lunes, 30 de diciembre de 2013

2.13- Descenso de barrancos en Da Lat.

14 de octubre, domingo.
Da Lat. Vietnam.

A las 7:30 ya estoy arriba, desayuno café "viet" en el hotel y listo para empezar el día. Anoche contraté el descenso de barrancos en un pequeño negocio de multi-aventura, Green Horizon Tours. En la calle Truong Cong Dinh a 50 metros de mi hotel. 

Café vietnamita, siempre son leche condensada. Es difícil encontrar leche normal en el
sudeste asiático. Da Lat. Foto del autor.



                                                 

La agencia de multiaventura que contratamos, Da Lat. Foto del autor.


Hay muchos negocios como este por Da Lat. Las montañas y ríos de la zona permiten este tipo de actividades al aire libre.
Comenzamos a las 9 de la mañana y terminamos a las 15 h. de la tarde. Comimos en medio del río, en una cornisa que se elevaba unos 10 metros sobre un pequeño estanque que formaba la corriente. Luego, desde esa misma cornisa de piedra nos lanzamos al agua para continuar con el descenso.
Antes de salir de Da Lat en la furgoneta de la empresa de aventuras, pasamos a recoger a una pareja por un hotel de super lujo que nos dejo alucinados. Él era malayo, empresario de unos 45 años. Había sido militar y se notaba, ya que era delgado y estaba en buena forma. Se encontraba en Vietnam a medias entre el viaje de negocios y el de placer. Su acompañante era una joven vietnamita de 20 años, de muy buen ver. No comment. 
Entablamos una animada conversación en las pocas ocasiones que nos dejaba el descenso de barrancos, entre veteranos siempre hay cosas que contarse. Y más, cuando has estado a -10ºC en Jablanica, en mitad de la guerra de Bosnia del 93 y los que vienen a hacerte el relevo al destacamento son precisamente militares malayos. Sí, fue una conversación muy interesante.
Valle del Amor, centro de Da Lat. Foto del autor.

Tras 20 minutos de viaje la furgoneta paró en el arcén. Era un tramo de la carretera de montaña desde donde se podía escuchar el rumor del río corriendo a unos 100 metros por debajo nuestro. La rápida corriente no se veía ya que la zona era muy boscosa y escarpada.
Lo primero fue una clase teórica de rappel en seco. Los dos guías vietnamitas ataron la cuerda a un árbol y nos enseñaron a ponernos los arneses y a frenar la caída con la cuerda. Yo ya tenía nociones de cuando estuve en la BRIPAC, en mi unidad lo habíamos hecho en algunas ocasiones. Fui el primero en probar y no se me dio nada mal, enseguida recordé la técnica.
Luego bajamos hacía el río y lo primero fue un rappel en una cascada inmensa. El caudal del agua era tan grande que nos cubría la cabeza y en algún momento nos dificultaba para respirar. La experiencia espectacular.


1ª catarata de la ruta barranquista, Da Lat. Foto del autor.
Final de la 1ª catarata. Ahora había que dejarse caer en el agua. Da Lat. Foto del autor.

Después fuimos bajando por el río (por dentro del río, en ningún momento de las 6 horas salimos a ningún sendero seco, salvo cuando volvimos a la carretera).  Llegamos a una zona de rocas planas y lisas, desgastadas por el paso de miles de años de fluir de aguas bravas. Desde lo alto teníamos que tirarnos de espaldas y con las manos cruzadas sobre el pecho por esa especie de toboganes tallados en la roca por el río. No pasa nada, aseguraban.
¿De espaldas?...decíamos con cara de; "no te crees ni tu que no me rompo la crisma haciendo eso"...
-Vaaale, ya pruebo yo primero- dije para salvar la situación. Y me lancé. Genial, caí en la poza de abajo sin problema. Viendo el resto que yo seguía teniendo la cabeza sobre los hombros, se animaron a lanzarse.
Continuamos avanzando por el río, medio nadando, medio gateando entre sus rocas. Había tramos de pequeñas cascadas donde teníamos que dejarnos llevar entre la corriente. Un paisaje bellísimo que me recordaba mucho a Picos de Europa. Se lo comentaba a los guías que hablaban muy bien inglés, ellos aún no habían podido salir de Vietnam. Estaban ahorrando para poder hacerlo en cuanto pudieran.

"Rapelando" por las cascadas de Da Lat. Vietnam. Foto del autor.



Como Spiderman por las cascadas de Da Lat. Vietnam. Foto del autor.

Llegamos a una cornisa elevada sobre un estanque que formaba el río en un recodo. Allí comimos empapaditos lo que nos trajeron los guías. No teníamos ropa para cambiarnos porque no se podía cargar con ella. Los guías llevaban unas bolsas estancas donde metieron nuestras carteras, relojes, la comida y el material de escalada. Comimos muchas clases de fruta, frutos secos, sándwiches. Todo muy rico.
Durante la comida charlé un poco con el empresario malayo. Nos contamos experiencias de militar a militar, un tío muy majo. Se le veía educado y viajado, como dirían nuestros abuelos. Si todos los malayos son como él, habrá que pegarse una escapada por allí algún año de estos.
Para volver al río tras la comida, había que lanzarse desde la cornisa, unos 6 metros, la parejita bajo por un sendero bordeando el río. El resto nos lanzamos gritando al río.


En la cornisa, antes de saltar al río. Da Lat. Vietnam. Foto del autor.

Saltando la última de las cascadas. Descenso de barrancos en Da Lat. Vietnam.
Foto del autor.


Ahora, según los "charlys", llegaba lo mas complicado. Un rappel por el lateral de una cascada. El guía se tomo sus 10 minutos para explicarnos como debíamos hacerlo. 
Primero, teníamos que bajar a rappel un tramo de pared de piedra. Luego, sentándonos sobre el arnés, hacer un rappel "volao" hasta la propia cascada. Una vez en medio de ella, soltarnos de la cuerda y caer hundiéndonos en el agua y abandonarnos hasta que la propia fuerza de la cascada y nuestros chalecos salvavidas nos sacaran otra vez a la superficie como en una centrifugadora. 
Silencio sepulcral.
Eso último de dejar que la cascada nos hundiera en el río, efectivamente, sonaba como si fuera el centrifugado de una lavadora.
-¿Hay que hacer todo eso? dijo alguien...
- Me not. Dijo otro.
La parejita se miraba y negaba con la cabeza, los guías me miraban a mi.
-Vooooy...- dije mientras me dirigía al precipicio y me ponía el arnés. La realidad fue que este rapel resulto más sencillo y divertido que el de la primera cascada. Viendo que no era tan fiera la "centrifugadora" como la pintaban, los demás también se animaron. Al final todos nos hicimos fotos, muy satisfechos de haber superado esta pequeña prueba vital.


Bajada en rappel por la 2ª catarata, Da Lat. Vietnam. Foto del autor.
Fin de la aventura por los rápidos de Da Lat. Vietnam.

La vuelta a la carretera fue como recordar las marchas con todo el equipo en mi época con los paracas. Cuando subíamos por la "cuesta de la peseta", la más dura de todo el campo de maniobras de Uceda en Guadalajara.
Los "charlys" me pasaron una de las mochilas con la mitad del material de escalada que habíamos utilizado. La otra la llevaba el guía jefe que estaba mas fuertecillo que su ayudante.
- Tu fuerte ¿no? Tu militar español, estar fuerte. Decía el "jodío" sonriéndome.
- Si pequeño cabroncete amarillo, te haré de sherpa. Le contesté. Mientras, el resto del grupo respiraba aliviado mirando la tremenda cuesta entre árboles y sin sendero visible que nos esperaba para llegar hasta la carretera.
Seguro que apelar al pasado militar o al orgullo de algún que otro cliente, al guía le había ahorrado más de un esfuerzo cargando con todo el equipo monte arriba.


Montañas de Da Lat. Vietnam. Foto del autor.

Por puro amor propio llegué el primero al borde de la carretera..."reventadito". En 15 minutos ya estaban todos arriba, detrás de mi llegaron los guías. Nos quitamos la ropa empapada en el arcén de la carretera, éramos el espectáculo de las docenas de ciclomotores, furgonetas y autobuses que subían y bajaban hacía Da Lat. Ponían los ojos en blanco mientras doblaban los cuellos intentando devolver el saludo que les hacíamos desde el arcén.
Están locos estos guiris debían de pensar. Al poco llegó la furgoneta de la empresa y volvimos a Da Lat. Bendita puntualidad vietnamita.

Invernaderos de frutas y verduras en las montañas de Da Lat. Vietnam. Foto del autor.


La "torre Eiffel" de Da Lat se ve desde casi toda la ciudad. Vietnam. Foto del autor.



Antena de TV de Da Lat. construida a imagen y semejanza de la torre Eiffel de París pero mucho más pequeña.
Foto del autor.
Nos despedimos del mercado de Da Lat. Vietnam. Foto del autor.


Son las 16:45, los compañeros de aventura comentamos la experiencia del "cañoning" mientras nos tomamos un chocolate calentito antes de despedirnos, una delicia. La aventura de la mañana mereció la pena. Como curiosidad he de decir que nos sorprendió ver botellas de vino hechas aquí. Está claro que el clima benigno de estos valles montañosos favorece que la uva de su fruto en un lugar tan ajeno a la cultura vinícola como puede ser Vietnam.
Vino tinto con denominación de origen Da Lat.
Vietnam. Foto del autor.


Me despido de Da Lat. Me recoge un mini-bus que va pasando por los distintos hoteles de la ciudad para llevar a los turistas hasta la estación de autobuses.

Y como colofón a mi recorrido por Da Lat, os cuento lo que me pasó en ese mini-bus. Fue surrealista. Una familia de vietnamitas suben al mini-bus y en cuanto se enteran de que soy español (por mi camiseta de la selección), empiezan a hablarme de multitud de tópicos españoles. La madre de la familia me pregunta por Federico García Lorca, sevillanas, y demás escritores españoles. Y el marido, me pregunta de fútbol español. Obviamente estaba más puesto que yo en el tema: Di Estéfano, Gento, alineaciones de equipos de primera división, historial de ligas de campeones ganadas por el Madrid y el Barsa. Tanta verborrea y efusividad me extraño en unos vietnamitas. Esta gente es muy educada y guardan mucho las formas y sobre todo las distancias. Con el paso de los minutos me di cuenta que el marido estaba un pelín bebido.
La señora se sacó 50 fotos conmigo en su iphone.
20:45 en la estación de autobuses de Da Lat.  Acomodado en el bus-cama que me llevara a Saigón o ciudad Ho Chi Min como oficialmente se denomina a la antigua capital de Vietnam del Sur. Ho Chi Min, en honor al líder comunista que venció a franceses y norteamericanos. 

En el bus-cama en ruta nocturna hacia Saigón. Vietnam. Foto del autor.


Rogué a todos los santos para no coincidir en el autobús con la "happy family"...ahí están, me ven, me saludan, se suben al mismo bus que yo... pero en la parte delantera, yo voy en la parte de atrás. El marido se queda "roque" a los 10 minutos de arrancar. El bus-cama es nuevecito, da gusto verlo, menuda diferencia con el resto en los que he viajado. Reparten toallitas y botellines de agua.

Nada como un libro electrónico para que las horas en el bus-cama atravesando
Vietnam de norte a sur pasen más rápidas. Camino a Saigón desde Da Lat.



¡¡¡Saigón allá voy!!!

Próximo post: 2.14- SAIGÓN. LA CAPITAL DEL MEKONG.

sábado, 28 de diciembre de 2013

2.12 - DA LAT. MONTAÑAS CENTRALES.

13 de octubre, sábado.
Desde Hoi An camino a Da Lat.

07:10 de la mañana. El autobús esta entrando en la estación de Na Thrang. Aquí cogemos una furgoneta que nos llevará atravesando la ciudad a la otra estación donde cogeré otro bus-cama hasta Da Lat. A los 5 minutos de salir de la estación y en mitad de las calles de Na Thrang, la furgoneta se avería y nos quedamos tirados en mitad de una avenida. Somos la atracción de una cafetería donde unos señores mayores están desayunando sopa Po.

Esperando en una gasolinera de Nha Trang a que pase el autobús al que no hemos llegado por  
culpa de la avería de la furgoneta que nos llevaba a la estación. El de la moto es el encargado 
de la agencia que ha logrado contactar con el conductor para que nos recoja en este lugar.
Organización vietnamita que nos ha ahorrado horas de espera. Vietnam. Foto del autor. 


Tras bajar las mochilas de la "furgo" averiada cruzamos la avenida y el conductor que no sabe ni papa de inglés, tras hablar por el móvil una y otra vez nos indica que esperemos en una gasolinera que está a 100 metros. Miedo me da, el paisano no se le ve muy espabilado, no tenia ni idea de mecánica.
Pero mi desconfianza recibe un "zasca", a las 8, nos recoge el bus-cama en la gasolinera, bendita organización vietnamita, ahora entiendo como le ganaron la guerra a los yankis.


Esta vez nos toco un bus-cama, último modelo. Camino a Da Lat. Foto del autor.

- LLEGAMOS A DA LAT.

Tras casi 12 horas de viaje en bus llego por la tarde a Da Lat. El viaje entre sus montañas es espectacular, el paisaje y su flora es muy parecido al de Cantabria. En esta región no hay esas selvas impenetrables que caracterizan los valles fluviales y las tierras bajas del país. Aquí el pino es el rey indiscutible, bosque continental parecido al del norte de España, es casi como estar en casa. En esta zona de montaña las temperaturas medias durante el año varían entre los 11º y los 27ºC. Rara vez durante el año bajan las temperaturas de 8ºC o suben más de 29ºC, toda una delicia y la razón de que muchas de las casas que nos encontramos estén hechas de uralita. En las tierras bajas de Vietnam estas casas serían auténticos hornos. Aquí arriba resultan frescas además de muy baratas de construir y de mantener.

Subiendo a las montañas de Da Lat. Muchos rincones de estos paisajes me recuerdan a las
montañas del interior de Cantabria. Vietnam. Foto del autor.

Las casas de la gente humilde que reside en las escarpadas subidas a las montañas de Da Lat
viven en casas de paredes y tejados de uralita. Un material barato y que solo se puede
utilizar en estas alturas donde no hace tanto calor como en las tierras bajas de Vietnam.
Foto del autor.

Cabaña de uralita en las estribaciones de las montañas de Da Lat. Vietnam. Foto del autor.




Típica cabaña comunal de las tribus de las montañas de Da Lat. Foto del autor.

Eso es lo que debió de pensar el médico suizo Alexandre Yersin, en 1893 cuando visitó Da Lat y decidió que sería el lugar apropiado para instalar una estación de montaña y un sanatorio. El doctor Yersin tras estudiar en París con el famoso microbiólogo Louis Pasteur, se trasladó a Vietnam en 1891, aprendió vietnamita con fluidez e introdujo los árboles de la quina en el país. Los beneficios sanitarios de este árbol ya los descubrió en 1631 el jesuita español Alonso Messia Venegas en Lima (Perú), cuando lo utilizaba para curar las fiebres endémicas de esa zona de Hispanoamérica. Esta planta resulta imprescindible para producir quinina, la medicina contra la malaria. El logro mas meritorio de Yersin se produjo en 1894, cuando identificó el microbio que causa la peste bubónica.


Alexandre Yersin en su choza de Da Lat.

En 1910 la ciudad se había convertido en un popular retiro de verano para los colonos franceses.
 Da Lat, es la ciudad romántica por excelencia para los vietnamitas. Hasta aquí vienen decenas de miles de recién casados y veraneantes nacionales, muchos de ellos acuden a ver el Valle del Amor y el Lago de los Suspiros. Lugares muy kistch al que vienen pocos turistas extranjeros, mejor.
Por tener, tiene hasta una réplica de la torre Eiffel de París, una imitación a menor escala y que es la antena de TV de la ciudad. El Lago de los Suspiros es un inmenso lago que está en medio de la ciudad con docenas de pedalines en forma de cisne bastante cursis.
Lago de Los Suspiros de Da Lat. Lugar favorito para las lunas de miel de los vietnamitas.
Foto del autor.


Lago de los Suspiros. Al fondo la réplica de la Torre Eiffel de Da Lat. Foto del autor.
Lago de Los Suspiros de Da Lat. Vietnam. Foto del autor.


 A su lado un precioso jardín regado por una acequia gigante que viene del lago, a este jardín lo llaman el Valle del Amor.
 El jardín tiene preciosos parterres llenos de flores, pequeños senderos, muchos árboles y un puente de madera tan inclinado que desafía la ley de la gravedad. Es el lugar ideal para que las parejitas de recién casados se saquen sus fotos de luna de miel.


Acequia que riega el Valle del Amor, Da Lat. Foto del autor.

Las casas en esta zona montañosa del centro de Vietnam son muy parecidas a las de
cualquier ciudad de España. El clima mucho más benigno que en el resto del país
condiciona toda la vida en Da Lat. Foto del autor.



Esta ciudad y su región circundante, por su tranquilidad y clima suave, fue retiro estival de los ricos hacendados franceses que, para pasar los rigores del calor en esos meses del año, tenían aquí sus mansiones de verano. Es la zona más alta y fresca del centro-sur de Vietnam.
Esa influencia francesa se nota en la gran cantidad de pastelerías y panaderías que llenan la ciudad. Es la primera vez que vemos un pastel en todo Vietnam. Es algo típico de la zona, los lugareños compran tartas para celebrar los cumpleaños familiares. Y los cruasanes se venden sobre todo en los días festivos. Una deliciosa sorpresa para este viajero pelín harto de tanta sopa Po.
Plaza central del mercado de Da Lat. Foto del autor.
Una de las entradas al mercado de Da Lat. Vietnam. 

Parte del mercado de Da Lat. Vietnam. Foto del autor.


Encuentro un hotel muy coqueto en Da Lat, el Les Sapins hotel en la calle Truong Cong Dinh. Baño propio con agua caliente, A.C, Wifi...en el recibidor. Muy bien montado, de lo mejor que he encontrado hasta ahora. Tras dejar las cosas, me acerco al mercado, dicen que es de los más grandes de Vietnam y así es. No tiene nada que envidiarle al mercado Dong Xuan de Hanoi, o a los que más tarde vería en Saigón. Como en el piso de arriba del mercado donde hay puestos con mesas y sillas que sirven gastronomía vietnamita.





Comiendo en el mercado de Da Lat. Vietnam.



Paseando por el mercado de Da Lat. Vietnam.




Pescaderas en el mercado de Da Lat. Foto del autor.
Verduleras en el mercado exterior de Da lat. Foto del autor.
Bonsáis en el mercado de Da Lat. Vietnam. Foto del autor.


Al anochecer me sorprende ver como montan un escenario con altavoces, focos y micrófonos en la plaza de la ciudad. Empieza a concentrarse gente, sobre todo chavalería y nos encontramos con el Operación Triunfo vietnamita. Que bueno, allí sobre el escenario van apareciendo, el Bisbal de Tonkín, el Bustamante de Da Lat, un grupo de veinteañeras en minifalda que se creen las Spice Girls, pero que da pena verlas bailar por lo poco coordinadas que están y las pocas ganas que le ponen. Un auténtico show occidental en el último rincón del sudeste asiático. Muy curioso.


Gira del "Operación Triunfo" vietnamita en Da Lat. Foto del autor.

"Operación Triunfo" en Da Lat. Vietnam. Foto del autor.

Disfrutando de las actuaciones de los "triunfitos" vietnamitas. Estos intentaban bailar
"sevillanas". Estando en mitad de las montañas centrales de Vietnam el momento, cuanto
menos, resultaba surrealista. Da Lat. Foto del autor.


Lo que más me sorprendió es que por mucho que los artistas pusieran de lo suyo en cada actuación, el público ni se movía, ni aplaudía, ni coreaba sus canciones. Éramos nosotros, unos cuantos turistas, los que gritábamos: ¡¡¡BRAVO!!! ¡¡¡QUE REPITA!!!! ¡¡¡OTRA!!! ¡¡¡OTRA!!! Aplaudíamos y saltábamos a cada final de actuación y poco a poco los "dalatenses" dejaron de mirarnos como bichos raros y se fueron animando. Algunas chicas del público incluso bailaban, un fiestón para ellos. Me lo pasé genial. Cené en el mercado nocturno, pasee entre los puestos y compré unos sombreritos hechos de punto muy graciosos.


Mercado nocturno en Da Lat, mucho ambiente. Foto del autor.

Vietnam, paraíso de los electricistas. Da Lat. Foto del autor.


Y ya pronto a la cama, que mañana hay que disfrutar de los rápidos, las cascadas y el descenso de cañones que ofrece la maravillosa naturaleza de montaña que rodea esta ciudad tan peculiar.

Próximo post: 2.13- DESCENSO DE BARRANCOS EN DA LAT. 

lunes, 23 de diciembre de 2013

2.11 - DISFRUTANDO HOI AN.

11 de octubre, jueves.
Hoi An.

- HOI AN. UN POCO DE HISTORIA.

Empezaremos nuestra historia en el S. I d.C. donde Hoi An era el mayor puerto del sureste asiático. Este antiguo enclave costero del pueblo Champa (civilización que dominó el centro y sur de Vietnam desde el año 192 hasta el S. XV, desde 1471 a 1832 ya solo controlaban el enclave de Na Trang) fue un importante centro comercial durante los siglos XVI y XVII. El pueblo Champa combatió a todos sus vecinos para poder sobrevivir: chinos, vietnamitas y camboyanos. Al final fueron derrotados por los vietnamitas (1471) y poco a poco su población fue absorbida por la nueva nación en expansión. Hoy el pueblo champa es una minoría en el sur de Vietnam (nos encontraremos con ellos en el Mekong más adelante en nuestro viaje) y en Camboya.
El reino Champa y el resto de reinos e imperios en el sureste asiático
en el S. XI. 
Se cree que los primeros cham vinieron de la región de Bengala en la India y profesaban el hinduismo, posteriormente se mezclaron con pueblos malayos y polinesios hasta asentarse y dominar esta zona de Vietnam.

Puente Japonés de Hoi An. Vietnam. Foto del autor.

Entorno del Puente Japonés de Hoi An. Vietnam. Foto del autor.

 
En los siglos posteriores en Hoi An se asentaron comerciantes chinos de diversas regiones además de japoneses, holandeses e indios. En este tiempo el poblado era una ciudad dividida, el asentamiento nipón se encontraba al otro lado del Puente Japonés (que luego visitaremos). Este puente es el único que se conoce con la característica de estar unido por uno de sus lados a una pagoda budista.

El autor frente a una típica casa en Hoi An. Su estructura y materiales
son los mismos que las casas de los comerciantes que aquí se
asentaron en los siglos XV al XVII. Vietnam.


Franceses y españoles (desde el S. XVI hasta la conquista de este territorio por Francia en el S. XIX) conocían esta población con el nombre de Faifo. Algunos especialistas consideran que podría venir de " Hai-pho" que significa "ciudad costera"
En 1999 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, como ejemplo de conservación de puerto comercial asiático de entre los siglos XV y XIX.
Ahora vamos a conocer esta joya del sureste asiático de la mejor manera, paseando por ella.

- PASEANDO POR HOI AN.

Empiezo la mañana temprano yendo al mercado de Hoi An. Una de las características de esta ciudad son sus sastrerías y zapaterías. En 24 horas tienes hecho a medida, cualquier traje, vestido o zapato que puedas imaginarte, ya sea sencillo o de alta costura y a precios populares. Mucha gente lleva una fotografía de alguna revista donde sale una actriz o personaje famoso y que desea el mismo traje o vestido que lleva esa celebridad. No hay problema, se lo harán de un día para otro y a la medida del cliente. Quedan perfectos. El paraíso de toda "shopper" compulsiva vamos.


Café con encanto en Hoi An. Foto del autor.

Calle comercial en Hoi An. Vietnam. Foto del autor.


Aquí también se puede encargar un Ao Dai (traje típico vietnamita) en cualquier color y a medida por 48 dólares (al cambio ahora mismo, año 2012, 35 euros). Tras tomarte las medidas suelen tenerlo listo al día siguiente. Por eso es importante que vayáis de mañana a encargar lo que queráis, por si solo estáis en la ciudad una noche.
También podéis encargar zapatos a medida en las docenas de zapaterías que hay en la zona del mercado. Hay cientos de modelos a elegir, y como con los vestidos, podéis llevar fotos de revistas y que os hagan ese zapato que tanto os gusta y que puede llegar a costar miles de euros en cualquier otro lugar del mundo. Los precios son muy buenos, de media unos 16 euros. A los yankis, como no regatean, les suelen cobrar el doble. De hecho lo compruebo en una zapatería con una familia americana que les iban a endosar cada par a 40 dólares. La encargada de la zapatería Tháo en la calle Tran Phú, pegadita al mercado central, fue muy amable y me enseñó, en una mezcla de inglés y gestos, como se encargan los zapatos.

Mercado de Hoi An. Vietnam. Foto del autor.

Frutas en el mercado de Hoi An. Vietnam. Foto del autor.

Haciendo amigos en el mercado de Hoi An. Vietnam.


Aquí, como en el resto de Vietnam, lo peor es la comida, por lo escaso de sus raciones (los vietnamitas no necesitan más) y la falta de variedad, pero supongo que es una detalle que irán corrigiendo poco a poco. Los vietnamitas son muy frugales y viven con muy poco, herencia de decenios de guerras y penurias que van quedando atrás para las nuevas generaciones.


Típica comida vietnamita, tortilla francesa rellena con diferentes salsas, sandwiches de verduras,
sopa Po, mini rollitos de primavera...casi siempre te quedas con hambre. Hoi An.
Vietnam. Foto del autor.


Calle comercial en Hoi An. El encanto de estas calles que no han cambiado en siglos es
incuestionable. Vietnam. Foto del autor.

 Después de comer, me tomo un sandwich porque me quedo con hambre. Maldita sopa Po. Aunque me sorprende de manera muy agradable el detalle de la rosa hecha con la piel de un tomate.

Jamás pensé que le sacaría una foto a un sandwich, pero esa flor hecha con una piel de
tomate me ha encantado. Hoi An. Foto del autor.


Gastronomía vietnamita en Hoi An. Con una de las cervezas más conocidas del país.
Vietnam. Foto del autor.



Hoi An, el encanto de Vietnam concentrado en una ciudad. Vietnam, Foto del autor.
Transporte típico en Hoi An. Las aceras son para aparcar motos y bicicletas. Solo los turistas andan
de un sitio a otro en Vietnam. Foto del autor.
Pequeño templo en Hoi An. Vietnam. Foto del autor.
"Taxistas" de triciclo en Hoi An. Vietnam. Foto del autor.

Tras perderme un poco entre tiendas, fui a sacar unas fotos en el puente Cam Nam que cruza el río Thu Bon. Un puente con muchísimo encanto. Sus vistas de las orillas del río son espectaculares. Una postal clásica de los paisajes vietnamitas. Aquí cualquier artista que pinte al óleo tendría muchísimos rincones románticos (en el sentido del estilo artístico de finales del S. XVIII y todo el XIX) en los que inspirarse.


El autor en el puente de Cam Nam. Hoi An. Vietnam


Puente de Cam Nam sobre el río Thu Bon, Hoi An. Foto del autor.


El autor ante un cartel propagandístico del gobierno de Vietnam en Hoi An.
Pagoda en el templo de la Congregación china de Fujian. Hoi An. Vietnam. Foto del autor.

Paseando por las calles de Hoi An. Vietnam. Foto del autor.

Uno de los "restaurantes" callejeros típicos de Vietnam. Las mesas y sillas son infantiles
pero ahí te tienes que sentar. Hoi An. Foto del autor.


- HOI AN NOCTURNO.

Para reponer fuerzas me tomo una cervecita en una terraza y ya se me echa la noche encima. Maravilloso el paseíto nocturno a la orilla del río. Parece que retrocedes 150 años en el tiempo. Un sitio encantador. Contemplo la maravilla del puente cubierto japonés. Este puente es el símbolo de Hoi An y el de su rico pasado mercantil.


El Puente Japonés, símbolo de la ciudad de Hoi An y de su esplendor comercial. Foto del autor.

 Fue construido en 1593 por la comunidad de comerciantes japoneses para unir su distrito con el barrio chino, en la zona este de la ciudad. En 1663 el shogún Tokugawa Iemitsu prohibió el comercio de los japoneses en el exterior, lo que acabo de forma abrupta con la comunidad. El puente conserva, a pesar de las remodelaciones, todo el encanto medieval de las construcciones japonesas.

El Puente Japonés de Hoi An. Vietnam. Foto del autor.

Entrada al Puente Japonés de Hoi An. Para entrar hay que pagar. Vietnam. Foto del autor.


Tienda con encanto en el centro de Hoi An. Vietnam. Foto del autor.



Barco restaurante en el paseo de Hoi An junto al río. Vietnam. Foto del autor.

Hoi An es muy bonito de día, pero mucho más de noche. Al ponerse el sol se encienden miles de farolillos de papel iluminando las orillas del río, las calles, los locales y restaurantes y los puentes.


Restaurante-cafetería con encanto junto al río. Hoi An. Vietnam. Foto del autor.

Ceno en una de los puestos-terrazas que hay a la orilla del Thu Bon, rollitos con arroz, sopa Po... con unas vistas fabulosas del río iluminado y al otro lado, la orgía de colores de farolillos de papel del mercado nocturno, uno de los más bellos de Asia. 
Tras pasar el puente peatonal iluminado por docenas de lucernas, entro en el mercado de farolillos. Tiene docenas de puestos que venden estas luminarias con cientos de clases, tamaños y colores. Una maravilla ver los miles de puntos de luz iluminando las calles de Hoi An. Inolvidable.
Cenando en el mercado de los farolillos de Hoi An, a orillas del Thu Bon.
Una gozada disfrutar del ambiente de este rincón del mundo. Vietnam.




Puente peatonal An Hoi, en pleno mercado de los farolillos, Hoi An. Foto del autor.

Mercado de farolillos de Hoi An. Vietnam. Foto del autor.

Puesto de farolillos en el Mercado de los farolillos de Hoi An. Su encargado es un 
ejemplo de la tranquilidad que se vive en este lugar incluso en noche de mercado.
Foto del autor.


Tras disfrutar del mercado regreso al hotel. Mañana iré a una playa que hay a varios kilómetros de Hoi An. Alquilaré una bici para desplazarme. Una versión de Verano Azul pero a la vietnamita.

- 12 DE OCTUBRE. VIERNES. HOI AN.

Son las 07:20 de la mañana. Dormí genial. Desayuné en frente del hotel, en una casa familiar que da comidas, lava ropa y alquila bicis a turistas. 
De los mejores desayunos del viaje, con tortilla francesa y baguettes. Se nota que los franceses dejaron huella aquí. Alquilé una bici y me fui a la playa de Cao Dai a 7 kilómetros de Hoi An. La carretera es llana y con poco tráfico, me gustó la experiencia.


Vamos en bici a la playa de Cao Dai. Hoi An.
Vietnam. Foto del autor.



La playa es espectacular, con palmeras, arena blanca y fina y el agua calentita. Nada que envidiar a las del Caribe. Cuando llegué no había nadie, la tenía para mi solo, una delicia. Sobre las 11:30 ya se fue llenando de turistas y de autóctonos haciendo turismo nacional. Había un grupo de adolescentes viets de lo más emocionados al ver el mar. Ellas se bañaron con pantaloncito y camiseta...que diferencia con nuestras costumbres.


Playa de Cao Dai. Zona de hoteles. Hoi An. Vietnam. Foto del autor.



Playa de Cao Dai a 8 kilómetros de Hoi An. Vietnam. Foto del autor.
Tarde de merienda en familia en la playa de Hoi An. Vietnam. Foto del autor.
En todo el mundo las familias disfrutan igual de una tarde de playa. Hoi An. Vietnam. Foto del autor.

De vuelta en Hoi An, di el último paseo por esta maravillosa ciudad.

Último paseo por las calles cercanas al río en Hoi An. Un encanto este pueblecito del centro de
Vietnam. Foto del autor.


- CAMINO A DA LAT.

A las 18:00, una furgoneta me recoge en el hotel para llevarnos a las afueras de Hoi An. En una gasolinera nos recoge el bus-cama. El billete como casi siempre lo compro en el hotel. Si no se tiene prisa es bueno mirar en agencias, suele ser más barato.
El bus-cama va lleno y tengo que ir de pie, cosa que en teoría esta prohibido y además descalzos porque es obligatorio dejar los zapatos al lado del conductor. Este y su ayudante no hablan inglés. A los 45 minutos de viaje y cuando me estoy preguntando si tendré que ir así hasta Da Lat me dejan en una especie de bar-tienda de carretera que es también parada de bus. La familia que lo regenta sale a charlar conmigo, soy el entretenimiento nocturno. Hay vecinos que salen de sus casas para venir a verme. Uno de sus hijos chapurrea ingles y les cuento de donde vengo, como siempre saben más de futbol español que yo. Compro algo de comer y espero. Tras una hora de espera llega el bus-cama. No queda nadie en la tienda, la familia se ha ido a dormir. 
En este transporte viajo toda la noche, con cambio de sitio y media peli de Avatar incluidos.  Hasta mañana, nos vemos en Da Lat, las montañas centrales de Vietnam.

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