miércoles, 7 de marzo de 2018

12.4- Cameron Highlands (I). El valle de los campos de té.

20 de septiembre de 2016. Martes.
Islas Perhentian. Malasia.


Amanece en las islas Perhentian, es una maravilla ver como en esta costa Este de Malasia sale el sol, las barcas atadas a la orilla de la playa y yo, somos los únicos testigos de este inolvidable amanecer. He madrugado para coger cuanto antes uno de los botes-taxi que me acercaran a una de las varias lanchas rápidas que hacen el trayecto desde estas islas hasta Kuala Besut, ya en el continente.



Amanece en las islas Perhentian, hoy me despido de ellas. Malasia. Foto del autor.



Soy el primero en subir a la lancha. En unos minutos navegaremos
en dirección al continente. Hasta siempre Perhentian.
Foto del autor.
Me despido de la "cabaña del tío Toño" donde he pasado dos días desconectado del mundo
(o casi) en un lugar maravilloso que aún, escapa al turismo masivo.
Islas Perhentian. Costa este de Malasia. Foto del autor.



Cambio de planes, mi intención era volar hacía la isla de Penang en la costa oeste de Malasia para luego bajar hacía el centro de la península y contemplar los campos de té de Cameron Highlands. Pero no todo sale a veces como tenemos planeado.
Al desembarcar en Kuala Besut confirmo que es mucho más directo ir a Cameron Highlands desde aquí, ya que hoy no hay vuelo desde Khota Baru a Penang.
Compro el viaje en bus hasta las Cameron, no es muy difícil encontrar la agencia de viajes que los ofrece, en pleno muelle hay empleados de estas agencias que lo publicitan, solo hay que seguir al empleado hasta sus oficinas.
Como tenemos aún tiempo hasta salir de viaje, mi compañero de viaje Gert-Jan Kusters, un canadiense que nos hemos encontrado aquí y que en sus meses de vacaciones se dedica a viajar por el mundo a su aire y un servidor, nos reunimos para desayunar y contar historias de viajes, toda una experiencia charlar con ellos. Los opciones para desayunar van de 1 ringgit (0,22 euros) a 4,50 ringgits (0,96 euros), a estos precios no cuesta nada repetir. 


Desayuno típico hindú pero muy popular en Malasia, el roti canai. Un pan muy
ligero que se come con varios tipos de salsas a base de curry. Delicioso.
Kuala Besut. Malasia. Foto del autor.


Desayunamos un roti canai, plato típico de la India pero muy común en Malasia, como casi toda la gastronomía del país que tiene su base en el gran gigante asiático bañado por el Indo. Este plato también se llama "flat bread" o "flying bread" por su forma plana. La masa esta hecha de grasa o "gui" (mantequilla clarificada), huevo harina y agua. Podemos pedir que nos lo sirvan con queso (roti chesse), o con un huevo dentro (roti tampa). Yo lo pedí de huevo acompañado de un delicioso café con hielo. Si, sé que ninguna guía aconseja tomar hielo que no sea de agua embotellada, pero hasta ahora los que tomé en Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia, Indonesia o Singapur me han resultado deliciosos (nada como un café con hielo para sobrellevar el bochorno del sudeste asiático) y nada dañinos por ahora (toco madera).

Cogemos los tres compañeros de viaje un autobús desde Kuala Besut a Gua Musang, desde allí salen minibuses en dirección al parque nacional de Taman Negara y a los campos de té de Camerón Highlands. El autobús cuesta 75 ringgits, 16 euros, salimos a las 10 de la mañana y llegaremos a las montañas de Cameron a las 4 de la tarde.
En Gua Musang, nos paran primero al lado de un banco con cajeros automáticos (muy abundantes por todo el país) y luego en un restaurante donde podemos comer si queremos, este que suscribe no lo duda ni por un momento.


Restaurante en Gua Musang, es lógico que no tenga paredes el calor a esta hora es casi
insoportable. De 35 a 40º C más una humedad de casi el 90%. Malasia.
Foto del autor.



Plato combinado rico, rico en Gua Musang.
La higiene del local y su cubertería ya es
otro cantar. Malasia Central.
Foto del autor.



- CAMERON HIGHLANDS. LAS TIERRAS ALTAS DE CAMERÓN.

Ponemos rumbo a nuestro próximo destino atravesando el país de este a oeste. Como dato curioso decir que el litro de gasolina en Malasia está a unos 35 céntimos de euro.
Mientras avanzamos desde Gua Musang la carretera va ascendiendo y el termómetro bajando para satisfacción de los 4 viajeros que vamos en la mini-van que nos lleva a las benditas Tierras Altas de Camerón. 
La carretera por la que avanzamos, para los cánones que imperan en Malasia en cuestión de comunicaciones viarias (salvo las autovías que unen las ciudades más importantes del país), es bastante bueno. Tiene dos carriles de subida en muchos tramos junto al único de bajada, es imprescindible por la gran cantidad de camiones y tráfico pesado que soporta. Las vistas son preciosas, el verdor del paisaje de los valles y montañas circundantes apabulla, pero los plásticos pugnan por invadir el espacio de la naturaleza, para riqueza de unos y tristeza de cualquiera que se de cuenta de la sobre-explotación de estas hermosas tierras.


Se nota la bajada de la temperatura  mientras ascendemos a las
Cameron Highlands. El verdor de estas tierras es apabullante.
Malasia. Foto del autor.


El cultivo intensivo en las faldas de la montañas de Cameron está haciendo
mucho daño a su ecosistema. Los invernaderos inundan la naturaleza y la
contaminan, ahogándola. Malasia. Foto del autor.

Son las 20:00 h. y ya estoy en mi habitación de Tanah Rata. El principal pueblo para los turistas es Brinchang, pero Tanah tiene mucho más encanto y esta menos masificado.
El pueblo se puede recorrer andando. Mi intención era alojarme en el Father´s Guest House, muy recomendado por la Lonely Planet, pero la desventaja es que todos los viajeros acabamos allí y en este caso, no quedaban habitaciones.
No hay problema, me alojo en el de al lado que esta muy bien, el Eight Mentigi Guest House. Solo quedaba la mejor habitación, doble, con wi-fi y baño incluído, 70 ringgits unos 15 euros noche. Me quedaré esta y la de mañana para poder recorrer estas bellas montañas que tanto me recuerdan a los Picos de Europa de mi tierra.


Jardín del Eight Mentigi Guest House. Tanah Rata. Cameron Highlands.
Malasia. Foto del autor.
Entrada al Eight Mentigi Guest House. Cameron Highlands. Malasia. Foto del autor.
Al ser la única que quedaba tuve que coger la "suite" del Guest House.
Tanah Rata. Cameron Highlands. Malasia. Foto del autor.
Habitación en el Guest House de Tanah Rata. Cameron Highlands. Malasia.
Foto del autor.
Baño de la habitación del Guest House.
Tanah Rata. Cameron Highlands. Malasia.
Foto del autor.



El hostal cuenta con cocina común para prepararse el desayuno.
El propio Guest House tiene su propia agencia para realizar diferentes excursiones por toda la zona, rutas senderistas, catas de té en la propia fábrica donde se trata, envasa y vende toda la producción que se recoge en estos valles, etc. Dichas excursiones se hacen en vehículos 4x4. 
He contratado una para mañana, quiero visitar los famosos campos de té de estas montañas y su cima más alta (2100 metros) en pleno bosque Mossy, también la factoría donde procesan las hojas de té para que podamos disfrutar de la bebida que han popularizado los británicos. Tras instalarme en el Guest House me doy una vuelta por el pueblo, poco más puedo hacer ya a estas horas de la tarde. La temperatura es muy agradable y la pequeña localidad tiene un aire de pueblo de montaña como el que podemos encontrar en cualquier lugar del mundo. Me cruzo con muchos viajeros de todos los países caminando por sus calles con bolsas de supermercados y planos de la zona. Un lugar verdaderamente agradable y donde se puede escapar del bochorno asiático del resto del país.


En un mercadillo próximo al hotel me encuentro con
los frutos del árbol durian, conocido en Asia como
"el Rey de las frutas". Cameron Highlands. Malasia.
Foto del autor.



Parque municipal de Tanah Rata. Cameron Highlands. Malasia. Foto del autor.


Calle principal de Tanah Rata, a la izq. de la imagen la estación de autobuses.
Cameron Highlands. Malasia. Foto del autor.
Entrada al Eight Mentigi Guest House. Tanah Rata. Cameron Highlands.
Malasia. Foto del autor.

Las temperaturas en las Tierras Altas de Camerón, rara vez bajan de los 10º C o superan los 21º C, una auténtica delicia para el viajero que visita el sudeste asiático. El paraje que nos rodea esta lleno de pinos azules (pinus wallichiana, especie original del Himalaya) bosques nubosos y brumosas plantaciones de té.

Las Cameron Highlands discurren a lo largo de la carretera que parte de la ciudad de Ringlet, pasando por sus principales localidades, Tanah Rata y Brinchang, y finalizando en las más pequeñas localidades del noroeste.
Por desgracia el crecimiento inmobiliario sin freno en sus dos principales ciudades unido a la sobre-explotación agrícola ya están haciendo mella en el paisaje, en forma de deslizamientos de tierra e inundaciones. La naturaleza siempre vuelve a reclamar lo que el hombre le arrebata. 
Hoy ya me voy a descansar, mañana me espera un día muy intenso visitando las maravillas naturales que ofrece las Tierras Altas de Camerón.



Próximo post: 12.5- Camerón Highlands (II). Un paseo por los campos de té.

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