miércoles, 13 de mayo de 2020

16.10- EDIMBURGO (III). CASTILLO Y ROYAL MILE (I).

 Maspalomas. Gran Canaria.


Septiembre de 2019. Edimburgo. Escocia.


Penúltimo día de nuestra Escapada a Escocia 2019. Ya vamos acabando este periplo que para ambos significaba cumplir un sueño de infancia. En este viaje hemos rememorado esas lecturas infantiles que nos dejaban con la boca abierta, desde "Quentin Durward" de Sir Walter Scott con sus valerosos highlanders hasta la más moderna y hollywoodense "Braveheart" que nos contaba la historia del mítico William Wallace, imprescindible conocer su historia antes de embarcarse en un viaje a Escocia.

Despertamos hoy con los cielos casi despejados. Desde la habitación de nuestro hotel contemplamos una maravillosa y amplia vista sobre la ciudad nueva y el estuario del río Forth. Nos alojamos en el 28 York Place Hotel, en la calle homónima del barrio de New Town. Al estar sobre una colina nuestra mirada supera los tejados de los edificios colindantes y nos permite observar la cinta azul del río. 


Vista sobre la zona norte de la New Town y el  estuario del río Forth desde la habitación
del 28 York Place Hotel. Edimburgo. Foto del autor.
  
Salimos de nuestro hotel y nos encaminamos a Princes street, tras desayunar en el Greggs de Rose street, nos dirigimos a cruzar el puente sobre la estación Waverley para subir por la calle Market hacía la colina del castillo.
Aquí nos sorprende el majestuoso edificio del New College perteneciente a la Universidad de Edimburgo. El edificio abrió sus puertas como centro de estudios teológicos presbiterianos de la Iglesia de Escocia en 1846.

Antes de llegar contemplamos la estatua a los caídos en combate del Regimiento Black Watch que lucharon en la guerra de Sudáfrica o Segunda Guerra Anglo-Boer (1899-1902), contra los Boers, los colonos holandeses que habitaban en Sudáfrica. 


Monumento a los Black Watch en la rotonda
de Market Street. Edimburgo.
Foto del autor.
Monumento a los soldados del
imperio británico que cayeron
frente a los Boers en la 2ª Guerra
Anglo-Boer. Edimburgo. Foto del autor.





























Edificio del New College de la Universidad de Edimburgo. Aquí imparten estudios teológicos
protestantes unos 40 profesores a 300 alumnos. Edimburgo. Foto del autor.




- EL CASTILLO DE EDIMBURGO. UN POCO DE HISTORIA.


Tras pasar por el imponente edificio del New College subimos por la estrecha y empinada Ramsay Lane y ya nos encontramos en el tramo final de la Royal Mile. La calle Castlehill (no podía llamarse de otra forma) nos lleva al lugar más antiguo de todo Edimburgo, la colina del castillo, la centenaria fortaleza sigue vigilando el devenir de los tiempos en estas tierras.

Los oscuros riscos de Castle Rock, se alzan por encima de la capital escocesa. Esta posición estratégica es la razón de ser de Edimburgo ya que, su colina rocosa, era la que brindaba la mejor defensa en la ruta invasora que iba de Inglaterra a Escocia central. Ya en tiempos tan remotos como la antigua Roma, los pictos y los anglos sabían de su potencial.

La última actividad militar en el castillo se dió en 1745 durante la guerra de los jacobitas contra la corona británica, el último canto del cisne bélico del pueblo escocés. La batalla de Culloden, ocurrida en Inverness en 1746, significó la derrota definitiva de los escoceses. Desde entonces hasta la década de 1920, el castillo capitalino fue la principal base del ejército británico en Escocia. Hoy es la atracción más popular y conocida de toda la nación.


Durante la rebelión jacobita de 1745, los soldados ingleses que ocupaban el castillo
de Edimburgo dispararon sus cañones sobre la ciudad para amedrentar a los posibles
partidarios de la independencia de Escocia. Lámina expuesta en el patio del castillo
de Edimburgo. Foto del autor.


La historia del castillo de Edimburgo es la historia de la nación, como ya me extendí sobre ello en un artículo anterior intentaré ser lo más breve posible.
Ya contamos que en época tan temprana como el I d.C. los romanos tenían conocimiento de un castro fortificado en esta colina. Los celtas que habitaban la región eran conscientes, desde hacía siglos, de las capacidades defensivas de esta elevación rocosa, cortada a pico, que se erigía cerca de la ruta principal hacia el norte del país.
Su nombre original en gaélico, Dunedin, deriva de Eidyn´s Fort, nombre dado por las tribus celtas. Los invasores de Northumbria anglicanizaron su nombre llamándola Edinburgh.
Durante siglos, los reyes escoceses entre incursión e incursión inglesa intentaban establecer su autoridad sobre la fortaleza más importante del país. En el S. XII, la ciudad, que abarcaría lo que hoy es la Royal Mile, ya disponía de moneda propia.
En el S. XIV el monarca escocés Robert the Bruce la dotó de un fuero especial y permitió que se anexionara el puerto de Leith.


Año 1314, hombres del rey Robert the Bruce escalan las rocas del castillo de Edimburgo
sorprendiendo a las fuerzas inglesas y lo toman. Durante las guerras de independencia en esta
turbulenta época, el castillo cambio de manos unas cuantas veces. Lámina expuesta en el patio
del castillo de Edimburgo. Foto del autor.


En 1707 la condición de capital de Escocia le fue arrebatada por la Act of Unión que selló su incorporación a Inglaterra. En la última guerra de independencia, el levantamiento jacobita de 1745, los cañones de la fortaleza tronaron por última vez. Desde entonces el castillo ha permanecido en paz y es el símbolo indiscutible de la capital escocesa.


- UNA VISITA AL CASTILLO DE EDIMBURGO.

Nada más subir por la Royal Mile, lo primero que vemos del complejo fortificado es la explanada del castillo, Esplanade. Esta explanada es plaza de armas desde 1820 y tiene unas vistas preciosas de la ciudad, hacia el sur Pentland Hills y por el norte los jardines de Princes Street. Aquí se celebra, en agosto, el Military Tattoo. Este espectáculo no tiene parangón en el mundo, contemplaremos a los regimientos escoceses desfilar con sus gaitas y tambores junto a los iluminados fosos del castillo. Dicen los que han asistido que es una experiencia inolvidable. Todas las entradas, hasta 200.000, se agotan enseguida. En los últimos años, la celebración incluye camellos y elefantes, además de artistas de todo tipo que animan la ceremonia. Para entrar al castillo deberemos atravesar la Entrance Gateway que data de 1888, flanqueada por las estatuas de Roberto I de Escocia y William Wallace. Sobre la puerta luce el estandarte real de Escocia, un león rampante rojo sobre campo dorado, y el lema real en latín, Nemo me impune lacessit (nadie me ofende impunemente).


La Entrance Gateway del castillo de Edimburgo desde la explanada. Empieza nuestra visita
al monumento más popular de Escocia. Foto del autor.


La entrada al castillo está guardada por sus dos caudillos más
famosos, Robert the Bruce y William Wallace. Edimburgo.
Foto de Araceli Hidalgo.


Maravillosas vistas desde la explanada del castillo de Edimburgo.
Contemplamos los jardines homónimos, la estación de trenes Waverley y
la New Town. Edimburgo. Foto del autor.


Tras cruzar la entrada nos encontramos con una callejuela empedrada que cruza la Portcullis Gate (puerta con rastrillo), del S. XVI coronada por la Argyle Tower, del S. XIX.


Portcullis Gate, la puerta del rastrillo del castillo de Edimburgo.
Foto del autor.



Desde la cola de las taquillas podemos observar la Portcullis Gate y la Argyle Tower. No olvidéis
que para no hacer cola es mucho más práctico llevar las entradas compradas en internet.
www.edimburghcastle.scot. Edimburgo. Foto del autor.
A nuestra derecha la batería de cañones Mills Mount. Al fondo el One O´Clock Gun.
Castillo de Edimburgo. Foto del autor.
Vista de la ciudad desde la batería Mills Mount. Castillo de Edimburgo. Foto del autor.
El One O´Clock Gun a la espera de ser disparado. Castillo de Edimburgo. Foto del autor.



Ya nos encontramos en el patio interior del castillo, aquí contemplamos las baterías de cañones de Mills Mount con vistas preciosas de la ciudad. En la punta más alejada de esta veremos el One O´Clock Gun, un reluciente cañón de la IIª Guerra Mundial que se dispara todos los días a las 13:00 horas en punto, salvo domingos, Navidad y Viernes Santo. El primer disparo se efectuó el 7 de junio de 1861 y tenía como función indicar a los marinos del puerto, mediante su estruendoso sonido, que era la una de la tarde exactamente. Desde el 2001 lo efectúa esta batería de artillería de campaña de 105 mm.

Desde Mills Mount el camino empedrado asciende hacia la izquierda por Foog´s Gate hasta la parte más alta de la fortaleza, aquí encontraremos una diminuta capilla, que es también, el edificio más antiguo de toda la ciudad de Edimburgo, la capilla de Santa Margarita.
Es una sencilla estructura románica que se cree que erigió David I o Alejandro I en honor a su madre la reina Margarita, hacía 1130. Cuando Cromwell conquistó el castillo en 1650, se usó para almacenar munición hasta que la reina Victoria ordenó su restauración. En 1934 fue de nuevo consagrada, sus diminutas vidrieras de colores son de 1920.
En las murallas más cercanas a la capilla encontramos la batería Half Moon (media luna), con unas maravillosas vistas sobre la ciudad.


Capilla de Santa Margarita. El edificio más antiguo de todo Edimburgo.
Castillo de Edimburgo. Foto del autor.
Vistas sobre la ciudad desde la batería de Half Moon cerca de la capilla de Santa Margarita.
Castillo de Edimburgo. Foto del autor.
Batería de la Media Luna junto al edificio de la capilla de Santa Margarita.
Castillo de Edimburgo. Foto del autor.


Justo al norte de la capilla de Santa Margarita está el colosal cañón (para la época lo era) de asedio del S. XV, el Mons Meg. Se construyó en Mons, Bélgica, en 1449, rugió en batalla por última vez durante el asedio del castillo de Edimburgo entre 1571 y 1573 utilizado por los enemigos de la reina María de Escocia. Y en 1681, cuando disparó unas salvas por el cumpleaños del futuro rey Jacobo VII de Escocia y II de Inglaterra... reventó. Fue uno de los cañones más famosos de la Edad Media y daba prestigio a la Corona escocesa. Se trató de un regalo de Felipe III de Borgoña a Jacobo II rey de Escocia y llegó a sus tierras en 1457. Tras la revuelta jacobita de 1745 fue llevado a la Torre de Londres (exactamente en 1757) y no fue devuelto a su legítimo lugar, este castillo de Edimburgo, hasta 1829.
Por debajo del muro, al norte de la capilla, puede verse el jardincillo que fue cementerio de mascotas de los perros de los oficiales.


Vista del diminuto cementerio de mascotas junto a la capilla de Santa Margarita. El lugar más
alto de la fortaleza. Se aprecian parte de las lápidas en la parte baja de la foto.
Edimburgo. Foto del autor.
Maravillosa vista panorámica desde la parte más alta de la fortaleza, la capilla de Santa
Margarita, de la zona norte de Edimburgo, se aprecia el río Forth, los jardines, la calle
Princes, la estación de tren y el hotel Balmoral a la derecha de la foto y la New Town.
Edimburgo. Foto del autor.
Vista desde la parte más alta de la fortaleza, donde se encuentra la capilla de Santa Margarita,
de la zona nor-este de la capital escocesa. Se aprecia a la izq. de la imágen el Mons Meg, en la
parte más alejada de la muralla el "cañón de la una en punto" y al fondo el río Forth.
Edimburgo. Foto del autor.





El Mons Meg pesa 6 toneladas y podía lanzar piedras de 150 kilos a una distancia de 3,2
kilómetros. Tan solo se podía mover 14,5 kilómetros al día por la recua de caballos que
tiraba de él. Castillo de Edimburgo. Foto del autor.


El rey Jacobo II entra con su nuevo cañón "Mons Meg" al castillo de Edimburgo.
 Panel informativo en el patio del castillo de Edimburgo. Foto del autor.

Desde aquí nos dirigimos hacia los edificios más importantes del castillo en Crown Square, aquí se puede visitar el Scottish National War Memorial, el Royal Palace, el Great Hall y la exposición Prisons of War (prisioneros de guerra).
Esta plaza la domina el imponente santuario del Scottish War Memorial, donde se homenajea a todos los soldados escoceses caídos en las dos guerras mundiales y en conflictos más recientes, fue inaugurado en 1927. Enfrente está el Great Hall, que hizo levantar Jacobo IV (1488-1513), como salón de ceremonias y sede de las reuniones del Parlamento escocés hasta 1639. Luego fue utilizado como hospital y barracón para soldados. La reforma más reciente, un tanto ostentosa, ha sido realizada ya en el S. XXI.


Crown Square, al frente el Scottish National War Memorial, a la derecha el Palacio Real.
Castillo de Edimburgo. Foto del autor.


Las bóvedas del castillo, bajo el Great Hall, se usaban como despensas, panaderías y cárceles. Hoy están restauradas y han recobrado el aspecto que tenían en el S. XVIII, cuando sirvieron de prisión de los soldados capturados en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos y las guerras napoleónicas. Sus antiguas puertas de madera conservan las desesperadas inscripciones hechas en piedra de presos franceses y norteamericanos.


Figuras hiperrealistas en la zona de la muralla sobre las mazmorras. Muestra un ballestero (S. XV-XVI) y
su ayudante, probablemente su hijo al que le estaría enseñando el oficio (podría ser inglés o escocés,
 ya que el castillo cambió de manos en múltiples ocasiones y las vestimentas de los soldados
eran muy similares). Castillo de Edimburgo. Foto del autor.



El Palacio Real del castillo de Edimburgo parece de juguete. En él se
guardan los Honores de Escocia, las joyas de la Corona escocesa.
Foto del autor.


Y como edificio más importante tenemos el Royal Palace, que se construyó entre los S. XV y XVI y alberga una serie de piezas históricas que llevan hasta la "joya de la corona" del castillo de Edimburgo; una cámara acorazada con las Honours of Scotland (joyas de la Corona escocesa), estas son las joyas de la realeza más antiguas de Europa. La corona se hizo en 1540 con el oro de la que perteneció en el S. XIV a Roberto I de Escocia. Tras el Acta de unión de 1707 se guardó en un cofre junto con la espada y el cetro. Allí quedaron olvidadas hasta que se sacaron a la luz a instancias del novelista Sir Walter Scott en 1818.
Aquí también está expuesta la Piedra del Destino.


Sir Walter Scott encuentra en 1818 los Honores de Escocia; la Corona Nacional, la Espada y el
Cetro. Lámina informativa en el patio del castillo de Edimburgo. Escocia. Foto del autor.


La Piedra del Destino es un bloque de arenisca de 67x42x28 cms con oxidadas argollas de hierro a ambos lados. Durante 700 años, hasta que en 1996 con gran pompa y ceremonia se devolvió a este lugar, estuvo debajo de las posaderas de los reyes ingleses en sus coronaciones, desde Eduardo II hasta Isabel II en 1953. Esta piedra, sagrada para los escoceses y de gran simbolismo, la dejaron bajo el trono de la abadía londinense de Westminster donde fueron coronados durante siete siglos los monarcas ingleses.


Los Honores de Escocia y la Piedra del Destino. Las joyas de la Corona escocesa.
Lo puedes ver en el castillo de Edimburgo. 



La Stone of Scone era donde los reyes escoceses posaban los pies durante su coronación. En 1296, Eduardo I Longshanks ("piernas largas" os sonará porque es el rey inglés de la película Braveheart), la robó de la abadía de Scone, cerca de Perth, y se la llevó a Londres donde permaneció durante todos estos años como señal de subyugación de Escocia. En 1996 el gobierno conservador de Westminster visto su baja popularidad en Escocia gestionó su devolución antes de unas elecciones generales, pero no les valió el truco, Escocia no eligió a ningún diputado conservador.

En el edificio vecino veremos los Royal Apartments, aquí pasearemos por los aposentos donde María Estuardo dio a luz a su hijo Jacobo VI (1566-1625), quién uniría las coronas de inglaterra y Escocia en 1603.


Las habitaciones reales (Royal Apartments) del castillo de Edimburgo.
Foto del autor.
Lámina en el patio del castillo de Edimburgo que ilustra el nacimiento en 1566 del hijo de
María Estuardo reina de Escocia en estas estancias. Cuando obligaron a esta a abdicar se convirtió
en Jacobo VI de Escocia. Subió al trono Inglés como Jacobo I en 1603. Foto del autor.
Salimos de Crown Square y bajamos a la zona de los museos militares.
Castillo de Edimburgo. Foto del autor.

Tras salir de la Crown Square, nos dirigimos hacía los dos museos militares que nos cuentan la historia de diferentes regimientos escoceses que sirvieron en el ejército británico. El Royal Scots Museum y el National War Museum, entre estos dos, nos encontraremos con los barracones nuevos y la Casa del mandatario o Casa del Gobernador del castillo, construida en 1742. Dió la casualidad que el funcionario que ostenta este cargo llegaba en su coche oficial conducido por un militar y entraba en casa entre el alborozo y las fotografías de los turistas, algo a lo que debe estar más que acostumbrado.


El gobernador del castillo de Edimburgo llegando a su residencia oficial.
Foto del autor.

El National War Museum está dedicado a los soldados escoceses posteriores a la Act Unión (1707) y en él abundan las muestras de armamento de diferentes siglos, medallas, uniformes y recuerdos de campañas militares incluida la última de Afganistán.

Desde el balcón panorámico que tenemos frente al National War Museum contemplamos una de las mejores vistas sobre el suroeste de la ciudad de Edimburgo.


Vista del oeste de la ciudad de Edimburgo desde la muralla junto al National War Museum. Vemos
la cúpula de la Usher Hall, una sala de conciertos inaugurada en 1914. Edimburgo.
Foto del autor.





Estatua de Douglas Haig, mariscal de campo y primer conde Haig. Fue un destacado militar del
Imperio británico durante la Iª G.M. Dirigió la Fuerza Expedicionaria Británica en la batalla del Somme
y en la toma de Passchendaele. Nació en Edimburgo (1861-1928), apodado el Carnicero de El Somme
donde cayeron 300.000 soldados para conseguir un avance ínfimo. Pocas estatuas menos merecidas
que esta. National War Museum. Castillo de Edimburgo. Foto del autor. 



Cuadro "La Delgada Línea Roja" los casacas rojas del 93º Regimiento de Highlanders (500 hombres) aguanta
la línea en la batalla de Balaclava (guerra de Crimea) el 25 de octubre de 1854 frente a la carga de
la caballería rusa (2.500 jinetes). Campbell ordenó formar con 2 líneas de fondo obviando la
tradicional de 4 o el cuadro, así cubría un frente más amplio. Realizaron 3 descargas de fuego; a
730, 460 y 320 metros del galope desbocado de los rusos. Al ver solo dos líneas el general ruso
intuyó una trampa (que no había) y ordenó la retirada. De esta manera los escoceses salvaron el
campamento británico y la batalla. El cuadro lo pintó el escocés Robert Gibb en 1881.
Museo Nacional de la Guerra. Castillo de Edimburgo. Foto del autor.



Gaitas de guerra, kilts tradicionales, espadas de cesta escocesas y los tocados de cabeza
de diferentes regimientos escoceses pertenecientes al ejército británico de época del imperio.
National War Museum. Castillo de Edimburgo. Foto del autor.





Traje de gala de oficial escocés.
National War Museum.
Castillo de Edimburgo. Foto del autor.
Armas de fuego de los siglos XVIII
y XIX. National War Museum.
Castillo de Edimburgo. Foto del autor.





A la entrada del Royal Scots Museum. Castillo de Edimburgo.
Foto de Araceli Hidalgo.
Piquero de los Royal Scots.
S. XVII. Castillo de
Edimburgo. Foto del autor.
Royal Scots batalla de Waterlo
1815. Castillo de Edimburgo.
Foto del autor.
Royal Scots S.XXI. Afganistán.
Castillo de Edimburgo.
Foto del autor.
A la entrada del Royal Scots Museum. Castillo de Edimburgo. Escocia.



El Royal Scots Museum, muestra una colección de uniformes de época, carteles históricos, medallas, dioramas, armas blancas y de fuego y recuerdos de campañas de los Royal Scots y su sucesor el Royal Regiment of Scotland, su sede está en un edificio construido en 1900. Los Royal Scots fueron creados en 1633 y era el regimiento de infantería de línea más antiguo y de mayor rango en el ejército británico hasta que en 2006 se fusionó con otros regimientos escoceses creándose el Royal Regiment of Scotland.





Salimos del castillo de Edimburgo. Escocia. Foto del autor.
Nos despedimos del castillo de Edimburgo y como aún nos quedan un par de horas antes de que anochezca, vamos a recorrer parte de la Royal Mile, desde el castillo hasta el cruce con la calle Cockburn. El tramo que nos queda hasta el palacio de Holyrood lo dejaremos para mañana y para el próximo artículo.



- UN PASEO POR LA ROYAL MILE. DESDE EL CASTILLO A LA CATEDRAL.

Tras salir del castillo por la explanada nos encontramos con la calle Castlehill, al pasear por ella disfrutaremos de los edificios de piedra de esta estrecha calle medieval. A la derecha nos encontramos con el Museo del Whisky para todo aquel que tenga curiosidad de saber como funciona una destilería, las clases de whiskys que existen y su elaboración.

Un poco más adelante, en el edificio de la izquierda, nos encontramos con la atracción de La Cámara Oscura (Camera obscura and World of Illusions) ideal para ir con niños, está un poco "demodé", de hecho se inauguró a finales del S. XIX como lo último en juego de espejos, pero siempre asombra y saca una sonrisa a los más pequeños. Tras cruzar la rotonda de la iglesia Tolbooth Kirk entramos en la calle Lawnmarket.
Aquí podremos encontrar uno de los edificios más antiguos de Edimburgo. La Gladstone´s Land, un testimonio vivo de como eran las viviendas en el casco antiguo de la capital. A mediados de 1800 solo los más pobres vivían aquí por lo que la casa cayó en desuso. En 1934 las autoridades la restauraron en su antiguo esplendor y ahora se puede visitar por 7 libras la entrada.


Primer edificio nada más salir de la explanada del castillo de Edimburgo.
No falta el escocés o turista que le da el toque "highlander" al lugar.
Edimburgo. Foto del autor.



Lawnmarket en la Royal Mile. El águila dorada del edificio de la derecha es la entrada a Gladstone´s
Land. Edimburgo. Foto del autor.


El Deacon´s house cafe, lugares con encanto en Lawnmarket. Royal Mile de Edimburgo.
Foto del autor.

Seguimos bajando y nos encontramos con diferentes personajes, una señora que posa con una lechuza, un gaitero que viste a la vieja usanza y titiriteros que aglutinan a turistas y curiosos.

Un precioso búho con el que podemos hacernos una foto en la Royal Mile. Edimburgo.
Foto del autor.






La Royal Mile es todo un espectáculo, al fondo la torre de la catedral de St. Giles.
Edimburgo. Foto del autor.


La catedral de St. Giles es una visita obligada. Construida en el S. XII, es un edificio emblemático de la ciudad de Edimburgo. La iglesia actual data de finales del S. XIV siendo restaurada en el XIX. Está dedicada a san Gil, un santo muy popular en la Edad Media ya que era el patrón de los tullidos y leprosos. Su elemento más conocido es la característica torre en forma de corona real.


Catedral de St. Gilles y estatua a Walter Montagu Douglas Scott, político escocés (1806-1884).
Edimburgo. Foto del autor.
Interior de la catedral de St. Gilles Edimburgo. Foto del autor.
Plaza del parlamento, a la izquierda la catedral a la derecha los arcos del patio del ayuntamiento.
En primer término la estatua del economista y filósofo Adam Smith. Edimburgo.
Foto del autor.
Al otro lado de la catedral encontramos una de las atracciones más sobrecogedoras e impactantes de la capital. Nosotros no pudimos visitarla, pero si queréis saber como vivían los escoceses durante las terribles plagas de peste que asolaron estas estrechas calles en el S. XVII...no podéis perderos la Mary King´s Close.
La Mary King´s Close fue un importante callejón comercial en el S. XVII que hoy se encuentra tapiado por el edificio del ayuntamiento. Este edificio comenzó a construirse en 1753 sobre los cimientos de cinco callejones de la ciudad quedando sepultados por él y fue llamado la Royal Exchange.
Actualmente este complejo de callejuelas enterradas y congeladas en el tiempo desde hace casi tres siglos se la llama; la "ciudad subterránea" de Edimburgo. Al estar cerrado y tapiado a la libre circulación, con el correr de los años surgieron multitud de mitos y leyendas urbanas; sobre todo historias de fantasmas de víctimas de la peste.


Uno de los callejones que se pueden visitar en la Mary King´s Close.
Edimburgo.


Esta peste fue traída en las navidades de 1644 por barcos que atracaron en el cercano puerto de Leith provenientes de la Europa continental y que en sus bodegas transportaban las ratas y con ellas sus pulgas, transmisoras estas últimas de la bacteria Yersinia Pestis, causantes de la terrible peste bubónica.
Las casas con algún paciente se mantenían en cuarentena y ponían un lienzo blanco a su entrada. De esta manera podían llevarles víveres. 
Mary King´s Close fue reabierto al público en 2003 como atracción turística y en ella podemos experimentar como vivían, trabajaban y morían los habitantes de estas estrechas calles de Edimburgo en el S. XVII.
Tras estremecernos con las penosas condiciones de vida que aquí tenían los edimburgueses nos alejamos de la Royal Mile. Ahora se entiende mucho mejor los motivos para la construcción de la New Town.

Ya va anocheciendo. Nos volvemos al hotel bajando por Cockburn Street. Mañana será nuestro último día en Edimburgo, punto final a esta Escapada 2019 por Escocia.
Mañana recorreremos lo que nos falta de conocer de la Royal Mile, subiremos a la famosísima colina Calton y buscaremos esos rincones con encanto que se nos hayan podido escapar.

Os esperamos pronto en nuestro último artículo sobre Escocia. 




Próximo post: 16.11- Hasta pronto Edimburgo (y IV). Royal Mile (II).

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