viernes, 20 de agosto de 2021

19.1- CANTABRIA. LUGARES CON ENCANTO (I). SONABIA Y LA OJERADA DE AJO.

 Las Palmas de Gran Canaria.


Santander, 6 de agosto de 2021.

Ha pasado prácticamente 1 año y medio sin hacer una Escapada (la última fue a Melbourne, Australia, en febrero de 2020) y varios meses sin publica. Tras este paréntesis involuntario vuelvo al teclado de mi portátil con todas las ganas para mostraros nuevos rincones con encanto, naturaleza en estado puro y gastronomía que no la mejoraría ningún restaurante con estrellas Michelin.

Hace un par de días que regresamos de la Tierruca, tras unos días de vacaciones en los que, la familia y amigos han sido los mejores guías para estos viajeros. Aunque creamos conocer algo de este vasto planeta tras tantos viajes, siempre nos vuelve a sorprender nuestro maravilloso país, en este caso la tierra que me vio nacer, la cual atesora rincones de impresionante belleza.


- CANTABRIA ALLÁ VAMOS.

Sin más preámbulos vamos a abrir con este artículo una serie de reportajes sobre rincones con encanto de Cantabria. Espero que estas líneas os animen a conocerlos o a los que ya los conocéis a revisitarlos.

Me encanta la geografía y la cartografía y no hay nada mejor para observar los paisajes desde lo alto; sus montañas, las líneas de costa, las ciudades y pueblos, que observarlas desde un avión. 

Volamos desde Gran Canaria y siempre con el móvil a mano para poder inmortalizar desde el aire paisajes como este de la costa de Laredo y Santoña. Al final del reportaje, en el vuelo de regreso, también pude sacar maravillosas fotos del litoral cántabro.

Desde el aire podemos contemplar la maravillosa imagen del Parque Natural de las
Marismas de Santoña. Se aprecia perfectamente la larga playa de Laredo o Salvé, frente
a ella y rodeado por el Cantábrico la mole del monte Buciero y a sus pies Santoña. A su izquierda
la línea de arena de la playa de Berria que une la península donde se asienta Santoña con
el resto del continente. Cantabria. Foto del autor.



- CANTABRIA SIEMPRE BELLA Y MÁS CON LLUVIA.

No hay que temer una Cantabria con lluvia en agosto, es normal que durante varios días llueva. Si tenemos la "mala" suerte, como este año, de que llueve casi todo el mes, estamos de suerte, porque el tiempo que íbamos a dedicarle a la playa lo dedicaremos a descubrir lugares con encanto.


Paseo del muelle Calderón en la bahía de Santander. En primera línea una lancha que nos
lleva a la playa del Puntal, a Somo o a Pedreña. Cantabria. Foto del autor.


Vista ampliada de la bahía de Santander bajo la mole del Centro Botín, el museo de arte 
diseñado por Renzo Piano. A la derecha de la imagen vemos Peña Cabarga. La imponente
mole de piedra que desde siempre reina sobre una de las bahías más hermosas del mundo.
Cantabria. Foto del autor.

Museo Botín en los jardines de Pereda, al lado vemos la Grúa de Piedra que salvaron
los santanderinos cuando en el diseño primigenio del nuevo museo, los mandamases
del Banco Santander pretendían hacerla desaparecer. La Grúa de Piedra orgullo de muchos
niños que jugamos a la sombra de su noble mole. Santander. Foto del autor.

Vista de la bahía desde el embarcadero de Los Reginas. Junto a él, el palacete del
embarcadero, antiguas oficinas del Puerto de Santander donde trabajó mi abuelo
paterno Don Antonio Ruiz Elorza y por donde paseaba a sus nietos. Uno de ellos
el que suscribe. Santander. Foto del autor.

Tomar un mediano en el muelle del embarcadero
es uno de los "imprescindibles" en la bahía
de Santander. Al fondo Peña Cabarga.
Santander.
Café con encanto en el muelle del embarcadero
a la derecha el Palacete del Embarcadero, hoy
sala de exposiciones con su rompeolas 
coronado por una de las farolas más
fotografiadas de España. Santander.



Esculturas en bronce de Los Raqueros, los jóvenes de Puertochico que, a finales del S.XIX
y principios del XX se arrojaban a las aguas de la bahía de Santander a recoger las
monedas que tiraban autóctonos y visitantes para su divertimento.
Al fondo el Real Club Marítimo de Santander. Foto del autor.

Pasear bajo la lluvia desde la Estación Marítima hasta la Duna de Zaera a los pies del Palacio de Festivales de Cantabria, es una gozada. 

Esta duna artificial fue diseñada por Alejandro Zaera para el Mundial de Vela de 2014 que se celebró en Santander. Se encuentra al lado del dique de Gamazo, un dique seco que permitía reparar los buques y cuya construcción comenzó en 1884. En la antigua caseta de bombas, que drenaba el agua de mar para el dique, ahora nos encontramos con un espectacular restaurante "La Caseta de Bombas" que ha sabido conservar la estética del edificio.

Detrás veremos las Naves de Gamazo, un lugar rehabilitado para servir de centro de exposiciones desde principios del S. XX (1908 dice la web oficial de fundación Enaire). Aunque en este lugar, desde mucho antes había una serie de pequeños astilleros artesanales donde, entre otros, mi bisabuelo paterno Don Abundio Ruiz desde finales del S. XIX junto a sus compañeros fabricaban y reparaban multitud de barcos de pesca y las famosas  "Corconeras" las lanchas que cruzaban la bahía.

Duna de Zaera en la bahía de Santander bajo la lluvia. Al fondo Puertochico, el pequeño
muelle deportivo en pleno centro de Santander. Foto del autor. 


Vista de Santander desde Somo, el lado occidental de la bahía de Santander nos ofrece
unas vistas espectaculares del Cantábrico y su entorno. Foto del autor.


Vista desde el paseo marítimo de Somo del inicio de la playa del Puntal, a la izquierda de la
imagen la ría de Cubas, al frente la bahía de Santander y la capital de Cantabria.
Foto del autor.

El autor frente a la 2ª playa del Sardinero. Santander. Cantabria.



- PLAYA DE SONABIA Y DESEMBOCADURA DEL RÍO AGÜERA.


Antes de iniciar la ruta por Sonabia os voy a recomendar un restaurante espectacular para poder comer a lo cántabro.

Os invito a reservar en Casa Nieves situado en la plaza Marcelino Perujo 28 de Gibaja, el local se encuentra en pleno centro del pueblo. Nosotros pedimos 2 menús cerrados. 

El primero: chuletón a la piedra de 1 kg. (para dos por 50 euros) que venía acompañado con croquetas, ensalada de foie, postre, bebida y pan. El segundo menú constaba de: rodaballo al horno (para dos también por 50 euros) acompañado por pimientos rellenos, langostinos a la plancha, postre, bebida y pan. El pan de pueblo es delicioso así como el resto de platos que disfrutamos ese día. El trato del personal muy amable y familiar (nos cambiaron 3 veces la piedra del chuletón cuando se enfriaba) y los productos de primera calidad. Muy recomendable. 


Chuletón a la piedra en Casa Nieves.
Gibaja. Foto del autor.

Ensalada de foie, pimientos
rellenos y langostinos a la 
plancha. Casa Nieves, Gibaja.
Foto del autor.













Tras cargar las pilas en Gibaja, nos dirigimos a Sonabia primero por la N-629 y luego por la autovía del Cantábrico dirección Castro Urdiales.

El primer lugar con encanto que vamos a visitar en este artículo es la espectacular ensenada del río Agüera, también conocida como ría de Oriñón. Aquí se encuentra la playa de Oriñón. Si seguimos por la carretera Oriñón-Sonabia vamos a llegar al centro del pueblo, donde se encuentra la Ermita de la Virgen del Refugio, podemos aparcar aquí cerca o un poco más adelante. Ahora solo nos queda admirar el impresionante murallón de peña Candina.

Playa de Oriñón desde la carretera Oriñón-Sonabia. Al otro lado la Punta de Islares.
Cantabria. Foto del autor.



Ermita de la Virgen del Refugio (1882). Sonabia. Cantabria. Foto del autor.


Desde el aparcamiento junto a la ermita de la Virgen del refugio tenemos unas vistas
impresionantes de Peña Candina y de uno de los Ojos del Diablo. También se aprecia
desde aquí abajo el impresionante vuelo de los buitres. Cantabria. Foto del autor.


 Además podremos ver casi desde el nivel del mar los Arcos de Llanero, más conocidos como Los ojos del Diablo, un afloramiento rocoso en forma de doble puente y que se encuentra junto a una impresionante buitrera. Se puede subir hasta aquí por una ruta circular a pie de 8 kilómetros que nos llevará a lo alto de uno de los macizos kársticos más importantes de Cantabria. Llegaremos a los 470 metros de altitud con un desnivel de 350 metros, no es complicada la subida y nos llevará unas 3 horas ida y vuelta.

El punto de partida de la ruta se encuentra en la salida de Oriñón-Liendo (Km-164) en la Autovía del Cantábrico A-8 yendo en dirección Santander-Bilbao. Seguimos un poco la carretera N-634 y en el kilómetro 161 veremos un antiguo tramo de carretera habilitado como aparcamiento. 

Monte Candina y sus Ojos del Diablo.
Abajo Sonabia y la desembocadura del
río Agüera. Cantabria.

    

Monte Candina y sus Ojos del Diablo.
Cantabria.



Ruta a pie para llegar a los Ojos del Diablo en Peña Candina. Cantabria.


El vuelo de los buitres se observa perfectamente desde Sonabia. Una maravilla. Aquí tenemos dos opciones o seguir por el sendero que nos lleva a la playa de Sonabia o hacer como nosotros y continuar hacia el mirador de Punta Pilota.

 

La playa de Sonabia. Cantabria. Foto del autor.

Sendero junto a la playa de Sonabia. Cantabria. Foto del autor.

Playa de Sonabia a los pies de Peña Candina. Arriba a la derecha de la imagen
se aprecia uno de los Ojos del Diablo. Cantabria. Foto del autor.

La impresionante mole de Peña Candina y la playa de Sonabia a sus pies. Al fondo se aprecia
el monte Buciero que se alza sobre Santoña. Cantabria. Foto del autor.

Mirador de Punta Pilota. Desde aquí se aprecia la playa de Sonabia, Peña Candina y al fondo
el monte Buciero de Santoña. Cantabria. Foto del autor.


Para acabar el día nada mejor que, de vuelta a Santander, parar en El estanque de Gama, un lugar ideal para disfrutar de un café, un combinado o un pequeño refrigerio. También podemos comer o cenar. El entorno es espectacular, un antiguo palacio de indianos reconvertido en negocio hostelero. Tiene un jardín donde disfrutar del aire libre con una zona de juegos con tirolina para los niños y un aparcamiento de tierra junto al arroyo Cantijos en las marismas de Santoña. Se encuentra en la N-634, km-179 en Bárcena de Cicero.

En el Estanque de Gama. Cantabria.
Foto del autor.

 
El Estanque de Gama. Un lugar con mucho
encanto. Cantabria. 









Tras este primer día, regresamos a casa a descansar, mañana nos espera una de las rutas por la costa de Cantabria más bellas de todo el norte de España. Visitaremos la Punta del Rostro en el municipio de Ajo, veremos el faro de la misma localidad recientemente "decorado" por el pintor Okuda y caminando por una senda junto al mar llegaremos a la Ojerada, un lugar impresionante.



- LA OJERADA DE AJO.


Madrugamos hoy para quedar con un gran amigo que conoce muy bien toda la costa de Ajo ya que reside en el pueblo. Ignacio Pastor, un amigo de la infancia y un gran artista de la pintura, al que le pedí que nos enseñara esa joya natural que atesora la costa de su localidad. Si queréis ver sus obras buscar en Facebook: Ignacio Pastor.

En esa mañana el cielo ya nos advertía que iba a llover, es un típico día de agosto nublado y con aroma a calabobos.

Llegamos a Ajo, tras el emocionado reencuentro tras un año sin vernos, tomamos café y nos dirigimos, atravesando el pueblo a una de las primeras obras de arte que veremos hoy. El propio autor nos la mostrará. El mural se hizo en la fachada de la academia de surf, Ajo Natura Surf Camp. 

El autor del mural Ignacio Pastor posa con nosotros en el centro de la imagen.
Ajo. Cantabria. Foto de Mónica Escagedo.

La segunda obra que nuestro buen amigo Nacho nos muestra es la que realizó para la pista de patinetes (skates lo llaman ahora) que se encuentra en el parque de la playa de Cuberris (la playa de Ajo). La obra imita una piscina con una tiburón y una bañista en el fondo.

Pista de patinetes en la playa de Ajo decorada por Ignacio Pastor.
Cantabria. Foto del autor.


Salimos de la playa de Ajo por la avenida de Cuberris y nos dirigimos a la avenida del Faro por la CA-446 hasta el pequeño aparcamiento que hay frente al faro de Ajo.

Llevamos chubasqueros y paraguas, el cielo encapotado que viene raudo desde la bahía de Santander nos advierte de que llega la lluvia.

Vista desde Punta del Rostro en Ajo hacia la costa occidental. Tras ese muro de piedra
que es Punta Cárcabo está Santander. Foto del autor.

La lluvia ya está sobre nosotros. Nos encaminamos hacia el faro de Ajo.
Cantabria. Foto del autor.


El pequeño faro de Ajo decorado por Okuda. Cantabria.
Foto del autor.


Los acantilados que nos rodean son impresionantes. Cabo de Ajo. Cantabria.
Foto del autor.

Continuamos por la senda desde el faro de Ajo hasta la Ojerada. Es un paseo de 15 minutos.
Cantabria. Foto del autor.


Bajando por la senda llegaremos a la Ojerada, al fondo se ve la playa de la Arena en la
ría de Ajo. Cantabria. Foto del autor.


Vista hacia occidente desde el cabo de Ajo. Cantabria. Foto del autor.

Vista hacia la costa oriental desde el cabo de Ajo. Cantabria. Foto del autor.

Con lluvia llegamos a la Ojerada a refugiarnos y a disfrutar de las vistas.
Ajo. Cantabria. Foto del autor.

Incluso bajo la lluvia el lugar es impresionante. Puede que más así. La Ojerada de Ajo.
Cantabria. Foto del autor.

Millones de años de erosión nos contemplan en la Ojerada. Ajo.
Cantabria. Foto del autor.

Desde la Ojerada vista hacia la costa occidental. Cantabria. Foto de Ignacio Pastor.


El balcón de la Ojerada el Trono del Cantábrico. Ajo. Cantabria.
Foto de Ignacio Pastor.

Vista hacia el oriente desde la Ojerada. Ajo. Cantabria.
Foto de Ignacio Pastor.

Los tres hermanos en el Trono del Cantábrico. El balcón de la Ojerada. Ajo.
Cantabria. Foto de Ignacio Pastor.

Nos despedimos de la Ojerada para descubrir un último lugar muy cerca de aquí. 
Ajo. Cantabria. Foto del autor.



Tras dejar la explanada de piedra de la Ojerada nos dirigimos por un sendero a la cueva que hay un poco por debajo. Un lugar mágico que, cuando ruge el Cantábrico, suena como un instrumento de viento gigante. Las olas entran por el lado que da al mar y por el lado de tierra el sonido del mar se transforma en un rugido de monstruo marino.

En la entrada de la cueva de la Ojerada.
Ajo. Cantabria. Foto de Mónica Escagedo.

Cueva de la Ojerada. Ajo. Cantabria. Foto de Roberto Ruiz Torío.

Cueva de la Ojerada. Ajo. Cantabria. Foto de Mónica Escagedo.



- LA PLAYA DE LANGRE Y EL FARO DE CABO MAYOR.

Las nubes siguen cubriendo el cielo de Cantabria, hace unos maravillosos 19º C. que en pleno agosto se agradecen. Para terminar el día nos dejamos caer por la playa de Langre, un precioso arenal de 1 kilómetro de largo rodeado de acantilados de 25 metros al que se accede por una larga escalera. Se encuentra próximo al pueblecito de Langre y al más grande de Galizano en el municipio de Ribamontán al Mar.

Playa de Langre, vista hacía el este desde el final de la carretera que divide la playa
en dos partes, está que da al oriente es más grande que la otra que está cerrada al público
por desprendimientos. Cantabria. Foto del autor.


Desde el final de la carretera vista hacia occidente de la playa de Langre. Está cerrada
al público por recientes desprendimientos que se aprecian en la parte izquierda de la imagen.
Cantabria. Foto del autor.



Tras contemplar esta belleza natural nos desplazamos a Galizano a tomar un café antes de volver a Santander. Por la tarde nos espera una ruta por el faro de Cabo Mayor en la capital cántabra en el Mini de mi hermano Fernando Ruiz Torío. Una gozada.

En ruta hacia el faro de Cabo Mayor con el Mini de 1972 de Fernando Ruiz.
Santander. Foto del autor.


Vista del Cantábrico hacia el oeste desde el faro de Cabo Mayor. Santander. Foto del autor.


Vista desde el faro de Cabo Mayor hacia la zona este. Se aprecia la bahía de Santander y la 
línea de costa que sigue hacía Laredo y Castro Urdiales. Santander. Foto del autor.


Fernando Ruiz Torío y su máquina en el faro de Cabo Mayor.
Santander. Foto del autor.


Espero que esta pequeña ruta por dos lugares no muy conocidos de Cantabria os anime a visitarlos para disfrutar de un maravilloso día al aire libre.

Ojalá muy pronto podamos volver a viajar como antes, preparar esa mochila, las rutas por países desconocidos y exóticos y disfrutar de esa libertad que, durante 15 o 20 o 25 días tenemos para movernos por donde deseémos.

Por ahora aprovechamos para conocer los rincones menos conocidos de nuestro país.

Como guinda al artículo os dejo dos fotografías aéreas de uno de los entornos naturales más bellos de Cantabria.

Vista aérea del Parque Natural de las Dunas de Liencres. Cantabria.
Foto del autor.


Vista desde el avión de las playas de Suances, más arriba
se aprecia el Parque Natural de las Dunas de Liencres y en 
la parte más alta de la foto la bahía de Santander. 
Foto del autor.


¡¡¡Cuidaros mucho y hasta pronto!!!



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