Mostrando entradas con la etiqueta Vietnam. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Vietnam. Mostrar todas las entradas

viernes, 17 de enero de 2014

2.17- REMONTANDO EL MEKONG. DESTINO CAMBOYA.

18 de octubre, jueves.
Chau Doc. Vietnam.

 - Chau Doc ciudad fronteriza con Camboya.

A las 05:30 ya estoy arriba. En este país la gente se levanta literalmente con el canto del gallo, en las ciudades con el primer rayo de sol. Así que a las 6 de la mañana cuando estoy desayunando en el hotel ya veo meneo de lugareños por las calles.
Son las 06:35 y unos vietnamitas con sus típicos sombreros picudos vienen a por las mochilas. Las llevaran hasta el puerto para embarcarlas. Al salir del hotel vemos con estupor que las cargan en sus "rickshaws" de 2 ruedas. Nosotros vamos andando, el puerto fluvial para turistas está a unos 500 metros del hotel.


Nuestras mochilas camino del puerto de Chau Doc. Río Mekong. Foto del autor.

 Formamos un grupo de variopintas nacionalidades, casi todos anglosajones y asiáticos. A lo largo del camino se nos van uniendo más somnolientos turistas saliendo de sus respectivos hoteles.


Muelle en Chau Doc donde embarcamos camino al corazón del Mekong, la frontera fluvial
entre Camboya y Vietnam. Foto del autor.

Casas flotantes en Chau Doc. Delta del Mekong. Vietnam. Foto del autor.

Estampa del Mekong a su paso por Chau Doc. Vietnam. Foto del autor.

Dejando atrás las últimas cabañas flotantes de Chau Doc. Voy a popa de la barcaza
y tendré una visión prácticamente de 360º de todo el paisaje que recorreremos
hasta la frontera con Camboya. Río Mekong. Vietnam. Foto del autor.


A las 8 de la mañana tomamos una embarcación lenta toldada, que subiendo por el río Mekong nos llevara hacía la frontera con Camboya, lo que en la película "Apocalypse Now" llamaba su protagonista...el corazón de las tinieblas. No puedo dejar de pensar en el capitán Willard (Martín Sheen) subiendo en esa barcaza de la NAVY por el río Mekong para cumplir su misión. A cada kilómetro que avanza por el río, Willard se trasforma cada vez más en un hombre similar al que tiene que matar. Al conocer la increíble vida del coronel Kurtz (Marlon Brando), lo va admirando y comprendiendo cada vez más. 
Una película que Francis Ford Coppola rodó en Filipinas, pero que tiene en estos paisajes del Mekong su autentica realidad e inspiración.


 Willard subiendo por el Mekong hacía la frontera con Camboya en Apocalypse Now.

A pocos kilómetros de Chau Doc paramos en una cabaña flotante que es una granja de peces. Los crían en el río, encerrados en una gran jaula que ocupa toda la base de la casa. Fue todo un espectáculo ver como les daban de comer. Los encargados abrieron una trampilla, el agua estaba tan oscura que no se veía nada. Uno de los guías le dio un puñado de pienso a una turista americana para que lo tirara al agua. Fue hacerlo y el agua empezó a hervir con una furia tremenda. Los peces detectan la comida y se lanzan como locos hacía ese pequeño espacio por donde entra, todos a la vez. Las salpicaduras son impresionantes.


Dando de comer a los peces en una piscifactoría cerca de Chau Doc. Río Mekong. Foto del autor.

 Los dueños de la piscifactoría no sabían exactamente cuantos peces criaban debajo de la casa, calculaban que cerca de 1 millón y medio. Pero lo mas impresionante vino después. Cuando todo se calmó, el encargado nos mostró removiendo el agua con un palo, al "padre" de todos los peces que allí criaban. Un ejemplar de metro y medio de largo que veíamos pasar como una inmensa sombra a pocos centímetros de la trampilla. A ese no lo ponían a la venta, lo tenían allí para procrear a las hembras y atraer la buena suerte para el negocio.



En la barcaza navegando aguas arriba del Mekong. Nuestro destino, la frontera con Camboya.
Ninguno dudamos de la "calidad" de la embarcación, pero, por si acaso...todos con los
chalecos puestos. Chau Doc. Vietnam.


Tras la granja de peces flotante, el barco nos llevó por un estrecho brazo lateral del río hacía un poblado de cabañas asentadas en el lecho del río, los famosos palafitos. Estas casas apoyadas en cañas de bambú o troncos de árbol sobre las aguas tranquilas del Mekong son idénticas a las que veíamos en la EGB, al estudiar la prehistoria.


Palafito de una aldea flotante de los Cham, cerca de Chau Doc. Río Mekong. Foto del autor.

En este poblado de palafitos de dos pisos de altura habitan familias Cham. Descendientes de la poderosa civilización que floreció en Vietnam del sur durante los siglos IV al XIII. Es un pueblo de origen malayo-polinesio, aunque la aristocracia fundadora del estado habría venido del este de la India. En la actualidad quedan unos 100.000 en el centro-sur de Vietnam y 500.000 en Camboya, son musulmanes y su lengua y escritura proviene del sánscrito indio pero hablan también vietnamita, lengua oficial de su país. Principalmente son comerciantes. Dejamos los zapatos en la rampa de acceso al palafito y subimos descalzos. Toda la familia nos recibe y nos enseñan el telar tradicional, donde hacen sus mejores prendas.


Telar tradicional en una cabaña de los Cham, cerca de Chau Doc. Río Mekong. Foto del autor.

 En la amplia terraza techada del segundo piso nos enseñan los cientos de telas y pañuelos que al doblarse y ponerse a la cintura o en la cabeza crean la falda y el turbante tradicional masculino de los Cham. El anciano patriarca de la familia me utiliza como modelo.


El autor con el comerciante Cham, cerca de Chau Doc. Río Mekong.

 Es un venerable viejecito con una perilla blanca que no medirá mas de 1,60 de altura. Tiene una sonrisa juvenil, unos ojos vivarachos y una mente ágil que seguramente no deja de calcular la ganancia que sacara con este grupo de occidentales. Compré para mi madre un precioso pañuelo de color azul.
En la cabaña-palafito de al lado, la imagen es ancestral. Una madre baña a su hija de 2 años en el río. Después la ducha con un canastillo, y la niña aunque estamos todos asfixiados de calor, tiembla al contacto con el agua. Una estampa encantadora.


Princesita Cham, al fondo una madre baña a su hija en el Mekong. 
Cerca de Chau Doc. Vietnam. Foto del autor.
La familia Cham nos ofrece un té mientras vemos el telar y la ropa que confeccionan con
ellos. Cerca de Chau Doc. Rio Mekong. Vietnam. Foto del autor.


En la cabaña donde estamos, mientras miramos las telas, la peque de la familia camina entre nosotros. Es toda una princesita cham de cuatro añitos, lleva un vestido de flores verdes y tiene unas graciosas coletas a los lados de la cabeza. Como todos en la casa va descalza. Es el centro de atención de todos en la cabaña.

Regresamos a la barcaza tras visitar la cabaña de la familia
Cham. Cerca de Chau Doc. Mekong. Vietnam. 


Tras la visita volvemos por la estrecha pasarela al barco. Mientras la atravesamos, un grupo de personas nos observa desde una embarcación, parece una familia con sus hijos. Según nos cuenta el piloto de nuestra barcaza, todos viven en esa barca techada... es su casa. Nos alejamos del lugar pensativos...


Familia en la aldea Cham, su embarcación es su vivienda. Cerca de Chau Doc. Río Mekong.

El barco sigue avanzando remontando el Mekong. Las imágenes de la vida en el río se suceden a nuestro paso, entre otras, la intemporal estampa de los búfalos de agua bañados en las orillas por sus dueños.  Navegamos al lado de cientos de cabañas y palafitos que se alzan a los lados del río. Un paisaje lleno de paz y serena tranquilidad.

Una familia de búfalos de agua remojándose en el río Mekong. Camino a la frontera
camboyana. Vietnam. Foto del autor.




Cabaña en el río Mekong, navegando rumbo a la frontera con Camboya. Foto del autor.
Todas las cabañas que hay en los canales del Mekong necesitan una barca o varias para
moverse por el río. Navegando hacia la frontera camboyana. Vietnam. Foto del autor.

Mitad casa, mitad embarcación. Delta del Mekong. Navegando hacia la frontera
camboyana. Vietnam. Foto del autor.

Los vietnamitas del delta del Mekong lo hacen todo sobre sus embarcaciones, donde
pasan media vida. Camino a la frontera camboyana. Foto del autor.

Río Mekong. Camino a la frontera camboyana. Vietnam. Foto del autor.


 Docenas de embarcaciones se cruzan con nosotros, unas llenas de niños con sus uniformes del cole y sus mochilas, otras con familias que van al mercado, aquella de mercancías, la otra de ganado. Allí un hombre bañándose en el río con jabón delante de su cabaña, mas allá hombres pescando, mujeres cocinando en sus cabañas y haciendo sus labores...sería interminable intentar describir semejante explosión de maravillosa, pacífica y encantadora rutina humana en el río Mekong. Saco docenas de fotos, cada una cuenta su propia historia, cada una diferente. Una experiencia maravillosa navegar tranquilamente por este increíble río de vida.

Estampa del río Mekong. Navegando hacia la frontera con Camboya. Vietnam. Foto del autor.



Hombre bañándose en la ribera del Mekong. Navegando rumbo a la frontera con Camboya. Foto del autor.
Volviendo del cole en el río Mekong. Foto del autor.
Puente sobre el Mekong, rumbo a la frontera con Camboya. Foto del autor.
Cabaña-barca en el río Mekong, rumbo a la frontera con Camboya. Foto del autor.
Frontera entre Vietnam y Camboya. Nos acercamos al final de nuestro periplo por país
del delta del Mekong. Foto del autor.


Tras tres horas de singladura, a las 12:10 llegamos a la frontera con Camboya. El edificio aduanero es una moderna edificación erigida sobre el río apoyada sobre vigas de hormigón. Se alza al lado de un brazo de tierra que llega hasta el río. Más allá de este punto, ninguna embarcación puede pasar sin control aduanero. A partir de aquí las aguas son camboyanas. En el edificio nos sellan los pasaportes y en su pequeño bar-restaurante comemos arroz con vegetales por 2 dólares.


Oficina de aduanas vietnamita en pleno río Mekong. La frontera terrestre con
Camboya está a escasos 500 metros que recorremos andando.
Vietnam. Foto del autor.




Tras esperar media hora, un oficial vietnamita viene a por nosotros, somos unas catorce personas con sus mochilas. Bajamos a tierra por una pasarela. Nos indica que tenemos que seguir un sendero de tierra yerma de unos 300 metros hasta llegar a la frontera. Él no viene con nosotros. He leído mucho sobre la guerra de Vietnam contra los yankis y la posterior guerra de los vietnamitas contra Camboya para derrocar al régimen genocida de los Jemeres Rojos, y por eso, sé que unos y otros habían sembrado millones de minas por todo el país. Sobre todo en esta parte de su frontera. Con esto en la cabeza, no se puede decir que caminara por el sendero muy tranquilo. No me extrañaría que en la linde de ese camino polvoriento que nos llevaba hacía Camboya, pudiera haber aún minas plantadas durante el último conflicto entre ambos países.

En el próximo artículo os contaré como se toman los camboyanos eso de que los turistas lleguen a su país por esta frontera fluvial del Mekong. No ponen mucho interés por fomentar el turismo.


Próximo post: 2.18- CAMBOYA. EL REINO ESCONDIDO. 

sábado, 11 de enero de 2014

2.16 - 2º día por el delta del Mekong. Mercados flotantes de Can Tho.

17 de octubre, miércoles.
Can Tho. Vietnam.

Hoy me levanto a las 6 de la mañana, había que estar a las 7 en la puerta del hotel porque me pasaban a buscar en una furgoneta. Nuestro transporte recorría varios hoteles recogiendo a los turistas que íbamos a la excursión. Hoy Can Tho es otra, el agua que inundaba sus calles anoche ha desaparecido. Esta claro que el Mekong aprieta pero no ahoga...al menos en esta ocasión. Algunos de los compañeros de tour ya los conocía desde la salida de Saigón. Me llamó la atención un padre de mas de 60 años y su hijo treintañero, australianos, que no dejaban de sacar fotos a todo lo que veían. Seguirán conmigo hasta la capital de Camboya.
La "furgo" nos llevó a un embarcadero, allí subimos a un barco y visitamos el mercado flotante de verduras de Cai Rang. Uno de los más populares de todo el delta.

La casas de los habitantes del delta del Mekong en Can Tho. Vietnam. Foto del autor.

Las canoas y barcas que navegan por los canales del Mekong, son auténticas reliquias
artesanales con más años, seguramente, que sus dueños. Can Tho. Vietnam. Foto del autor.



Navegando hacia el mercado flotante de verduras de Cai Rang. Can Tho. Delta del Mekong.
Vietnam. Foto del autor. 

Mercado flotante de verduras de Cai Rang en la provincia de Can Tho. Cada barcaza
señala la mercancía de su bodega alzando la fruta que venden en una pértiga. Así los
compradores saben lo que vende cada una. Vietnam. Foto del autor.




Navegando hacía el mercado flotante de Cai Rang. Casas de Can Tho en la ribera del Mekong.
Foto del autor.


Mercado flotante de verduras de Cai Rang. Can Tho. Río Mekong. Foto del autor.

 Pese a no ser el más grande es el que más actividad comercial registra. Es impresionante contemplar los cientos de pequeños botes, barcos, embarcaciones de todas clases e incluso canoas llenas hasta los topes de frutas, vegetales, arroz, toda clase de comestibles, ropa e incluso maquillaje.
A la hora a la que llegamos ya había poca gente. La mayor parte de las embarcaciones que quedaban eran grandes barcazas que vendían su mercancía al por mayor o por unidades en el caso de los barcos cargados de turistas, que bajábamos y subíamos por el río.


Tele-café en el mercado flotante de Cai Rang. Can Tho. Río Mekong. Foto del autor.

Mercado flotante de Cai Rang. Can Tho. Mekong. Foto del autor.

Las barcazas llevaban dos largas pértigas, una a proa y otra a popa en las que colgaban el producto que vendían: piñas, calabazas, plátanos...todo lo imaginable. Yo compre una piña entera. Me invitaron a pasar a la bodega de la barcaza que estaba literalmente llena hasta la mitad de piñas. Era un mar de piñas sobre lo que estaba sentada la vendedora. Me dejo elegir la que quisiera y me dijo que se la tirara, no me imaginaba caminando sobre tanta fruta.  Ella la cogió al vuelo y con un enorme machete de jungla la corto en unos segundos en forma de gajos ante mis atónitos ojos. La ensarto en un palito de madera y me la dio con una sonrisa. Bruce Lee no lo hubiera hecho ni más rápido ni mejor ¿Cuántas miles habría cortado en su vida?

La barcaza de las piñas, señala su cargamento llevando una de sus frutas como de un
estandarte se tratara. Mercado flotante de Cai Rang. Can Tho. Río Mekong.
Vietnam. Foto del autor.




Barcaza llena de piñas, mercado flotante de Cai Rang. Can Tho. Río Mekong. Foto del autor.
Mi piña cortada, mercado flotante de Cai Rang. Can Tho. Río Mekong.
Foto del autor. 

 Nunca he probado una piña mejor, no quedó nada de ella.
En nuestro barco iba el hijo del hombre que llevaba el timón, se llama Kam y tendrá unos 5 años. Bajó con nosotros en un pequeño embarcadero para enseñarnos uno de los mercados que había pegado al río. Los puestos más cercanos a la ribera estaban llenos de toda clase de pescados. A medida que te internabas por las calles, los puestecillos variaban en sus productos, podías encontrar cualquier cosa. 
El peque iba todo orgulloso delante de los extranjeros mostrándonos todas las maravillas de su pueblo.
Era muy gracioso, tras 20 minutos caminando no quisimos alejarnos demasiado del embarcadero y volvimos. El pequeño Kam volvió a ponerse a la cabeza de la expedición y nos guio de vuelta al barco de su padre, todo un guía explorador liderando a sus asombrados turistas.

Tras un duro día de mercado flotante, nada como echarse una siestecita mecido
por el río Mekong. Can Tho. Vietnam. Foto del autor.



La vida de miles de familias que ven pasar sus existencias en estas frágiles embarcaciones,
no ha cambiado en siglos. Can Tho. Delta del Mekong. Vietnam. Foto del autor.




Esperando turno en la gasolinera flotante, mercado flotante de Cai Rang. Can Tho. Río Mekong.
Foto del autor.
Los motores-timón que llevan la mayor parte de las barcazas del Mekong son prácticamente
artesanales. En este caso la familia vive en su barco y cuelga la colada de un costado.
Can Tho. Vietnam. Foto del autor.

Casas con salida al delta del Mekong en Can Tho. Vietnam. Foto del autor.

La vida en el delta del Mekong es como en cualquier otro lugar, su ropa secándose al sol,
sus terrazas mirando al río para tomar el té y charlar con los amigos.
Can Tho. Foto del autor.

Una patrullera del ejército de Vietnam, quiero pensar que está para el desguace pero
conociendo las reliquias que todavía utilizan aquí para todo...puede que siga aún en
servicio. Delta del Mekong. Foto del autor.


Después del mercado flotante y del mercado en tierra, nos llevaron a un estrecho canal que desemboca en el gran río. Querían enseñarnos una fábrica artesanal de los famosos nuddels vietnamitas. Los nuddels son esos fideos alargados y finos que los asiáticos se comen de mil maneras diferentes. Están hechos de una mezcla de harina de arroz y tapioca. En Vietnam especialmente se los toman en su "famosa" sopa Po.
La pasta de los nudels vietnamitas se aplasta con esta máquina casi artesanal. Can Tho.
Delta del Mekong. Vietnam. Foto del autor.

Después de cocer la pasta se deja secar en esteras de palma para luego cortarla en
largas tiras y venderlas. Son los nudels. Can Tho. Delta del Mekong. Foto del autor.




Tortas de harina de arroz y tapioca, los famosos nudels vietnamitas antes de ser cortados. Can Tho.
Río Mekong. Foto del autor.

Son las nueve y media de la mañana y estamos sentados en un pequeño bar al lado de la fábrica de fideos (la "fábrica", son unas cabañas y un amplio patio donde dejan secar las tortas que luego cortaran en forma de espaguetis). Estamos en una pequeña terraza de bambú con 3 o 4 mesas de madera y unos pequeños taburetes. Dicha terraza se sostiene con pilotes de madera sobre el canal, una delicia. 
Vemos como Kam da de comer a un conejito enjaulado. Le da unas hierbas y el animal mueve compulsivamente el bigote mientras se las zampa. Por el camino de tierra que sigue paralelo al canal y que está bordeado de palmeras, un campesino se aleja en su motocicleta...la escena es muy relajante.


Uno de los miles de canales y brazos de agua que alimentan el Mekong. Can Tho. Foto del autor.
El pequeño Kam con sus mascotas. Can Tho. Río Mekong. Foto del autor.

 La paz y la serenidad cortan la respiración ante una belleza tan sencilla y natural. La sonrisa de un niño con su mascota, el canal entre la exuberante vegetación del país, la amabilidad de sus gentes...hay que vivirlo.
Tras los minutos de serena paz oriental, llega el capitán del barco y papá de Kam. Hay que volver al hotel señores. Llegamos a las 11 de la mañana y nos dicen que tenemos un par de horas para comer. Nos fuimos a un italiano, ya tenemos sobredosis de nuddels y sopa Po para el resto de nuestra vida.


"Aparcando" a la puerta de casa, cerca de Can Tho. Río Mekong. Foto del autor.

A las 12:30 ya estábamos saliendo en una furgoneta hacía Chau Doc. Son 2 horas y 45 minutos ininterrumpidos de casas y gentes viviendo al borde de la carretera. No hay ni un solo resquicio a los lados de vía para una pequeño solar o descampado, es todo humanidad, increíble.
La "furgo" hace una parada en una super cafetería/hostal/gasolinera/,venden souvenirs de todo tipo y los del lugar nos miran como si acabáramos de aterrizar en un platillo volante. Se supone que los vietnamitas del sur están más acostumbrados a los occidentales que los del norte, pero estos parece que no.

El exótico y exuberante paisaje de los canales del Mekong camino a Chau Doc. Vietnam.
Foto del autor.




En ruta hacía Chau Doc, típica casa del Mekong. Foto del autor.
En ruta hacía Chau Doc, red lista para la pesca. Mekong. Foto del autor.

15:00 h, ya en el hotel en Chau Doc, ciudad de 110.000 habitantes que hace frontera con Camboya. La actividad comercial de esta bulliciosa urbe se desarrolla en torno al agua. Muchos de sus habitantes viven no sólo a orillas del río en casas sobre pilotes, sino sobre él en casas flotantes. Durante siglos Chau Doc ha permanecido bajo el dominio funan, cham, jemer y vietnamita, por lo que esta ciudad presenta la mayor diversidad étnica y religiosa de la región. Estamos en el hotel Vinh Puoc en la calle Quang Trung y tenemos la habitación más grande hasta ahora de todo el viaje con aire acondicionado, tele, ducha caliente pero sin nevera. A las 5 de la tarde salimos a la ciudad en busca del mercado. Enseguida lo encontramos, más de lo mismo. Mucho ambiente, muchas sonrisas cuando nos ven pasar, sobre todo de gente joven, y un montón de puestos que venden todo lo imaginable.

Mercado de Chau Doc. Muy cerca de la frontera con Camboya. Vietnam.
Foto del autor.




Escena cotidiana en el mercado de Chau Doc. Mekong. Foto del autor.

 
Paseando por Chau Doc. Delta del Mekong. Vietnam. Foto del autor.

Miro en la guía y ceno en un restaurante medio decente que recomiendan. Son ya las 20:30 de la tarde y ya es noche cerrada. No hay nadie por la calle y me vuelvo al hotel, soy un trasnochador. Mañana me levantaré a las 6 para despedirme de Vietnam y continuar mi escapada por Camboya.

Próximo post: 2.17- REMONTANDO EL MEKONG. DESTINO CAMBOYA.