domingo, 11 de mayo de 2014

3.15 - Los lagos de Plivitce, maravilla natural.

2 de octubre, miércoles.
Zadar. Croacia.

Me levanto a las 8 de la mañana, hay unos 140 kms. hasta los lagos de Plivitce. La mitad del trayecto es por autopista de peaje y la otra mitad por carretera nacional. El interior de Croacia, por donde paso ahora, está bastante despoblado. Hay muy poco tráfico y las pocas poblaciones que atravieso son principalmente rurales.
Entro en la zona de los lagos por el sur, pero aparco en el parking Norte (Nº1 en las guías). Quiero empezar la ruta desde la puerta Norte, ya que es la más cercana a las cataratas más espectaculares del parque.



- EL PARQUE NACIONAL DE LOS LAGOS DE PLIVITCE.

Este parque nacional en el corazón de Croacia se creó en 1949. Tiene una extensión de 300 kilómetros cuadrados con bosques y lagos designados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.


Lagos de Plivitce. Patrimonio de la Humanidad. Croacia. Foto del autor.

El parque es famoso por sus espectaculares cascadas, tiene 16 lagos que se pueden recorrer por senderos de tierra y puentes de madera que bordean sus orillas. Hay autobuses lanzadera eléctricos que trasladan a los visitantes desde unos puntos de entrada a otros. Todo está muy bien indicado en los mapas y folletos que te dan en los accesos.


Mapa de los lagos y cascadas de Plivitce con su sección longitudinal hidrológica. Foto del autor.

 El mayor lago del parque puede recorrerse en una embarcación también eléctrica, ya que está prohibido en todo el área natural cualquier motor de gasoil. La contaminación es cero en este maravilloso lugar. En el parque está prohibido recoger flores, nadar, pescar, soltar mascotas, hacer fuego y acampar. Los lagos están rodeados de espesos bosques donde habitan algunas de las especies animales más grandes de Europa: lobos, linces, zorros, jabalíes, corzos, gatos salvajes, nutrias y tejones.


Mapa de los Lagos de Plivitce en la entrada 1 del parque. Foto del autor.


- ENTRADA AL PARQUE.

Entro en el parque a las 10:40 por el norte, por la entrada 1, paso por taquilla y pago 110 kunas por persona, 14 euros al cambio actual. La entrada da derecho a un viaje en el barco que atraviesa el gran lago y a un viaje en el autobús-lanzadera.
Empiezo a andar por los senderos. El clima es húmedo y debemos estar a unos 12 grados, hay que abrigarse, la suave temperatura de la costa croata me ha mal acostumbrado.  A los pocos metros de la entrada, desde un balcón natural, se ven los primeros lagos escalonados y las orillas del río Korana. 


Lago Gavanovac y Milanovac con sus cascadas escalonadas. Lagos de Plivitce. Foto del autor.

En esta zona hay unas cuantas casitas de pastores y varios molinos hidráulicos. El río discurre entre imponentes paredes de roca atravesando paisajes espectaculares. También se ven desde aquí arriba los senderos que llevan a las maravillosas cascadas por donde se precipita el río Plitvica.


Cataratas del río Plitvica. Lagos Plivitce. Foto del autor.


Cascadas del rio Plitvica desde lo alto del acantilado. Lagos de Plivitce. Foto del autor.


Pasarela de madera sobre las pequeñas cascadas del río Korana. Lagos de Plivitce. Foto del autor.

Bajamos por el serpenteante sendero hasta las orillas del río Korana y nos encaminamos hacía las cascadas pasando por las pasarelas de madera, la belleza natural del entorno es impresionante.


Cascadas del río Plitvica. Lagos de Plivitce. Croacia. Foto del autor.



Pasarelas de madera en los lagos de Plivitce. Croacia. Foto del autor.

Tras ver las cascadas sigo caminando por los caminos de tierra y los puentes de madera que pasan por encima de los lagos escalonados de Gavanovac y Milanovac. Voy subiendo por sus riberas mientras saco fotos a cada paso.


Cascadas escalonadas entre lagos. Lagos de Plivitce. Croacia. Foto del autor.


Cascadas escalonadas entre lagos. Lagos de Plivitce. Foto del autor.

 En el gran lago Kozjak cogemos la barcaza eléctrica y pasamos a la otra orilla, antes me he tomado un chocolate caliente en la cafetería, hay muchísimo turista sobre todo alemanes y orientales. Se ven muchas excursiones de chinos, coreanos y japoneses, todos detrás de sus guías.


Zona de restaurante y cafetería en el gran lago Kozjak. Lagos de Plivitce, Croacia. Foto del autor.



Barcaza eléctrica en el parque de los lagos de Plivitce. Croacia. Foto del autor.

Tras pasar al otro lado del lago y comer en un restaurante cogemos el bus lanzadera que nos lleva en 10 minutos a la puerta de entrada por la que accedimos al parque, son las 14:30 y la visita me ha llevado 4 horas.


Bus lanzadera propulsado por electricidad. Lagos de Plivitce. Foto del autor.

 El parque de los lagos de Plivitce es una auténtica maravilla que no hay que perderse. Las fotos hablan por sí solas. El entorno está muy cuidado y limpio. En este lugar la naturaleza se mantiene sin casi intromisiones del ser humano. Un lugar increíble Patrimonio de la Humanidad.


Los lagos Gavanovac y Milanovac desde lo alto del acantilado. Plivitce. Foto del autor.


Bosques alrededor de los lagos de Plivitce. Foto del autor.


Vuelvo al coche, mi próximo destino es Senj, en la costa norte de Croacia, en pleno golfo de Kvarner.

- EN RUTA A SENJ POR LA CROACIA PROFUNDA.

Para llegar a Senj desde los lagos de Plivitce tenemos que dar una inmensa vuelta, y como no quería llegar de noche a la costa decido acortar camino atravesando las montañas (no es lo más recomendable). La decisión salió bien porque se me da bien orientarme con los mapas (en ese año de 2013 no tenía GPS). No es fácil distinguir los carriles en esas pequeñas carreteras de montaña, muchas de ellas sin señalización horizontal pintada en la calzada.
 Al principio las carreteras son comarcales y ascienden sinuosas por una montaña boscosa muy bella.


Bosque croata en las proximidades de los lagos de Plivitce. Foto del autor.

Luego mejoraron, en una o dos ocasiones acabo ante la puerta de una finca al equivocarme en la elección del camino. Atravesamos la Croacia profunda, pueblos muy pobres, escasos vehículos, muchas casas con huellas de la guerra. El paisaje es muy verde, atravieso montaña y bosques pero el ambiente es desolador y triste. Tras una hora de viaje cruzo un puente donde el hormigonado del firme revela que ha sido desminado recientemente. Eran las mismas marcas que veíamos en carreteras cuando estábamos de misión en los Balcanes con la ONU.


Cintas de plástico advirtiendo que el arcén esta minado. Croacia. Foto del autor.



Señal de peligro. El arcén de la carretera está minado. Carretera entre Stajnica y Jerezane en
la Croacia profunda. Foto del autor.


 Un escalofrío me recorrió la espalda al contemplar junto a una vía férrea, la primera señal que advertía que entraba en un tramo de carretera con los arcenes minados. A seis kilómetros aproximadamente aparecía la señal informando que se acababa la zona minada.
El último tramo antes de bajar a Senj es de carretera de montaña, atravesamos los Alpés Dináricos  que recorren la costa adriática de Croacia. Senj se encuentra a los pies del monte Vratnik que separa el macizo Velebit de las montañas de Gorski Kotar.


Desde lo alto de la montaña Vratnik bajaremos hasta orillas del Adriático en Senj. Croacia.
Foto del autor.

 De hecho, el valle montañoso termina a orillas del Adriático en este precioso pueblo de 9000 habitantes.

- LLEGAMOS A SENJ. UN POCO DE HISTORIA...

A las 17:15 llego por fin a Senj, el pequeño pueblo se encuentra encajonado entre el desfiladero de las montañas Velebit y el mar Adriático, en pleno golfo de Kvarner. Estar en esta posición geográfica supone para el pueblo que la casi totalidad de los días del año sople un viento gélido. Este viento llamado por los lugareños el Bora de Senj, llega a través del valle, desde los montes Dináricos haciendo de Senj el pueblo costero mas frío de Croacia.


Atardece en Senj, pueblo encajonado entre las montañas y el Adriático. Foto del autor.

A pesar de ello, Senj siempre ha estado habitado, primero por los ilirios y luego por los romanos que construyeron un puerto llamado Senia, siendo un importante puerto de comercio de madera. A partir del año 1000 fue otorgado a los caballeros templarios, y de ellos paso a manos de la familia Frankopan y finalmente al control del rey de Hungría.


Caballero húngaro sentado, guerrero cumano y jinete ligero croata del S. XIII.
Dibujo de Angus Mcbride.

Para defenderse de los turcos, los Habsburgo establecieron aquí el primer puesto de la Frontera Militar (Vojne Krajine). Está plaza fuerte contaba con una imponente muralla que rodeaba toda la población de Senj de la que ahora se conservan algunos tramos.
En la batalla de Mohacs (1526), el joven rey Luis II de Hungría y su ejército formado por soldados húngaros, croatas, guerreros del Sacro Imperio Romano Germánico y del reino de Polonia fue estrepitosamente derrotado por el sultán turco Solimán el Magnífico. 


Batalla de Mohacs (1526), miniatura turca.

Tras el desastre, muchos uskoks de Sinj y Klis (poblaciones próximas a Split) se instalaron en Senj y el gobernador austriaco local los utilizó para combatir el avance turco.


Al bajar del coche compruebo en mi cara inmediatamente el Bora de Senj, el ulular del viento que llega de las montañas es constante, es raro la mujer que no lleva un pañuelo en la cabeza. Los lugareños van bastante abrigados. Llego con el coche hasta el pequeño puerto del pueblo y enseguida un chico ve que soy de fuera por mi coche alquilado y me ofrece un apartamento familiar que alquilan a visitantes. Al rato llega su madre, una señora muy amable que me conduce a ver el apartamento. La habitación tiene baño, cocina, wi-fi, es muy bonito, 30 euros me pedía, pero se lo acabé sacando por 25 para pasar la noche en Senj.


Apartamento en Senj. Croacia. Foto del autor.

Esa tarde camino para ver la parte vieja del pueblo, es pequeña y se puede ver en una hora de tranquilo paseo. En el flanco sur de la bahía queda Cilnica, la plaza principal donde se eleva el palacio de Frankopan, construido en 1340 y reformado en el S. XIX. Algo más hacía el interior se encuentra la catedral de Santa María (S. XIII).


Paseo marítimo de Senj al atardecer. Croacia. Foto del autor.

Tras pasear y comprar la cena en un super, con la noche echándose encima me voy a dormir, a las nueve de la noche ya no hay nadie por la calle.
Mañana visitaré el castillo-torre Nehaj, fortaleza de los uskoks que contiene su magnífico museo. Es el monumento más espectacular de Senj. Y después me pondré en marcha hacía Pula en la península de Istria.

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