lunes, 23 de marzo de 2015

6.4- Roma. Panteón de Agripa, Castillo Sant´Angelo y Plaza del Vaticano.

Miércoles, 20 de Junio de 2012, 2ª parte.
Roma. Italia.


Desde la Piazza Navonna al Palazzo Braschi hay escasos 200 metros, en él se ubica el Museo de la ciudad de Roma abierto en 1952. Este espectacular palacio barroco estuvo cerrado durante años, ahora alberga una gran cantidad de retratos de papas, fotografías, esbozos, vestidos y muebles. La colección pictórica incluye algunas interesantes representaciones de Roma antes de que sufriera su mayor transformación arquitectónica en el S. XVII.
Además se encuentra en exposición temporal el maravilloso lienzo de Caravaggio: "La resurrezione di Lazzaro", la Resurrección de Lázaro.


Palacio Braschi, sede del Museo de Roma. Foto del autor.


Techos del Palazzo Braschi, Museo de Roma. Foto del autor.


El autor ante las espectaculares estatuas de Jesús y san Juan Bautista en
la entrada del Palazzo Braschi, Museo de Roma.

La plaza del Campo dei Fiori fue construida en 1456 por encargo del Papa Calixto III, donde antes se ubicaba un campo de flores. Tras la remodelación de la zona y la construcción de varios edificios importantes, como el Palacio Orsini, la plaza se convirtió en un lugar muy frecuentado por las personalidades más importantes de la época. El lugar se convirtió en un lugar muy próspero repleto de talleres artesanos y albergues, aquí se montaba un mercado de caballos dos veces por semana.
En la plaza también se celebraban las ejecuciones públicas. La impresionante estatua del filósofo Giordano Bruno situada en su centro nos recuerda que aquí lo quemaron en el año 1600. Su estatua es de 1889.


Estatua de Giordano Bruno en Campo dei Fiori. Roma.
Balcón con encanto. Roma. Foto del autor.

En la actualidad Campo di Fiori es uno de los lugares más populares de la capital. Todas las mañanas, de lunes a sábado, se monta un mercadillo donde se venden alimentos, flores y los más diversos productos.

- PANTEÓN DE AGRIPA.

Me dirijo ahora a la Piazza della Rotonda, allí me está esperando desde hace casi dos mil años, el impresionante Panteón de Agrippa. Este majestuoso edificio ha mantenido su silueta casi inalterada tras resistir los usos y costumbres de la humanidad en casi dos milenios. Es el edificio de la antigua Roma que se encuentra en mejor estado de conservación y para mi humilde opinión, uno de esos monumentos que pese a todos los adelantos de la actualidad sería casi imposible construirlo igual.


Siempre hay mucho ambiente en la plaza del Panteón de Agripa. Roma. Foto del autor.

Dedicado a "todos los dioses", recibe su nombre de las palabras griegas pan (todos) y theos (dios). Se levanta sobre el mismo emplazamiento en el que el general Marco Agripa, yerno de Augusto y uno de sus mejores amigos, construyó el templo original en el 27 a.C.


Panorámica del interior del Panteón de Agripa. Roma.

 Agripa fue el mejor general de Augusto y a quién tuvo que mandar como último y letal recurso a Hispania para terminar por fin con la guerra que dio más quebraderos de cabeza al emperador y sus legiones: la guerra en Cantabria. Agripa tuvo que diezmar (mandó ejecutar por sus propios compañeros a uno de cada diez legionarios) las legiones que se negaban a seguir combatiendo en el infierno de guerrillas de las montañas de Cantabria. Tras devolver la disciplina a sus tropas, las mandó a una guerra de exterminio que acabó con la crucifixión de los últimos resistentes cántabros. Fue una guerra tan dura, que el experimentado general romano se negó a celebrar el Triunfo que le ofreció Augusto en Roma.


Estela de San Vicente de Toranzo (S. I d.C.) representa un jinete cántabro con sus venablos.
Hallada en el castro de la Espina del Gallego.
Museo  de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC). Santander.
Foto del autor.

Aunque fue el emperador Adriano el que mandó construir el actual Panteón, entre los años 118 y 125 d.C., dejó el nombre de Agripa en la inscripción de la fachada.
Está decorado con columnas corintias y un frontón triangular. La altura y el diámetro interior alcanzan 43,3 m, y la extraordinaria cúpula, una semiesfera perfecta, tiene la bóveda más grande jamás construida, esta considerada todavía como el mayor logro de la arquitectura de la Roma clásica. Solo por contemplar esta maravilla merece la pena viajar a la Ciudad Eterna. 


El óculo de la bóveda del Panteón por donde entra la luz del sol.
Roma. Foto del autor.


Visión panorámica del interior del Panteón. Roma.

Una abertura de 9 metros en la bóveda, el óculo, permite la entrada de luz, además de representar la unión simbólica entre el templo y los dioses. Las paredes de ladrillo estaban antiguamente recubiertas de paneles de mármol. Las extraordinarias puertas de bronce, son las originales.


Las puertas de bronce del Panteón desde dentro. Roma. Foto del autor.

Entre los personajes que reposan aquí, están el primer rey italiano Víctor Manuel II y el artista Rafael.
El escritor francés Stendhal dijo: nadie puede permanecer impasible al ver el interior de este magnífico edificio cuya gran cúpula crea una indecible sensación de sublimidad. Monsieur Stendhal tenía toda la razón.


- CASTELL SANT´ANGELO.

Bordeando el Tíber me acerco al impresionante perfil que se dibuja en el horizonte, la fortaleza Sant´Angelo. Para llegar al otro lado cruzo por el puente del mismo nombre.


Castillo del Santo Ángel desde el otro lado del Tíber. Roma. Foto del autor.

El Ponte Sant´Angelo se erigió por orden del emperador Adriano en el año 136. Este se derrumbó en el 1450 y fue reconstruido conservando sus tres arcos centrales de la estructura original. En el S. XVII Bernini añadió la balaustrada y las figuras de 10 ángeles que portan los instrumentos del martirio de Cristo. Es el puente más bello de Roma. 
El castillo fue construido originariamente como mausoleo por el emperador Adriano en el S. II d.C. Este característico edificio circular fue transformado en un fuerte por los papas en el S. VI y durante años se utilizó como fortaleza, prisión y refugio papal. El edificio en la actualidad alberga el Museo Nacional del Castel Sant´Angelo y se divide en tres zonas principales: el castillo, el mausoleo de Adriano y los apartamentos papales. La entrada cuesta 8 euros, 3,50 la reducida con la Roma Pass.
Fue bautizado como Castillo San Ángel tras una visión que tuvo el papa Gregorio I Magno en el año 590 cuando divisó un ángel en la cima del monumento envainando su espada. Este gesto significaba el fin de la epidemia de peste que asolaba la ciudad.


Castillo del Santo Ángel, su figura envainando la espada preside el majestuoso edificio. Roma.
Foto del autor.
La espectacular pasarela de piedra que conduce a las estancias nobles del Castell Sant´Angelo.
Llamada rampa de Alejandro VI. Roma.
Corte esquemático del Castell Sant´Angelo. Se aprecia perfectamente
la rampa de Alejandro VI, una trampa mortal para cualquier
asaltante. Roma.


El autor por el camino de ronda de las estancias nobles
del Castell Sant´Angelo. Roma.

A partir de 1227, la fortaleza quedo unida a los Palacios Vaticanos por un muro y un pasaje, usado con frecuencia por los papas para escapar cuando se avecinaba algún peligro. Como ocurrió durante el "Saco" de Roma por las tropas del emperador español Carlos V en 1527.


Espada de cazoleta y una curiosa espada-pistola. Museo del Castell Sant´Angelo. Roma.
Foto del autor.

Ya en el interior de la fortaleza se puede observar la cantidad de elementos arquitectónicos de origen romano que se hallan integrados en el edificio. La impresionante rampa de Alejandro VI que conduce a su interior, el museo con armas de época, los salones renacentistas con frescos y techos pintados y las vistas que se disfrutan desde el camino de ronda de las murallas. Sobre todo desde su parte más elevada, a los pies del impresionante ángel que envaina su espada se tiene una vista maravillosa de Roma, el Tíber y el Vaticano. La visita al Castell Sant´Angelo es ineludible en una visita a Roma.


Vista del Vaticano desde el Castel Sant´Angelo. Roma. Foto del autor.



- PLAZA SAN PEDRO DEL VATICANO.

Desde el castillo de Sant´Angelo, tenemos un paseo de diez minutos hasta el Vaticano, entramos en el país más pequeño del mundo, oficialmente llamado: Estado de la Ciudad del Vaticano.
Su extensión es de 0,44 Km2, 44 hectáreas, tiene 900 habitantes y el el único país que conserva como lengua oficial el latín. La basílica y la Plaza de San Pedro ocupan un 20% de su territorio. La Ciudad del Vaticano comenzó su existencia en 1929 tras las firmas de los Pactos de Letrán entre la Santa Sede y el entonces Reino de Italia que en 1870 había conquistado los Estados Pontificios.


El Estado del Vaticano visto desde el Castell Sant´Angelo. Roma. Foto del autor.



Entrando en el Estado de la Ciudad del Vaticano, lugar típico para las fotos de la boda.
Roma. Foto del autor.

La máxima autoridad del Vaticano y jefe del Estado es el sumo pontífice, por lo que puede considerarse la única teocracia de Europa.
El conjunto arquitectónico e histórico-artístico que conforma la Ciudad del Vaticano fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984.
Para cualquier viajero, sea ateo o creyente, entrar en la Piazza San Pietro por primera vez y admirar sus dimensiones es algo que impresiona.
La Plaza de San Pedro es una obra maestra, fue proyectada por Bernini a finales del S. XVII como lugar de congregación para los cristianos de todo el mundo.
La inmensa plaza esta enmarcada por dos columnatas semicirculares, cada una de las cuales está compuesta por cuatro filas de columnas dóricas (en total son 284), y está custodiada por las estatuas de 140 santos.


Fachada de la Basílica de San Pedro. Roma. Foto del autor.



Plaza San Pedro del Vaticano. Roma.

En el centro se encuentra un obelisco traído por Calígula desde Heliópolis, en Egipto.
Dejaré para otro día la casi obligada visita a la basílica del Vaticano y sus museos. Por si solos se merecen toda una jornada de mi viaje.

Ya va anocheciendo. Tras la caminata del día estoy deseando llegar al hotel para ducharme e ir a cenar una auténtica pizza romana. En las cercanías de Vía Freggene donde me alojo hay una calle, vía Amiterno, donde se ubican varios restaurantes. El elegido fue una auténtica pizzería romana, la Vesi, fundada en 1921. Sus pizzas artesanas son una autentica delicia, un viaje al elíseo de los placeres gastronómicos. Y a un precio de ciudadano romano, no de turista americano. 


El autor ante su pizza Vesi. Una delicia. Roma.


Mañana, más Roma.

Próximo post: 6.5- Roma. Catacumbas, Santa María Maggiore, Isla Tiberina y más.

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