viernes, 14 de marzo de 2014

3.4 - Los paracas en Bosnia. Llega la AGT Madrid.

- LA HISTORIA DE MI MISIÓN EN BOSNIA.

El 24 de septiembre de 1993 llegábamos a Croacia en el buque Castilla de la Armada la mayoría del contingente de la AGT Madrid. Habíamos salido de Cartagena y arribábamos a Split con unas ganas inmensas de ayudar a esa gente que tanto lo necesitaba. Estábamos deseando poner en práctica los meses de duro entrenamiento y dejar el nombre de España lo más alto posible en estas maltratadas tierras bosnias.


Salida de la AGT Madrid desde Cartagena en el buque Castilla, nuestro destino Split en Croacia.
Foto del autor.

El panorama que encontramos fue desolador, los bosnios estaban inmersos en una terrible guerra contra sus ex-aliados croatas al haber estos pactado en secreto con los serbios el reparto de Bosnia, dejando a los musulmanes sin estado. Los combates más duros eran por la ciudad de Mostar, aunque los compañeros que cubrían las misiones desde Jablanica se encontraban a menudo en medio de un intenso fuego cruzado en esas carreteras de montaña que unían Mostar y Sarajevo.
Tras pasar el primer mes en la base de Divulje (próxima a Split), la 13ª Cía donde estaba encuadrado, partía hacia Dracevo. Nuestra misión: escoltar los convoyes de alimentos y medicinas que subían por la ruta del Neretva hacía el corazón de Bosnia. 


El autor cambiando calderines en la base croata de Divulje, próxima a Split.
El mantenimiento de nuestros BMR era algo básico para el éxito de la misión.

- INVIERNO EN JABLANICA.

Al adentrarnos en las montañas cogíamos la Ruta Alternativa y esquivando como podíamos los check-points, unas veces con más mano izquierda que otras y evitando el fuego cruzado, llegábamos a nuestro destino en Mostar o Jablanica. 2,7 millones de personas dependían de la ayuda humanitaria en el corazón de los Balcanes, en Bosnia.
El invierno nos tocó pasarlo en esta última localidad, Jablanica (actualmente con 10.000 habitantes) una población sita entre las inmensas moles de piedra de los Balcanes y las rugientes aguas del Neretva. Los turnos de guardia en las garitas, abiertas a los elementos, tuvieron que rebajarse de dos a una hora a causa del frío. Llegábamos a estar a 20º C bajo cero.


 El autor de guardia en Jablanica las temperaturas nocturnas llegaban
a los 20º bajo cero. 

Entrada a nuestros barracones en el destacamento de Jablanica. A la derecha de la foto
se pueden apreciar los carámbanos que se formaban por el intenso frío. Invierno 93/94.
Foto del autor.


 Los compañeros con bigote y barba se vieron obligados a afeitársela, se les formaban carámbanos en ellas. Las guardias se hacían al aire libre, en torres hechas con tablas, vigas de madera y techos de uralita. No era extraña la noche en que bosnios incontrolados intentaban asaltar la base para robar gasoil de nuestros vehículos. A veces mandaban a niños para distraer a los compañeros de guardia.
 En una de esas incursiones entraron desde el río varios hombres armados con AK-47: ¡¡¡Uyedinyene Natsiye!!! ¡¡¡stani ili putzan!!! les gritaron los compañeros, aún lo recuerdo (¡¡¡Naciones Unidas, alto o disparo!!!). Fueron advertidos con estas palabras que nos sabíamos de memoria mientras saltaban las alambradas, pero no se detuvieron y echaron mano a sus armas que portaban a la espalda. Varios fueron abatidos por los compañeros de guardia cayendo a las turbulentas aguas del Neretva.


Sección de Armas de la 13ª Cía. El autor con sus hermanos de misión en Jablanica.
Foto del autor.


Los serbios solían bombardean Jablanica a la hora de recoger el pan del desayuno en el centro del pueblo o directamente cuando desayunábamos en el destacamento. El primer día al oír las explosiones salimos corriendo a los refugios dejando el desayuno en la mesa...con el paso de los días, nuestros mandos tenían que obligarnos a ir a los refugios y desayunábamos mientras caminábamos hacía ellos mientras se sucedían las explosiones. A todo se acostumbra uno.

El autor haciendo trabajos de fortificación en el destacamento de Jablanica.
Invierno del 93/94. Foto del autor.



El autor junto a dos compañeros y nuestros "ahijados" en Jablanica. Les dábamos
todo lo que teníamos a nuestro alcance para ayudarles a sobrevivir a esa penosa
guerra; comida, productos de higiene, bebida y ellos ha cambio (no hubieran aceptado
nada gratis) nos daban cosas que hacían con sus manos; pulseras de hilo, mini patucos 
y banderitas hechas de lana y sobre todo muchas sonrisas. Invierno 93/94.



Base de Jablanica. A la derecha los refugios subterráneos construidos por nuestros zapadores, 
donde nos refugiábamos de los bombardeos. Invierno 93/94. Foto del autor.


Un alto en el camino para poner las cadenas en las ruedas de nuestros BMR.
En la carretera que iba de Jablanica a Sarajevo. Invierno 93/94. Foto del autor.


Esa Navidad tuve la suerte de pasar la Nochebuena con los míos en casa. Ni que decir tiene que me resultaba extraño ir por la calle sin ver escombros, ni tener que mirar a tejados o calles laterales. Los primeros petardos que oí en ese permiso, hicieron que instintivamente mi mente buscara un sitio donde refugiarse.

El autor a punto de salir de misión desde la base de Dracevo.

La nochevieja la pasé en Dracevo, vinieron cocineros desde España para hacernos el menú e instalaron una TV gigante en la explanada de la base para que pudiéramos seguir las campanadas de la Puerta del Sol. La juerga duró exactamente quince minutos, hasta las 00:15. Los compañeros se retiraron por si solos a los barracones, cada uno a pensar en las novias, familiares y amigos que, en España, festejaban la llegada de 1994. A las 00:30 ya no había nadie celebrando nada.


Desde la base de Dracevo se tenía una amplía visión del valle del Neretva, al fondo los Balcanes. Foto del autor.

- COMIENZA EL AÑO 94. TODO SIGUE IGUAL.

El comienzo del año 94 no auguraba nada bueno, los combates continuaron por todo el pasillo del Neretva y por la zona de Mostar y Jablanica en el corazón de los Balcanes.
En marzo de este año se alcanza un acuerdo entre los contendientes creándose la Federación musulmano-croata.


Mostar, a la dcha. del Neretva la zona bosnia, a la izq. la avd. de los Francotiradores y la parte croata. monte Hum año 1994. Foto del autor.
El autor en el observatorio del monte Hum (Mostar) tras una lluviosa noche de guardia.
Marzo de 1994. Bosnia. Foto del autor.

Al estar el puente Musala de Mostar destruido, los bosnios hacían pasar sus víveres, e incluso
personas por esa especie de jaula-tirolina que salvaba el río Neretva. Año 1993. Bosnia.
Foto del autor.

El autor frente al puente Musala, ya se le han puesto maderos entre sus vigas retorcidas y la
gente puede pasar con mucha precaución. Calle Batallón Mostar, zona este del río.
Mostar. Principios del año 1994. Foto del autor.


 Se detienen los combates y se comienza a negociar con la mediación de los españoles varios puntos:
1º- el control del armamento pesado (artillería, vehículos acorazados, morteros) que serán vigilados en puntos específicos por las tropas españolas. 
2º- el establecimiento de check points conjuntos bosnio-croatas con la supervisión de nuestras tropas para evitar "roces". 
3º- y el más importante, el establecimiento, en lo que sería la futura Plaza de España de Mostar, de unas tiendas modulares de campaña para que las familias bosnias separadas por la guerra pudieran reencontrarse.


Tiendas de campaña en plena Av. de los Francotiradores futura Plaza España. Docenas de familias volvían a reencontrarse. Mostar. Bosnia. Foto del autor.


Plaza de España y bulevar del Dr. Ante Starcevica. Está fue la zona cero en la batalla por
Mostar que enfrentó a bosnios y croatas. Abril de 1994. Foto de José Pascual.

El bulevar de los "francotiradores" de Mostar, la avenida Dr. Ante Starcevica.
Patrullando con los BMR a principios de 1994. Bosnia. Foto del autor.


Desde marzo se trabajó activamente en esos puntos. Se abrieron dos bases nuevas en Mostar, en la zona este, la bosnia, en un concesionario de la Volkswagen que nos tocó acondicionar a mano como pudimos. Y en la zona oeste, la croata, en un antiguo circuito de autoescuelas.
El 14 de marzo nos desplazamos al pueblo bosnio de Vrapcici a las afueras de Mostar, allí controlamos una pieza de artillería y dos morteros medios bosnios. Uno de ellos tan solo una carcasa doblada y renegrida ya que había estallado matando a sus sirvientes en plena acción.


El autor patrullando por la Avenida de los Francotiradores. Mostar, marzo del 94.
Foto del autor.

 Pasamos allí tres días maravillosos, la población civil nos trató como si fuéramos de la familia, compartiendo con nosotros lo poco que tenían, entre otras cosas su valioso té. Nosotros intentábamos agradecer tanta generosidad dándoles todas las raciones que podíamos. En esos días nos acostumbramos a tomar el desayuno a la hora de comer. Era el único alimento que ingeríamos, no necesitábamos más. También jugábamos al fútbol con ellos, nos ganaban casi siempre.
El autor en Vrapcici con una granada
de mortero de 81 mm del único
mortero que conservaban en esta
zona los bosnios. Marzo de 1994.
Foto del autor.


El autor en Vrapcici con un miliciano bosnio
y un niño de la aldea. Marzo de 1994.
Bosnia. Foto del autor.




Dos morteros en Vrapcici (1994) el  hierro retorcido de la derecha es el que reventó matando a sus servidores. Foto del autor.

Hasta finales de mes, se sucedieron las misiones en Mostar Este y Oeste y en el observatorio del monte Hum, desde donde controlábamos que se cumpliera el alto el fuego. Si impactaba en Mostar algún tipo de proyectil, debíamos anotar la cuadrícula en el mapa e informar rápidamente para que la ONU supiera quien había roto el alto el fuego.
También controlamos otro punto de estacionamiento de artillería y morteros de la Armija bosnia en Blagaj, cerca del mágico nacimiento del río Buna.


Nacimiento del río Buna en la actualidad. Foto del autor.

Punto de control de las armas pesadas bosnias en Blagaj. Bosnia.
Los días pasaban apacibles entre los lugareños y los turnos de guardia. Todos disfrutábamos
de la paz al fin. Foto del autor.


El 3 de abril es mi primer día como Cabo de la IIIª Bandera de la Brigada Paracaidista. Un orgullo que festejan mis compañeros y mandos aplicándome el "cariñoso" piño en el pecho izquierdo para que la nueva galleta con el galón no se caiga nunca. Dolorosa tradición que hace que tenga el pecho amoratado durante dos semanas. Venía ejerciendo de jefe de escuadra de morteros desde que llegue a la 13ª Compañía por la falta de veteranos, y en Bosnia era jefe de vehículo. Nuestra máquina, el BMR 30219, nunca nos falló. 
Mis compañeros y mi unidad me reconocían un trabajo bien hecho, y yo debía seguir demostrándoles que no se habían equivocado al confiar tal responsabilidad en mí.


Observatorio del monte Hum, año 94, con Mostar a sus pies y al fondo los Balcanes. Foto del autor.

Había cumplido mi sueño de infancia. Cuando tenía 9 años veía a los cascos azules en la guerra del Líbano del 82 rescatando a niños de los escombros producidos por las bombas. Yo no quería ser Spiderman o Superman, yo soñaba con ser el "superhéroe" de casco azul que ayudaba a los más débiles, especialmente a los niños.
Ya a mediados de abril se huele el final de la misión, el chek point Alfa en Mostar-Este se vuelve uno de los puntos importantes, está a pocos kilómetros del aeropuerto y día a día se suceden los controles de convoyes y de tráfico de vehículos. En uno de esos convoyes el ya famoso reportero Arturo Pérez Reverte se dirige a Sarajevo para mandar sus crónicas a TVE. Aún no es el famoso escritor de novelas en que se convertirá en unos años, pero los compañeros le respetan como a un veterano más. La paz por fin se ha consolidado en todo el centro de Bosnia.
Check point Alfa en Mostar Este. Año 1994. Bosnia. Foto del autor.



El autor en el Check Point Alfa en Mostar Este, año 94, la paz se instala poco a poco en el valle del Neretva. Foto del autor.
Último día de misión en Mostar. La 13ª Cía celebra en el destacamento de Mostar Este que
regresamos a España aunque aún nos falta pasar por Dracevo. Abril de 1994. Bosnia.
Foto del autor.



- ABRIL DEL 94. SE ACABA LA MISIÓN.

Veintiuno de abril, última guardia en Dracevo, a ninguno de nosotros se le quita la sonrisa de la boca, pronto estaremos en casa. 
Veintidós de abril, hoy para celebrarlo, en la carrera mañanera, nuestro capitán Don Alfredo Pérez de Aguado Martínez nos hace atravesar un río a nado, si normalmente llegábamos empapados por tener que atravesar marismas y charcas, en esta ocasión regresamos como sopas. Esa noche entregamos nuestro BMR, nuestra máquina, a la que hemos cuidado como un hermano y él nos ha protegido de accidentes, tiros, curvas con hielo asesinas y granadas de mortero. Nuestro BMR de morteros, UNPF 30219  matrícula del Ejército de Tierra ET 82856, un hermano de armas más.


El autor con su BMR en Jablanica, año 93. Un compañero de misión más.
Foto del autor.

 Esa noche nos emborrachamos todos en la cantina de Dracevo.
Mañana dejamos Bosnia, aún estaremos una semana más de descanso, en Makarska en la costa dálmata croata, antes de coger el avión a España.
Finalizaba la misión de la AGT Madrid. Sus 1.400 efectivos, recibimos el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional del año 1993 junto al resto de agrupaciones anteriores, la Málaga y la Canarias.

Ni que decir tiene, que la mayor recompensa para estos jóvenes paracaidistas, es ver la cara de agradecimiento de la gente a la que hemos ayudado. Nunca los olvidaremos.


El autor en medio de los refugiados de la gravera de Jablanica año 93. El cariño de la gente a la que
ayudamos era nuestra mejor recompensa. Foto del autor.

- REGRESO AL PASADO.

Veinte años después, recorriendo esos mismos lugares y hablando con algunos supervivientes de la guerra, la emoción vuelve a embargar al que escribe estas palabras. Es un viaje al recuerdo pero también a lo más oscuro del corazón humano, donde habita esa bestia que, a falta de leyes y civilización, surge para devorar a sus semejantes. En esta ocasión la bestia ha desaparecido en este rincón del mundo, pero duerme en el interior de los malvados. Los hombres que amamos la paz y que estamos dispuestos a luchar por ella debemos cuidar que nunca despierte y vuelva a sembrar de muerte y destrucción nuestras vidas. 

 Espero que disfrutéis con esta Escapada por los Balcanes.

Próximo post: 3.5- Destino Dubrovnik.¡¡Croacia allá vamos!!



5 comentarios:

  1. Bien escrito y recordado compañero, desde la 12° me reconozco en la mayoria de destinos y vivencias. Yo volvi en moto hace dos años, creo que todos deberiamos hacerlo para saber que mereció la pena el esfuerzo Mostar, Jablanica, Konji, Dracevo, esa ruta alternativa.... Gracias paraca!!!!

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  2. Bien escrito y recordado compañero, desde la 12° me reconozco en la mayoria de destinos y vivencias. Yo volvi en moto hace dos años, creo que todos deberiamos hacerlo para saber que mereció la pena el esfuerzo Mostar, Jablanica, Konji, Dracevo, esa ruta alternativa.... Gracias paraca!!!!

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  3. Yo también estuve allí compañero, en la 11 cia, nunca lo olvidaré. Un saludo!!!!

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  4. Buenas tardes,
    Soy el Cte Rastrojo, actual S3 de la BPAC III. Estoy recopilando fotos de la misión AGT Madrid para el libro del Lx Aniversarios de la unidad. ¿Te importaría llamarme al 968397666?
    Gracias

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    1. Buenas tardes Comandante Rastrojo. Soy Salvador Andrés Peláez y serví en el BINGPAC, Cia. Trans. Secc. Radio. Fui miembro de la AGT Madrid, conductor de uno de los vehículos BMR mercurio, F1S, que daban apoyo a la 15 cia. de la IIIBPAC. Mi jefe de unidad fue el Teniente Martos y el Capitán de la compañía fue el D. Juan José Otiñano Viñes. Tengo bastante material fotográfico de la agrupación. Si lo desea puede contactar conmigo en el 626218672 y le contaré del viaje que realizamos también 13 miembros de la unidad en 2018 regresando 25 años después a zona de oiperaciones.

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