martes, 13 de junio de 2017

14.1- BUDAPEST (I). CIUDADELA, PALACIO REAL Y MERCADO.

2 de junio de 2017. Viernes.
Maspalomas. Gran Canaria.

Mayo-2017.


El vuelo desde Madrid a Budapest dura aproximadamente dos horas y media. Se sobrevuela el sur de Francia, el norte de Italia, donde se observa perfectamente la costa de Venecia y una vez pasada Eslovenia se contempla la extensa llanura húngara incluyendo el espectacular lago Balatón, este tesoro natural indica que nos encontramos muy cerca de Budapest. 

Desde el aeropuerto al centro solo tenemos que coger el autobús 200E y en la última parada coger el Metro de la línea 2 para que nos deje en pleno centro de la ciudad. Es conveniente coger un bono de 10 tickets en la taquilla del aeropuerto para poder utilizar todos los transportes de la ciudad; autobús, tranvía y metro.
Nuestro hotel, el Budapest Holidays Harmony se encuentra justo al lado de la línea 3 del metro, en la parada Ferenciek tere, así que solo tuvimos que hacer un transbordo. 
Ya en nuestro alojamiento, mañana empezaremos nuestro recorrido por una de las ciudades más bellas de Europa. Lo haremos andando, que es la mejor manera de conocer una ciudad.


- BIENVENIDOS A BUDAPEST. MONTE GELLERT Y CIUDADELA.

Ha amanecido un día precioso, salimos del hotel y nos encaminamos a la plaza 15 de Marzo que tenemos a escasos 200 metros de nuestro alojamiento. Desde esa plaza cruzaremos el Puente Isabel para cruzar el Danubio y pasar a Buda, allí visitaremos la colina Gellért. En la plaza 15 de marzo se halla la iglesia Belvárosi, la más antigua de Pest (S. XII), tiene una mezcla de estilos que incluye el románico, gótico, renacentista, barroco y neoclásico. Sus cimientos se asientan en el antiguo "castrum" romano de Contra Aquincum (S. III) que se encontraba en este mismo lugar.


Puente Isabel, une la plaza 15 de Marzo en Pest con la colina Gellért en Buda. En la foto se aprecia
la colina cubierta de vegetación, a la izq. de la foto. Al fondo se perfila el Palacio
Real. Budapest. Hungría. Foto del autor.

Desde aquí se observa la impresionante y boscosa colina Gellért, al otro lado del Danubio. Tiene 235 metros de altura y desde sus laderas y su cota se observan una de las mejores vistas  sobre el Danubio y la ciudad. Debe su nombre al obispo Gerardo (Gellért) que intentó evangelizar a los antiguos húngaros magiares en el S. XI. 
Atravesamos el puente Isabel, que fue el puente colgante más largo del mundo hasta 1920. Es el tercer puente más reciente de la ciudad y lleva el nombre de la famosa emperatriz de Austría-Hungría Isabel, la famosa Sisí que adoraba esta ciudad y sus habitantes la correspondían con el mismo cariño. Se construyó de 1897 a 1903 y atraviesa la zona más estrecha del río a su paso por Budapest, 290 metros.
 Nada más atravesar el río nos encontramos con la inmensa estatua del obispo Gellért, que se erige a media altura de la colina, en su cima tras una ruta a pie por sus boscosos senderos visitaremos la Ciudadela.




La estatua de San Gerardo es
inmensa. Budapest. Hungría.
Foto de Araceli Hidalgo.
Monumento a San Gerardo en la colina
del mismo nombre, visto desde el
Puente Isabel. Budapest. Hungría.
Foto del autor.




























La estatua de San Gerardo, es monumental, dice la leyenda que en este mismo punto donde se alza, los antiguos húngaros, hartos de las prédicas del obispo lo metieron en un barril y lo arrojaron al Danubio en 1046. Lo que está claro es que consiguió convertir al cristianismo todo el territorio y ser nombrado santo patrón de Hungría.
"El camino hacía lo alto de la colina no es apto para gente que no esté en forma", esta frase la he encontrado en más de una guía y blog, pero me parece un poco exagerada. No hace falta ser un "ironman" para ascender a pie por la Gellért. Poco a poco se sube bien, nosotros hicimos parada en la estatua de San Gerardo, en sus diferentes balcones-miradores desde donde se disfruta de unas vistas privilegiadas "casi" sin turistas, en unos 20 minutos ya nos encontramos en lo alto, en plena Ciudadela. Para los que se quieran evitar la caminata solo tienen que coger el autobús Nº 27.


Hay varias sendas y caminos para subir hasta lo alto de la colina Gellért. Se tarda unos
20 minutos y se hace muy agradable, la colina esta cubierta de árboles. Desde varios
miradores se observa la maravilla del Danubio. En la foto se ve el Puente de las
Cadenas. Budapest. Hungría. Foto del autor.


En lo alto del monte Gellért se halla la Ciudadela, una fortificación con planta elíptica levantada entre 1850 y 1854 por los Habsburgo tras los levantamientos republicanos de la guerra de la independencia. Su función era claramente intimidatoria, sus más de 60 cañones podían alcanzar cualquier punto de la ciudad. En la actualidad, la fortificación se utiliza como observatorio y alberga un complejo hostelero. En lo alto del monte se disfruta de una de las vistas más impresionantes sobre la ciudad en 360º y por supuesto sobre el río Danubio. Una maravilla que no podéis dejar de visitar. Además si tenéis ganas de disparar un auténtico arco compuesto, podéis hacerlo, yo no dude un segundo, había leído tanto sobre esa mítica arma, que me resultó irresistible. Gracias a ella, los mongoles casi se hacen con toda Europa, si no llega a ser por sus propias disensiones internas. Una historia apasionante que en muchos aspectos, se dirimió en estas llanuras húngaras.


El tiro con arco compuesto es más complicado de lo que parece. Imaginad como sería,
además, lanzado a galope tendido, apuntando hacía atrás y manejando el
cabalo con las rodillas. Se decía que los mongoles nacían sobre una
silla de montar. Budapest. Hungría. Foto de Araceli Hidalgo.



Vista desde lo alto del monte Gellért, en la Ciudadela. Se observa el puente colgante
Isabel, por el que hemos cruzado desde Pest. Y más al fondo el Puente de las Cadenas
que visitaremos también hoy. Budapest a nuestros pies. Hungría. Foto del autor.


Desde lo alto de la Ciudadela tenemos toda la ciudad a nuestros pies. No solo podemos contemplar
la parte este si no la oeste también. Budapest. Hungría. Foto de Araceli Hidalgo.

En el extremo del monte Gellert que se asoma al Danubio, se encuentra uno de los mejores miradores para disfrutar de las vistas sobre el Danubio, justo donde se alza el monumento a la Liberación, otro de los símbolos de la ciudad. Este monumento se distingue desde numerosos puntos de Pest y honra la memoria de los soldados soviéticos que derrotaron a los nazis en la batalla de Budapest en 1945.


Desde el extremo norte del monte Gellért las vistas sobre el Palacio Real, donde resalta su cúpula,
el Puente de las Cadenas y la isla Margarita con su parque arbolado son preciosas.
Budapest. Hungría. Foto del autor.




- PALACIO REAL DE BUDAPEST.

Desde el monte Gellert callejeamos un poco para acercarnos al Palacio Real, para subir a lo alto de sus 170 metros se puede hacer de varias formas, nosotros lo hicimos a pie subiendo por los Peldaños Reales. También se puede llegar en autobús desde Buda utilizando el autobús urbano 16 o 16A, o desde Pest utilizando las mismas líneas. En funicular desde Clark Adam ter junto al famoso Puente de las Cadenas, o en Metro cogiendo el Nº2 bajándonos en la estación Moszkva tér, desde aquí tenemos 10 minutos hasta la Puerta de Viena.


Peldaños Reales que nos llevan a la zona gótica del antiguo Castillo de Buda, actual
Palacio Real. Budapest. Hungría. Foto del autor.


Aunque en el S. XIII ya existía una fortaleza levantada por Bela IV para proteger Buda de los mongoles, fue con Segismundo de Luxemburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, cuando en 1400 se levantó en el sur de la colina un palacio gótico. A este palacio se le añadieron aposentos, cuarteles, iglesias, conventos y jardines que serían la base arquitectónica del castillo que hoy se contempla. Tras las destrucciones a manos de los turcos y los cristianos que reconquistaron Buda, los Habsburgo mandaron construir en 1719 un pequeño castillo barroco en el mismo emplazamiento.





Vista del boscoso monte Gellért desde el Castillo de Buda. Se aprecia perfectamente el
monumento a la Liberación y el puente Isabel. Budapest. Hungría. Foto del autor.

En 1749 María Teresa de Austría construye un gran palacio de 203 estancias que es, básicamente, y tras dos destrucciones (la revolución de 1849 y la batalla de Budapest de 1945) el que vemos en la actualidad.
Las ampliaciones culminaron a finales del S. XIX al dotarle de aposentos reales para que Francisco José I y Sisí lo habitasen en sus visitas. En 1945 los soviéticos alcanzaron la capital húngara y es en este Castillo de Buda donde los últimos nazis les resistieron, el resultado fue la total destrucción del palacio.
Ascendemos por los Peldaños Reales, desde su pequeño jardín subimos por unas escaleras mecánicas que nos dejan junto a un ascensor que nos lleva al lado gótico del antiguo castillo de Buda. Antes de pasear por las murallas y disfrutar de las mejores vistas sobre Budapest y el Danubio podemos disfrutar del patio del castillo, con sus jardines, murallas góticas y los restos medievales de la antigua fortaleza.


El patio y los jardines del antiguo castillo gótico de Buda invitan a pasear y relajarse.
Budapest. Hungría. Foto del autor.


Nos encontramos ahora en el paseo de ronda de las murallas del palacio, aquí las vistas sobre el río son preciosas. Pero realmente, donde vamos a darle al botón de la cámara sin parar, es unos cien metros más adelante, en el mirador de la entrada al palacio. Desde aquí disfrutaremos de las mejores vistas, a mi parecer, de toda Budapest.


Espectaculares vistas desde el camino de ronda de las murallas del Palacio Real
de Budapest. Observamos desde aquí el Puente de las Cadenas y, al fondo,
la cúpula del Parlamento y el pequeño bosque de la isla Margarita.
Hungría. Foto del autor.


 
Desde la muralla del Palacio Real se observan las bellezas de Budapest. La capital
húngara se muestra ante nosotros y las cámaras echan humo. Hungría.
Foto del autor.



Vistas desde el mirador del Palacio Real, el mejor lugar para disfrutar de las
maravillas que jalonan el Danubio. Budapest. Hungría. Foto del autor.


Puerta principal del Palacio Real. Desde este mirador se tienen las mejores vistas sobre
Budapest y el Danubio. Todo ello presidido por la estatua de Eugenio de Saboya.
Hungría. Foto del autor.

Este mirador lo preside la estatua (obra de 1900) del príncipe Eugenio de Saboya (1663-1736), uno de los generales más  brillantes que sirvieron a Austria durante las guerras en las que fueron expulsados los turcos otomanos de los territorios austríacos, húngaros y serbios a finales del S. XVII. De hecho, esta estatua conmemora la victoria sobre los turcos en la batalla de Zenta (1697), que significó el principio del fin de los otomanos en esta región de Europa.
Este lugar tiene un encanto muy especial, yo lo llamaría "el balcón de Budapest", un lugar imprescindible en cualquier Escapada a la capital húngara.


Café con encanto en la plaza del mirador
del Palacio Real de Budapest.
Hungría. Foto del autor.


En la pequeña plaza del mirador tenemos la entrada principal al Palacio Real, desde aquí accedemos a la Galería Nacional Húngara y a la Biblioteca Nacional Széchenyi.
La Galería Nacional ocupa una gran parte del palacio, y ofrece una exhaustiva panorámica del arte húngaro desde la Edad Media hasta la primera mitad del S. XX.
La Biblioteca Nacional, es la más importante del país. Sus casi cinco millones de volúmenes incluyen todo lo publicado en Hungría sobre el país magiar.
Mirando hacía la fachada del Palacio, a mano derecha sale un pequeño pasadizo que nos conducirá a los dos patios interiores. El patio Oroszlános alberga la fuente del rey Matías, obra maestra de A. Strobt (1904) y la más famosa de la ciudad. Dicen que es la fuente en la que se debe tirar una moneda si queremos regresar, pero cuando la vimos estaba sin agua, lo que seguramente la deslucía y por ello, nadie tiraba monedas.


Patio Oroszlános, en primer plano la fuente del rey Matías Corvino. A su derecha
el arco de Los Leones que nos lleva al segundo patio del Palacio Real de
Budapest. Hungría. Foto del autor.


Para acceder al segundo patio hay que pasar bajo un arco de piedra custodiado por cuatro leones esculpidos en 1901. En este patio nos encontramos con el Museo de Historia de Budapest, y como no podía ser de otra manera, un servidor ya se relamía encaminando sus pasos hacía allí...pero ohhh decepción. 
Nos encontramos con un museo que utiliza una metodología expositiva muy anclada en el pasado, con una colección pobre y lo peor...casi todos los paneles explicativos escritos solo en húngaro. Una decepción. Un museo que tendría mucho que ofrecer se convierte en un museo prescindible.
 Volvemos por el patio Oroszlános para ir al lado norte del palacio, allí nos encontramos con un peculiar edificio que nos llama la atención porque está vigilado por soldados del ejército húngaro en garitas decimonónicas. El edificio en cuestión es el Palacio Sándor, una majestuosa mansión neoclásica que se alza junto al funicular en este lado del Palacio Real. La mansión la mandó levantar el conde Sándor en 1806. Desde 1867 a 1944 fue la residencia oficial del primer ministro, ahora es la del presidente de la República.



El autor ante el Palacio Sándor,
residencia oficial del Presidente
de la República de Hungría.
Budapest. Foto de
Araceli Hidalgo.
Funicular del Palacio Real.
Su entrada se encuentra al

lado del Puente de las Cadenas
en el lado de Buda. Budapest.
Hungría. Foto del autor.




























Junto a esta residencia oficial tenemos el Funicular del Castillo, inaugurado en 1870, fue el segundo que se construyo en Europa y el único medio de transporte hasta el castillo de Buda hasta 1928. Durante la IIª G.M. fue completamente destruido, este que contemplamos es la fiel reconstrucción del original, se abrió de nuevo al público en 1986.
Junto la funicular nos encontramos con la escultura en bronce del Pájaro Turul, el ave mitológica que, según la leyenda, guió a Arpad, primer rey de los magiares por Europa, hasta llegar a las llanuras húngaras. La escultura se erigió en 1896 para conmemorar el milenario de la conquista magiar. Junto a la estatua nos encontramos con una portada ornamental de 1903 que conduce desde la escalinata de los Habsburgo hasta el Palacio Real. En la actualidad hay un restaurante con unas vistas espectaculares sobre el Danubio, Pest y el Puente de las Cadenas.


Vista del Puente de las Cadenas sobre el Danubio desde el patio de la estatua
del pájaro Turul, junto al funicular del Palacio Real. Budapest. Hungría.
Foto del autor.



Palacio Real de Budapest. Se ve en primer término la estatua del pájaro Turul, mítica
ave de las leyendas húngaras. El quiosco acristalado de la derecha es
donde llega el funicular desde la ribera del Danubio. Foto del autor.



Funicular del Palacio Real. Al fondo se ve el Puente de las
Cadenas y al otro lado del Danubio, en la plaza Roosevelt
se aprecia el Palacio Gresham. Budapest. Hungría.
Foto del autor.

Tras disfrutar del Palacio Real callejeamos para bajar a la ribera del Danubio, vamos a cruzar el Puente de las Cadenas, el más famoso de la ciudad. Ya en Pest, en el otro lado del río, cogeremos el tranvía que nos llevara al Mercado Central de Budapest. El más grande y famoso de la ciudad...y del país.
El puente mide 380 metros de longitud y fue el primero que unió las orillas del Danubio en la capital húngara. Fue una obra de ingeniería pionera en su época (1830-1849). Su construcción estuvo a punto no de finalizarse ya que coincidió con el levantamiento de 1848 contra los austríacos, siendo el propio ingeniero escocés Adam Clark quién lo salvó. Noventa y seis años más tarde, durante la retirada nazi el puente fue destruido para ser reedificado de nuevo en 1949.


Puente de las Cadenas desde el lado de Buda. Uno de los iconos de la capital
húngara. Budapest. Hungría. Foto del autor.



Vista del Palacio real desde el Puente de las Cadenas. Se aprecia la estatua del
pájaro Turul y la subida del funicular. Budapest. Hungría. Foto del autor.

Los leones que flanquean el extremo este del puente son también el mejor lugar para observar la imponente fachada del Palacio Gresham, en la plaza  Roosevelt. Nos encontramos ya en Pest y cogemos el tranvía Nº 2 que nos dejará a escasos 50 metros del Mercado Central.



- EL MERCADO CENTRAL DE BUDAPEST.

Una de las experiencias que no hay que perderse en Budapest es coger un tranvía de los que van paralelos al río y disfrutar de un paseo contemplando todas las maravillas que abundan en ambas orillas del Danubio. Nos montamos en varias ocasiones, y he de decir que, aunque nosotros "ticamos" el billete religiosamente "casi siempre", nos fijamos que la mayoría de los habitantes de Budapest no lo hacían...eso no quita que recomendemos hacerlo, ya que en cualquier momento puede subir un revisor, te solicite el billete y ademas de sacarte los colores te saque unos cuantos euros del bolsillo.
El tranvía Nº2 circula por el lado de Pest pasando por el Puente de las Cadenas y recorre un trayecto encantador paralelo al río, nosotros nos bajamos junto al Puente de la Libertad, a escasos 50 metros del Mercado Central.


Vista del Puente de la Libertad desde la entrada la acera del Mercado Central. El puente
es uno de los más bellos de Europa. Comparable al de Las Cadenas. Budapest.
Hungría. Foto del autor.


El Puente de la Libertad se inauguró en 1896 con el nombre de puente de Francisco José I, en honor al emperador de Austria que asistió a su inauguración. Se tardó dos años en su construcción y tiene 333 metros de largo.
Desde el puente se ve un edificio de ladrillo y acero con dos torres cubiertas con tejas multicolores, es el Mercado Central. Es uno de los lugares más visitados de la ciudad y una cita ineludible para conocer mucho del modo de vida y el saber gastronómico del país magiar.


Fachada del Mercado Central de Budapest. Hungría. Foto del autor.





El autor con una mujer
ataviada con el traje
típico húngaro a la entrada
del Mercado Central. Budapest.
Foto de Araceli Hidalgo.
Mercado Central de Budapest. En
estos días promocionaban los
productos de Indonesia.
Hungría. Foto del autor.




























Es muy recomendable invertir un par de horas para pasear entre sus puestos antes de decidir que producto típico húngaro vamos a comprar. Este mercado de abastos es el mercado cubierto más grande de Hungría, fue concebido en 1896 para la exposición milenaria y restaurado cien años más tarde. El entramado de vigas de hierro que conforman su interior es maravilloso, consta de dos pisos que hacen del edificio un espacio completamente diáfano. 


Mercado Central de Budapest. Se aprecia perfectamente el entramado de vigas
de hierro y las dos alturas del espacio. Hungría. Foto del autor.


Piso superior del Mercado Central, aquí empiezan los puestos de comida para llevar
o comer en las estrechas mesas que jalonan el pasillo del mercado.
Budapest. Hungría. Foto del autor.


En la planta inferior se distribuyen los puestos dedicados a los mejores productos gastronómicos de Hungría, veremos la famosa paprika, tanto dulce como picante, las ristras de salchichas, especias, quesos ahumados, el salami y las frutas y verduras que llenan de color cada rincón de este mercado.
En la planta superior se agrupan los puestos de artesanía, bordados y cerámica, además de los puestos de comida rápida típicamente húngara que probamos y nos sorprendió por su calidad y variedad.


Platos de comida rápida húngara en el Mercado Central de Budapest. Hungría. Foto del autor.



Probamos el típico Langos húngaro; una masa frita de pan a base de levadura
fresca y harina, normalmente se sirven con crema agria y queso rayado pero
en estos puestos tienen una gran variedad de productos para que elijas. El Langos
de la foto es el que se "pimpló" un servidor, riquísimo. Budapest. Hungría.
Foto del autor.


Tras dar una vuelta por los puestos del piso inferior subimos a comer algo a ver que sorpresas nos deparaba la gastronomía rápida húngara, y a fe que nos sorprendió realmente, no pudimos resistirnos a comer allí.

Tras salir del Mercado Central nos encaminamos por la artería peatonal más comercial y famosa del centro de la ciudad, la calle Váci (Váci utca). Dicha calle nace justo en la plaza Fovám ter, donde se encuentra el Mercado Central y termina en la plaza Vörösmarty. La plaza Fovám ter tiene mucho ambiente, música en directo, grupos de jóvenes autóctonos y turistas que conversan en las terrazas de sus cafeterías, adolescentes sentados en los bancos del parque y gente que viene y va desde el mercado cargados de bolsas.
La calle Váci era la vía que llevaba a una de las puertas de la ciudad, en lo que hoy es la Plaza Vörösmarty, la construcción de Váci utca como calle propiamente dicha comenzó en el S. XVIII y algunas de sus mansiones datan de esa época. El edificio más antiguo es de 1805 y se encuentra en el número 13.  La calle Váci está animada tanto de día como de noche. Cuenta con gran número de restaurantes, heladerías, tiendas de las firmas más exclusivas, locales de souvenirs, cafeterías con encanto...
Está dirigida principalmente al mercado turístico. 

Ya se va acabando el día, hemos disfrutado del primer contacto con la capital de Hungría y nada como pasarnos por el café Nueva York para poner la guinda perfecta a un día lleno de maravillas arquitectónicas, gastronómicas y monumentales.
El Café Nueva York forma parte de la historia de Budapest y de la vida literaria húngara. Aunque la mayor parte de la gente que entra no se da cuenta, en la actualidad el café pertenece al hotel Boscolo que ocupa el edificio contiguo.


Edificio del hotel Boscolo, en el lado izq. se ve la entrada al café Nueva York.
Budapest. Hungría. Foto del autor.
A punto de entrar en el New York café de Budapest. Toda una experiencia.
Hungría. Foto del autor.


Sin lugar a dudas el New York café de Budapest es la cafetería más hermosa del mundo, y no solo lo digo yo, siempre entra en el "top one" de las listas de locales más elegantes. Se sitúa en el edificio que construyó una aseguradora americana en 1894 y del que toma su nombre.
El período de mayor esplendor del New York fueron los años de entre guerras (1918-1939), en el que Budapest era posiblemente el centro cultural más importante de toda la Europa central. En el período comunista cayó en el más oscuro ostracismo en el que se vio envuelto todo el país, degradándose hasta tal punto que tuvo que ser cerrado durante algunos años, en el 2001 volvió a abrir mostrando toda su belleza original.
Es probablemente el lugar más caro del país para tomar café pero merece la pena. Si existe una cafetería en el mundo donde se merezca pagar casi 5 euros por un café, y casi 6 por un chocolate con nata, sin duda, es en esta. El servicio es muy amable y sus platos son una delicia, dan desayunos y tienen menús para comer y cenar. 


El café Nueva York es el más bonito del mundo. Una delicia tomarse un
tiempo para disfrutar de él. Budapest. Hungría. Foto del autor.



El Nueva York café en Budapest, una visita obligada en la capital de Hungría.
Foto del autor.

Nosotros nos conformamos con tomar un café y un chocolate con nata, y no es por exagerar, pero han sido de los más ricos que he probado en mi vida. Toda una experiencia disfrutar de un delicioso chocolate caliente, después de haber recorrido parte de las maravillas de esta ciudad, mientras observas con asombro el techo adornado con los hermosos frescos de Gusztav Mannheimer y Ferenc Eisenhut de mitad del S. XIX. La belleza del local se acrecienta bajo la luz suave de las suntuosas arañas venecianas que se reflejan en los estucos dorados de las columnas salomónicas, un pequeño placer húngaro.


Nuestra consumición en el New York café. De los mejores chocolates con nata
y cafés que hemos probado nunca. 100% recomendable. Budapest. Hungría.
Foto del autor.


La sensación que transmite el local es el de la cantidad de historia que ha pasado por aquí. Te imaginas que estas en un palacio versallesco tomando café en medio de la nobleza austro-húngara o compartiendo tertulia con los mejores pensadores y literatos húngaros del S. XX. Esta es su página web por si tenéis curiosidad: http://budapest.boscolohotels.com/es/restaurantes-budapest/new-york-cafe 


Hemos empezado a conocer Budapest, mañana nos desplazamos a Viena en tren, pasaremos allí un par de noches para conocer la antigua capital imperial y disfrutar de sus avenidas, palacios, cafés, museos y jardines. 

Pero volveremos a Budapest para los últimos días de esta Escapada, aún nos quedan por ver muchas cosas de la capital de Hungría.

¡¡¡¡Viena...allá vamos!!!!



PRÓXIMO POST: 14.2- VIENA (I). ÓPERA NACIONAL, CENTRO HISTÓRICO Y CONCIERTO EN EL KURSALON.







viernes, 2 de junio de 2017

14.0 - ESCAPADA ROMÁNTICA POR BUDAPEST Y VIENA. PREPARACIÓN.

19 Mayo 2017. Viernes.
Maspalomas. Gran Canaria.

A la hora de preparar una Escapada a ciudades tan conocidas y con tantas maravillas que visitar como Praga, Viena o Budapest siempre nos surge un primer problema ¿como decidir el orden para visitarlas? ¿cuántos días dedico a cada una? 

En nuestro caso, el número de ciudades a visitar y los días dedicados a cada una se resolvieron pronto, disponíamos de 7 noches y queríamos una Escapada romántica y tranquila, así que decidimos visitar dos ciudades, Budapest y Viena, y dejar Praga para otra ocasión.



- NOS VAMOS A BUDAPEST Y VIENA. 

Desde Madrid cogímos un avión directo a Budapest, la compañía Ryanair nos facilita vuelos a precios muy económicos. Ya desde la capital húngara podemos desplazarnos en tren a Viena (https://www.oebb.at/de/) esta es la página oficial de la empresa de ferrocarriles que une Hungría y Austria, el sitio más barato para reservar los billetes. En escasas 2 horas y media os trasladaréis de una manera cómoda de una capital a otra. Recordaros que tanto para Hungría como para Austria no necesitáis pasaporte, tan solo vuestro carnet de identidad.


Budapest desde el aire. Se aprecian perfectamente los puentes sobre el Danubio y la
isla Margarita. Hungría. Foto del autor.


Ya tenemos decididas las ciudades, ahora los días dedicados a cada una de ellas. Al entrar y salir por el aeropuerto de Budapest decidimos estar un día más en la capital húngara y, aún a riesgo de no poder ver todas las cosas en Viena con solo tres días, siempre se puede volver a la capital del viejo imperio austro-húngaro en otra ocasión

Para movernos por las dos ciudades no tenemos mucha complicación, en las dos hay Metro y una amplia red de autobuses urbanos y tranvías. Pero principalmente son dos ciudades para recorrer a pie y disfrutar de ellas descubriendo sus más bellos rincones; edificios, parques, iglesias, locales y negocios con encanto, monumentos, palacios...
En las dos ciudades hay posibilidad de comprar la Budapest-card y la Viena-card, dependiendo de la cantidad de museos y palacios a visitar decidid vosotros si las adquirís o no. Para más de diez museos y monumentos por ciudad quizás sea recomendable. Hay palacios que se pueden visitar por fuera y disfrutar de sus vistas y jardines. Normalmente solemos visitar 2 o 3 museos por ciudad, y comprar bonos de 10 billetes de metro, nos parece lo más económico.


Museum Quartier, la zona de museos de arte moderno de Viena. Un lugar para relajarse y
tomar algo. Austria. Foto del autor.


En cuanto al hotel, si no podéis conseguir uno en el centro de la ciudad al menos reservarlo cerca de una estación de Metro, os facilitará mucho los desplazamientos. Nosotros nos alojamos en Budapest en un apartahotel; el Budapest Holidays Harmony y en el hotel Roombach Budapest Center, muy recomendables y bastante asequibles, aunque la entrada al apartahotel y su ascensor nos dió un poco de yu-yu al principio, por ser un edificio antiguo del centro de la ciudad, pero funcionaba perfectamente y tenía bastante encanto. 
En Viena nos quedamos en el Hotel One Wien Prater, un lugar encantador, a 50 metros de la estación del Metro del parque Prater y justo al lado del famoso parque de atracciones donde se rodó la famosa escena de la noria de la película "El tercer hombre" (1949).


Ascensor del Budapest Holiday Harmony, tecnología
de mediados del S. XX que funciona a la perfección.
Budapest. Hungría. Foto del autor.






Hotel One Wien Prater y su jardín. Muy recomendable para visitar la capital de
Austria. Foto del autor.


Recordaros que Hungría pertenece a la U.E. pero no está dentro de la zona euro, necesitaréis cambiar vuestros euros por forintos húngaros. En nuestro viaje un buen cambio era 1 euro por 310 forintos. En el aeropuerto cambiad lo justo para desplazaros a la ciudad, por 20 euros nos dieron solamente 245 por cada euro. En Budapest hay muchas oficinas de cambio, sobre todo en el centro. Y no os volváis con billetes húngaros, el último día cambiadlos en Budapest, fuera de Hungría no conseguiréis cambiarlos.
En Austria funcionan con euros.
Ya tenemos el destino, los hoteles, conocemos como movernos en nuestra próxima Escapada, y sobre todo, tenemos claro que, aunque hay monumentos, palacios, museos, plazas, mercados y lugares con mucho encanto...como más se disfruta viajando es perdiéndose por las calles, en este caso, las de estas dos capitales con tanta historia. 
Si no nos da tiempo a ver todo lo que habíamos planeado, no pasa nada, viajar debe ser un placer no un recorrido contrarreloj de objetivos turísticos.
Empieza nuestra Escapada por Budapest y Hungría, como siempre...con un poco de Historia. Sepamos de donde surgen estas dos maravillosas ciudades.


Vista nocturna del Parlamento de Budapest. Toda una experiencia que no podéis dejar
de disfrutar en vuestra visita a la capital húngara. Foto del autor.




- BUDAPEST UN POCO DE HISTORIA.

Budapest es la capital de Hungría, con una población de 1.800.000 personas es la ciudad más poblada de Europa central-oriental. Se convirtió en una sola ciudad cuando las poblaciones de Buda y Óbuda en la orilla oeste del Danubio se unieron con Pest en la orilla oriental, el 17 de noviembre de 1873.
La historia de Budapest comenzó en Aquincum, originariamente un asentamiento celta que se extendía al norte de la actual Óbuda y que se convirtió en la capital romana de la provincia de Panonia Inferior (106 a.C). El emperador Augusto fue quién romaniza la región del Transdanubio creando las provincias de Panonia Superior y Panonia Inferior. Los hunos ocupan la ciudad de Aquincum cuando los romanos la abandonan en el S. V.
En el 856 los magiares, cuyos orígenes se sitúan en Siberia dos mil años antes de Cristo, inician la conquista de la llanura de los Cárpatos.
El rey Arpad aglutina a las siete tribus magiares y se instala en la estepa húngara en el S. IX. Un siglo más tarde se fundó oficialmente el Reino de Hungría cuando István I es coronado primer rey de un estado feudal húngaro, es la dinastía de los Arpádes. Es en este mismo período cuando el Papa envía al Obispo Gerardo (Gellért), consiguiendo la conversión al cristianismo de los húngaros-magiares, obteniendo por ello su canonización como San Esteban. 
En el S. XII comerciantes alemanes y franceses se establecen en la zona de Buda y Pest (recordemos que hasta ese momento solo estaba poblada la zona de Obuda), estos núcleos urbanos perduran hasta hoy y son los que conocemos como Budapest. Este primer asentamiento de Pest fue destruido por los mongoles en 1241-42. 


Devastación que provocaron los mongoles al mando de Batú Kan, Subotai y Kadan entre
1241 y 1242. Tras la muerte de Ogodei, segundo gran Kan de los mongoles tras Gengis Kan,
estos tres ejércitos abortaron sus planes de invasión de Austria e Italia y retornaron
a China para decidir el sucesor. Esa muerte tan oportuna salvó a Europa de
una guerra fratricida contra estos invasores. Mapa del museo de Historia del
Palacio Real de Budapest. Hungría. Foto del autor.



El autor probando un arco compuesto, el arma que hizo invencibles a los
mongoles. Foto en las murallas de la Ciudadela, fortificación construida
entre 1850 y 1854 para que los Habsburgo controlaran desde sus cañones
los intentos de revolución de los habitantes de Pest. Budapest. Hungría.
Cuadro de la coronación de István I en el Museo de Historia del Palacio Real
de Budapest. Hungría. Foto del autor.


Tras la recuperación de la ciudad, el rey Bela IV la convirtió en la capital de Hungría en 1361, siendo uno de los centros de la cultura del Renacimiento humanista en el S. XV. la Biblioteca Corviniana era la segunda en tamaño en esa época tras la vaticana.
Tras la derrota del joven rey húngaro Luis II en la batalla de Mohács en 1526, los turcos de Solimán el Magnífico saquean Buda, la sitiaron en 1529 y la ocuparon en 1541. En la batalla muere Luis II sin descendencia por lo que el reino, ademas de estar ocupado por los turcos, se divide en dos bandos que aspiran al trono, el de Fernando I de Habsburgo, hermano del emperador Carlos V y el conde Juan de Zápolya.
Los turcos se quedaron en el país durante 150 años. En 1718 es el año de la independencia total de Hungría del poder otomano. Tras su expulsión, el país vuelve a prosperar durante los siglos XVIII y XIX.


Mosaico con el escudo de Armas Reales de Hungría. Instalado
por Francisco José I junto al funicular que lleva al Palacio
Real en 1880. Budapest. Foto del autor.


En 1849 se finaliza la construcción del Puente de las Cadenas, primer puente permanente que une las ciudades de Buda y Pest. Tras su unificación en 1873 se convirtió en la segunda capital del Imperio Austro-húngaro, después de Viena claro. El imperio austro-húngaro, aliado de Alemania en la I G.M. se disolvió tras la derrota de las potencias centrales en 1918.


Exposición sobre la Iª Guerra Mundial y sus principales protagonistas en el Palacio Real
de Budapest. El horror de una conflagración que cambió Europa e hizo desaparecer la
dinastía de los Habsburgo. Budapest. Hungría. Foto del autor.



Budapest, como muchas otras capitales europeas tuvo una historia turbulenta durante los dos últimos siglos: punto principal de la revolución húngara de 1848, república soviética húngara de 1919 (solo duró un año), operación Panzerfaust en 1944 (para mantener al Reino de Hungría del lado de la Alemania nazi), la batalla de Budapest de 1945 y la Revolución de 1956 que aplastaron los tanques soviéticos matando a más de 3.000 húngaros. 
En 1989 Hungría se sacude el yugo de la Unión Soviética y se producen importantes cambios en la sociedad civil y en las calles de Budapest. Los monumentos comunistas fueron retirados de los lugares públicos. Los primeros 20 años de la nueva democracia, el gobierno de la ciudad fue presidido por Gabor Demszky.


Vista del Danubio desde el Palacio Real en Buda. Se observa el Puente de las Cadenas y
al fondo el Parlamento húngaro y la isla Margarita. Budapest. Hungría.
Foto del autor.


En la actualidad es considerada una de las ciudades más bellas de Europa, cuenta con varios sitios que son Patrimonio de la Humanidad, entre los que se incluyen, el Castillo de Buda, la avenida Andrassy, la Plaza de los Héroes y el Metropolitano del Milenio (el Metro de la ciudad, el segundo más antiguo del mundo). Otros puntos a destacar son su sistema de cuevas de aguas termales, el mayor del mundo; la segunda sinagoga más grande y el tercer edificio del Parlamento más grande del mundo. En este último es inevitable no posar una y otra vez, es un edificio de cuento.


El Parlamento Nacional del Hungría es un edificio que parece sacado de un cuento.
Construído entre 1884 y 1902. A orillas del Danubio, es el icono de Budapest.
Foto del autor navegando por el río Danubio.

Además de por su patrimonio histórico y monumentos, lo que más nos sorprendió de Budapest es la cantidad de locales con encanto que abundaban en las calles de todo el centro de Pest; heladerías, cafeterías, cervecerías, tiendas de moda, restaurantes de comida rápida... Todo tipo de negocios llenos de esa nueva energía de la juventud húngara que quieren imprimir en la capital de su país un ambiente moderno pero con un toque "vintage" que tanto gusta en este primer cuarto del S. XXI.


Cafetería con encanto en una de las calles del barrio judío de Budapest. Hungría.
Foto del autor.
Restaurante Koleves, cocina que une gastronomía judía y húngara, con toque
actual pero sin pasarse. El local tiene mucho encanto y se encuentra muy cerca
de las calles con más ambiente de la capital húngara; Holló, Dub, Király y Kazinczy.
Budapest. Hungría. Foto del autor.



- VIENA, UN POCO DE HISTORIA.

Es la capital de Austria, está situada a la orilla del Danubio, en el Valle de los Bosques de Viena, al pie de las primeras estribaciones de los Alpes. Su población a enero de 2016 es de 1.840.000 habitantes.
La ciudad tiene una larga historia ya que es una de las capitales más antiguas de Europa.
Los romanos ya la llamaron Vindobona, nombre de origen celta que significa Ciudad Blanca. Los primeros asentamientos humanos en la actual Viena provienen del pueblo celta de los Boios (500 a.C.), posteriormente germánicos, y con la expansión del imperio romano hacía el norte de Europa en el S. I a.C. se adhiere a este en el año 13 a.C.
El río Danubio, al igual que los Alpes, sirven de frontera entre la civilización de Roma y los bárbaros. En este período de la historia Vindobona se alza como fortaleza y primera línea de defensa de esa frontera hasta que, en el año 433, los romanos retroceden ante el avance de los hunos.
La ciudad nace como campamento del ejército romano, para controlar la provincia de Panonia, su unidad más longeva fue la Legio X Gemina que permaneció allí desde el año 106 hasta finales del S. IV, cuando fue ocupada por tribus germanas; ávaros y magiares.
Carlomagno conquista la ciudad en el S. IX. Durante el alto medievo, Viena es un importante aliado del papado y punto de abastecimiento de armas y víveres para las Cruzadas, además de lugar estratégico por donde cruzaba la Ruta del Ámbar el Danubio, procedente del Báltico, para llegar hasta Italia. En 1200 gracias al rescate por Ricardo Corazón de León, apresado por Leopoldo V, se amplía y amuralla la ciudad.


Cotas de malla, yelmos y armas de los siglos XI y XII. Colección de Armas y Armaduras del
Palacio Hofburg. Viena. Austria. Foto del autor.


En 1278, con Rodolfo I, comienza el dominio de los Habsburgo que durará 640 años. 
Fue capital de Hungría con Matías Corvino, que la conquistó en 1485 con húngaros y bohemios, aunque su poder dura solo hasta 1526 en los que son vencidos por los Habsburgo. Desde el S. XV hasta las guerras napoleónicas, se convierte en la capital del Sacro Imperio Romano Germánico, al ser la residencia habitual de los Habsburgo.
Desde la caída de Constantinopla en manos otomanas (1453) hubo cada vez más interés por parte del imperio turco en Viena, ya que era la puerta de entrada al resto de Europa. Viena aguantó los dos sitios del ejército turco a las ordenes de Solimán el Magnífico, el primero en 1529 y el segundo en 1532. En el primer intento Solimán estaba mucho mejor equipado que sus defensores, y ya contaba con la ocupación de la ciudad hasta que... se encontró con una enconada resistencia por parte de los vieneses y de los refuerzos que recibieron de Europa, principalmente 1500 lansquenetes alemanes y 700 arcabuceros españoles, nuestros antepasados impidieron la entrada de los turcos por la zona norte de la ciudad.


Espadas roperas del S. XVI. Con armas como estas y el sistema de esgrima española
llamada La Verdadera Destreza, los infantes españoles de los Tercios fueron imbatibles
hasta buena parte del S. XVII. Colección de Armas y Armaduras reales del Palacio
Hofburg. Viena. Austria. Foto del autor.

 Las lluvias y la nieve generaron enfermedades en el campo turco, además las 20.000 bajas que, principalmente, les hicieron los lansquenetes y arcabuceros españoles resultaron definitiva para la flor y nata del ejército otomano, los jenízaros que tuvieron que retirarse con el alfanje entre las piernas. Los turcos eran 120.000 con 300 cañones, los aliados no más de 26.000. 
Solimán vuelve a intentarlo en 1532 pero, en esta ocasión, se encontró a los defensores apoyados por un gran ejército bajo el mando de Fernando I, hermano de Carlos V y no pudo acercarse a ella.


Armadura del Rey Federico III (1415-1493), en el museo Waffensammlug, la colección de
armas y armaduras de los Habsburgo y de los Austrias españoles; Carlos I, Felipe II,
don Juan de Austria, etc; en el Palacio Hofburg. Viena. Austria.
Foto del autor.


El último sitio se produjo en 1683 (4 años antes Viena había perdido 75.000 habitantes por culpa de la peste) es la llamada "Batalla de Viena" y marcó el comienzo del declive del imperio otomano en Europa. Se da la situación que, en este último canto del cisne turco en Europa, el ejército otomano movilizó el mayor número de efectivos desde tiempos de Saladino, entre 150.000 y 200.000 soldados. Superaban en casi 3 a 1 a los defensores, pero no contaron con los refuerzos del rey de Polonia Juan III Sobieski, la carga de los Húsares Alados sobre el campamento enemigo fue definitiva y condujo al desastre al ejército del sultán.
Durante el S. XVIII, los Habsburgo habían convertido a la ciudad en su capital y su importancia se vio acrecentada por su expansión por el Danubio. Se convirtió en el núcleo principal del Barroco europeo gracias a la construcción de importantes obras arquitectónicas y creaciones musicales. En 1800, antes de las guerras napoleónicas, la ciudad contaba con 231.900 habitantes.
Desde el asedio de 1683, fueron destruidas numerosas poblaciones extramuros, en esos terrenos se levantaron numerosos palacios con jardines, principalmente en el Palacio Hofgurg (palacio imperial de los Habsburgo).


El autor frente a la entrada del Palacio Hofburg. En ese balcón los Habsburgo
hablaban a sus súbditos y se dejaban querer otros personajes de la Historia; Napoleón, la
emperatriz Sissi y Hitler entre otros. Viena. Austria. Foto de Araceli Hidalgo.


Viena es ocupada por las tropas de Napoleón de 1805 a 1809, el general corso se hospeda en este palacio imperial (ironías de la Historia, unos años antes se habían hospedado aquí Luis XVI y la reina María Antonieta, hija de los emperadores de Austria).
Tras la derrota de Napoleón, se celebra el Congreso de Viena para restablecer las fronteras de Europa, Viena conserva gran parte de sus territorios (pese haber sido aliada de Napoleón durante un tiempo) y se convierte en el principal foco de la política europea durante los siguientes 30 años.
En 1857 se derribaron sus murallas, abriéndose una nueva avenida, la Ringstrabe, donde se levantaron imponentes edificios como la Ópera, la Universidad, el Ayuntamiento, el Parlamento, la Bolsa y los museos de historia del arte e historia natural en la plaza de la Reina María Teresa.


Parlamento de Viena, antiguo Consejo Imperial, construido entre 1873 y 1883 en estilo
historicista (inspirado en este caso en los antiguos templos griegos).
Viena. Austria. Foto del autor.


Plaza María Teresa, con su monumento y el Museo de Historia Natural. Frente a él, se
encuentra su edificio gemelo que alberga el Museo de Historia del Arte. Los dos
museos y la plaza se construyeron en 1889. Viena. Austria.
Foto del autor.

La derrota de Austria en la guerra austro-prusiana en 1866 y la posterior anexión de los estados alemanes a Prusia convirtieron a la unificada Alemania en un peligro para Austria, por lo que esta última se tuvo que aliar con Hungría.
En 1867, tras el Compromiso con Hungría, Viena se convirtió en la capital del imperio austro-húngaro y en un centro cultural, artístico, político, industrial y financiero de primer orden mundial. Austria continua sumando alianzas, con lo que para finales del S. XIX el imperio abarca los actuales países de Austría, Hungría, Eslovaquia, República Checa, la Galicia polaca, la Transilvania rumana, la Bucovina y la Rutenia ucranianas, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Eslovenia y el Trentino Alto-Adigio italiano.
Viena alcanza su máximo demográfico en 1916 con 2.239.000 habitantes, siendo la tercera ciudad más grande de Europa. Este es el período cultural más glorioso de la monarquía de los Habsburgo, con Francisco Jose I rigiendo el imperio (1848-1916). Es la época de los suntuosos valses en la Ópera Nacional de Viena, los carruajes por la Ringstrasse y los cafés vieneses.


La Opernring, una de las calles que forman el anillo de la avenida más espectacular
del mundo. El emperador ordenó derribar la muralla, sus puertas de acceso,
los bastiones y el glacis para crear en su lugar estos amplios bulevares.
Viena. Austria. Foto del autor.

En este mapa de Viena de 1858 se aprecia perfectamente la muralla
y el glacis que rodeaba la ciudad vieja. Tras su derribo la zona se convirtió
en la actual avenida del Ring. 


La suntuosa avenida del Ring, la más elegante del mundo en mi humilde opinión, cumplió 150 años en 2015. Se concibió para unir el centro del poder imperial, el Palacio Hofburg con los barrios periféricos burgueses de Viena. El cambio significó derribar las murallas defensivas de la ciudad. Esta inmensa obra comenzó en 1857, cuando el emperador Francisco José pronunció estas palabras: "Es mi deseo...". Así se inició una de las mayores obras de construcción que han tenido lugar en Europa.


Ópera Nacional de Viena, primer edificio que se construyó en el Ring, de 1863 a 1868. En 1869
se inauguró con la ópera Don Giovanni de Mozart. Austria. Foto del autor.




Violín austríaco de 1817. Colección instrumentos musicales
antiguos del Palacio Hofburg. Viena. Austria.
Foto del autor.

Tras el asesinato del Archiduque heredero Francisco Fernando y su esposa en Sarajevo a manos del terrorista serbo-bosnio Gavrilo Princip, con importante participación de los servicios secretos serbios, la corona dual decreta la guerra contra Serbia, a la que se alían Alemania y Turquía, y se oponen Francia, Inglaterra y Rusia, es la Iª G.M.
Tras la derrota de 1918, Viena se convirtió, por el tratado de Saint-Germain, en la capital de la pequeña república de Austria, su monarquía abdica, y el país es reducido a su tamaño actual.
La importancia cultural vienesa se mantendría hasta 1938, en que el país fue invadido y anexionado a la Alemania nazi. Tras la derrota de 1945, Austria es gobernada por los aliados durante 10 años, recobra su independencia en 1955. Desde 1995 es parte de la U.E. En el 2002 saca de circulación el chelín austríaco y adopta el euro como moneda.
Actualmente Viena posee el primer puesto en la lista de mejor calidad de vida del mundo, básicamente por su orden, limpieza, seguridad y alta eficiencia de sus servicios públicos.
En 2001 la Unesco declaró el "Centro histórico de Viena" como lugar Patrimonio de la Humanidad. Gran parte de ese legado son los palacios, museos, museos, calles, plazas, teatros, su Ópera Nacional, sus cafés...


Plaza de la Reina María Teresa, detrás el Museo de Historia del Arte. Viena. Austria.




- COMIENZA LA ESCAPADA A BUDAPEST Y VIENA.


Ya conocemos algo de las dos ciudades que vamos a visitar, Budapest y Viena nos esperan. Tenemos los vuelos, los hoteles, los lugares y monumentos que queremos contemplar y sobre todo, la certeza de que disfrutaremos de 7 días de maravillosos paseos por las calles de dos capitales europeas que están llenas de historia y de rincones con mucho encanto.


Michaelerplatz, entrada al Palacio Hofburg donde tenían los Habsburgo
sus apartamentos imperiales: el ala del emperador Francisco José, sala de audiencias,
la habitación y el gimnasio de la emperatriz Sisí. Viena. Austria.
Foto del autor.



Vistas del Danubio desde el Palacio Real de Budapest. A nuestros pies el Puente de las Cadenas
y la cúpula del parlamento húngaro. Foto del autor.


Hello Hungary en la plaza Deàk Ferenc tér. La parada del metro donde hay que bajarse para
ir a las calles con más ambiente juvenil de Budapest. Foto del autor.


¡¡¡¡Nos vamos a Budapest!!!!


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