martes, 17 de marzo de 2020

16.08- SAINT ANDREWS Y EDIMBURGO (I).

Maspalomas. Gran Canaria.


Septiembre de 2019. Dundee. Escocia.


Nos despedimos de nuestro hotel en Dundee, el Queen´s Hotel seguro que seguirá aquí al menos otro siglo más. Al salir del establecimiento nos encontramos con la primera mañana de lluvia desde que nos encontramos en Escocia, ya iba siendo hora. Vamos a visitar el muelle para conocer dos lugares emblemáticos de la ciudad, el museo del Diseño V&A de Dundee y el barco Discovery.


Las calles de Dundee bajo la lluvia. Calle Nethergate. Escocia. Foto del autor.


En 1986 regresó a la ciudad el Discovery, el barco de la expedición antártica (1910-1913) del capitán Robert Falcon Scott.
Scott llegó al Polo Sur tan solo para descubrir que el explorador noruego Roald Amundsen se le había adelantado, en el viaje de regreso el oficial de la Marina Real Británica, pereció.
El retorno de este viejo buque sirvió para atraer a una nueva generación de visitantes al puerto de la ciudad, antes de visitar el barco, merece la pena conocer la expedición del capitán Scott en el Discovery Point Visitor Center.





El barco Discovery y su centro de visitantes visto desde el museo del diseño V&A.
Dundee. Foto del autor.


Dundee cuenta con otra reliquia marina: la fragata Unicorn. Este navío de 1824 nos enseña parte de la época en la que Gran Bretaña dominaba los mares. Nunca llegó a entrar en combate pero es uno de los buques de guerra más antiguos que se conservan.

Justo al lado del Discovery se encuentra el Museo del Diseño V&A, este espectacular edificio se inauguró el 15 de septiembre de 2018. El V y A Dundee es el primer museo sobre el diseño de Escocia y el primer museo Victoria y Albert fuera de Londres. Fue diseñado por el arquitecto Kengo Kuma (Japón 1954).
Cuando lo visitamos mostraba una exposición titulada: hola, Robot: diseño entre humanos y máquinas.


El museo del diseño V&A de Dundee. Escocia. Foto del autor.


Museo del diseño V&A de Dundee. Escocia. Foto del autor.

Dejamos esta ciudad de Dundee. Para dirigirnos a Saint Andrews debemos cruzar el río Tay por su puente para vehículos, pero el primero que se construyó fue el puente ferroviario, puente que comenzó su historia con una tragedia.
El puente ferroviario sobre el río Tay fue inaugurado en 1878, unía la ciudad de Dundee con la comarca de Fife. Con sus casi tres kilómetros de extensión, en su momento fué el mayor puente de un solo arco del mundo. Aunque el triunfo de la ingeniería se tornó en tragedia un año después.


Vista del puente ferroviario sobre el río Tay desde el museo V&A de Dundee. Escocia.
Foto del autor.


Los restos del viejo embarcadero todavía son visibles en el Forth of Tay y constituyen el recuerdo del desastre sucedido el 28 de diciembre de 1879. Esa noche el puente se hundió de repente, y los 75 pasajeros del tren que lo cruzaba en ese momento se precipitaron a una muerte gélida en las aguas del río.
El actual puente ferroviario es uno de los símbolos de la ciudad.
La mejor vista de los puentes sobre el Tay (el puente para el tráfico rodado que nosotros cruzaremos, fue terminado en 1966), el río y la costa lo ofrece el observatorio Mills, enclavado a 174 metros de altura, en lo alto del volcán inactivo de Law Hill.

Nos despedimos de Dundee para ponernos en ruta hacia Saint Andrews, tras cruzar el puente cogemos la A-92 y nos adentramos en la península de Fife camino de su capital.



- LA PENÍNSULA DE FIFE Y SU CAPITAL SAINT ANDREWS.

Nos encontramos en la península de Fife. Lo que llaman el "reino de Fife" da la impresión de ser una isla, ya que está rodeada de agua por tres de sus lados. Esta sensación se ve reforzada por su fuerte identidad y sus variopintos paisajes naturales y humanos.
El interior de Fife atrae pocos viajeros, os hablaremos algo de esta zona por si os apetece perderos por allí. El paisaje principal lo forman ordenadas tierras de cultivo, colinas onduladas y pueblos tranquilos, con algunas ciudades menos atractiva a causa del declive de su industria pesada. El lugar más espectacular de la zona es el palacio de Falkland a 18 kilómetros de Kirkcaldy. Construido en 1451, fue refugio de reyes y reinas de la dinastía Estuardo cuando eran rivales de la casa de Hannover. Los jardines son dignos de ver, como sus tapices flamencos y los retratos de los reyes Estuardo del S. XVII, un conmovedor recuerdo de lo que puedo haber sido y no fue.

Un monumento de signo distinto es el búnker secreto de Escocia, situado al sur de Saint Andrews, tenía que servir de refugio a 30 metros de profundidad para las autoridades escocesas en caso de guerra atómica con la antigua Unión Soviética. Tiene el tamaño de dos campos de fútbol.


West Port, la calle que se abre ante nosotros nos llevara a la calle principal, South Street,
que termina en las ruinas de la catedral de Saint Andrews y en el mar.
Escocia. Foto del autor.


Ya estamos en Saint Andrews, entramos con nuestro coche por la City Road y aparcamos cerca de la West Port (puerta oeste de la antigua muralla). Este lugar ya nos da una ligera idea de la ciudad que vamos a visitar. 
Fue construida en 1589 para impresionar a los visitantes de alcurnia que entrarían por esta puerta a la ciudad.
Saint Andrews es conocida como el "hogar del golf" por los seguidores de este deporte, pero como no somos muy aficionados nos centraremos en el punto fuerte de la ciudad, su historia.
Saint Andrews es una pequeña (17.000 habitantes) y preciosa población a orillas del Mar del Norte con muchas cosas que ver. Tiene una importante población estudiantil que le da mucha vida y un casco antiguo que invita a pasear y sentarse a disfrutarlo mientras nos tomamos un café con encanto.


Nada como sentarse a tomar un café con encanto en alguno de los
locales de South Street, como ese que vemos en la confluencia
con Church Street. Saint Andrews. Escocia. Foto del autor.



Tras recorrer la South Street nos encontramos con los primeros indicios en piedra de la
que fue, grandiosa catedral de Saint Andrews. Escocia. Foto del autor.


Arc Bridge de Saint Andrews, junto a la catedral. Escocia. Foto del autor.



Las ruinas de la catedral de Saint Andrews impresionan. A la derecha de la imágen su
cementerio. Escocia. Foto del autor.
Pared sur de la catedral de Saint Andrews, prácticamente la única que queda en pie. Al
fondo la torre de St. Rules. Escocia. Foto del autor.
Nos encontramos en lo que era el interior de la catedral, a nuestra derecha la pared sur, a nuestra
izquierda ese surco exterior marca donde iba la pared norte. Fuera del edificio quedaban las tumbas
del cementerio. Catedral de Saint Andrews. Escocia. Foto del autor.
Parece increíble que la fachada este de la catedral aún se mantenga en pie. A su lado la
torre de St. Rules. Saint Andrews. Escocia. Foto del autor.

La población lleva el nombre del santo patrón de Escocia en su honor, San Andrés, un monje de la ciudad de Patras (Grecia). 
Dice la leyenda que el guardián de los restos del santo, el propio San Rules, huyó con ellas por mar cuando un ángel le advirtió que el emperador Constantino quería llevarse las reliquias del santo a Constantinopla. Tras mucho navegar naufragaron en Muckross, cerca de Saint Andrews en el 742. 
La leyenda es muy bonita, pero seguramente las reliquias de San Andrés, que constaban de tres dedos de la mano derecha, el hueso superior de un brazo, una rótula y un diente, fueron traídas desde Inglaterra por el obispo Acca. Este fue anteriormente abad de Saint Andrews, pero dejó su diócesis de Hexham (Newcastle, Inglaterra) en 732 antes de regresar a Escocia.
En esos años ya se fundó en estas rocas junto al Mar del Norte la primera iglesia, St Mary on the Rocks.
Situada junto al casco urbano, prácticamente a orillas del mar y consagrada al santo, la catedral de Saint Andrews es la principal atracción de la capital de Fife.
En sus tiempos fue la principal edificación religiosa del país, consagrada en 1318, era la más grande de la Escocia medieval. Pero la acción de los elementos ha tenido sus efectos, y la catedral es hoy una inmensa ruina dispersa por un terreno enorme.


Puerta de entrada principal a la catedral de Saint Andrews, fachada oeste. Escocia. Foto del autor.


El esplendor de la catedral de Saint Andrews en el S. XIV. Fachada oeste,
puerta principal. Foto sobre panel informativo.
Lo que queda de la puerta principal, fachada oeste, de la catedral de
Saint Andrews. Escocia. Foto del autor.

La puerta principal de la catedral daba al oeste y se usaba para las principales procesiones, debió de ser impresionante para los miles de peregrinos que acudieron allí.
La fachada oeste fue terminada en tres tiempos, la primera en 1272, echada abajo al poco tiempo por una terrible tormenta. El segundo intento llevó bastante más tiempo y tuvo como invitado principal el día de su consagración en 1318 al rey Robert I the Bruce, que tuvo como compañero de revuelta a William Wallace, de los que ya hemos hablado en artículos anteriores. Esta vez la obra sobrevivió hasta el gran incendio de 1378. Al estar muy cerca del mar sufrió las inclemencias del tiempo, vendavales y tormentas que, por ejemplo en 1409 acabó con la pared sur. Parte de la fachada aún es visible, como el lado derecho del porche y las marcas donde el techo se unía a la pared. Tras el incendio las reparaciones llevaron varios años, terminándose en 1416.
Tras estos desastres, llegarían otros, los turbulentos episodios vividos en el S. XVI con motivo de la Reforma Protestante promovidos por el presbítero radical John Knox, lo que dejó la catedral semiderruida. Tras muchas dudas sobre su reconstrucción, poco a poco se la sometió a un saqueo de sus piedras que sirvieron para cimentar y levantar muchas nuevas edificaciones en la ciudad. 


Tumbas medievales en el interior de la catedral de Saint Andrews. Escocia.
Foto del autor.



Torre de Saint Rules, único vestigio en pie de la iglesia agustina de 1140.
Sus vistas son espectaculares. Saint Andrews. Escocia. Foto del autor.
Así era la iglesia de St. Rules en 1160, su torre era espectacular y controlaba
tanto la vía marítima como la terrestre. Foto sobre panel informativo en
el área de la catedral de Saint Andrews.



En este mismo lugar también encontraremos las ruinas de la iglesia de Saint Rules, fundada por una comunidad de agustinos en 1140 a la orden del obispo Robert. Merece la pena subir los 157 escalones de su alta torre para contemplar las vistas panorámicas de la ciudad y del Mar del Norte.
No menos importante es el castillo de Saint Andrews, íntimamente ligado a la historia de la catedral. Es una maravilla subir a sus murallas y contemplar las vistas. 


Torre de St Rules y su cementerio. Saint Andrews. Escocia.
Foto del autor.


Desde esta zona de la catedral, la más cercana al mar, es inevitable bajar al paseo que lo recorre, hacía el norte, este paseo nos lleva al antiguo castillo de Saint Andrews.
En este promontorio rocoso junto al mar existía un castillo desde época del obispo Roger (1189-1202), hijo del conde de Leicester. Fue el centro eclesiástico de Escocia en los años anteriores a la Reforma protestante. Los arzobispos lo mencionan como palacio episcopal.
La historia de esta fortaleza es muy turbulenta: en 1296 el rey Eduardo I de Inglaterra toma la fortaleza y la pierde en 1314 tras la victoria escocesa en Bannockburn. Los ingleses lo recuperan nuevamente en 1330 pero lo perdieron en 1336. En 1337 los propios escoceses lo destruyen para evitar que lo recapturen los ingleses. En 1400 se reconstruye, y es la base de lo que podemos contemplar hoy.


Lo que queda del castillo de Saint Andrews, sede de la otrora poderosa iglesia católica
escocesa. Se pueden visitar sus muros, sus torres y los túneles de asedio. Su encanto es
su cercanía al mar. Escocia. Foto del autor.


El paseo con las ruinas de la catedral de Saint Andrews a nuestra espalda y su castillo al fondo
 mientras el Mar del Norte ruge junto a nosotros...es sencillamente una maravilla.
Escocia. Foto del autor.
Bajamos por el paseo marítimo hacia los muelles de Saint Andrews, detrás dejamos
el conjunto de la catedral y la iglesia de St Rules y a fondo el castillo arzobispal.
Escocia. Foto del autor.

En 1546 rebeldes protestantes se encerraron en el castillo, entonces los escoceses excavaron una mina bajo los muros pero esta fracasó por la contramina de sus defensores. Al fracasar en su primer intento procedieron a un bombardeo con artillería que derribó parte de sus lienzos y así pudieron tomar la fortaleza, era el año 1547. Los túneles de asedio se descubrieron en 1879 y se pueden visitar. En 1656, el castillo estaba en tan mal estado que sus piedras fueron dedicadas a la reparación del muelle.
Los restos que hoy podemos ver son: una porción de la pared sur que encierra una torre cuadrada, el "calabozo de la botella", la torre de la cocina, la mina subterránea y la contramina.
Desde el castillo hasta el muelle de Saint Andrews recorreremos un precioso paseo junto al mar con el romántico entorno de las ruinas de la catedral a nuestro lado.


Bajando al muelle de Saint Andrews. Escocia. Foto del autor.

El muelle tiene mucha historia, se construyó en torno al año 1100 y pronto se convirtió en un bullicioso puerto comercial. Aquí atracaban barcos de Alemania, los Países Bajos y Francia, así como de otros puertos de Inglaterra y Escocia. El comercio se desplomó en los siglos XVII y XVIII, pero después de esto, las exportaciones de patatas y grano de granjas locales se incrementaron. Hoy es un pequeño muelle de pescadores, uno de los más encantadores del país.


Viejo muelle de Saint Andrews. Las piedras donde descansa el marinero fueron sacadas
del castillo arzobispal a mediados del S. XVII para reforzar el dique. Un paseo por este
pequeño rincón de la localidad es imprescindible. Escocia. Foto del autor.



No nos podemos olvidar de la famosa playa, West Sands, situada a 15 minutos del centro y escenario de algunas secuencias de la película Carros de fuego (1981).



- UN PASEO POR EL PUEBLO MÁS BONITO DE ESCOCIA. SAINT ANDREWS.


De regreso del muelle, volvemos a la ciudad. La gran Universidad de Saint Andrews es la propietaria de muchos de los edificios de la ciudad. La población está llena de estudiantes y a ciertas horas del día, coincidiendo con la entrada y salida de clases, la inundan "procesiones" de chavales uniformados con sus chaquetas de "college" y pantalones cortos. El propio príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono inglés estudió aquí.


Madras College, en los terrenos que ocupaba el monasterio dominico en South Street.
Saint Andrews. Escocia. Foto del autor.


En pleno centro de su calle principal, South Street, nos encontraremos con la ruina de la capilla del monasterio de los Dominicos. Esta orden se dedicaba a la salvación de las Almas por medio del conocimiento académico. La orden llegó a a ciudad en el S. XV y construyeron el monasterio en la década de 1520. 


Todo lo que queda de la capilla de los Dominicos y de su monasterio. South Street. Saint Andrews.
Escocia. Foto del autor.


La capilla de los dominicos de Saint Andrews. Sus piedras resisten el paso del tiempo desde
el S. XVI. Se dice que el fantasma de su prior Alexander Campbell, que perdió la razón
tras ordenar quemar en la hoguera al pastor protestante Patrick Hamilton en 1528 por
herejía, sigue vagando por estas ruinas y el parque contiguo donde se erigía el
monasterio. Escocia. Foto del autor.


Los frailes desempeñaron un importante papel en la Universidad de Saint Andrews, pero tan solo 25 de sus libros, incunables, se salvaron de la furia iconoclasta de los protestantes y han llegado hasta nuestros días. 
En 1547, el cuerpo del Cardenal David Beaton fue quemado meses después de ser asesinado por protestantes en el castillo de Saint Andrews. Doce años más tarde, lo grupos protestantes que atacaron la catedral tomaron como objetivo el monasterio dominico y tras destruirlo, estos fueron expulsados. Jamás volverían.


Iglesia parroquial de la Santísima Trinidad. South Street. Saint Andrews.
Escocia. Foto del autor.


Un poco más arriba de este lugar encontramos la iglesia parroquial de la Santísima Trinidad. Una encantadora iglesia levantada en 1412. El lugar tiene mucha historia, aquí predicó el pastor radical protestante John Knox en 1559 y en su visita en 1617 el rey Jacobo VI pernoctó aquí.

Salimos de la iglesia y caminamos por la calle Logies para encontrarnos con la arteria paralela a South Street, Market Street con su peculiar fuente en mitad de la calle. Como su propio nombre indica, esta calle es la más comercial de la localidad junto a su hermana South.


Market Street. Saint Andrews. Escocia. Foto del autor.


Esquina entre Market Street y College Street. Saint Andrews. Escocia. Foto del autor.
Esquina con encanto, College Street. Saint Andrews. Escocia.
Foto del autor.
North Street. Saint Andrews. Escocia. Foto del autor.




Terminamos de pasear por Saint Andrews, después de comer nos ponemos en ruta hacia nuestra última etapa en esta Escapada a Escocia 2019, Edimburgo, la histórica capital del país de los Highlanders.


Vista desde el aire de el puente sobre la desembocadura del río Forth. Estamos sobrevolando
Edimburgo a la llegada a tierras de Escocia en nuestra Escapada 2019. Foto del autor.


Conducimos por la A-915, cruzamos la desembocadura del río Forth por el puente de la autopista M-90 y entramos en la capital de Escocia por Queensferry Road.



- EDIMBURGO. PRIMERA TOMA DE CONTACTO.

Lo primero que hacemos al entrar en Edimburgo es dejar las cosas en nuestro alojamiento. El hotel "28 York Place" de la calle York. Cuesta unos 65 euros la noche, sin desayuno. Pero es muy recomendable por su comodidad, limpieza y situación, a escasos 500 metros de la Royal Mile, el centro histórico de Edimburgo.

Dejaremos para el próximo artículo la historia de la ciudad. En esta ocasión y al llegar ya  con la tarde avanzada nos vamos a limitar a un primer paseo por el centro de la capital.


Monumento gótico a Sir Walter Scott en los Princes Street Gardens. Edimburgo. Escocia.
Foto del autor.
Edimburgo nos recibe con una niebla cerrada que anticipa la lluvia que nos empapara los próximos días, pero con niebla, con sol o con lluvia, esta ciudad es una delicia.

Lo primero que nos llama la atención al salir a la Princes Street es el monumento a Scott, el célebre autor escocés de novelas tan conocidas como Ivanhoe, La Dama del Lago o Rob Roy. Esta edificación de estilo gótico mide 61 metros de altura y su escalera de caracol interna permite acceder a sus pisos y contemplar la ciudad y sus alrededores desde una buena perspectiva. La primera piedra fue colocada en 1840, 8 años después de la muerte del autor, y concluyó su construcción en 1844.


Princes Street, con el monumento a Scott y al fondo, entre la niebla, el hotel
Balmoral. Edimburgo. Escocia. Foto del autor.
El puente sobre las vías de tren de la estación Waverley que nos lleva al
casco histórico de Edimburgo, la Royal Mile oculta bajo la espesa niebla.

Escocia. Foto del autor.

 
El callejón Real Mary King´s Close al entrar en la calle Cockburn.
Edimburgo. Foto del autor.

Paseamos por la Princes Street, entre la niebla, además del monumento a Scott, podemos ver la inmensa mole pétrea del hotel Balmoral (1902), con su icónica torre del reloj y la estación de trenes de Waverley.
Cruzamos por el puente de Waverley para llegar a la conocidísima y comercial Cockburn Street, con sus conocidas escaleras, la Real Mary King´s Close, que nos llevará por la zona más antigua y lúgubre de Edimburgo hasta la High Street, la Royal Mile.
Pero nosotros seguimos subiendo por Cockburn, disfrutando de sus cafeterías, restaurantes y tiendas.



Subiendo por la calle Cockburn. Edimburgo. Foto del autor.

Llegando al final de Cockburn Street. Edimburgo. Foto del autor.

Y ya estamos en la Royal Mile, la lluvia empieza a caer como recordatorio de la tierra en la que nos encontramos. Han sido días maravillosos de sol los que hemos vivido hasta ahora, pero Escocia nos recuerda que su belleza procede de este oro líquido que cae del cielo.
Nos despedimos del artículo de hoy con una serie de fotografías de la Royal Mile de Edimburgo bajo la lluvia. En nuestro próximo artículo, más Edimburgo.


Subiendo por la High Street. Al fondo se ve la cúpula de la catedral de Edimburgo.
Escocia. Foto del autor.
Estatua del economista y filósofo escocés Adam Smith (1723-1790) frente a la catedral
de St. Gilles. Edimburgo. Foto del autor.
Seguimos caminando por la Royal Mile. Lawnmarket Street. Edimburgo. Foto del autor.
Edificios en Lawnmarket Street. La lluvia en Edimburgo es tan habitual como la niebla o el sonido
de las gaitas en sus calles. Foto del autor.


Nos vamos al hotel, en el próximo artículo, más Edimburgo.


Próximo post: 16.09- Edimburgo (II). Un poco de historia. Museo Nacional de Escocia.

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