jueves, 4 de enero de 2018

14.6- Budapest (III). Una ciudad de termas y parques.

26 de noviembre de 2017. Lunes.
El Astillero. Cantabria.


Mayo de 2017. Budapest. Hungría.

Hoy nos volvemos a levantar con un sol espectacular, algo que nos viene genial porque nos llevamos el bañador, el bikini, las toallas... no, no hay playa en Budapest, aún no la han hecho a orillas del Danubio, nos vamos al complejo termal más grande, bonito (en mi opinión) y completo de Europa, los baños Széchenyi.

Para llegar sin tener que daros la pateada desde el punto de la ciudad en la que os encontréis, lo mejor es coger la línea de metro 1 y bajarnos en Széchenyi Bath. Al salir de la estación subterránea nos encontramos en medio de un gran parque, el Varosliget, el más grande de la ciudad que luego visitaremos, ya que tiene muchas cosas que ver.


- BAÑOS  SZÉCHENYI.

El majestuoso edificio se observa desde cualquier punto del parque, pero su fachada principal se encuentra frente a la calle Kos Karoly, la vía principal que atraviesa el parque. Lo que más llama la atención es la gran torre neobarroca que observaremos mejor desde el interior de los baños termales.



Fachada, puerta principal y torre neobarroca de los baños Széchenyi. Budapest. Foto del autor.
Piscinas exteriores de los baños Széchenyi. Budapest. Foto del autor.
Piscinas exteriores de los baños Széchenyi. Budapest. Foto del autor.

El edificio es una construcción de estilo renacentista moderno con una torre neobarroca que alberga el complejo termal más grande del país y de Europa. Se construyó entre 1909 y 1913 aprovechando una fuente termal descubierta durante una perforación. Poseen unas características que los diferencian de los demás, principalmente sus enormes piscinas al aire libre y baños termales cubiertos, están muy limpios, son muy accesibles y cómodos y sus aguas fluyen a las temperaturas más altas de la ciudad, 75ºC desde el segundo pozo más profundo de Budapest que tiene 1246 metros.


Las piscinas interiores son "frigidarium" y "caldarium" como denominaban los romanos a las
que tenían agua fría y agua caliente respectivamente. Aquí también se dan masajes y clases
de gimnasia dentro del agua. Balneario Széchenyi. Budapest. Foto del autor.



Balneario Széchenyi. Budapest.
Foto de Araceli Hidalgo.
Balneario Széchenyi. Budapest.
Foto del autor.



























Piscinas de agua fría y caliente en el balneario Széchenyi. Budapest. Foto del autor.


Piscina principal del balneario Széchenyi. Budapest. Foto del autor.

Lo más cómodo para evitar quedarnos sin entrar por estar completo su aforo (principalmente fines de semana y festivos) y saltarnos las colas de entrada, es llevar las entradas ya reservadas, es muy recomendable la web www.civitatis.com 
Ahí podéis reservar vuestras entradas, os recomiendo que cojáis cabinas para dejar vuestros objetos personales. Podéis reservar las entradas al complejo desde 16,5 euros por persona, los menores de 2 años entran gratis. El horario de los baños termales es de 06:00 a 19:00 y de las piscinas de 06:00 a 22:00 horas. Toda la información en www.szechenyifurdo.hu

Nosotros llevamos unos bocatas para comer en las tumbonas, el problema es que si sales del complejo tienes que volver a pagar para poder entrar de nuevo. Pero si no queréis llevar comida, en los propios baños hay un pequeño restaurante con bocadillos y platos combinados. No esperéis una gran calidad, es bastante parecido a cualquier chiringuito playero, la verdad, en cuestión gastronómica me esperaba algo más acorde con la majestuosidad del edificio.


Entrada trasera al balneario Széchenyi. Budapest. Foto del autor.


Sonrisas entre flores de lavanda en el parque Varosliget. Budapest. Foto del autor.

Lo que está muy claro es que es una visita imprescindible para disfrutar del sol, los baños y de un poco de relax tras varios días recorriendo la capital. Cuando te cansas de leer o estar tumbado, te vas a la piscina que tiene zonas de jacuzzi y chorros, o a las piscinas frías y calientes que hay en el interior del gran edificio de la torre. Una gozada, no podéis dejar de reservar un día para visitar estos baños en vuestro viaje a Budapest. 



- PARQUE VÁROSLIGET.

Tras salir de los baños nos damos una vuelta por este precioso parque, como dije antes, es el más grande de Budapest y alberga muchas sorpresas: un castillo, una capilla, dos museos, un lago, el balneario Széchenyi, un parque de atracciones y un zoo. Al lado del parque también visitaremos la plaza de los Héroes, un área de 1 km cuadrado que alberga el monumento al Milenio erigido en 1896 para conmemorar los mil años transcurridos desde la conquista del territorio húngaro por las tribus magiares y el nombramiento de San Esteban como primer rey del nuevo reino de Hungría. Las estatuas representan esos personajes míticos e históricos del pasado del país.
Pero empecemos por el parque, nos dejamos caer por el lago del parque y allí disfrutamos de unas maravillosas vistas del mismo entre árboles mientras nos tomamos un café en el Nyereg, un restaurante con una terraza preciosa.


Café con encanto en el Nyereg junto al lago Városliget. Budapest. Foto del autor.


Zona oeste del lago Városliget. Budapest. Foto del autor.
Parque Varosliget, al fondo se ve el monumento del Milenio. Budapest. Foto del autor.
Lago Varosliget. Budapest. Foto del autor.

El parque debe su estructura actual a la celebración del Milenio en 1896, cuando el antiguo coto de caza de los emperadores Habsburgo, fue reacondicionado como jardín para el disfrute de los ciudadanos de Budapest.
El lago es un lugar ideal para pasear, se ven muchas parejas cogidas de la mano, turistas con mochilas y planos de la ciudad, húngaros que se relajan un poco del estrés cotidiano de la capital.


El puente sobre el lago Varosliget y sus "barquitos-deportivos". Por este puente llegamos a la plaza
del Milenio. Budapest. Foto del autor.


Pasando por el puente sobre el lago Varosliget. Al fondo la plaza de los Héroes. Budapest.
Foto de Araceli Hidalgo.

Nos acercamos por el puente a la plaza del los Héroes, la columna del Milenio impresiona, imposible no sacarse una foto delante de este monumento lleno de guerreros magiares que desde hace más de un siglo contemplan la vida de Budapest desde esa atalaya privilegiada. Es el lugar más simbólico de la ciudad debido a las vinculaciones que tiene con la historia más reciente de Budapest. El fondo de de la plaza tiene dos semicírculos de columnas en cuyo centro de alza un pilar de 36 metros rematado con una estatua del arcángel San Gabriel.


Plaza de los Héroes con la columna del Milenio presidiéndola. Budapest.
Foto del autor.
Flanqueando la plaza tenemos dos edificios de estilo neoclásico, el museo de Bellas Artes de Budapest construido entre 1900 y 1906, este museo alberga la mejor y mayor colección de arte extranjero de la ciudad y está considerada una de las pinacotecas más completas de Europa. El origen del museo se sitúa en 1870, cuando los Habsburgo compraron la colección de pintura de la familia Esztérhazy. Su pórtico asemeja un templo griego. Al otro lado de la plaza se encuentra el Kunsthalle, el Museo de Arte Contemporáneo de Budapest, se terminó de construir en 1896.


Museo de Bellas Artes de Budapest en la plaza de los Héroes. Foto del autor.


Volvemos al parque y nos acercamos al castillo de Vajdahunyad, un castillo de cuento erigido sobre una isla que alberga en su interior varios edificios que recrean diferentes estilos arquitectónicos de los pueblos de la llanura húngara. Son al menos 20 estructuras emblemáticas de la arquitectura húngara que incluyen ejemplos de los estilos románico, gótico, renacentista y barroco. Este castillo se construyó entre 1896 y 1908. Inicialmente se levantó en madera y cartón para la exposición del Milenio, pero tuvo tanto éxito que se reconstruyó utilizando piedra y ladrillo.


El castillo Vajdahunyad desde el otro lado del lago Varosliget. Budapest.
Foto del autor.


Castillo de Vajdahunyad en el parque Varosliget. Budapest. Foto del autor.
Entrada al castillo Vajdahunyad. Budapest. Foto del autor.

La impresionante ala barroca de este castillo de principios del S. XX se inspira en el castillo de los Esztérhazy de Sopron, en la actualidad alberga el Museo de Agricultura. La recreación románica es la réplica de la capilla Jak perteneciente a una abadía del S. XIII del oeste del país.


Interior del castillo Vajdahunyad. Budapest. Foto del autor.


Museo de Agricultura en el área barroca del castillo Vajdahunyad. Budapest. Foto del autor.
Reproducción de la capilla Jak del S. XIII, de estilo románico. Castillo de Vajdahunyad.
Budapest. Foto del autor.

Además de la maravillosa recreación de esos edificios, lo que más llama la atención es la perturbadora estatua de Anónimo, una de las más famosas del país. Esta inquietante obra  representa a un clérigo del S. XII, cronista en la corte del rey Bela III y encargado de redactar las primeras crónicas del país. No puedo dejar de intentar describir el desasosiego que transmite este monumento cuando te pones delante contemplándolo o te acercas, no sabría explicarlo pero es como un escalofrío. De hecho, muchos turistas pasan de largo porque, al acercarte, parece que en cualquier momento va a retirarse esa capucha que le tapa la cara y te va a dar un buen susto.


Con el inquietante Anonymus en el parque Varosliget. Budapest.
Foto de Araceli Hidalgo.


Después de pasear entre los árboles y jardines del lugar, volvemos a coger el metro para ir a cenar algo, atrás dejamos el parque y el balneario, un día inolvidable.
Nos decidimos por el Bamba Beef Burguer Bar, hamburguesa gourmet con carne del país en la plaza Deak Ferenc.


Hamburguesas hechas en el momento en el Bamba Beef Burguer Bar. Budapest.
Foto del autor.



- CRUCERO NOCTURNO POR EL DANUBIO.

Esta noche hemos contratado un crucero nocturno por el Danubio (19 euros por persona), cuando se visita la capital húngara es casi una obligación recorrer el tramo del río que separa las antiguas ciudades de Buda y Pest y si es de noche, el espectáculo es aún mayor. 


Castillo de Buda desde el Danubio, a la derecha la aguja de la torre de la iglesia de San Matías
y el puente de las Cadenas. Budapest. Foto del autor.


El barco se ve nuevo y es completamente panorámico, salvo la popa y un pequeño pasillo en la parte de arriba con algunos asientos más al aire libre. Esta cubierto por unos mamparos de plástico totalmente transparentes pero que tienen un problema, las fotos con flash reflejan en ese material y es casi imposible sacar fotos nocturnas en esas condiciones. Cada asiento tiene unos cascos con traductor simultáneo en muchos idiomas, incluido el español por supuesto. La explicación que se oye por los cascos se ajusta perfectamente al recorrido y nos explica cada monumento, puente y edificio principal que contemplamos.
El recorrido dura una hora, sale desde el muelle Nº 7 en la calle Jane Haining y nos invitan a una consumicion durante la misma. El tramo que navegamos va desde el puente Petofi hasta el puente Margarita de la isla homónima, recorremos la totalidad del casco histórico de la capital húngara. 
Primero contemplamos la mole del Palacio Real sobre la colina, pasamos por debajo del puente de las Cadenas, del puente Isabel y del puente de la Libertad.


Puente de la Libertad y hotel Gellert desde las aguas del Danubio. Budapest. Foto del autor.



Vista del puente de las Cadenas navegando por el Danubio. Budapest. Foto del autor.
Castillo de Buda desde el Danubio. Budapest. Foto del autor.

Si hay una ciudad que destaca por su iluminación es Budapest. Las vistas de los edificios en ambas orillas son una maravilla, a través de la audio-guía conoceremos sus funciones actuales y pasadas, sus años de construcción y la historia que han vivido sus piedras, tanto en Buda (al oeste) como en Pest (al este).


Vista de la fachada del Parlamento de Budapest desde el Danubio. Foto del autor.


El Parlamento de Budapest desde las aguas del Danubio. Foto del autor.




La imagen icónica de Budapest es la de su Parlamente con la iluminación nocturna
visto desde las aguas del Danubio azul...inolvidable.

Algunos de los edificios mejor iluminados son el Hotel Gellert, el castillo de Buda, el Bastión de los Pescadores, la iglesia de Matías y el maravilloso Parlamento, un edificio de cuento que es el símbolo de esta ciudad. 

Una noche mágica que evoca lo más romántico de esta capital del este de Europa, una ciudad abierta a los visitantes que desea mostrar los tesoros que alberga, su cultura y su historia, mucho más unida a nuestra propia historia de lo que podía parecer, porque debemos recordar que sus territorios y los de España una vez estuvieron unidos por la dinastía de los Habsburgo desde 1516 a 1700.

En el próximo artículo nos despediremos de esta ciudad que nos ha permitido disfrutar de un viaje inolvidable conociendo parte de un país que tiene muchos otros sitios que visitar. Estos días por Hungría nos dejan con ganas de conocer mucho más de este país, pero eso será en otra ocasión.



- Próximo post: 14.7- Budapest (y IV). Paseo y despedida.


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