Siena. Toscana.
A las 08:30 arriba, no hay que madrugar mucho, la torre del Manguia está a 10 minutos andando del hotel.
Tras coger fuerzas en el espectacular desayuno buffet del NH Excelsior salgo con ganas de contemplar una de las mejores vistas de esta Escapada por la Toscana.
Llego a la Plaza del Campo y entro al Palacio Público, son las 09:40 y ya hay una docena de turistas haciendo cola ante la ventanilla, estoy deseando subir los 88 metros de la preciosa Torre del Manguia, la entrada cuesta 10 euros.
Torre del Mangia desde el interior del Palacio Publico. Siena. Toscana. Foto del autor. |
Las vistas sobre Siena desde la Torre del Mangia son increíbles. En primer plano el Duomo. Toscana. Foto del autor. |
- LA TORRE DEL MANGUIA. LA VISTA MÁS ESPECTACULAR DE SIENA.
Se construyó entre 1338 y 1348, obra de Minuccio y Francesco di Rinaldo. Fue una de las torres seculares más altas de la Italia medieval. Fue elevada para tener exactamente la misma altura que el Duomo de Siena, como signo de que iglesia y estado tenían el mismo estatus en la ciudad.
La sombra de la Torre del Mangia sobre la Plaza del Campo es alargada. Siena. Toscana. Foto del autor. |
Vista de las colinas toscanas que rodean Siena desde la Torre del Mangia. Foto del autor. |
El nombre de la torre deriva de su primer guardián, Giovanni di Balduccio, apodado Mangiaguadagni, por su tendencia a gastar todo su dinero en comida.
Las paredes de la torre son de aproximadamente 3 metros de espesor en cada lado.
La subida a la torre es cómoda y por lo temprano de la hora, sin muchos turistas. Las vistas te dejan sin habla. Al frente se contempla el increíble perfil de la catedral de Siena en la parte más alta de la ciudad, completamente rodeada de los edificios medievales que constituyen el casco histórico de este impresionante lugar. Mirando hacía abajo tenemos la Plaza del Campo y alrededor, la bellísima campiña toscana que despierta a un magnífico día de verano. Una gozada estar aquí arriba disfrutando de todas estas maravillas con Siena y la Toscana a nuestros pies.
Catedral de Siena y Plaza del Campo desde la Torre del Mangia. Toscana. Foto del autor. |
Plaza del Mercado desde la Torre del Mangia. Siena, Toscana. Foto del autor. |
Es hora de hablar del Palio de Siena, la gran fiesta que se celebra en la plaza del Campo el 2 de julio y el 16 de agosto de cada año. Es una carrera de caballos montados a pelo que, al menos en su actual desarrollo, se remonta a la primera mitad del S. XV, aunque ya en el S. XIII se organizaba en Siena una versión parecida de la misma. Esta manifestación es la ocasión para "renovar" cada año la antigua rivalidad entre los distintos barrios de la ciudad. Siena está dividida en 17 distritos o "contrade".
Foto del Palio-2014 en una tienda de fotografía en Siena. Toscana. Foto del autor. |
La carrera está precedida por un desfile medieval; en cada carrera siete barrios son excluidos por sorteo. Tras el desfile entran en la plaza los 10 caballos que corren, montados por sus jinetes. Los caballos se alinean cerca de una cuerda y cuando esta cae, se lanzan a la carrera entre el estruendo y los ánimos del público que abarrota el lugar. Hay que dar tres vueltas alrededor de la plaza. El recorrido tiene tramos en pendiente y en curva y se presenta lleno de dificultades, tanto para los caballos como los jinetes. Al final el caballo que llega el primero es festejado durante días.
El autor en lo alto de la Torre del Mangia. No te cansas de contemplar estas espectaculares vistas sobre Siena y la campiña toscana. |
Arrivederci Siena. Toscana. Foto del autor. |
Tras disfrutar de esta maravillosa mañana en Siena, me pongo en ruta para conocer uno de los pueblos más impresionantes de Italia y de Europa. San Gimignano nos espera.
- SAN GIMIGNANO. UN POCO DE HISTORIA.
Fue fundada en una zona que ya ocuparon etruscos (S. III y II a.C.) y romanos. Este pueblo entró en la Historia alrededor del S. X cuando oficialmente tomó el nombre del santo obispo de Módena que, en el S. VI, salvó el burgo de las hordas ostrogodas de Totila. San Gimignano fue una Comuna Libre a partir de 1130. En 1199 llegó a ser un municipio independiente, cuando logró liberarse de los vínculos feudales que mantenían con el obispado de Volterra. A lo largo del S. XIII vivió una fase de expansión económica, que permitió a las familias más importantes de la ciudad levantar esas impresionantes torres que, recortándose contra el paisaje de suaves colinas toscanas, constituyen, aún hoy, la carta de presentación de este lugar de cuento. De las 72 que llegó a tener, quedan solamente 14.
En el S. XIV, la influencia florentina se hizo cada vez más agobiante, hasta su definitivo sometimiento en 1353. Si ademas de esto añadimos la terrible peste que asoló la ciudad en 1348 y que significó una terrible caída demográfica, podemos imaginar la degradación y abandono que sufrió en esos terribles años. En la actualidad, su belleza arquitectónica y artística han contribuido a una recuperación económica y cultural excelente.
Del cinturón de murallas más antiguas, S. XI, quedan todavía tres puertas. Casi completo, en cambio, es el segundo cerco amurallado, que engloba las aldeas que se formaron a lo largo de la Vía Francigena.
En torno a las dos plazas principales, la del Duomo y della Cisterna (que constituyen el centro de la ciudad) se concentran las torres, y las casas-torre que han dado fama a San Gimignano: la gran Torre del Palazzo del Popolo o torre Grossa (que visitaré mañana), la Rognosa, la Torre de los Cugnanesi, las torres gemelas de los Ardinghelli y los Salvucci y la Torre de los Cortesi (o del Diablo).
- LLEGANDO A SAN GIMIGNANO.
La carretera a San Gimignano es preciosa, serpentea entre colinas verdes cuajadas de cipreses, estos señalan las veredas hacía las casonas italianas que salpican los montes de esta zona de la Toscana.
Aparco en el parking Nº 1, es el más alejado de la puerta principal a la villa, la Porta San Giovanni, pero es el más barato (16 euros/24 horas). Además si enseñamos la reserva del hotel al conductor del bus, el trayecto es gratis, son solo diez minutos andando pero a 35º grados a la sombra a las dos del mediodía y encima en cuesta...no es muy agradable subir cargando con la mochila. Bendito autobús municipal.
Ya en la Porta de San Giovanni avanzo por la vía del mismo nombre que es la entrada principal al pueblo. Me hospedo en el hotel Bel Soggiorno, una casa-torre a 50 metros de la Porta principal. Una maravilla de hotel adaptado al edificio medieval donde se encuentra pero con todas las comodidades de este siglo.
Después de dejar las cosas y probar la ducha de la habitación salgo a conocer San Gimignano. Subo por la Vía San Giovanni hasta llegar a la Plaza de la Cisterna, la más espectacular de la villa.
- SAN GIMIGNANO. UN POCO DE HISTORIA.
Fue fundada en una zona que ya ocuparon etruscos (S. III y II a.C.) y romanos. Este pueblo entró en la Historia alrededor del S. X cuando oficialmente tomó el nombre del santo obispo de Módena que, en el S. VI, salvó el burgo de las hordas ostrogodas de Totila. San Gimignano fue una Comuna Libre a partir de 1130. En 1199 llegó a ser un municipio independiente, cuando logró liberarse de los vínculos feudales que mantenían con el obispado de Volterra. A lo largo del S. XIII vivió una fase de expansión económica, que permitió a las familias más importantes de la ciudad levantar esas impresionantes torres que, recortándose contra el paisaje de suaves colinas toscanas, constituyen, aún hoy, la carta de presentación de este lugar de cuento. De las 72 que llegó a tener, quedan solamente 14.
Fresco de la Colegiata de San Gimignano mostrando el funeral de Santa Fina, patrona de la localidad. Se observan perfectamente las torres medievales de la villa, S. XIV. Foto del autor. |
En el S. XIV, la influencia florentina se hizo cada vez más agobiante, hasta su definitivo sometimiento en 1353. Si ademas de esto añadimos la terrible peste que asoló la ciudad en 1348 y que significó una terrible caída demográfica, podemos imaginar la degradación y abandono que sufrió en esos terribles años. En la actualidad, su belleza arquitectónica y artística han contribuido a una recuperación económica y cultural excelente.
Escudos de las Casas Nobiliarias de San Gimignano que tuvieron cargos públicos, patio interior del Palazzo del Popolo, sede del gobierno de la ciudad. Toscana. Foto del autor. |
En torno a las dos plazas principales, la del Duomo y della Cisterna (que constituyen el centro de la ciudad) se concentran las torres, y las casas-torre que han dado fama a San Gimignano: la gran Torre del Palazzo del Popolo o torre Grossa (que visitaré mañana), la Rognosa, la Torre de los Cugnanesi, las torres gemelas de los Ardinghelli y los Salvucci y la Torre de los Cortesi (o del Diablo).
- LLEGANDO A SAN GIMIGNANO.
La carretera a San Gimignano es preciosa, serpentea entre colinas verdes cuajadas de cipreses, estos señalan las veredas hacía las casonas italianas que salpican los montes de esta zona de la Toscana.
Aparco en el parking Nº 1, es el más alejado de la puerta principal a la villa, la Porta San Giovanni, pero es el más barato (16 euros/24 horas). Además si enseñamos la reserva del hotel al conductor del bus, el trayecto es gratis, son solo diez minutos andando pero a 35º grados a la sombra a las dos del mediodía y encima en cuesta...no es muy agradable subir cargando con la mochila. Bendito autobús municipal.
Ya en la Porta de San Giovanni avanzo por la vía del mismo nombre que es la entrada principal al pueblo. Me hospedo en el hotel Bel Soggiorno, una casa-torre a 50 metros de la Porta principal. Una maravilla de hotel adaptado al edificio medieval donde se encuentra pero con todas las comodidades de este siglo.
Hotel Belsoggiorno a 50 metros de la Puerta de San Giovanni. San Gimignano. Toscana. Foto del autor. |
Después de dejar las cosas y probar la ducha de la habitación salgo a conocer San Gimignano. Subo por la Vía San Giovanni hasta llegar a la Plaza de la Cisterna, la más espectacular de la villa.
La Vía de San Giovanni termina en una de las puertas del primer cinturón de murallas que nos lleva a la Plaza de la Cisterna. San Gimignano. Foto del autor. |
- PLAZA DE LA CISTERNA Y PLAZA DEL DUOMO.
Al encontrarse en la confluencia de las dos principales vías de San Gimignano, esta plaza se usaba como mercado y como escenario incomparable de fiestas y torneos. Su configuración actual data del S. XIII y su nombre se debe a la cisterna de 1287 situada debajo de la plaza y coronada por una monumental boca de pozo hecha de mármol travertino sobre un pedestal octogonal.
Esta unida a la cercana Piazza del Duomo por un paso abierto y rodeada por espectaculares torres medievales y casas nobiliarias. El Palazzo Razzi, Casa Silvestrini (antiguo hospital), Palazzo Tortoli y la sugerente Torre dei Diavolo.
Pasamos a la Plaza del Duomo donde se encuentra la Collegiata y el Palazzo Vecchio del Podestá. Frente a la Colegiata-catedral se levanta este imponente palacio rematado con su torre (la Rognosa). La construcción inicial se remonta al S. XII, reconstruido en el año 1200 y luego ampliada en el año 1300. Cuando la sede de la "podestá" (alcaldía) se trasladó al Palazzo Nuovo, el antiguo edificio fue llamado Palazzo Vecchio (Palacio Viejo). En el 1500 se creó en su interior un teatro, restaurado varias veces en los siglos siguientes. La fachada se abre con un gran arco coronado de almenas. Dentro de la sala, más allá del arco, se encuentra la Virgen con el Niño, obra de Sodoma.
La Collegiata, esta antigua iglesia (impropiamente llamada catedral) fue consagrada en 1148 por el papa Eugenio III. Ya a partir del S. XIV, el interior de la misma poseía numerosos frescos, que se incrementaron aún más después de la ampliación en la centuria siguiente. En el ciclo de frescos del S. XV trabajaron extraordinarios artistas, como Benozzo Gozzoli, Domenico Ghirlandaio, Pier Francesco Fiorentino y Sebastiano Mainardi. La iglesia conserva también tallas en madera de Jacopo della Quercia.
Además en la plaza del Duomo encontraremos el Museo d´Arte Sacra y el Archivio Capitolare e dell´Opera.
- FORTALEZA Y RECORRIDO ALREDEDOR DE LAS MURALLAS.
Tras salir de la catedral, me dirijo a la Rocca di Montestaffoli, la fortaleza de 1353, desde donde se contempla una vista espectacular de la ciudad y la campiña toscana. En la Edad Media pertenecía al obispo de Volterra, dueño y señor de las tierras de San Gimignano. Aquí se instaló un floreciente mercado aprovechando que la villa está en la intersección de la Vía Francigena, la ruta que unía Pisa con Siena. La actual configuración de la fortaleza data de 1353, época en que los habitantes de San Gimignano se ofrecieron a Florencia a cambio de protección tras sufrir la terrible epidemia y consiguiente hambruna de 1348. La fortaleza se arruinó en época del Gran Ducado de Toscana y se restauró en el siglo XX.
Desde hace varios años se utiliza como sede de espectáculos y conciertos en el verano, y recientemente también se han instalado algunas obras de arte contemporáneo. En un pequeño parque ajardinado me encuentro con una cata de vino y aceite de la zona, el lugar es precioso, con las verdes colinas arboladas como marco incomparable.
Desde la fortaleza me dirijo a la Puerta de San Mateo, en el lado norte de las murallas de la villa para recorrer la senda que, a los pies de los muros, recorre casi todo el perímetro exterior de la ciudad, unos 4 kilómetros y medio. Los paisajes y las vistas son espectaculares, y más cuando el sol se va poniendo poco a poco sobre las colinas de esta bella tierra italiana.
Poco a poco va cayendo la noche y se puede respirar, debemos estar a 27 grados. Tras cenar en el restaurante del hotel voy al lugar que me ha parecido más hermoso de San Gimignano para contemplarlo de noche. La Piazza della Cisterna.
Esta villa medieval es un lugar mágico. Parece increíble que semejante lugar haya permanecido inalterable durante siglos ante el implacable paso del tiempo. Una pena que la mayoría de las 72 impresionantes torres que llegaron a erigirse en este lugar hayan desaparecido. Pero tenemos la suerte de contemplar las 14 que aún quedan. Si le echamos un poco de imaginación podemos sentirnos como un auténtico viajero del S. XIV que, tras recorrer los bellos y peligrosos caminos de la Toscana medievales, nos quedamos sin habla al contemplar estas maravillas de piedra que, merced a la competencia de los nobles que las construyeron, pretendían arañar las suaves nubes que se elevan por encima de nosotros.
Mañana disfrutaremos de las vistas de San Gimignano y sus campos circundantes desde la torre más alta de la villa, la Torre Grossa. Tras dejar este impresionante lugar encaminaremos nuestros pasos hacía Volterra y nuestro destino final de la jornada, Lucca y su espectacular perímetro amurallado.
Seguimos disfrutando de la Toscana.
- Próximo post: 8.5- San Gimignano (II), Volterra y Lucca, una ciudad del XIX inalterada en el tiempo.
Al encontrarse en la confluencia de las dos principales vías de San Gimignano, esta plaza se usaba como mercado y como escenario incomparable de fiestas y torneos. Su configuración actual data del S. XIII y su nombre se debe a la cisterna de 1287 situada debajo de la plaza y coronada por una monumental boca de pozo hecha de mármol travertino sobre un pedestal octogonal.
El autor en el pozo de la Plaza de la Cisterna, detrás la Torre del Diavolo. San Gimignano. Toscana. |
Plaza de la Cisterna desde la Torre Grossa del Palazzo del Popolo. Espectacular. San Gimignano. Foto del autor. |
Esta unida a la cercana Piazza del Duomo por un paso abierto y rodeada por espectaculares torres medievales y casas nobiliarias. El Palazzo Razzi, Casa Silvestrini (antiguo hospital), Palazzo Tortoli y la sugerente Torre dei Diavolo.
Pasamos a la Plaza del Duomo donde se encuentra la Collegiata y el Palazzo Vecchio del Podestá. Frente a la Colegiata-catedral se levanta este imponente palacio rematado con su torre (la Rognosa). La construcción inicial se remonta al S. XII, reconstruido en el año 1200 y luego ampliada en el año 1300. Cuando la sede de la "podestá" (alcaldía) se trasladó al Palazzo Nuovo, el antiguo edificio fue llamado Palazzo Vecchio (Palacio Viejo). En el 1500 se creó en su interior un teatro, restaurado varias veces en los siglos siguientes. La fachada se abre con un gran arco coronado de almenas. Dentro de la sala, más allá del arco, se encuentra la Virgen con el Niño, obra de Sodoma.
Palazzo Vecchio del Podestá en la plaza del Duomo. San Gimignano. Foto del autor. |
La Collegiata, esta antigua iglesia (impropiamente llamada catedral) fue consagrada en 1148 por el papa Eugenio III. Ya a partir del S. XIV, el interior de la misma poseía numerosos frescos, que se incrementaron aún más después de la ampliación en la centuria siguiente. En el ciclo de frescos del S. XV trabajaron extraordinarios artistas, como Benozzo Gozzoli, Domenico Ghirlandaio, Pier Francesco Fiorentino y Sebastiano Mainardi. La iglesia conserva también tallas en madera de Jacopo della Quercia.
Además en la plaza del Duomo encontraremos el Museo d´Arte Sacra y el Archivio Capitolare e dell´Opera.
Plaza del Duomo de San Gimignano. Toscana. Foto del autor. |
Espectaculares las torres de la Plaza del Duomo de San Gimignano. Toscana. Foto del autor. |
- FORTALEZA Y RECORRIDO ALREDEDOR DE LAS MURALLAS.
Tras salir de la catedral, me dirijo a la Rocca di Montestaffoli, la fortaleza de 1353, desde donde se contempla una vista espectacular de la ciudad y la campiña toscana. En la Edad Media pertenecía al obispo de Volterra, dueño y señor de las tierras de San Gimignano. Aquí se instaló un floreciente mercado aprovechando que la villa está en la intersección de la Vía Francigena, la ruta que unía Pisa con Siena. La actual configuración de la fortaleza data de 1353, época en que los habitantes de San Gimignano se ofrecieron a Florencia a cambio de protección tras sufrir la terrible epidemia y consiguiente hambruna de 1348. La fortaleza se arruinó en época del Gran Ducado de Toscana y se restauró en el siglo XX.
Espectaculares vistas de la campiña toscana desde la fortaleza Montestaffoli de San Gimignano. Foto del autor. |
Patio de la fortaleza Montestaffoli con las torres de San Gimignano al fondo. Toscana. Foto del autor. |
Desde hace varios años se utiliza como sede de espectáculos y conciertos en el verano, y recientemente también se han instalado algunas obras de arte contemporáneo. En un pequeño parque ajardinado me encuentro con una cata de vino y aceite de la zona, el lugar es precioso, con las verdes colinas arboladas como marco incomparable.
Torres de San Gimignano. Toscana. Foto del autor. |
Desde la fortaleza me dirijo a la Puerta de San Mateo, en el lado norte de las murallas de la villa para recorrer la senda que, a los pies de los muros, recorre casi todo el perímetro exterior de la ciudad, unos 4 kilómetros y medio. Los paisajes y las vistas son espectaculares, y más cuando el sol se va poniendo poco a poco sobre las colinas de esta bella tierra italiana.
Anochece sobre la campiña toscana. Paseo de ronda por las murallas de San Gimignano. Foto del autor. |
Vista de las colinas toscanas desde el camino de ronda de San Gimignano. Foto del autor. |
Torres de San Gimignano desde el camino de ronda. Foto del autor. |
Murallas de San Gimignano. Toscana. Foto del autor. |
Poco a poco va cayendo la noche y se puede respirar, debemos estar a 27 grados. Tras cenar en el restaurante del hotel voy al lugar que me ha parecido más hermoso de San Gimignano para contemplarlo de noche. La Piazza della Cisterna.
Plaza de la Cisterna. San Gimignano. Foto del autor. |
Esta villa medieval es un lugar mágico. Parece increíble que semejante lugar haya permanecido inalterable durante siglos ante el implacable paso del tiempo. Una pena que la mayoría de las 72 impresionantes torres que llegaron a erigirse en este lugar hayan desaparecido. Pero tenemos la suerte de contemplar las 14 que aún quedan. Si le echamos un poco de imaginación podemos sentirnos como un auténtico viajero del S. XIV que, tras recorrer los bellos y peligrosos caminos de la Toscana medievales, nos quedamos sin habla al contemplar estas maravillas de piedra que, merced a la competencia de los nobles que las construyeron, pretendían arañar las suaves nubes que se elevan por encima de nosotros.
Mañana disfrutaremos de las vistas de San Gimignano y sus campos circundantes desde la torre más alta de la villa, la Torre Grossa. Tras dejar este impresionante lugar encaminaremos nuestros pasos hacía Volterra y nuestro destino final de la jornada, Lucca y su espectacular perímetro amurallado.
Seguimos disfrutando de la Toscana.
- Próximo post: 8.5- San Gimignano (II), Volterra y Lucca, una ciudad del XIX inalterada en el tiempo.
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