, los benedictinos se instalaron en la abadía mientras que, más abajo, se desarrollaba la villa. En el S. XIV dichas viviendas de se extendieron hasta el pie del peñasco ocupando todo el monte.
Plaza fuerte inexpugnable durante la Guerra de los Cien Años (1337-1453), el Mont-Saint-Michel es también un ejemplo de arquitectura militar. Sus murallas y fortificaciones resistieron todos los ataques ingleses e hicieron del Monte un lugar simbólico de la identidad nacional francesa.


El autor y su cámara desde el parking de Mont Saint Michel. A punto de empezar la visita.
Normandía.

Tras la disolución de la comunidad religiosa durante la Revolución Francesa y hasta 1863, la abadía fue utilizada como prisión. En 1874 es convertida en monumento histórico y se realizan ininterrumpidamente grandes restauraciones en la totalidad del lugar.
Dichas restauraciones permiten contemplar el esplendor de una abadía que, los hombres de la Edad Media veían como una representación de la Jerusalén celeste sobre la tierra, la imagen del Paraíso.
Desde 1979 el Monte de San Miguel está incluido en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO.



- LLEGANDO A MONT SAINT MICHEL. PRIMERAS IMPRESIONES.

Desde Avranches, por la A-84, tenemos 24 kilómetros hasta la Abadía. Los últimos kilómetros recorriendo esa carretera viendo crecer poco a poco la mole pétrea del Mont, elevándose en medio de la inmensa bahía es impresionante, sobre todo cuanto más nos vamos acercando. 


Vista de la Abadía de Mont Saint Michel desde 2 kms. de distancia
Normandía. Foto del autor con trípode y zoom.

Tras salir de la autopista cogemos la nacional RD-976, que pasando por Pontorson nos dejara en el moderno aparcamiento, desde él se puede llegar a la Abadía a pie (50 minutos), en bus-lanzadera eléctrico (gratuito, 12 minutos), en coche de caballos lanzadera (25 minutos y de pago) o en línea de autobuses municipal Pontorson- Le Mont Saint Michel. Al lado del parking tenéis un centro de información turística con toda la información. Yo os recomiendo acercaros andando por el puente-pasarela a la Abadía, es una gozada acercarse poco a poco a esta joya arquitectónica disfrutando del entorno natural, y más, con un día tan espectacular como el que tuve la suerte de disfrutar. Ya a la vuelta, más cansados, coger el bus-lanzadera.


Puente-pasarela de acceso al Mont Saint Michel. Normandía. Foto del autor.

El aparcamiento para coches cuesta 6,30 euros menos de 2 horas (imposible si vas a visitar la Abadía) por encima de esas 2 horas, cuesta 12,50 euros 24 horas seguidas. Para caravanas, motos y autobuses los precios varían. Para más información tenéis la web oficial www.bienvenueaumontsaintmichel.com


No dejas de asombrarte de la maravilla que tienes ante tus ojos. Mont Saint Michel.
Normandía. Foto del autor.



- LA ABADÍA DE LE MONT SAINT MICHEL. UN LUGAR ENTRE EL CIELO, LA TIERRA Y EL MAR.

Cuando llegamos al pie del Mont deberemos atravesar tres puertas fortificadas, la Puerta del Antecuerpo, la Puerta del Bulevar y la Puerta del Rey. Entre la primera y la segunda veremos unas bombardas inglesas recuperadas tras un ataque de estos en la Guerra de los Cien Años.


Puerta del Rey, acceso al burgo del Mont Saint Michel. A la dcha. un chiringuito para comer
algo a precios razonables antes de la pateada que me espera. Normandía. Foto del autor.

Entramos en el pequeño burgo normando que en este siglo XXI ha reemplazado las casas de vecinos, mesones y albergues para peregrinos por modernos hoteles, restaurantes y tiendas de souvenirs, pero conservando ese encanto de villa medieval que nos dejará con la boca abierta.
La ciudad esta rodeada por murallas y se puede elegir dos caminos para subir a la Abadía, la ronda de las murallas (espectacular por las vistas y la propia fortaleza en sí) o subiendo entre las casas de la villa. Yo os recomiendo subir por las murallas, visitar la Abadía (imprescindible habiendo llegado hasta aquí, la entrada cuesta 9 euros) y bajar por la terraza del Oeste, Rampa de los Poulains y dejar las tiendas y el burgo para el final. No tiene perdida.


Comenzamos la ronda por las murallas de Mont Saint Michel tras pasar por la Puerta del Rey.
Normandía. Foto del autor.



Vista del puente-pasarela desde la Torre del Rey. Mont Saint Michel. Normandía.
Foto del autor.

La subida a las murallas la encontraremos justo tras pasar la Puerta del Rey, subiremos a la Torre del Rey y de ahí seguiremos las murallas pasando por diferentes torres, Torre de la Libertad, Torre Baja y Torre Bouche hasta llegar a la Torre Norte, la más alta del recinto, que nos da acceso a la entrada de la Abadía.


Vista de la inmensa bahía del Mont Saint Michel desde la Torre de la Libertad. A la dcha.
se aprecia diminuto el puente-pasarela de acceso al recinto. Normandía.
Foto del autor.
Caminando por la muralla entre los tejados del burgo de Saint Michel. Normandía.
Foto del autor.
Caminando por la ronda de las murallas de Mont Saint Michel. Una gozada que no debéis
perderos. Normandía. Foto del autor.

 Todas estas fortificaciones construidas durante la Guerra de los Cien Años para protegerse de los ingleses hacen de la Abadía y el pueblo una fortaleza inexpugnable, que, efectivamente, nunca pudieron tomar los ingleses ni ningún otro atacante.
Tras pasar la Sala de los Guardias, entrada fortificada de la Abadía, subimos por la escalera monumental llamada el Grand Degré hasta la terraza de Saut-Gaultier. Se camina entre la iglesia y los edificios abaciales, unidos por pasajes suspendidos. Estos edificios construidos entre los siglos XIV y XVI fueron la residencia señorial de los abades.
De ahí pasamos a la Terraza del Oeste, desde donde se aprecia una vista general sobre la bahía que es increíble, desde el peñasco de Cancale al oeste (Bretaña) hasta los acantilados normandos del este. Se aprecia también el Mont-Dol y el islote de Tombelaine. A lo ancho se distingue el archipiélago de las islas Chausey de donde procede el granito con el que se construyo la Abadía.


Vista al este desde la Terraza del Oeste, se ve el islote Tombelaine y al fondo la costa
normanda. Abadía Mont Saint Michel. Normandía. Foto del autor.


Vista al oeste desde la Terraza del Oeste, se aprecia la presa en la desembocadura del río
Couesnon y más allá la región de Bretaña. Normandía. Foto del autor.
Vista desde la Terraza del Oeste. Mont Saint Michel. Normandía. Foto del autor.

Ahora entramos en la iglesia abacial, construida en las primeras décadas del año mil e instalada en la cima del peñasco a 80 metros sobre el mar, sobre una plataforma de 80 metros de largo. El coro románico, derrumbado en 1421, fue reconstruido tras la Guerra de los Cien Años en estilo gótico flamígero.


Iglesia abacial del Mont Saint Michel. Normandía. Foto del autor.


Iglesia abacial de Mont
Saint Michel.
Normandía. Foto del autor.
Claustro de Mont Saint
Michel. Normandía.
Foto del autor.



























La visita continúa por el claustro, una maravilla teniendo en cuenta el lugar donde se encuentra, en lo alto de un edificio de casi 80 metros de alto. Tenemos una vista preciosa de la bahía a través de una cristalera. Este era lugar de procesiones durante las fiestas religiosas, construido sobre un edificio llamado la Maravilla (S.XIII) permite el acceso al refectorio, la cocina, la iglesia, los dormitorios, al archivo de cartas y a diferentes escaleras.


Claustro del Mont Saint Michel. Normandía. Foto del autor.


Claustro de Mont Saint Michel. Al fondo la cristalera con vistas a la bahía. Normandía.
Foto del autor.

Pasamos por el Refectorio donde los monjes comían en silencio mientras uno de ellos les leía. Por una escalera accedemos a la Sala de los Huéspedes que estaba destinada a recibir a reyes y nobles. La visita continua accediendo a la Cripta de gruesos pilares, elevada a mediados del S. XV para sostener el coro gótico la de la iglesia abacial.


Refectorio del Mont Saint Michel. Donde comían los monjes. Normandía.
Foto del autor.
Sala de los Huéspedes donde se recibía a reyes y nobles visitantes. Se aprecia perfecta-
mente el tamaño de las dos chimeneas que debían caldear al estancia.
Mont Saint Michel. Normandía. Foto del autor.
Las gruesas columnas de la Cripta sostienen el coro gótico de la iglesia abacial.
Mont Saint Michel. Normandía. Foto del autor.

Se llega ahora a la Cripta de San Martín (año 1000) que servía de cimiento al brazo sur del crucero de la iglesia abacial. Desde la cripta se accede por un pequeño pasaje a la enorme rueda que ocupa el antiguo osario de los monjes. Fue instalada en 1820 para subir los alimentos de los presos encerrados en la Abadía que la Revolución Francesa transformó en prisión para los no afines al Régimen.


Grúa que llega hasta el
Osario de los Monjes.
Mont Saint Michel.
Normandía. Foto del autor.
Rueda de la grúa del Osario
de los Monjes. Mont Saint
Michel. Normandía.
Foto del autor.








Vista panorámica del puente-pasarela de acceso a Mont Saint Michel desde el Osario de
los Monjes. Normandía. Foto del autor.

De aquí pasamos a la Capilla de San Esteban y tomamos la escalera Norte-Sur situada bajo la terraza del oeste. Es el gran eje de circulación del monasterio románico y da al Paseo Cubierto, un larga sala con doble nave. Sus arquitectos pensaron en montar sus bóvedas sobre arcos cruceros; esta innovación anunciaba el nacimiento del Arte Gótico a principios del S. XII. Impresionante ver el lugar donde nació la idea que luego se plasmaría en todo su esplendor en nuestras inimitables catedrales góticas. Un regalo inesperado para todo amante de la Historia del Arte.


La cuna del arte gótico se encuentra en este Paseo Cubierto con sus bóvedas sobre
arcos cruceros (S. XII). Mont Saint Michel Normandía. Foto del autor.

Nos encontramos en La Maravilla entrando en la Sala de los Caballeros, construida para sustentar el claustro, era la sala de trabajo y estudio de los monjes. Su obra intelectual, los manuscritos de la Abadía, han llegado hasta nosotros conservados en Avranches. Finaliza la visita de la Maravilla por la capellanía, era este el lugar donde los monjes acogían a los pobres y a los peregrinos de cualquier condición.



Sala de los Caballeros, era la sala de estudio y trabajo de los monjes. Mont Saint Michel.
Normandía. Foto del autor.


Jardines del Norte, ante nosotros el edificio de La Maravilla, la cristalera de arriba es el
mirador del claustro. Mont Saint Michel. Normandía. Foto del autor.


Vista de La Maravilla y la aguja del campanario de 32 metros (en obras, que raro).
En lo alto se halla una estatua dorada de San Miguel realizada en 1897.
Mont Saint Michel. Normandía. Foto del autor.

Tras salir de la capellanía nos encontramos en los Jardines del Norte desde los que tenemos una vista privilegiada de La Maravilla. Rodeamos todo el complejo de la Abadía para salir a la zona oeste, bajaremos por la Rampa de los Poulains y ya solo queda visitar la calle principal del burgo para ver que nos ofrecen las tiendas de souvenirs. 


Bajando por la Rampa de Los Poulains. Mont Saint Michel. Normandía.
Foto del autor.


Vista de la Abadía con el carril de la grúa que lleva al Osario de los Monjes. Mont
Saint Michel. Normandía. Foto del autor.

Tras ir de tienda en tienda, ha caído un libro sobre el Mont Saint Michel, un imán de gárgola para mi nevera y unas postales para mandar a la familia. Merece la pena llevarse un pequeño recuerdo de esta maravilla.


Tiendas en la calle principal
de Mont Saint Michel.
Normandía. Foto del autor.
Burgo de Mont Saint
Michel. Normandía.
Foto del autor.

Si no es muy tarde y no estáis muy cansados podéis volver andando de nuevo hasta el parking, si no, podéis coger el bus-lanzadera y bajaros en la parada de Place du Barrage, en la zona de los hoteles, desde allí podéis acercaros a la presa del río Le Couesnon desde donde tendréis unas vistas preciosas de la Abadía y su entorno.











Alejándonos de la Abadía de Mont Saint Michel. Normandía. Foto del autor.


Vista general de la Abadía de Mont Saint Michel. Normandía. Foto del autor.


Vista de Mont Saint Michel desde la presa del río Couesnon. Normandía. Foto del autor.

Y aquí se termina la visita, el lugar es una maravilla. La construcción parece algo mágico, sacado de la imaginación de algún juglar medieval. Cada rincón, jardín, mirador y estancia de la Abadía no deja de sorprendernos. Un lugar que hay que visitar ineludiblemente. 
Dejo atrás la Abadía y me dirijo a Avranches donde pasaré mi última noche en Normandía.



- AVRANCHES.

En Avranches se conservan los manuscritos del Mont Saint Michel, se posiciona sobre un peñasco donde confluyen los ríos Sée y Sélune. Debido a su posición estratégica, Avranches tiene un pasado rico y turbulento. Sus orígenes se remontan al origen de los tiempos. En el S. IX a.C. los celtas y los Abrincates ocupaban la región. Tras la Guerra de las Galias (58-51 a.C.) y su conquista por Julio Cesar se convierte en capital galo-romana y goza durante tres siglos de una cierta prosperidad.
A continuación vienen las incursiones de los sajones y luego de los francos que se instalan allí en el 786.
Durante más de un milenio, los obispos serán los personajes más importantes de la ciudad, uno de ellos, Saint Aubert, funda sobre el monte Tombe "Le Mont Saint Michel".
La última vez que Avranches entró en los libros de Historia fue el 31 de Julio de 1944 cuando el general Patton inició su ofensiva en Avranches para acabar la batalla de Normandía, preludio de la liberación de Francia.


Monolito en memoria del general americano George Patton en la plaza Patton.
Avranches. Normandía. Foto del autor.

Yo no lo he dudado y me instalo en el hotel Patton, en la salida sur de la ciudad, justo en la Plaza Patton en donde encontramos un Sherman junto al monolito dedicado al general norteamericano. Desde allí tengo un paseo de 15 minutos hasta el centro de la ciudad. Veo el castillo y el torreón (S. XIII) de la ciudad pero no puedo acceder a su museo pues ya está cerrado y mañana parto para Santander a primera hora. En este lugar estuvo la fortificación romana que inició la historia de Avranches en el S. I de nuestra era.



Castillo de Avranches. Normandía. Foto del autor.

Recomiendo visitar la iglesia de Saint Gervais de estilo neoclásico, con un campanario de estilo neo-renacentista de 74 metros de alto. Su tesoro guarda un relicario de oro y plata en el que, dice la tradición, reposa el cráneo de San Aubert. La imponente iglesia de Notre Dame des Champs frente a los jardines Des Plantes también es digna de ver.


Aquí termina esta serie de artículos dedicados a la región de Normandía. Esta parte de la costa atlántica francesa es una maravilla en la que encontrareis muchos motivos para disfrutar, tanto naturales como arquitectónicos. Un lugar ideal para visitar por sus playas, museos, pueblos con encanto y rincones con Historia, sobre todo de la IIª Guerra Mundial. Si sois aficionados a esta parte de la historia, sus museos, playas, baterías de costa y bunkers os van a encantar.


Vista del Mont Saint Michel desde el sur de la ciudad de Avranches. Ya desde
esta distancia impresiona. Normandía. Foto del autor.




Muchas gracias a todos por estar ahí. Nos veremos pronto en el siguiente artículo, esta vez por Madrid.





PRÓXIMO POST: 11.0- MUSEO THYSSEN DE MADRID. EXPOSICIÓN CARAVAGGIO.



martes, 28 de junio de 2016

10.5- NORMANDÍA. ARROMANCHES. PLAYAS JUNO Y GOLD.

24 de marzo de 2016. Jueves.
Arromanches. Normandía.



A las 08:00 me levanto, bajo a desayunar al hotel De Normandie, su bar cafetería esta decorado como lo estaría una cafetería de los años 40, además tiene un mural espectacular del desembarco de Normandía. Su desayuno buffet no está mal. 
Después de coger fuerzas a base de café, croissant a la plancha, zumo y fruta me dirijo al Museo del Desembarco de Arromanches que tengo a escasos 50 metros del hotel, en plena playa de Arromanches. 


Desayuno en la cafetería del hotel De Normandie. Arromanches. Normandía. Foto del autor.

Una maravilla este pequeño pueblecito de la costa normanda. Tiene una playa inmensa, flanqueada por espectaculares acantilados y con el atractivo añadido de ver los restos de los puertos artificiales que utilizaron los aliados para desembarcar tropas, vehículos y suministros. Gracias a ellos se consiguió la consolidación de las cabezas de playa y el avance posterior al Día-D.


Hotel De Normandie en pleno centro de Arromanches. El antiaéreo alemán en primer plano
apunta hacía la calle principal del pueblo, como en 1944, por donde esperaban que
llegaran los blindados aliados. Nunca se utilizó. Foto del autor.



Playa de Arromanches y Museo del Desembarco desde mi habitación del hotel
De Normandie. Foto del autor.



- ARROMANCHES Y SU MUSEO DEL DESEMBARCO. UN POCO DE HISTORIA. 


Arromanches es una comuna de Francia dentro del departamento de Calvados en la región de Baja Normandía. Esta situada justo en el centro de las cinco playas del desembarco de Normandía.
Las primeras huellas de población se remontan a la Edad del Hierro, posteriormente pasaron por aquí celtas, galos y vikingos. La antigua Arremancia, debido a su playa y a su posicionamiento estratégico, albergó un fuerte al pie del acantilado para protegerse de las incursiones marítimas.
El pueblo de Arromanches les Bains es un pueblo eminentemente de agricultores y pescadores y desde 1870 famoso por ser destino de veraneo estival. Encajado entres sus imponentes acantilados, esta villa asegura a sus visitantes, calma y tranquilidad.


Amanece en Arromanches. Entre sus acantilados y el mar este pueblo normando disfruta de un
paisaje privilegiado. Foto del autor.


La playa de Arromanches fue elegida por los aliados para la instalación de un puerto artificial. Formaba parte de la playa Gold y fue tomada por las tropas que desembarcaron en el pueblo de Asnelles sur Mer a escasos 3 kilómetros de distancia, querían la playa intacta para desembarcar todos los suministros que en las semanas venideras necesitarían los soldados aliados para consolidar la cabeza de playa en Normandía.


Museo del Desembarco en Arromanches y hotel De Normandie. Foto del autor.



Playa de Arromanches. Aún se aprecian algunas cajas Phoenix del muelle artificial.
A la derecha el Museo del Desembarco. Normandía. Foto del autor.

Se tomó la decisión de construir dos puertos artificiales ya que las playas conquistadas no disponían de ellos. El Mulberrry A fue destruído y abandonado tras la tormenta que se prolongó del 19 al 21 de junio, mientras que el Mulberry B de Arromanches, apodado Port Winston, aguantó con algunos daños y desempeñó un papel indiscutible en el avance de las tropas por Normandía.
Los primeros convoyes salieron de Inglaterra en la tarde del 5 de junio y la construcción se inicio el 7 al establecer un rompeolas constituido por viejos buques mercantes. A este rompeolas se le añadieron 115 enormes bloques de hormigón, aún se pueden ver algunos en la playa. Situados a 2 kilómetros de la orilla, formaban un dique de protección desde la Punta de Tracy hasta Asnelles, es decir, 8 kilómetros de cajas flotantes que permitían disponer de un puerto equivalente a 700 campos de fútbol.


Cajas flotantes Phoenix que aún quedan en la playa de Arromanches como recuerdo al
desembarco. Normandía. Foto del autor.

A continuación, se instalaron 3 muelles de descarga. El muelle central (de 750 mts.) servía para la descarga del abastecimiento (medicinas, ropa, alimentos). Por el muelle este desembarcaban tropas y vehículos de todo tipo, ya que era el único que podía admitir vehículos pesados (grúas, tanques, bulldozers, etc.). El muelle oeste estaba reservado para las municiones. Cada muelle estaba comunicado por unas carreteras flotantes para hacer llegar todo el material desde los barcos hasta la costa.


Maqueta del muelle artificial de Arromanches en el Museo del Desembarco.
Normandía. Foto del autor.

Playas del desembarco. En azul el avance los aliados en el primer día. Arromanches
se encuentra justo en medio en la Operación Overlord. Museo del Desembarco
de Arromanches. Foto del autor.

Como defensa disponían de 150 cañones antiaéreos Bofors de 40 mm (se conserva uno en el lado este del museo) y cien globos-barrera a diferentes alturas para evitar ataques aéreos. Como defensa adicional, cada noche se reproducía una niebla artificial para ocultar las luces de un puerto que tenía actividad las 24 horas del día.

En el museo podremos contemplar una gran maqueta, dividida en 4 vitrinas que nos explican de manera muy didáctica el espectacular esfuerzo de ingeniería que lograron los aliados para vencer el 6 de Junio a los elementos y al Ejército alemán.
En la 1ª vitrina vemos un convoy de carreteras flotantes tiradas por un remolcador durante la travesía de La Mancha. Este tipo de convoy solo avanzaba a 6 km/h y tuvo que cruzar 175 kms. de mar, ya que Arromanches era el punto más alejado de Inglaterra entre Nord Pas de Calais y Cherburgo. Los convoyes solo sufrieron un ataque alemán pero casi la mitad de los tramos de carretera se hundieron en el mar debido al mar agitado que retrasó el desembarco 24 horas.


Vitrina 2ª donde se aprecia la
carretera flotante. Museo de
Arromanches. Foto del autor.
Museo del Desembarco.
Arromanches.
Foto del autor.


























En la 2ª vitrina veremos una maqueta animada (el movimiento de las olas se aprecia en la vitrina) del muelle-este comunicado con la playa con una carretera flotante. La carretera flotante, construida en acero, descansaba sobre flotadores metálicos o de hormigón vibrado.
Para desembarcar en este puerto las 24 horas del día, a pesar de las mareas, los ingenieros británicos crearon unos enormes pilares de 30 metros de altura y 40 toneladas que clavaron en el fondo del mar y sobre los que se deslizaban las plataformas de descarga. Este sistema se sigue utilizando hoy en día en los puertos deportivos. En 1944 fue un sistema totalmente novedoso.


2ª vitrina; plataformas de descarga sobre pilares de 30 metros de altura. Maqueta Museo
del Desembarco de Arromanches. Normandía. Foto de autor.

En la 3ª vitrina se muestra la parte central del muelle, constituido por siete plataformas permitía descargar siete buques a la vez. Este muelle estaba situado a 1200 metros de la costa y estaba comunicado con la orilla por dos carreteras flotantes de sentido único. En el punto álgido de actividad se cargaban 745 camiones por hora y se trasladaron a tierra 18.000 toneladas de abastecimientos en un día. En cifras, durante los 100 días que duró la batalla de Normandía, por el muelle "Port Winston" desembarcaron 220.000 soldados, 530.000 toneladas de suministros y 39.000 vehículos. Una auténtica hazaña de las democracias occidentales.


Semioruga M-2 americano junto al Museo del Desembarco de Arromanches. Normandía.
Foto del autor.

En la 4ª vitrina se representan algunas cajas Phoenix, en la actualidad quedan una veintena. Algunas alcanzaban una longitud de 70 metros. La más grande medía 20 metros de altura y pesaba 7.000 toneladas, el peso de la torre Eiffel. Las cajas se remolcaban desde Inglaterra y se hundían en el mar mediante compuertas en 20-25 minutos. Antes del desembarco se hundieron en el Támesis para que no las detectara el espionaje alemán.


Puerto Winston con el pueblo de Arromanches a la izquierda. La foto está sacada en 1944 desde
el acantilado donde se sitúa hoy el Cinema 360º. Foto del autor en Cinema 360º.
Subiendo por la Rue de Calvaire hacía el Cine Circular nos encontramos con este Sherman
que desembarcó aquí en 1944. Dese entonces disfruta de unas bellas vistas.
Arromanches. Normandía. Foto del autor.


Tras salir del Museo me dirijo andando por la Rue du Calvaire (no hace falta traducción) a lo alto de uno de los acantilados del pueblo. Allí se encuentra el Cine Circular de 360º de Aromanches, único en Francia. La sala introduce al espectador en el corazón de la batalla de Normandía. La película "Los 100 días de Normandía" es proyectada en nueve pantallas en una sala completamente redonda.


Cine 360º de Arromanches. Normandía. Foto del autor.



El documental incluye fotografías y películas de época inéditas sobre los 100 días de terrible lucha que duró la batalla de Normandía, desde el desembarco hasta la rendición de los alemanes en la bolsa de Falaise. También narra el sufrimiento de la población civil cuyos pueblos y ciudades fueron arrasados por las bombas de la aviación aliada. Dura 19 minutos. Las entradas cuestan 5 euros. Y dependiendo del año las proyecciones empiezan a las 09:40 y acaban a las 18:10.
Además de la proyección (cada 30 minutos) es posible unirse a una visita guiada por el entorno desde donde se aprecia una vista espectacular del Canal de la Mancha y el pueblo de Arromanches.


Arromanches, sus playas y sus acantilados. Normandía. Foto del autor.



Vista desde lo alto del acantilado donde se ubica el Cinema 360º. A la izq. Arromanches y sus
acantilados, a la dcha. el pueblo de La Fontaine Saint-Come. En el mar los cajones del muelle
artificial que aún perduran. Normandía. Foto del autor.

Cojo el coche y me dirijo a Courseulles sur Mer, allí se encuentra el Museo de la playa Juno. Por el camino es inevitable no dejar de disfrutar de los rincones normandos con encanto que me salen al encuentro.


Espectacular casa normanda en Ver sur Mer. Normandía. Foto del autor.
La historia del Desembarco nos sorprende a cada paso. Ver sur Mer. Normandía.
Foto del autor (parado en un semáforo por supuesto).


- MUSEO DE JUNO BEACH. CORSEULLES SUR MER.

Llego a Corseulles sur Mer, el cielo se encapota y mi olfato de cántabro me advierte que no tardará mucho en llover.
El Museo de la playa Juno se encuentra en plena playa donde desembarcaron las tropas canadienses el 6 de Junio, un sector de 10 kilómetros de longitud donde los canadienses dejaron 319 muertos, 528 heridos y 45 prisioneros. 


Museo de Juno Beach. Courseulles sur Mer. Normandía. Foto del autor.


Por esta senda de arena avanzaron los soldados canadienses para tomar los bunkers
alemanes que, en los costados, no dejaban de disparar sobre ellos.
Coureuller sur Mer. Normandía. Foto del autor.

El museo nos cuenta la historia de la contribución canadiense durante la Segunda Guerra Mundial y nos muestra el Canadá de hoy a través de esta exposición dividida en varias secciones: la película de 4 minutos "Courseulles, 6 de Junio de 1944" nos muestra los pensamientos de un joven soldado canadiense la mañana del 6 de junio, la Canadá de los años 30, Canadá entra en guerra, Los Caminos de la Victoria, Algunos Volvieron Otros No, el documental de 12 minutos "Ellos caminan contigo" y por último CanadÁ Hoy.


Courseulles sur Mer el 6 de junio de 1944 y hoy. Zona de playa en Avenue de la Combattante.
Normandía.

La entrada cuesta 7 euros para los adultos y 5 para los niños. Es un museo muy interactivo, con muchas actividades para los niños, de hecho, coincido con varios grupos de escolares que van resolviendo acertijos y preguntas en unos cuadernillos al recorrer cada sala del museo. Da gusto ver a chavales aprendiendo la historia de sus mayores.
Salgo del museo y me dirijo a la playa, aún quedan restos de varios bunkers alemanes por los que paseo tranquilamente mientras comienza a llover. La playa es espectacular, kilométrica, la divide la desembocadura del río Seulles. 


Bunkers de defensa de la playa Juno frente al Museo. Courseulles sur Mer. Normandía.
Foto del autor.


Bunker alemán en la playa Juno reventado por los cañones navales. Aún se aprecia
el tremendo impacto en su pared de hormigón. Corseulles sur Mer.
Normandía. Foto del autor.



Juno Beach. Las velas sobre la arena son de dos Wind-Kart. Courseulles sur Mer.
Normandía. Foto del autor.

Paseando por el arenal se van descubriendo las cicatrices de la guerra marcadas en el hormigón de los bunkers que construyeron los alemanes y dejaron aquí sus vencedores como recuerdo de lo que no se debe repetir en Europa ni en otro lugar del mundo.


Aquello que se construyo con odio hacía otros hombres, luce hoy como un triste recuerdo
del orgullo de estos. Que se quede ahí para siempre para recordarnos lo poco que
hemos evolucionado en miles de años. Playa Juno. Normandía. Foto del autor.

Regreso de vuelta a Arromanches, la lluvia no deja de empapar la verde tierra normanda. Me recuerda mucho a la lluvia de mi tierra, un montañés siempre esta a gusto caminando bajo su húmedo manto.


Castillo de Creully. Normandía. Foto del autor.
Mensaje en una pared junto al hotel De Normandie. Arromanches. Foto del autor.

Ya estoy de regreso en Arromanches, pasaré mi segunda noche en este precioso pueblo costero normando. Mañana me pongo en camino hacía uno de los lugares más espectaculares y mágicos de Europa; la Abadía de Mont Saint Michel. 
La última etapa de mi viaje por Normandía me espera.



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