martes, 13 de junio de 2017

14.1- BUDAPEST (I). CIUDADELA, PALACIO REAL Y MERCADO.

2 de junio de 2017. Viernes.
Maspalomas. Gran Canaria.

Mayo-2017.


El vuelo desde Madrid a Budapest dura aproximadamente dos horas y media. Se sobrevuela el sur de Francia, el norte de Italia, donde se observa perfectamente la costa de Venecia y una vez pasada Eslovenia se contempla la extensa llanura húngara incluyendo el espectacular lago Balatón, este tesoro natural indica que nos encontramos muy cerca de Budapest. 

Desde el aeropuerto al centro solo tenemos que coger el autobús 200E y en la última parada coger el Metro de la línea 2 para que nos deje en pleno centro de la ciudad. Es conveniente coger un bono de 10 tickets en la taquilla del aeropuerto para poder utilizar todos los transportes de la ciudad; autobús, tranvía y metro.
Nuestro hotel, el Budapest Holidays Harmony se encuentra justo al lado de la línea 3 del metro, en la parada Ferenciek tere, así que solo tuvimos que hacer un transbordo. 
Ya en nuestro alojamiento, mañana empezaremos nuestro recorrido por una de las ciudades más bellas de Europa. Lo haremos andando, que es la mejor manera de conocer una ciudad.


- BIENVENIDOS A BUDAPEST. MONTE GELLERT Y CIUDADELA.

Ha amanecido un día precioso, salimos del hotel y nos encaminamos a la plaza 15 de Marzo que tenemos a escasos 200 metros de nuestro alojamiento. Desde esa plaza cruzaremos el Puente Isabel para cruzar el Danubio y pasar a Buda, allí visitaremos la colina Gellért. En la plaza 15 de marzo se halla la iglesia Belvárosi, la más antigua de Pest (S. XII), tiene una mezcla de estilos que incluye el románico, gótico, renacentista, barroco y neoclásico. Sus cimientos se asientan en el antiguo "castrum" romano de Contra Aquincum (S. III) que se encontraba en este mismo lugar.


Puente Isabel, une la plaza 15 de Marzo en Pest con la colina Gellért en Buda. En la foto se aprecia
la colina cubierta de vegetación, a la izq. de la foto. Al fondo se perfila el Palacio
Real. Budapest. Hungría. Foto del autor.

Desde aquí se observa la impresionante y boscosa colina Gellért, al otro lado del Danubio. Tiene 235 metros de altura y desde sus laderas y su cota se observan una de las mejores vistas  sobre el Danubio y la ciudad. Debe su nombre al obispo Gerardo (Gellért) que intentó evangelizar a los antiguos húngaros magiares en el S. XI. 
Atravesamos el puente Isabel, que fue el puente colgante más largo del mundo hasta 1920. Es el tercer puente más reciente de la ciudad y lleva el nombre de la famosa emperatriz de Austría-Hungría Isabel, la famosa Sisí que adoraba esta ciudad y sus habitantes la correspondían con el mismo cariño. Se construyó de 1897 a 1903 y atraviesa la zona más estrecha del río a su paso por Budapest, 290 metros.
 Nada más atravesar el río nos encontramos con la inmensa estatua del obispo Gellért, que se erige a media altura de la colina, en su cima tras una ruta a pie por sus boscosos senderos visitaremos la Ciudadela.




La estatua de San Gerardo es
inmensa. Budapest. Hungría.
Foto de Araceli Hidalgo.
Monumento a San Gerardo en la colina
del mismo nombre, visto desde el
Puente Isabel. Budapest. Hungría.
Foto del autor.




























La estatua de San Gerardo, es monumental, dice la leyenda que en este mismo punto donde se alza, los antiguos húngaros, hartos de las prédicas del obispo lo metieron en un barril y lo arrojaron al Danubio en 1046. Lo que está claro es que consiguió convertir al cristianismo todo el territorio y ser nombrado santo patrón de Hungría.
"El camino hacía lo alto de la colina no es apto para gente que no esté en forma", esta frase la he encontrado en más de una guía y blog, pero me parece un poco exagerada. No hace falta ser un "ironman" para ascender a pie por la Gellért. Poco a poco se sube bien, nosotros hicimos parada en la estatua de San Gerardo, en sus diferentes balcones-miradores desde donde se disfruta de unas vistas privilegiadas "casi" sin turistas, en unos 20 minutos ya nos encontramos en lo alto, en plena Ciudadela. Para los que se quieran evitar la caminata solo tienen que coger el autobús Nº 27.


Hay varias sendas y caminos para subir hasta lo alto de la colina Gellért. Se tarda unos
20 minutos y se hace muy agradable, la colina esta cubierta de árboles. Desde varios
miradores se observa la maravilla del Danubio. En la foto se ve el Puente de las
Cadenas. Budapest. Hungría. Foto del autor.


En lo alto del monte Gellért se halla la Ciudadela, una fortificación con planta elíptica levantada entre 1850 y 1854 por los Habsburgo tras los levantamientos republicanos de la guerra de la independencia. Su función era claramente intimidatoria, sus más de 60 cañones podían alcanzar cualquier punto de la ciudad. En la actualidad, la fortificación se utiliza como observatorio y alberga un complejo hostelero. En lo alto del monte se disfruta de una de las vistas más impresionantes sobre la ciudad en 360º y por supuesto sobre el río Danubio. Una maravilla que no podéis dejar de visitar. Además si tenéis ganas de disparar un auténtico arco compuesto, podéis hacerlo, yo no dude un segundo, había leído tanto sobre esa mítica arma, que me resultó irresistible. Gracias a ella, los mongoles casi se hacen con toda Europa, si no llega a ser por sus propias disensiones internas. Una historia apasionante que en muchos aspectos, se dirimió en estas llanuras húngaras.


El tiro con arco compuesto es más complicado de lo que parece. Imaginad como sería,
además, lanzado a galope tendido, apuntando hacía atrás y manejando el
cabalo con las rodillas. Se decía que los mongoles nacían sobre una
silla de montar. Budapest. Hungría. Foto de Araceli Hidalgo.



Vista desde lo alto del monte Gellért, en la Ciudadela. Se observa el puente colgante
Isabel, por el que hemos cruzado desde Pest. Y más al fondo el Puente de las Cadenas
que visitaremos también hoy. Budapest a nuestros pies. Hungría. Foto del autor.


Desde lo alto de la Ciudadela tenemos toda la ciudad a nuestros pies. No solo podemos contemplar
la parte este si no la oeste también. Budapest. Hungría. Foto de Araceli Hidalgo.

En el extremo del monte Gellert que se asoma al Danubio, se encuentra uno de los mejores miradores para disfrutar de las vistas sobre el Danubio, justo donde se alza el monumento a la Liberación, otro de los símbolos de la ciudad. Este monumento se distingue desde numerosos puntos de Pest y honra la memoria de los soldados soviéticos que derrotaron a los nazis en la batalla de Budapest en 1945.


Desde el extremo norte del monte Gellért las vistas sobre el Palacio Real, donde resalta su cúpula,
el Puente de las Cadenas y la isla Margarita con su parque arbolado son preciosas.
Budapest. Hungría. Foto del autor.




- PALACIO REAL DE BUDAPEST.

Desde el monte Gellert callejeamos un poco para acercarnos al Palacio Real, para subir a lo alto de sus 170 metros se puede hacer de varias formas, nosotros lo hicimos a pie subiendo por los Peldaños Reales. También se puede llegar en autobús desde Buda utilizando el autobús urbano 16 o 16A, o desde Pest utilizando las mismas líneas. En funicular desde Clark Adam ter junto al famoso Puente de las Cadenas, o en Metro cogiendo el Nº2 bajándonos en la estación Moszkva tér, desde aquí tenemos 10 minutos hasta la Puerta de Viena.


Peldaños Reales que nos llevan a la zona gótica del antiguo Castillo de Buda, actual
Palacio Real. Budapest. Hungría. Foto del autor.


Aunque en el S. XIII ya existía una fortaleza levantada por Bela IV para proteger Buda de los mongoles, fue con Segismundo de Luxemburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, cuando en 1400 se levantó en el sur de la colina un palacio gótico. A este palacio se le añadieron aposentos, cuarteles, iglesias, conventos y jardines que serían la base arquitectónica del castillo que hoy se contempla. Tras las destrucciones a manos de los turcos y los cristianos que reconquistaron Buda, los Habsburgo mandaron construir en 1719 un pequeño castillo barroco en el mismo emplazamiento.





Vista del boscoso monte Gellért desde el Castillo de Buda. Se aprecia perfectamente el
monumento a la Liberación y el puente Isabel. Budapest. Hungría. Foto del autor.

En 1749 María Teresa de Austría construye un gran palacio de 203 estancias que es, básicamente, y tras dos destrucciones (la revolución de 1849 y la batalla de Budapest de 1945) el que vemos en la actualidad.
Las ampliaciones culminaron a finales del S. XIX al dotarle de aposentos reales para que Francisco José I y Sisí lo habitasen en sus visitas. En 1945 los soviéticos alcanzaron la capital húngara y es en este Castillo de Buda donde los últimos nazis les resistieron, el resultado fue la total destrucción del palacio.
Ascendemos por los Peldaños Reales, desde su pequeño jardín subimos por unas escaleras mecánicas que nos dejan junto a un ascensor que nos lleva al lado gótico del antiguo castillo de Buda. Antes de pasear por las murallas y disfrutar de las mejores vistas sobre Budapest y el Danubio podemos disfrutar del patio del castillo, con sus jardines, murallas góticas y los restos medievales de la antigua fortaleza.


El patio y los jardines del antiguo castillo gótico de Buda invitan a pasear y relajarse.
Budapest. Hungría. Foto del autor.


Nos encontramos ahora en el paseo de ronda de las murallas del palacio, aquí las vistas sobre el río son preciosas. Pero realmente, donde vamos a darle al botón de la cámara sin parar, es unos cien metros más adelante, en el mirador de la entrada al palacio. Desde aquí disfrutaremos de las mejores vistas, a mi parecer, de toda Budapest.


Espectaculares vistas desde el camino de ronda de las murallas del Palacio Real
de Budapest. Observamos desde aquí el Puente de las Cadenas y, al fondo,
la cúpula del Parlamento y el pequeño bosque de la isla Margarita.
Hungría. Foto del autor.


 
Desde la muralla del Palacio Real se observan las bellezas de Budapest. La capital
húngara se muestra ante nosotros y las cámaras echan humo. Hungría.
Foto del autor.



Vistas desde el mirador del Palacio Real, el mejor lugar para disfrutar de las
maravillas que jalonan el Danubio. Budapest. Hungría. Foto del autor.


Puerta principal del Palacio Real. Desde este mirador se tienen las mejores vistas sobre
Budapest y el Danubio. Todo ello presidido por la estatua de Eugenio de Saboya.
Hungría. Foto del autor.

Este mirador lo preside la estatua (obra de 1900) del príncipe Eugenio de Saboya (1663-1736), uno de los generales más  brillantes que sirvieron a Austria durante las guerras en las que fueron expulsados los turcos otomanos de los territorios austríacos, húngaros y serbios a finales del S. XVII. De hecho, esta estatua conmemora la victoria sobre los turcos en la batalla de Zenta (1697), que significó el principio del fin de los otomanos en esta región de Europa.
Este lugar tiene un encanto muy especial, yo lo llamaría "el balcón de Budapest", un lugar imprescindible en cualquier Escapada a la capital húngara.


Café con encanto en la plaza del mirador
del Palacio Real de Budapest.
Hungría. Foto del autor.


En la pequeña plaza del mirador tenemos la entrada principal al Palacio Real, desde aquí accedemos a la Galería Nacional Húngara y a la Biblioteca Nacional Széchenyi.
La Galería Nacional ocupa una gran parte del palacio, y ofrece una exhaustiva panorámica del arte húngaro desde la Edad Media hasta la primera mitad del S. XX.
La Biblioteca Nacional, es la más importante del país. Sus casi cinco millones de volúmenes incluyen todo lo publicado en Hungría sobre el país magiar.
Mirando hacía la fachada del Palacio, a mano derecha sale un pequeño pasadizo que nos conducirá a los dos patios interiores. El patio Oroszlános alberga la fuente del rey Matías, obra maestra de A. Strobt (1904) y la más famosa de la ciudad. Dicen que es la fuente en la que se debe tirar una moneda si queremos regresar, pero cuando la vimos estaba sin agua, lo que seguramente la deslucía y por ello, nadie tiraba monedas.


Patio Oroszlános, en primer plano la fuente del rey Matías Corvino. A su derecha
el arco de Los Leones que nos lleva al segundo patio del Palacio Real de
Budapest. Hungría. Foto del autor.


Para acceder al segundo patio hay que pasar bajo un arco de piedra custodiado por cuatro leones esculpidos en 1901. En este patio nos encontramos con el Museo de Historia de Budapest, y como no podía ser de otra manera, un servidor ya se relamía encaminando sus pasos hacía allí...pero ohhh decepción. 
Nos encontramos con un museo que utiliza una metodología expositiva muy anclada en el pasado, con una colección pobre y lo peor...casi todos los paneles explicativos escritos solo en húngaro. Una decepción. Un museo que tendría mucho que ofrecer se convierte en un museo prescindible.
 Volvemos por el patio Oroszlános para ir al lado norte del palacio, allí nos encontramos con un peculiar edificio que nos llama la atención porque está vigilado por soldados del ejército húngaro en garitas decimonónicas. El edificio en cuestión es el Palacio Sándor, una majestuosa mansión neoclásica que se alza junto al funicular en este lado del Palacio Real. La mansión la mandó levantar el conde Sándor en 1806. Desde 1867 a 1944 fue la residencia oficial del primer ministro, ahora es la del presidente de la República.



El autor ante el Palacio Sándor,
residencia oficial del Presidente
de la República de Hungría.
Budapest. Foto de
Araceli Hidalgo.
Funicular del Palacio Real.
Su entrada se encuentra al

lado del Puente de las Cadenas
en el lado de Buda. Budapest.
Hungría. Foto del autor.




























Junto a esta residencia oficial tenemos el Funicular del Castillo, inaugurado en 1870, fue el segundo que se construyo en Europa y el único medio de transporte hasta el castillo de Buda hasta 1928. Durante la IIª G.M. fue completamente destruido, este que contemplamos es la fiel reconstrucción del original, se abrió de nuevo al público en 1986.
Junto la funicular nos encontramos con la escultura en bronce del Pájaro Turul, el ave mitológica que, según la leyenda, guió a Arpad, primer rey de los magiares por Europa, hasta llegar a las llanuras húngaras. La escultura se erigió en 1896 para conmemorar el milenario de la conquista magiar. Junto a la estatua nos encontramos con una portada ornamental de 1903 que conduce desde la escalinata de los Habsburgo hasta el Palacio Real. En la actualidad hay un restaurante con unas vistas espectaculares sobre el Danubio, Pest y el Puente de las Cadenas.


Vista del Puente de las Cadenas sobre el Danubio desde el patio de la estatua
del pájaro Turul, junto al funicular del Palacio Real. Budapest. Hungría.
Foto del autor.



Palacio Real de Budapest. Se ve en primer término la estatua del pájaro Turul, mítica
ave de las leyendas húngaras. El quiosco acristalado de la derecha es
donde llega el funicular desde la ribera del Danubio. Foto del autor.



Funicular del Palacio Real. Al fondo se ve el Puente de las
Cadenas y al otro lado del Danubio, en la plaza Roosevelt
se aprecia el Palacio Gresham. Budapest. Hungría.
Foto del autor.

Tras disfrutar del Palacio Real callejeamos para bajar a la ribera del Danubio, vamos a cruzar el Puente de las Cadenas, el más famoso de la ciudad. Ya en Pest, en el otro lado del río, cogeremos el tranvía que nos llevara al Mercado Central de Budapest. El más grande y famoso de la ciudad...y del país.
El puente mide 380 metros de longitud y fue el primero que unió las orillas del Danubio en la capital húngara. Fue una obra de ingeniería pionera en su época (1830-1849). Su construcción estuvo a punto no de finalizarse ya que coincidió con el levantamiento de 1848 contra los austríacos, siendo el propio ingeniero escocés Adam Clark quién lo salvó. Noventa y seis años más tarde, durante la retirada nazi el puente fue destruido para ser reedificado de nuevo en 1949.


Puente de las Cadenas desde el lado de Buda. Uno de los iconos de la capital
húngara. Budapest. Hungría. Foto del autor.



Vista del Palacio real desde el Puente de las Cadenas. Se aprecia la estatua del
pájaro Turul y la subida del funicular. Budapest. Hungría. Foto del autor.

Los leones que flanquean el extremo este del puente son también el mejor lugar para observar la imponente fachada del Palacio Gresham, en la plaza  Roosevelt. Nos encontramos ya en Pest y cogemos el tranvía Nº 2 que nos dejará a escasos 50 metros del Mercado Central.



- EL MERCADO CENTRAL DE BUDAPEST.

Una de las experiencias que no hay que perderse en Budapest es coger un tranvía de los que van paralelos al río y disfrutar de un paseo contemplando todas las maravillas que abundan en ambas orillas del Danubio. Nos montamos en varias ocasiones, y he de decir que, aunque nosotros "ticamos" el billete religiosamente "casi siempre", nos fijamos que la mayoría de los habitantes de Budapest no lo hacían...eso no quita que recomendemos hacerlo, ya que en cualquier momento puede subir un revisor, te solicite el billete y ademas de sacarte los colores te saque unos cuantos euros del bolsillo.
El tranvía Nº2 circula por el lado de Pest pasando por el Puente de las Cadenas y recorre un trayecto encantador paralelo al río, nosotros nos bajamos junto al Puente de la Libertad, a escasos 50 metros del Mercado Central.


Vista del Puente de la Libertad desde la entrada la acera del Mercado Central. El puente
es uno de los más bellos de Europa. Comparable al de Las Cadenas. Budapest.
Hungría. Foto del autor.


El Puente de la Libertad se inauguró en 1896 con el nombre de puente de Francisco José I, en honor al emperador de Austria que asistió a su inauguración. Se tardó dos años en su construcción y tiene 333 metros de largo.
Desde el puente se ve un edificio de ladrillo y acero con dos torres cubiertas con tejas multicolores, es el Mercado Central. Es uno de los lugares más visitados de la ciudad y una cita ineludible para conocer mucho del modo de vida y el saber gastronómico del país magiar.


Fachada del Mercado Central de Budapest. Hungría. Foto del autor.





El autor con una mujer
ataviada con el traje
típico húngaro a la entrada
del Mercado Central. Budapest.
Foto de Araceli Hidalgo.
Mercado Central de Budapest. En
estos días promocionaban los
productos de Indonesia.
Hungría. Foto del autor.




























Es muy recomendable invertir un par de horas para pasear entre sus puestos antes de decidir que producto típico húngaro vamos a comprar. Este mercado de abastos es el mercado cubierto más grande de Hungría, fue concebido en 1896 para la exposición milenaria y restaurado cien años más tarde. El entramado de vigas de hierro que conforman su interior es maravilloso, consta de dos pisos que hacen del edificio un espacio completamente diáfano. 


Mercado Central de Budapest. Se aprecia perfectamente el entramado de vigas
de hierro y las dos alturas del espacio. Hungría. Foto del autor.


Piso superior del Mercado Central, aquí empiezan los puestos de comida para llevar
o comer en las estrechas mesas que jalonan el pasillo del mercado.
Budapest. Hungría. Foto del autor.


En la planta inferior se distribuyen los puestos dedicados a los mejores productos gastronómicos de Hungría, veremos la famosa paprika, tanto dulce como picante, las ristras de salchichas, especias, quesos ahumados, el salami y las frutas y verduras que llenan de color cada rincón de este mercado.
En la planta superior se agrupan los puestos de artesanía, bordados y cerámica, además de los puestos de comida rápida típicamente húngara que probamos y nos sorprendió por su calidad y variedad.


Platos de comida rápida húngara en el Mercado Central de Budapest. Hungría. Foto del autor.



Probamos el típico Langos húngaro; una masa frita de pan a base de levadura
fresca y harina, normalmente se sirven con crema agria y queso rayado pero
en estos puestos tienen una gran variedad de productos para que elijas. El Langos
de la foto es el que se "pimpló" un servidor, riquísimo. Budapest. Hungría.
Foto del autor.


Tras dar una vuelta por los puestos del piso inferior subimos a comer algo a ver que sorpresas nos deparaba la gastronomía rápida húngara, y a fe que nos sorprendió realmente, no pudimos resistirnos a comer allí.

Tras salir del Mercado Central nos encaminamos por la artería peatonal más comercial y famosa del centro de la ciudad, la calle Váci (Váci utca). Dicha calle nace justo en la plaza Fovám ter, donde se encuentra el Mercado Central y termina en la plaza Vörösmarty. La plaza Fovám ter tiene mucho ambiente, música en directo, grupos de jóvenes autóctonos y turistas que conversan en las terrazas de sus cafeterías, adolescentes sentados en los bancos del parque y gente que viene y va desde el mercado cargados de bolsas.
La calle Váci era la vía que llevaba a una de las puertas de la ciudad, en lo que hoy es la Plaza Vörösmarty, la construcción de Váci utca como calle propiamente dicha comenzó en el S. XVIII y algunas de sus mansiones datan de esa época. El edificio más antiguo es de 1805 y se encuentra en el número 13.  La calle Váci está animada tanto de día como de noche. Cuenta con gran número de restaurantes, heladerías, tiendas de las firmas más exclusivas, locales de souvenirs, cafeterías con encanto...
Está dirigida principalmente al mercado turístico. 

Ya se va acabando el día, hemos disfrutado del primer contacto con la capital de Hungría y nada como pasarnos por el café Nueva York para poner la guinda perfecta a un día lleno de maravillas arquitectónicas, gastronómicas y monumentales.
El Café Nueva York forma parte de la historia de Budapest y de la vida literaria húngara. Aunque la mayor parte de la gente que entra no se da cuenta, en la actualidad el café pertenece al hotel Boscolo que ocupa el edificio contiguo.


Edificio del hotel Boscolo, en el lado izq. se ve la entrada al café Nueva York.
Budapest. Hungría. Foto del autor.
A punto de entrar en el New York café de Budapest. Toda una experiencia.
Hungría. Foto del autor.


Sin lugar a dudas el New York café de Budapest es la cafetería más hermosa del mundo, y no solo lo digo yo, siempre entra en el "top one" de las listas de locales más elegantes. Se sitúa en el edificio que construyó una aseguradora americana en 1894 y del que toma su nombre.
El período de mayor esplendor del New York fueron los años de entre guerras (1918-1939), en el que Budapest era posiblemente el centro cultural más importante de toda la Europa central. En el período comunista cayó en el más oscuro ostracismo en el que se vio envuelto todo el país, degradándose hasta tal punto que tuvo que ser cerrado durante algunos años, en el 2001 volvió a abrir mostrando toda su belleza original.
Es probablemente el lugar más caro del país para tomar café pero merece la pena. Si existe una cafetería en el mundo donde se merezca pagar casi 5 euros por un café, y casi 6 por un chocolate con nata, sin duda, es en esta. El servicio es muy amable y sus platos son una delicia, dan desayunos y tienen menús para comer y cenar. 


El café Nueva York es el más bonito del mundo. Una delicia tomarse un
tiempo para disfrutar de él. Budapest. Hungría. Foto del autor.



El Nueva York café en Budapest, una visita obligada en la capital de Hungría.
Foto del autor.

Nosotros nos conformamos con tomar un café y un chocolate con nata, y no es por exagerar, pero han sido de los más ricos que he probado en mi vida. Toda una experiencia disfrutar de un delicioso chocolate caliente, después de haber recorrido parte de las maravillas de esta ciudad, mientras observas con asombro el techo adornado con los hermosos frescos de Gusztav Mannheimer y Ferenc Eisenhut de mitad del S. XIX. La belleza del local se acrecienta bajo la luz suave de las suntuosas arañas venecianas que se reflejan en los estucos dorados de las columnas salomónicas, un pequeño placer húngaro.


Nuestra consumición en el New York café. De los mejores chocolates con nata
y cafés que hemos probado nunca. 100% recomendable. Budapest. Hungría.
Foto del autor.


La sensación que transmite el local es el de la cantidad de historia que ha pasado por aquí. Te imaginas que estas en un palacio versallesco tomando café en medio de la nobleza austro-húngara o compartiendo tertulia con los mejores pensadores y literatos húngaros del S. XX. Esta es su página web por si tenéis curiosidad: http://budapest.boscolohotels.com/es/restaurantes-budapest/new-york-cafe 


Hemos empezado a conocer Budapest, mañana nos desplazamos a Viena en tren, pasaremos allí un par de noches para conocer la antigua capital imperial y disfrutar de sus avenidas, palacios, cafés, museos y jardines. 

Pero volveremos a Budapest para los últimos días de esta Escapada, aún nos quedan por ver muchas cosas de la capital de Hungría.

¡¡¡¡Viena...allá vamos!!!!



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