sábado, 3 de agosto de 2019

13.07- TENERIFE (II). LA LAGUNA Y SANTA CRUZ DE TENERIFE.

 
Puerto de la Cruz. Tenerife.




Continuamos nuestra ruta por Tenerife, tras conocer en el anterior artículo las maravillas  que alberga el Parque Natural del Teide seguimos conociendo la parte norte de la isla. La más exuberante y verde. Pero antes de contemplar los tesoros arquitectónicos, naturales y culturales de esta zona, vamos a conocer la historia que ha vivido Tenerife en los últimos 2.500 años. Fue en Icod de los Vinos, que luego visitaremos, donde se han encontrado los indicios arqueológicos de los habitantes más antiguos de la isla, los guanches, datados en el S.VI a.C.

Los guanches son los primeros habitantes de la isla, erróneamente se adjudica este nombre a todos los aborígenes de Canarias, pero los guanches son tan solo los antiguos habitantes de Tenerife. 


- TENERIFE. UN POCO DE HISTORIA.

Es en ese siglo VI a.C. cuando se tiene constancia que los guanches debieron llegar a la isla. Este pueblo puede ser encuadrado dentro de los pueblos de la Edad de Piedra, ya que la isla no tiene minerales que permitan la extracción de metales.
Su actividad principal era el pastoreo, pero también se dedicaban a la agricultura, la pesca, la recolección, el marisqueo de orilla y la artesanía. 
Los guanches entroncan genética y culturalmente con los bereberes del norte de África. La colonización de las islas podría deberse al asentamiento de colonizadores tirio-fenicios que descubrieron las islas desde sus asentamientos en la costa occidental africana y trajeron mano de obra para las factorías y pequeñas colonias que fundaron aquí.
Se estima entre 15.000 y 20.000 los guanches que habitaban la isla a la llegada de los españoles.


Menceyatos en Tenerife a la llegada de los españoles. El de Taoro mantenía un estatus
superior a los otros, considerándose a su Mencey Gran Rey. Durante la conquista
algunos menceyatos se aliaron con los castellanos: Abona, Adeje, Anaga y Güimar.
Y los que se opusieron a la conquista fueron: Daute, Icod, Tacoronte, Taoro y Tegueste.



Los primeros contactos de los europeos con los guanches se producen en la segunda mitad del S. XIV cuando llegaban de forma esporádica comerciantes mallorquines. En 1402 arriban por primera vez los conquistadores normandos Jean IV de Béthencourt y Gadifer de La Salle y a partir de aquí, comienzan las incursiones en busca de esclavos.
En 1464 se produce el primer intento de conquista de la isla por parte de Diego García de Herrera, tras varios combates firma la paz con los 9 Menceys y construye una torre. En 1472 se rompe la tregua y son expulsados por los habitantes de la isla.
Es en 1494 cuando Alonso Fernández de Lugo desembarca en Santa Cruz de Tenerife y se alía con 4 menceyatos (foto superior) y el resto le declaran la guerra al mando del rey de Taoro. En la batalla llamada la Matanza de Acentejo (cercano al actual Puerto de la Cruz) los guanches derrotan a los castellanos y estos abandonan la isla. Un año después regresan con tropas veteranas del Duque de Media Sidonia, el 14 de noviembre se enfrentan en la batalla de La Laguna siendo derrotados los aborígenes. Tras una nueva victoria de los castellanos en el barranco de Acentejo, en mayo de 1496 los menceys se rinden y firman la Paz de los Realejos. Tenerife fue la última isla del archipiélago en ser anexionada y ya formará parte del Reino de España para siempre.


Alonso Fernández de Lugo funda la ciudad de Santa
Cruz. Pintura de Manuel González Méndez (1843-1909).
Se exhibe en el Parlamento de Canarias.
Foto de internet.


En la isla se introduce el cultivo de caña de azúcar que junto a la cochinilla y el ron fueron sus principales productos de exportación, también se cultiva el plátano.
Tras la Guerra de Sucesión española en el S. XVIII se desarrolla el llamado comercio canario-americano regulado por una Real Cédula de 1697, la mayor parte de ese comercio en todas las islas entraba y salía por el puerto de Santa Cruz de Tenerife.
Tenerife, como las otras islas, fue objeto de ataques e intentos de conquista por parte de corsarios y armadas de diversas nacionalidades (franceses, ingleses, holandeses y berberiscos). De entre todos destaca el que efectuó el inglés Horacio Nelson en 1797.
El 25 de julio, el almirante británico atacó Santa Cruz de Tenerife, capital de la isla y jefatura de la Capitanía General. Tras un feroz ataque, la defensa organizada por el burgalés Antonio Gutiérrez de Otero y Santayana repelió a los ingleses. Nelson recordaría siempre esta derrota pues perdió su brazo derecho por una bala de cañón disparada desde el castillo de San Cristóbal. Ese cañón, llamado El Tigre, aún se conserva en perfecto estado de funcionamiento y puede contemplarse en el museo del Castillo de San Cristóbal.


Cañón El Tigre, uno de los que formaban la batería del castillo de San Cristóbal servidos por
1 capitán, 1 teniente, 1 sargento y 35 artilleros. -"El día anterior a la Gesta, el 25 de julio de 1797
el teniente tinerfeño Francisco Grande sugirió que se abriera una tronera en la pared que daba a la
playa de La Alameda ya que se encontraba desprotegida ante un desembarco enemigo. En esa
improvisada tronera colocaron El Tigre cargado de metralla. En la madrugada siguiente las lanchas
de desembarco que llevaban a lo más granado de la oficialidad británica entre los que se encontraba
el almirante Nelson, varaban en la citada playa, un certero disparo de nuestro cañón hizo que
Nelson perdiera la batalla y su brazo."- Artículo de José Manuel Ledesma Alonso publicado en
El Día/La Prensa el 26 de noviembre de 2011.




Busto de el general Antonio Gutiérrez de Santayana en Aranda de
Duero. Burgos. Foto de internet.


La emigración de los habitantes de Tenerife fue una constante en la isla durante estos siglos, principalmente a Cuba y a Venezuela pero también fundaron ciudades en EE.UU como San Antonio (Texas) en 1730.
Los siglos pasaron y otros visitantes menos hostiles llegaron a la isla, como el naturalista Alexander von Humboldt, que en 1799 ascendió al volcán del Teide y escribió sobre la belleza de la isla.
Numerosos turistas empezaron a llegar a la isla a partir de la década de 1890. La historia del éxito y la transformación de Tenerife en uno de los puntales turísticos mundiales es bien conocida.



- EMPEZAMOS LA RUTA EN ICOD DE LOS VINOS.

Volvemos a salir de nuestro hotel en Puerto de la Cruz y nos encaminamos a Icod de los Vinos, también llamada la Ciudad del Drago, por albergar el famoso Drago Milenario, uno de los símbolos de Tenerife.
El término Icod es un nombre guanche que significaría incendio o quemadura y "de los vinos" nombre puesto por los castellanos ya en el S. XVI pues había una importante producción vinícola en la región.
Según la tradición oral guanche recogida en 1594 por fray Alonso de Espinosa, Icod sería el primer asentamiento de la isla. La Zona Arqueológica de la Cueva de los Guanches, situada en este municipio ha revelado las cronologías más antiguas de Canarias con dataciones en torno al S. VI a.C.


Iglesia de San Marcos Evangelista en Icod de los Vinos. Tenerife. Islas Canarias.
Foto del autor.


En 1500 se construye una ermita en honor a San Marcos Evangelista en la plaza Andrés de Lorenzo-Cáceres. En esta plaza podremos contemplar una maravillosa colección de flora de lugares de medio mundo: ficus de origen australiano, laureles de Indias, pandanos de Madagascar, araucarias, hibiscus, kentias de la isla de Lord Howe del Océano Pacífico, falsas aralias de Nueva Caledonia-Polinesia  y muchas más. 


Plaza Andrés de Lorenzo-Cáceres en donde podemos contemplar una amplia variedad de flora
de medio mundo. Icod de los Vinos. Tenerife. Foto del autor.


Gracias a su activo comercio de vino y azúcar, Icod se convierte en una de las villas más prósperas de la isla junto con San Cristóbal de la Laguna o La Orotava. Santa Cruz no era demasiado grande ni importante en esta época.
Pasear por Icod es pasear por un municipio que ha sabido conservar su esencia a través de los siglos.


Drago Milenario de Icod de los Vinos. 
 
Al final de la plaza donde se sitúa la iglesia de San Marcos encontraremos uno de los jardines más bellos del mundo, y su belleza radica en el rey de árboles, el Drago Milenario de Icod de los Vinos. Fue declarado Monumento Nacional en 1917. En la actualidad es el más grande y longevo que se conoce en el mundo en su especie, Mide 18 metros de altura, en su base tiene 20 metros y más de 300 ramas principales.
Su edad ha sido muy discutida siempre, antiguamente se barajaba los 3.000 años de antigüedad, pero como ningún estudio ha sido concluyente se estima entre 800 y 1.000 años de edad.


La Casa del Drago, junto al milenario árbol. Icod de los Vinos. Tenerife.
Foto del autor.
El parque del Drago Milenario en Icod de los Vinos. Tenerife. Islas Canaria.
Foto del autor.
Icod de los Vinos. Tenerife. Foto del autor.


En torno al Drago se encuentra un parque de 3 hectáreas que exhiben una representación de la flora canaria; cardones, tabaibas, hayas, brezos, palmeras, dragos, aceviños, tilos, laureles etc). El parque está atravesado por el barranco de Caforiño, conocido como río de Icod por la gran cantidad de agua que bajaba por él.
De Icod nos ponemos en marcha hacía La Laguna.
San Cristóbal de La Laguna es el segundo municipio más poblado de Tenerife y tercero de todas las Islas Canarias. La ciudad se encuentra en un extenso valle rodeada de montañas.


- LA LAGUNA.

La ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999 como ejemplo único de ciudad colonial no amurallada. Su trazado urbanístico histórico se encuentra intacto desde el S. XV. En ella se ubican, el Consejo Consultivo de Canarias, el Instituto de Astrofísica de Canarias, el aeropuerto de Tenerife Norte y el Hospital Universitario de Canarias. Es la sede de la primera universidad fundada en Canarias (1701), y del primer instituto (1846). Por ello es considerada la capital intelectual de Canarias. Fue sede de la Capitanía General de Canarias (1656-1723) y hasta 1833 fue la capital de facto de Canarias.


Casa Franco de Castilla erigida
a mediados del XVIII. Su fachada
es de estilo dieciochesco
lagunero. La Laguna. Tenerife.
Foto del autor.
Casa Bigot (1654) erigida por el
comerciante francés Claudio
Bigot que emigró desde Ruán. Es
un inmueble excepcional por
su balcón-granero. La Laguna.
Tenerife. Foto del autor.






























El nombre le viene por el lago que había en este lugar y San Cristóbal por la fecha de su fundación, 27 de julio de 1496, San Cristóbal de Licia. Como dato curioso decir que durante el asedio de Cádiz por las tropas de Napoleón en 1810, las Cortes de esa ciudad trasladaron el mensaje de que si Cádiz caía, La Laguna se convertiría en la capital de los territorios españoles libres de ocupación francesa y sus territorios ultramarinos. Como Cadiz no cayó, no hizo falta el cambio de capitalidad. Por eso luce en su escudo el lema: FIEL Y DE ILUSTRE HISTORIA


Catedral de La laguna. Tenerife. Islas Canarias. Foto del autor.


Iglesia Matriz de la Concepción con su torre renacentista de piedra, situada en la
plaza de la Concepción. La Laguna. Tenerife. Foto del autor.

Entre los edificios históricos de la llamada "Florencia de Canarias" se encuentra la catedral de Nuestra Señora de los Remedios de estilo neoclásico, la Iglesia Matriz de la Concepción, cuya torre renacentista de piedra es símbolo de la ciudad, la Plaza del Adelantado, el ayuntamiento, los palacios de Nava y Salazar, conventos, casonas-palacios, iglesias y dragos centenarios.

Y tras visitar la capital histórica de Tenerife, nos desplazamos a la capital actual de la isla. Santa Cruz de Tenerife nos espera.


- SANTA CRUZ DE TENERIFE.

Fue fundada el 3 de mayo de 1494 como real de conquista por Alonso Fernández de Lugo, este término designa el lugar de desembarco que se utilizó como base de ataque principal para la conquista de la isla. En él plantó una cruz que da nombre a la ciudad. Alonso Fernández de Lugo desembarcó con una tropa de peninsulares y canarios de 2.000 infantes y 200 de a caballo. La zona se encuentra habitada desde hace aproximadamente 2.000 años, como indican sus hallazgos arqueológicos.
Tras la conquista total en 1496, Santa Cruz queda como un modesto caserío de pescadores dependientes de La Laguna, ciudad donde De Lugo estableció la capital de la isla.
En el S. XVIII se produce el verdadero desarrollo poblacional y urbanístico de Santa Cruz. En 1706 tiene lugar la erupción volcánica de Trevejo, que sepultó de lava sin posibilidad de recuperación el puerto de Garachico, el principal de la isla, por lo que Santa Cruz pasa a ser el prioritario. En 1723 tiene lugar el traslado de la Capitanía General de Canarias, que hasta entonces había estado en La Laguna.
Santa Cruz impone sus defensas en dos ataques que realizan los británicos sobre la ciudad. El primero en 1706 y el segundo y más importante cuando el almirante Horacio Nelson intenta tomar la ciudad y sale completamente derrotado dejando en la batalla su honra y su brazo derecho.


Desde este castillo el cañón Tigre disparó la bala que arrancó el brazo derecho al almirante
Nelson. Ya no podría amenazar con ese brazo a los habitantes de la ciudad. El cañón
perfectamente conservado y listo para volver a disparar se puede ver en el museo del castillo
Tenerife. Islas Canarias. Foto del autor en una placa de la Plaza de España.


Este es el acontecimiento militar más importante de la historia de la ciudad; tropas y ciudadanos de la capital al mando del general Antonio Gutiérrez de Otero derrotan a la poderosa armada inglesa que se retira humillada. Poco recuerdan los británicos este episodio, pero para eso hemos creado este pequeño blog, además de mostrar lugares con mucho encanto, queremos que sea un recordatorio de la historia que en ellos se ha vivido.


Defensas del frente marítimo de Santa Cruz de Tenerife en 1797. En plena plaza de España
se alzaba el castillo de San Cristóbal, el pilar defensivo principal que rechazó el ataque
del almirante Nelson. Foto del autor en una plaza informativa de la Plaza de España.


En 1804 el rey Carlos IV otorga al Puerto de la Cruz el derecho a establecer su ayuntamiento con la denominación de "Muy Leal, Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife", lo que supuso su emancipación del municipio de La Laguna. 
Entre 1833 y 1927 fue, de iure, la única capital de Canarias en pugna con La Laguna y Las Palmas de Gran Canaria.
En 1927, durante la Dictadura de Primo de Rivera, un decreto establece que se comparta la capitalidad del archipiélago con Las Palmas de Gran Canaria y se divide el archipiélago en dos provincias. De ahí la rivalidad entre las dos capitales canarias, chicharreros (tinerfeños) y canariones (gran canarios). Curiosamente el término despectivo de chicharreros se lo ponen los habitantes de la antigua capital de la isla, La Laguna, por el hecho de que comer chicharro denotaba la baja clase del que lo consumía ya que era un pescado barato que se vendía en el puerto.
En los años 80 y 90 del S. XX, la ciudad experimenta un gran auge económico. Comienza la expansión de la ciudad hacía el sur, ganando terreno a la refinería y creándose nuevas zonas residenciales.


El logotipo de la ciudad en la Plaza de España. Tenerife. Islas Canarias. Foto del autor.


La ciudad es conocida por su carnaval uno de los más famosos de todo el mundo, es declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Como exponente de arquitectura contemporánea destaca el Auditorio de Tenerife.


- UN PASEO POR SANTA CRUZ DE TENERIFE.

Tras aparcar el coche en la zona del paseo marítimo nos acercamos a la zona más conocida de la capital isleña, la plaza de España. Fue construida en 1929 sobre el castillo de San Cristóbal, del cual solo queda parte de sus murallas que se exhiben en una galería subterránea bajo la plaza, triste final para el principal baluarte defensivo de la ciudad contra la piratería. 


Lago artificial de la Plaza España con el Monumento a los Caídos al fondo. El edificio del
cabildo insular de Tenerife es el de la parte derecha de la imágen. Foto del autor.



Paseo alrededor del lago artificial de la Plaza España de Tenerife. Foto del autor.



En memoria y honor de todos los que dieron su
vida por España. Plaza de España. Tenerife.
Foto del autor.

La plaza ocupa un espacio de 5.026 m2 y está presidido por el Monumento a los Caídos, una torre en forma de cruz con un mirador en lo alto. En la plaza nos llama la atención un arco de piedra de tres puertas que data del año 1797 y que servía de entrada a la Avenida Duque de Santa Elena, las dos estatuas de mármol de la portalada principal son alegorías de El Verano y La Primavera.




Arco de acceso a la Avenida del Duque de Santa Elena en la Plaza de España Tenerife.
Foto del autor.

En los jardines de la plaza, encontraremos 300 árboles de diferentes clases: flamboyanes, higueras australianas, laureles de la India, jacarandas, pandanos, falsos pimenteros, tuliperos del Gabón, cycas, cocos plumosos, palmera pigmea, palmera canaria, palmera real y muchos más.
En la plaza se encuentra también el Palacio Insular de Tenerife, sede del cabildo de la isla y otros edificios de la sociedad tinerfeña.


Plaza de la Candelaria, patrona de Tenerife. Foto del autor.


Anexa a la plaza de España, se encuentra la plaza de La Candelaria, con su obelisco el Triunfo de la Candelaria, construido en mármol de Carrara en el S. XVIII. Representa a la Virgen de la Candelaria, patrona de la isla con el Niño Jesús y 4 menceys en la base piramidal. El monumento es de Pascuale Bocciardo y data de 1778. 

Desde la plaza de España subimos hacía la parte alta de la ciudad, pasando por la plaza del Príncipe de Asturias. Su trazado data de 1857 y su nombre proviene del por entonces príncipe de Asturias, Alfonso XII. La plaza se construyó sobre el huerto del convento de San Pedro de Alcántara, situado en la parte de atrás de la actual iglesia de San Francisco.
En el centro de la plaza observamos un templete que data de 1929 y sustituyó a una fuente. Los majestuosos árboles que la adornan son laureles de Indias, algunos plantados el 29 de octubre de 1860 y que fueron traídos desde Cuba.


Plaza del Príncipe de Asturias con el templete y una de las estatuas de mármol que representa
a La Primavera, la otra que no se ve en la foto es El Verano. Tenerife. Foto del autor.
Iglesia de San Francisco de Asís, en 1676 ya había aquí una ermita antes de que se convirtiera
en la iglesia del convento de San Pedro de Alcántara, hoy desaparecido. La actual iglesia
es la segunda en importancia en la capital y un magnífico ejemplo de arte barroco.
Alberga en su interior auténticos tesoros en forma de capillas y retablos.
Tenerife. Foto del autor.

Seguimos subiendo hacía la parte alta de la ciudad para llegar al parque municipal García Sanabria construído en 1926 para dotar a la capital de un amplio espacio verde combinado con fuentes y grupos arquitectónicos. Es el mayor parque urbano de las islas Canarias y en 2016 fue declarado Bien de Interés Cultural de Canarias.
A la entrada por la zona baja se encuentra el Reloj de Flores, lugar de encuentro para los santacruceros y los visitantes, fue fabricado en Suiza por la casa Favag y donado por el cónsul de Dinamarca en 1958.
En el centro del parque se cruzan dos paseos diagonales, donde se encuentra una plazoleta y una fuente y en su centro el monumento a García Sanabria, el alcalde que se preocupó por dotar a la ciudad de este espacio ajardinado.


Parque García Sanabria. Tenerife. Foto del autor.



Monumento a García Sanabria en el centro del parque homónimo. Tenerife.
Foto del autor.
Reloj de Flores en el parque García Sanabria. Tenerife. Foto del autor.

En el parque nos encontramos con estatuas contemporáneas y conmemorativas, así como una amplia gama de ejemplares de flora, en su mayor parte exótica de clima tropical y subtropical.


Tenerife y sus rincones con encanto como este cerca de la plaza del Príncipe de
Asturias. Foto del autor.


Tras este pequeño paseo por la capital de Tenerife terminamos nuestra pequeña Escapada por la parte norte de la isla. Un par de días nos han bastado para conocer, aunque no en profundidad, parte del centro y norte de la isla. 
Hemos disfrutado desde su monumento natural más emblemático, el volcán del Teide, a sus dos capitales históricas, La Laguna y Santa Cruz de Tenerife, pasando por el lugar habitado más antiguo de la isla, Icod de los Vinos.


Vista de la plaza de España y del auditorio de Tenerife desde el ferry atracado en el puerto.
Foto del autor.



Nos alejamos de Santa Cruz de Tenerife en el ferry. Foto del autor.


Muy pronto volveremos a viajar. En esta ocasión a un lugar muy especial para mi. Santander, la ciudad en la que nací y que espero poder mostraros tal como la veo yo cuando paseo por sus calles o pierdo mi mirada en el horizonte del Cantábrico. Cuando paseo por el Sardinero o contemplo la mole de Peña Cabarga con su pico nevado desde Puertochico. 
Santander soleada o cubierta de nubes, Santander solitaria bajo la lluvia o llena de vida en julio cuando sus gentes y los visitantes celebran la Semana Grande. 

Un gran reto para mi, supongo que siempre me ha entrado un poco de vértigo al intentar comenzar esta serie de artículos pero, llegó el momento. Espero que os guste y sobre todo, os anime a visitarla a todos aquellos que no la conozcáis. 
Hasta pronto.



-Próximo post: 7.2  Santander. Un poco de Historia (I). 

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