22 de junio de 2012. Viernes. (2ª parte)
Roma, Italia.
- LA BASÍLICA DE SAN PEDRO.
Para acceder a la Basílica pasaremos por la piazza San Pedro, una obra maestra. Fue proyectada por Bernini a finales del S. XVII como un lugar de congregación para los cristianos de todo el mundo. Inevitablemente en la plaza tenemos que esperar la cola, tuve suerte y la media hora a pleno sol la pase charlando con una familia de Albacete muy simpática.
Plaza San Pedro. Roma. Foto del autor. |
Plaza de San Pedro en el Vaticano. Roma. Foto del autor. |
Hacer cola es inevitable si se quiere visitar la Basílica de San Pedro. Roma. Foto del autor. |
La basílica es la iglesia más bella de la cristiandad, es apabullante y algo lóbrega pero para eso se hizo, para impresionar y resultar intimidante a la vez.
El martirio de san Pedro ocurrió cerca de aquí en el S. I d.C. En el año 315, Constantino ordenó la construcción de una basílica en el lugar donde se encontraba el sepulcro del santo. A mediados del S.XV, la iglesia original se encontraba en muy mal estado y está a punto de derrumbarse. En 1506 el papa Julio II empleó a Donato Bramante para que empezara los trabajos. Se emplearon más de 150 años en terminar la nueva basílica.
En esta magna empresa colaboraron, entre otros, Bramante, Rafael, Miguel Ángel, Giacomo della Porta y Carlo Maderno, pero entre todos destaca Miguel Ángel, quién diseño la cúpula, proyecto que asumió en 1547 con 72 años.
El inmenso interior fue decorado por Gianlorenzo Bernini y Giacomo della Porta, y puede acoger a 60.000 personas. Entre sus tesoros se encuentran el Trono de san Pedro de Bernini, una "Trinidad" obra de Pietro da Cortona y "La Piedad" de Miguel Ángel.
Esta última, es una joya artística inimitable, la creó el maestro Miguel Ángel con 25 años y es la única de sus obras que lleva su firma (en la banda que cruza el pecho de la Virgen). Se encuentra en la nave derecha nada más entrar en la basílica.
La Basílica de San Pedro en el Vaticano es impresionante. Roma. Foto del autor. |
Basílica de San Pedro, al fondo el Baldaquino de Bernini. Ciudad del Vaticano. Roma. Foto del autor. |
El inmenso interior fue decorado por Gianlorenzo Bernini y Giacomo della Porta, y puede acoger a 60.000 personas. Entre sus tesoros se encuentran el Trono de san Pedro de Bernini, una "Trinidad" obra de Pietro da Cortona y "La Piedad" de Miguel Ángel.
Esta última, es una joya artística inimitable, la creó el maestro Miguel Ángel con 25 años y es la única de sus obras que lleva su firma (en la banda que cruza el pecho de la Virgen). Se encuentra en la nave derecha nada más entrar en la basílica.
La Piedad de Miguel Ángel, una obra maestra inigualable. Basílica de san Pedro. Roma. Foto del autor. |
Ya en el interior de la basílica nos encontramos con un curioso disco rojo de pórfido en el pavimento que marca el lugar en el que Carlomagno y los emperadores romanos posteriores fueron coronados por el Papa.
Pero lo que más llama la atención es el Baldacchino barroco de Bernini. Situado en el centro de la iglesia a una altura de 29 metros sobre el altar mayor, es una obra de arte extraordinaria. El altar, que solo es usado por el Papa, se eleva sobre el lugar exacto del sepulcro de san Pedro y esta realizado con bronce extraído del Panteón.
A la derecha del altar se encuentra una famosa estatua de san Pedro en bronce, posiblemente realizada por Arnolfo di Cambio en el S. XIII. El pie derecho esta desgastado por los besos de los peregrinos.
La cúpula de Miguel Ángel, una majestuosa obra maestra finalizada en 1590, se eleva 119 metros por encima del altar.
La entrada a la cúpula esta situada a la derecha de la basílica, y se puede acceder al techo por ascensor y escaleras. Una estrecha escalera lleva a lo más alto y a la linterna de San Pedro, que ofrece una vista sin igual de la ciudad. El esfuerzo merece la pena.
A las 17:30 salgo de mi visita al Vaticano y con las dos piernas aún en su sitio me dirijo al Metro, allí debo esperar 20 minutos a que pase el convoy ya que hoy hay huelga del suburbano romano.
A las 18:30 llego al hotel arrastrando la vida, que haríamos los visitantes de Roma sin sus fuentes, hoy estuvimos a 32º C.
De hecho a las 23:15 de la noche la temperatura era de ¡¡¡¡ 27ºC !!!!
A la 01:41 de la noche ha bajado algo estamos a 21º C.
Mañana más Roma, pero al ser el último día me dedicare a pasear sin prisas. Quiero conocer, entre otros lugares, uno de los barrios con más encanto de la ciudad, el Trastévere.
23 de junio de 2012, sábado.
Roma, Italia.
Hoy me levanté sin prisas, son las 08:30 y en la calle ya están a 22º C. El sol volverá a brillar hoy en la capital italiana y los turistas volverán a hacer cola en las fuentes.
Tras dar una vuelta por un mercadillo callejero muy popular que expone sus productos junto a las murallas de la catedral de San Juan de Letrán, me dirijo hacía el Coliseo. Por el camino me detengo en la Basílica de San Clemente.
Esta maravillosa iglesia es en si misma un resumen de la historia de los primeros cristianos en Roma. Comenzó siendo en el S. I d. C. una casa privada cuyo dueño fue el cónsul y mártir romano, Tito Flavio Clemente, uno de los primeros senadores romanos en convertirse al cristianismo. Aquí se reunían en secreto. Entre los siglos II y III se utilizó como templo de Mitra, y ya en el S. VI se transformó en una gran basílica pública que reflejaba la creciente legitimación y poder de la ya todopoderosa iglesia católica. La iglesia está dedicada al papa Clemente I, un cristiano converso del S. I d.C. contemporáneo de Tito Flavio Clemente.
La iglesia es tan sencilla por fuera que casi no reparas en ella, pero es una auténtica maravilla. No hay que perdérsela.
Continuo caminando y tras dejar atrás los Foros Imperiales me dirijo al Vittoriano. Este enorme monumento monolítico blanco levantado en honor al primer rey de Italia, Víctor Manuel II, conmemora la unificación del país. Los romanos lo llaman popularmente la "máquina de escribir". Se trata del edificio moderno más grande del centro de Roma e intencionadamente rivaliza con la basílica de San Pedro en tamaño y visibilidad. Incorpora el Altare della Patria, la tumba del soldado desconocido y unos preciosos murales y esculturas art nouveau.
Aquí se organizan interesantes exposiciones temporales aunque su función más atractiva, además del museo de ejército que se encuentra en su interior, es la de observatorio que se disfruta en su marmórea balconada, desde la cuál se puede contemplar la ciudad sin que se interponga el edificio en el que nos encontramos.
Aquí al lado tenemos la iglesia de santa María in Aracoeli, no es posible poner más escaleras para acceder a ella, pero al final de todas nos encontramos con esta iglesia del S. XIV.
Cuenta la leyenda que la sibila Tiberina, en este mismo lugar, anunció el nacimiento de Jesucristo al emperador Augusto. En su interior nos encontramos una obra impresionante, un fresco del S. XIII de Pietro Cavallini, descubierto recientemente, una tumba diseñada por Donatello y frescos del Pinturicchio. Su pieza más famosa es el Bambinello, una estatua de madera del Niño Jesús muy venerada por sus supuestos poderes curativos, ya que se dice fue tallada en madera de un olivo del huerto de Getsemaní, la original fue robada en 1994.
Tras salir de la iglesia, me dirijo a la isla Tiberina para pasar al otro lado del Tíber y conocer el famoso barrio del Trastévere.
Pero lo que más llama la atención es el Baldacchino barroco de Bernini. Situado en el centro de la iglesia a una altura de 29 metros sobre el altar mayor, es una obra de arte extraordinaria. El altar, que solo es usado por el Papa, se eleva sobre el lugar exacto del sepulcro de san Pedro y esta realizado con bronce extraído del Panteón.
A la derecha del altar se encuentra una famosa estatua de san Pedro en bronce, posiblemente realizada por Arnolfo di Cambio en el S. XIII. El pie derecho esta desgastado por los besos de los peregrinos.
El Baldaquino barroco de Bernini. Basílica de San Pedro, Vaticano. Roma. Foto del autor. |
Estatua en bronce de san Pedro. Vaticano. Roma. Foto del autor. |
La cúpula de Miguel Ángel, una majestuosa obra maestra finalizada en 1590, se eleva 119 metros por encima del altar.
La entrada a la cúpula esta situada a la derecha de la basílica, y se puede acceder al techo por ascensor y escaleras. Una estrecha escalera lleva a lo más alto y a la linterna de San Pedro, que ofrece una vista sin igual de la ciudad. El esfuerzo merece la pena.
Cúpula de Miguel Ángel, Vaticano. Roma. |
A las 17:30 salgo de mi visita al Vaticano y con las dos piernas aún en su sitio me dirijo al Metro, allí debo esperar 20 minutos a que pase el convoy ya que hoy hay huelga del suburbano romano.
A las 18:30 llego al hotel arrastrando la vida, que haríamos los visitantes de Roma sin sus fuentes, hoy estuvimos a 32º C.
De hecho a las 23:15 de la noche la temperatura era de ¡¡¡¡ 27ºC !!!!
A la 01:41 de la noche ha bajado algo estamos a 21º C.
Mañana más Roma, pero al ser el último día me dedicare a pasear sin prisas. Quiero conocer, entre otros lugares, uno de los barrios con más encanto de la ciudad, el Trastévere.
23 de junio de 2012, sábado.
Roma, Italia.
Hoy me levanté sin prisas, son las 08:30 y en la calle ya están a 22º C. El sol volverá a brillar hoy en la capital italiana y los turistas volverán a hacer cola en las fuentes.
Tras dar una vuelta por un mercadillo callejero muy popular que expone sus productos junto a las murallas de la catedral de San Juan de Letrán, me dirijo hacía el Coliseo. Por el camino me detengo en la Basílica de San Clemente.
La iglesia de san Clemente es una maravilla, hay que estar atento porque pasas por su lado sin darte cuenta. Roma. |
La iglesia es tan sencilla por fuera que casi no reparas en ella, pero es una auténtica maravilla. No hay que perdérsela.
Altar de Mitra en su templo subterráneo en la basílica de san Clemente. Roma. |
Continuo caminando y tras dejar atrás los Foros Imperiales me dirijo al Vittoriano. Este enorme monumento monolítico blanco levantado en honor al primer rey de Italia, Víctor Manuel II, conmemora la unificación del país. Los romanos lo llaman popularmente la "máquina de escribir". Se trata del edificio moderno más grande del centro de Roma e intencionadamente rivaliza con la basílica de San Pedro en tamaño y visibilidad. Incorpora el Altare della Patria, la tumba del soldado desconocido y unos preciosos murales y esculturas art nouveau.
Altar de la Patria en el monumento de Víctor Manuel II. Roma. Foto del autor. |
Monumento a Víctor Manuel II. Roma. |
Aquí se organizan interesantes exposiciones temporales aunque su función más atractiva, además del museo de ejército que se encuentra en su interior, es la de observatorio que se disfruta en su marmórea balconada, desde la cuál se puede contemplar la ciudad sin que se interponga el edificio en el que nos encontramos.
Aquí al lado tenemos la iglesia de santa María in Aracoeli, no es posible poner más escaleras para acceder a ella, pero al final de todas nos encontramos con esta iglesia del S. XIV.
A la izquierda escaleras a la iglesia de santa María in Aracoeli, a la derecha las que nos llevan al Campidoglio. Roma. |
Cuenta la leyenda que la sibila Tiberina, en este mismo lugar, anunció el nacimiento de Jesucristo al emperador Augusto. En su interior nos encontramos una obra impresionante, un fresco del S. XIII de Pietro Cavallini, descubierto recientemente, una tumba diseñada por Donatello y frescos del Pinturicchio. Su pieza más famosa es el Bambinello, una estatua de madera del Niño Jesús muy venerada por sus supuestos poderes curativos, ya que se dice fue tallada en madera de un olivo del huerto de Getsemaní, la original fue robada en 1994.
El Bambino de Aracoeli, foto en su iglesia de la figura robada en 1994. Roma. Foto del autor. |
La iglesia de santa María in Aracoeli, una joya. Roma. |
Tras salir de la iglesia, me dirijo a la isla Tiberina para pasar al otro lado del Tíber y conocer el famoso barrio del Trastévere.
- BARRIO DEL TRASTÉVERE.
La mejor manera de llegar a este barrio del Trastévere ( que significa: más allá del Tíber) es cruzando el histórico Ponte Fabricio hasta la isla Tiberina, y atravesar el Ponte Cestio hasta Piazza in Piscinula (cuyo nombre deriva de las termas que ocuparon este lugar). Así se llega a Via della Lugaretta, y cruzando la muy transitada Viale di Trastévere se acaba en la Piazza Santa María in Trastévere.
Plaza de santa María in Trastévere. Roma. |
Esta plaza es el corazón del barrio, de día se ven madres con cochecitos, vecinos de la zona, gente charlando y turistas con sus guías; por la noche la ocupan artesanos, músicos y jóvenes romanos en busca de diversión. No hay que perderse la fuente romana restaurada por Carlo Fontana en 1692.
Separado del centro histórico por el río, el Trastévere es una de las zonas más pintorescas de Roma. La gran concentración de bares y restaurantes en las callejuelas laberínticas hacen de este lugar uno de los más populares para comer y disfrutar de un agradable paseo respirando ese ambiente mitad bohemio mitad clásico que impregna sus plazas y calles.
Esta casa combina perfectamente el estilo romano clásico con las comodidades modernas. Barrio Trastévere. Roma. Foto del autor. |
Barrio Trastévere. Roma. Foto del autor. |
Piazza di Mercanti, barrio del Trastévere. Roma. Foto del autor. |
El Trastévere y sus calles con encanto. Roma. Foto del autor. |
Su carácter tradicionalmente proletario está cambiando, y los decrépitos palazzi se están aburguesando con la llegada de extranjeros acaudalados que los compran y los restauran.
Son las tres de la tarde y para escapar de la canícula romana me meto en el jardín de la iglesia de santa María in Capella (1090). No hay nadie, solo yo y quién sabe que fantasmas del pasado que se sientan a mi lado disfrutando de esta paz en mitad de una de las ciudades más bulliciosas del mundo.
Santa María in Capelli, barrio del Trastévere. Roma. Foto del autor. |
Jardín de santa María in Capelli, todo un descubrimiento. Trastévere. Roma. Foto del autor. |
La soledad del jardín de santa María in Capelli una gozada a 35º C. Trastévere, Roma. Foto del autor. |
Hay calles en Trastévere por las que parece que no han pasado los siglos. Roma. Foto del autor. |
Tras el momento de meditación me dirijo a la iglesia de santa Cecilia in Trastévere. Este templo del S. IX se construyó en el lugar donde, en el año 230, y después de salir indemne de varios intentos fallidos para acabar con su vida, santa Cecilia fue martirizada. Cuando la tumba de la patrona de la música se abrió en 1599, el cuerpo se encontró milagrosamente intacto, y sirvió de modelo a Stefano Maderno para diseñar la exquisita escultura de la santa situada bajo el altar, una delicia, es como si la joven estuviera durmiendo.
Fachada de santa Cecilia in Trastévere. Roma. Foto del autor. |
El autor en los jardines de santa Cecilia in Trastévere. Roma. |
Pueden visitarse las ruinas de los edificios romanos que se encuentran debajo de la iglesia, y algunos valiosos fragmentos en el coro de un fresco del S. XIII, obra de Pietro Cavallini que representa el Juicio Final. En el momento que visitaba la iglesia estaban preparando una boda.
Santa Cecilia in Trastévere de boda. Roma. Foto del autor. |
Estatua de santa Cecilia en el altar de su iglesia en Trastévere. Roma. |
Salgo del Trastévere y me dirijo al Testaccio, la colina de forma triangular hecha con trozos de ánforas desechadas entre el S. I y el II d.C. Se calcula que esta compuesta con los restos de alrededor de 26 millones de ánforas rotas, sobre todo de aceite de oliva procedente de la Bética (Andalucía) el 80%, de la Tripolitania (actual Libia) el 17% y de la Galia el 3% restante. No les era rentable lavar los recipientes y mandarlos de vuelta. No fue un basurero fortuito ni desordenado, sino una estructura llevada a cabo de manera disciplinada, elevada por terrazas con muros de contención también hechos de restos de cerámica. El barrio donde se encuentra es bastante deprimente.
Lo siguiente que contemplé fue la pirámide de Cayo Cestio, se encuentra junto a la puerta de San Paolo y fue construida en el año 12 a.C. como sepulcro para Cayo Cestio Epulón, alcanza una altura de 36,40 metros y tardó 330 días en construirse.
El autor frente a la pirámide de Cayo Cestio. Roma. |
Museo de la Vía Ostiense junto a la pirámide de Cayo Cestio. Roma. Foto del autor. |
Cuando se levantó se encontraba en campo abierto a las afueras de la ciudad, ya que estaba prohibido enterrar a nadie dentro de Roma, pero con el paso de los siglos la ciudad acabo rodeando la original manera de este magistrado romano de pasar a la historia.
Desde aquí mismo cojo el Metro, son las seis de la tarde y estoy deseando comerme medio kilo de helado romano en mi habitación de hotel. Esta ha sido mi última pateada por Roma en esta Escapada.
- ADIÓS ROMA. ARRIVEDERCI. HASTA LA PRÓXIMA.
Hoy ha sido mi último día por la ciudad de Roma. Cuantas maravillas contempladas y cuantas por ver en mi próxima visita. Busques lo que busques, y sea la que sea la razón que te ha llevado a conocer la ciudad, Roma nunca decepciona.
Cada plaza tiene su encanto, cada calle un lugar que capta nuestra atención, a la vuelta de cada esquina un monumento que contemplar o descubrir entre sus ruinas, piedras, templos o iglesias. De la antigua Roma pagana, pasando por la cristiana hasta la más profana y consumista del S. XXI hay cientos, miles de razones para conocerla y disfrutarla.
La Roma eterna son tanto sus monumentos como sus plazas. Foto del autor. |
Roma nació como una aldea de pastores renegados allá por el 753 a. C. casi tres milenios después encierra entre sus piedras casi todo el saber de la Historia de Occidente y nos espera encantadora y misteriosa para mostrarnos sus secretos si tenemos ojos para contemplarlos, paciencia para recorrerlos y entusiasmo para disfrutar de ellos .
No os perdáis esta ciudad, reservad unos cuantos días de vuestra vida para dedicarselos a la Dama del Tíber. Ella no os decepcionará y vosotros no la olvidaréis nunca.
Nos vemos pronto por algún lugar del mundo. ¡¡¡Hasta pronto viajer@s!!!
Próximo post: 7.0- Santillana del Mar, la joya de Cantabria (I).
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