24 de septiembre, martes.
Dubrovnik. Croacia.
A las 8 de la mañana ya estoy camino del hotel donde voy a recoger mi coche de alquiler. Un Opel Corsa 5 puertas último modelo de color blanco. Más que suficiente para mí y mi mochila. En este primer contacto con las carreteras balcánicas me pongo en marcha camino a la bahía de Kotor en Montenegro.
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Dubrovnik desde un mirador al sur, camino a Kotor. Foto del autor. |
A las 12:00 de la mañana cruzo la frontera montenegrina (sin problemas, enseño el pasaporte español y sin abrirlo me dejan pasar) desayuno en una gasolinera un cafetito con croissant. Hay un supermercado al otro lado de la carretera, allí compro la comida que tomaré en Kotor para ahorrarme unos euros. Tanto los cafés como los productos del super lo pago en euros, no hay necesidad de cambiar moneda.
- EL SITIO DE CASTELNUOVO.
Paso al lado de la ciudad de Herzeg Novi, el pueblo donde se sitúa la fortaleza de Castelnuovo, donde en 1536 el Tercio Viejo de Nápoles al mando de Don Francisco de Sarmiento y sus 4.000 hombres, resistió con bravura el asedio de 50.000 otomanos y sus 200 barcos de guerra. El almirante otomano Hayreddin Barbarroja, ofreció una rendición honrosa a los españoles. Estos se negaron, aún sabiendo que no contaban con el apoyo de la Flota de la Liga Santa, flota que, años después, en 1571 y encabezada por el Reino de España venció a los turcos en Lepanto.
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Desde el castillo de Castelnuovo. Al fondo fiordo de Kotor. |
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Datos del asedio. |
Nuestros antepasados sabían que podían desgastar al gran ejército del sultán para que no siguiera avanzando por los Balcanes.
Solo sobrevivieron 100 españoles, el resto murió en el asedio o ejecutado, pero lograron su objetivo, los turcos se desangraron ante las murallas de Castelnuovo, 20.000 otomanos perecieron gracias a la bravura, pericia y profesionalidad de los tercios españoles.
- KOTOR. SU HISTORIA.
Herceg Novi se encuentra a la entrada del espectacular fiordo de Kotor. La ciudad amurallada que le da nombre, se encuentra al final del antiguo cañón natural, ahora inundado que sirvió de base naval a romanos, bizantinos, sarracenos y búlgaros. Tras estos, pasó a manos de la República de Venecia desde 1420 a 1797, salvo un pequeño período en manos otomanas. En 1815 formaba parte del Imperio Austrohúngaro, hasta que, desmembrado este tras la Iª Guerra Mundial paso a manos de la extinta Yugoslavia.
- COMO LLEGAR A KOTOR.
Solo tengo unas horas para la visita. Para llegar de manera rápida y evitar la interminable y serpenteante carretera que bordea la parte norte del fiordo, cojo el ferry para vehículos que nos deja en la otra orilla de este espectacular monumento hecho por la naturaleza.
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Las montañas que rodean el fiordo de Kotor son espectaculares. Montenegro. Foto del autor. |
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Vista de la entrada al fiordo de Kotor desde el ferry. Montenegro. Foto del autor. |
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En el ferry que nos hace cruzar el fiordo para ahorrarnos mucha carretera. Kotor. Foto del autor. |
Cuesta 9 euros la ida y vuelta con coche incluido.
Desde el lado sur decido bordear la bahía por una larguísima calle que sigue la ribera del fiordo pasando por los pueblos que están en sus orillas. Es tan estrecha que dos turismos no pueden pasar a la vez, uno siempre ha de orillarse para dejar pasar al otro. A un lado las casas y al otro el agua del fiordo. Se avanza a unos 20 km/h. por esa estrecha carretera, tomándoselo con calma es una gozada la conducción en este lugar tan pintoresco.
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Esta es la carretera que nos lleva a Kotor (al fondo), aunque no lo parezca es de doble sentido y tiene tramos aún más estrechos. Hay que conducir con mucho cuidado. Montenegro. Foto del autor. |
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Vista del fiordo de Kotor desde la muralla de la ciudad vieja que le da nombre. Foto del autor. |
Si se tiene prisa, se puede llegar a Kotor por una carretera nacional rodeando la montaña, pero uno se perdería las maravillosas vistas sobre la bahía y sus islas, la de San Jorge que es natural y la de nuestra Señora de las Rocas formada por rocas y restos de viejos barcos hundidos transportados por la gente.
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Islas de la bahía de Kotor, con el pequeño pueblo de Perast detrás. Foto del autor. |
- KOTOR. CIUDAD FORTALEZA.
Una muralla de 4,5 kilómetros rodea la ciudad vieja (Stari Grad) de Kotor, construida entre los S. XII y XIV. Escalonada sobre la montaña parte desde el puerto hasta la fortaleza de San Iván a 60 metros de altura. La arquitectura de la ciudad es de influencia veneciana, el león pétreo de San Marcos empotrado en las murallas junto a la puerta de entrada principal a la fortaleza aún lo atestigua.
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León de San Marcos veneciano en la fortaleza de Kotor. Las murallas suben por la montaña. Foto del autor. |
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Fortaleza de Kotor, sus murallas suben por la montaña. Montenegro. Foto del autor. |
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Torre de las murallas de la fortaleza de Kotor. Montenegro. Foto del autor. |
Es un lugar espectacular, se puede ascender por la muralla hasta lo alto de la fortaleza, las vistas allí son impresionantes. Por desgracia no tenía tiempo y me limité a pasear por las calles de la ciudad vieja.
Si se visita Dubrovnik, la escapada a Kotor es imprescindible.
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Bastiones venecianos de la fortaleza de Kotor con su foso. Foto del autor. |
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Muralla sur de la fortaleza de Kotor. se aprecia como suben sus lienzos de piedra por la montaña para evitar un ataque desde lo alto de la misma. Foto del autor. |
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La cúpula de la iglesia de San Nicolás se aprecia por encima de las murallas de Kotor. Montenegro. Foto del autor. |
- EL FUNICULAR DE DUBROVNIK.
Tras visitar Kotor, regreso a Dubrovnik. Mi intención es subir en el teleférico que llega a la parte más alta de la montaña que se erige tras la ciudad medieval.
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Dubrovnik. Subiendo por el funicular. Foto del autor. |
Me cuesta 90 kunas, 11 euros, el viaje de ida y vuelta. La visita es ineludible, las vistas son una maravilla, con un día despejado se ve a 60 kilómetros de distancia. Los 778 metros de cable salvan un desnivel de 405 metros sobre el nivel del mar.
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Dubrovnik y el mar Adriático desde lo alto del mirador del teleférico. Foto del autor. |
En lo alto de la montaña, además de un mirador, hay una tienda, un pequeño museo con las fotos de la construcción del teleférico y los daños que sufrió durante la última guerra, y además descubriremos la autentica joya del mirador; su cafetería.
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Vista del mar Adriático, al sur de Dubrovnik, desde lo alto del funicular. Foto del autor. |
La cafetería tiene una espectacular terraza con unas vistas maravillosas de la ciudad amurallada de Dubrovnik y el inmenso mar Adriático, todo a nuestros pies. Pido un trozo de tarta de chocolate y un café por 60 kunas (8 euros). El servicio fue muy amable y profesional, cada silla contaba con una manta, para que, al caer la noche, el pequeño relente no ahuyente a los clientes.
Uno de los momentos más agradables de toda la escapada a los Balcanes.
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Mirador del teleférico, la cafetería a la izquierda, Dubrovnik a los pies. Foto del autor. |
Estuve cerca de 3 horas en lo alto del mirador, contemplando las vistas a un lado y a otro del edificio que alberga la cabina del teleférico y disfrutando sin prisas de la magnífica terraza de la cafetería. Pero todo termina, vuelvo a descender a la Perla del Adriático, mañana me despido de esta maravillosa ciudad y me pondré en ruta hacía el Neretva para visitar Trsteno, Pocitelj, Mostar, Jablanica y llegar a Sarajevo, donde haré noche.
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