martes, 7 de marzo de 2017

13.3- Tejeda (y II). Subida a Roque Nublo y Roque Bentayga.


28 de enero de 2017. Sábado.
Maspalomas. Gran Canaria.


En este segundo día por la montaña de Gran Canaria vamos a enseñaros las dos rutas más conocidas de todo el municipio de Tejeda. Las que nos hacen subir hasta la base del Roque Nublo y la base del Roque Bentayga.
Pero antes, vamos a conocer como se creo la Caldera de Tejeda, un territorio espectacular por su morfología tectónica y su historia.

La Caldera de Tejeda, en el centro de la isla, es una depresión circundada por riscos coronados por roques que alcanzan los 1.700 metros de altitud (Roque Nublo). Estos lugares, además de ser símbolos geológicos de la isla y sentimental para sus habitantes, también han sido centros de culto religioso de la población prehispana (Roque Bentayaga).
Este paraje tiene su origen en una inmensa caldera hundida, atravesada y moldeada por las aguas y rellenada por volcanes.


La belleza de los almendros en flor nos acompaña en la subida al Roque Bentayga.
Al fondo se ve el Roque Nublo. Caldera de Tejeda. Gran Canaria.
Foto del autor.


La visión de este paisaje queda irremediablemente grabada en la mente de todos los que la hemos contemplado, como ocurrió con el gran escritor y filósofo Miguel de Unamuno, quién calificó este escenario como el resultado de una "tempestad petrificada".
En este mágico lugar podemos contemplar desde el pico Teide en la vecina isla de Tenerife a los miles de almendros asilvestrados que, en su época de floración, enero y febrero, hacen obligada la visita al interior de la isla.

Los almendros aparecieron en la cuenca de Tejeda en el S. XVI, tras la conquista de la isla, adaptándose rápidamente a las condiciones geológicas y al clima de Gran Canaria.
En esos primeros años de conquista por parte de la corona de Castilla los colonos españoles plantaron olivos de los que sacaron buen aceite, repostería y una cultura de la almendra que se ha mantenido durante siglos.
Al trasladarse la población paulatinamente hacia la costa, sobre todo en la segunda mitad del S. XX, en busca de un mejor salario en los complejos turísticos, los almendros ocuparon de forma natural y progresiva los bancales de secano y regadío.
Los habitantes de esta comarca (desde Artenara a Valsequillo, incluida Tejeda y Ayacata) desarrollaron toda una cultura y una economía en torno a los almendros; fiestas, repostería, aceites medicinales, rutas a pie, industria carbonera; etc.
La Fiesta del Almendro en Flor se celebra desde hace casi medio siglo los primeros días de febrero en el pueblo de Tejeda.




- PRIMERA RUTA. SUBIMOS A ROQUE NUBLO.

Salimos un día más desde el Parador de Cruz de Tejeda. Por carretera tardaremos unos 15 minutos en llegar. Pasamos por Tejeda y nos dirigimos hacía la mole del Roque Nublo, no hay perdida, cada cruce que nos encontramos está perfectamente señalizado. Los almendros en flor siguen jalonando los bordes de la carretera, una maravilla para los sentidos y una tentación demasiado grande para cualquier cámara de fotos. 
El Roque Nublo es el hito geográfico de mayor valor simbólico de la isla, con casi 90 metros de altura. Ha inspirado infinidad de obras artísticas: "Lírica piedra lunar" o "Altar de mi tierra maga" (Néstor Álamo).


Parque Rural del Nublo desde el Mirador de la Goleta, junto al parking desde donde
nace la ruta que nos llevara a la base del roque. Caldera de Tejeda. Gran Canaria.
Foto del autor.

Llegaremos a un parking en las inmediaciones de la montaña. Tenemos una pequeña ruta a pie hasta la base de los últimos 90 metros del Roque, para llegar a su cumbre deberíamos escalar por sus paredes verticales. La altura total de esta montaña de origen volcánico es de 1813 metros. En la antigüedad, este monumento natural y su explanada fue muy utilizado como lugar de culto aborigen. Aquí también encontraremos el pico llamado Roque del Fraile.
La ruta a pie hacía la cima dura unos 40 minutos, es muy sencilla y disfrutaremos de unas vistas inigualables de todo el centro de la isla, no os lo podéis perder.


Comienza la ruta hacía el Roque Nublo junto al parking. Al fondo se aprecia la mole
que vamos a visitar, a su izquierda el Pico del Fraile.
Caldera de Tejeda. Gran Canaria. Foto de Araceli Hidalgo.

La geología moderna identifica la roca volcánica "brecha Roque Nublo", como el resultado de la consolidación de nubes ardientes, en un proceso de depósito y enfriamiento, producido en el 2º gran ciclo volcánico de Gran Canaria: "Ciclo Roque Nublo", que se desarrolló durante dos millones de años (desde 5,3 a 3,4 millones de años desde el presente). En esa era se generó un gigantesco estrato-volcán en el epicentro de la isla con una altura mínima estimada de 2.500 metros sobre el nivel del mar. Este edificio volcánico fue desmantelado por secuencias de cataclismos y fenómenos geológicos, quedando en pie solo los materiales más sólidos desgastados por la erosión del tiempo hasta modelar las formas que contemplamos hoy.


Roque Nublo desde el pinar.
Caldera de Tejeda. Gran Canaria.
Foto del autor.
En pleno pinar nos encontramos
con este curioso conjunto de
cuevas prehispánicas que servían
de almacén de grano. Caldera
de Tejeda. Gran Canaria.
Foto del autor.



























La primera coronación del Roque Nublo se realizó en 1932 por una expedición alemana.
La vegetación que nos encontraremos en la cumbre es un joven pinar canario de repoblación, matorral de retamas, codesos y salvias.


Ya nos queda poco para llegar a la base del Nublo. Lo peor de la caminata ya ha quedado atrás.
Caldera de Tejeda. Gran Canaria. Foto del autor.


Roque del Fraile, llamado así porque parece un fraile orando. Vista sureste desde la
explanada del Roque Nublo. Caldera de Tejeda. Gran Canaria. Foto del autor.
Vista hacía el oeste desde el Roque Nublo. A la derecha de la imagen se aprecia el Roque
Bentayga. Caldera de Tejeda en todo su esplendor. Gran Canaria. Foto del autor.

Llegamos a la explanada del Roque Nublo, las vistas en todas direcciones del centro de la isla son espectaculares. La mole del Nublo se alza ante nuestra vista y es fácil imaginar como debía intimidar a los antiguos aborígenes. Por todos los rincones de este lugar y en cada piedra se respira la magia de un paisaje natural inigualable.


La explanada del Roque Nublo desde la base del roque. Caldera de Tejeda.
Gran Canaria. Foto del autor.



Con la mole del Roque Nublo a nuestra espalda observamos la zona norte de la Caldera de Tejeda.
Vemos el pueblo de Tejeda al fondo, sus casas blancas apoyadas en la ladera de la montaña se
aprecian perfectamente. Gran Canaria. Foto del autor.
Con el Roque Nublo a nuestro lado, observamos la zona norte de la Caldera de Tejeda.
A la izquierda de la imagen el Roque Bentayga y al fondo, en la ladera de la montaña
vemos las casas blancas de Tejeda. Arriba en la montaña, Artenara.
Gran Canaria. Foto del autor.


Llegamos a la base del Roque Nublo. Impresiona esa mole de piedra que ha resistido 
innumerables cataclismos geológicos a través de los tiempos.
Caldera de Tejeda. Gran Canaria. Foto del autor.

 En 1987 fue declarado Espacio Natural Protegido dentro de la Red Natura 2000 europea y en la Red Canaria de Espacios Protegidos y en 1994 fue declarado Parque Rural. Asimismo forma parte de la Reserva Mundial de la Biosfera de Gran Canaria, declarada por la UNESCO en el año 2005.


El autor en el altar del Roque Nublo. En el suelo de esta roca se aprecia perfectamente
 un pequeño agujero excavado por los aborígenes en forma de circulo con una
acanaladura para realizar sus libaciones rituales. La vista desde el Roque Nublo es hacía el oeste.
El paisaje...de película. Caldera de Tejeda. Gran Canaria.
Foto de Araceli Hidalgo.



La explanada del Roque Nublo. Seguramente aquí los aborígenes celebrarían sus
festividades en honor a sus dioses. Nos encontramos exactamente en el centro
geográfico de Gran Canaria, con vistas inigualables hacía los 4 puntos cardinales.
Caldera de Tejeda. Gran Canaria. Foto del autor.


Este imponente monolito, producto de las erupciones más violentas que un volcán puede provocar, calculan los geólogos que equivaldría a la que destruyó Pompeya, era objeto de culto por parte de la población prehispana. El Roque Nublo formaba parte de los espacios sagrados de montaña de Gran Canaria, probablemente como hito de alineaciones astronómicas que determinarían su calendario agrícola o cultural. Para los actuales grancanarios es uno de sus orgullos naturales y para los visitantes un lugar de visita obligada que impresiona.


El Roque Nublo es una visita imprescindible para cualquier viajero que desee conocer el Alma
y la esencia de Gran Canaria. 



- SEGUNDA RUTA. SUBIMOS A ROQUE BENTAYGA.

Tras disfrutar de las vistas del Roque Nublo nos dirigimos hacía la segunda ruta a pie del día. Para ir a Roque Bentayga solo tenemos que seguir la carretera de vuelta a Tejeda. Llegaremos a un desvío y subiremos hasta un mirador con un pequeño parking. Aquí podemos disfrutar, antes o después de la subida al roque, del pequeño pero instructivo museo del Bentayga.


Roque Nublo desde el Roque Bentayga. Los almendros florecen en enero y febrero
haciendo de este lugar un paisaje precioso cuajado de rosas y blancos.
Caldera de Tejeda. Gran Canaria. Foto del autor.



La vista del Roque Nublo desde Roque Bentayga es espectacular. El pueblo de Tejeda se
ve al fondo tras el árbol de la parte izquierda de la foto.
Caldera de Tejeda. Gran Canaria. Foto del autor.


Vista del Roque Nublo y el pueblo de Tejeda desde el Roque Bentayga. Inolvidable imagen.
Caldera de Tejeda. Gran Canaria. Foto del autor.

La Sierra del Bentayga alberga los restos de dos grandes núcleos poblacionales aborígenes. Uno en Cuevas del Rey, principalmente en su cara norte, y otro en el Roque Bentayga, que ocupa ambas caras, si bien la sur es más importante. Entre ambos está el Roque del Camello, un espacio donde parece primar el uso funerario.


Roque Bentayga desde el parking. La subida a la base del roque es muy cómoda.
Unos veinte minutos caminando. Caldera de Tejeda. Gran Canaria.
Foto del autor.
Ya nos queda poco para llegar a la base del Roque. Desde aquí se aprecia perfectamente
la muralla, el último reducto de defensa de los aborígenes en su lugar de
culto más importante. Caldera de Tejeda. Gran Canaria. Foto del autor.

Los poblados están formados por cuevas labradas con picos de mano hechos de basalto en rocas volcánicas blandas como tobas o conglomerados. Las cavidades aparecen a distintas alturas siguiendo una distribución de usos que revela una intención premeditada de planificar la zona ocupada.
Junto a los espacios habitables, encontramos silos y graneros destinados a almacenar los excedentes de producción agrícola, otras cavidades para enterramientos y manifestaciones rupestres: cuevas pintadas, grabados tanto al aire libre como en espacios interiores o rituales.
El patrón de ocupación que muestra la Sierra del Bentayga aparece en otros lugares de la cuenca de Tejeda. Es una auténtica estrategia de utilización del territorio y sus recursos: las áreas habitadas están en un lugar donde se intenta preservar el suelo apto para el cultivo o el pastoreo, escaso en un espacio tan abrupto como la cuenca de Tejeda.

La subida al Roque Bentayga comienza en su pequeño parking, aunque se puede aparcar junto a la carretera y subir andando hasta aquí en una ruta un poco más larga.
Una vez aparcados no debemos dejar pasar el Museo que alberga la base del aparcamiento, como nos dijo nuestro amigo Flavio en la oficina de turismo de Cruz de Tejeda, hay mucha gente que no se da cuenta de que está ahí y se lo pierde.
Comenzaremos a subir por el sendero de piedra y tierra y lo primero que nos llama la atención antes del último tramo es la muralla de defensa que protege el tramo final al Roque.
Este lugar era esencialmente una especie de templo al aire libre. Y esta precaria muralla de piedras superpuestas debió de ser la última línea de defensa antes de que el monte fuera conquistado por los españoles. La Historia se palpa en cada roca de este lugar.


Para subir y bajar del último tramo de ruta, atravesaremos el acceso de la muralla
de defensa de la fortaleza del Bentayga. Las vistas son impresionantes. Es entendible
que este lugar fuera un lugar sagrado para los habitantes prehispánicos de la isla.
Al fondo se ve el Roque Nublo. Caldera de Tejeda. Gran Canaria.
Foto del autor.
Seguimos subiendo entre las rocas y llegamos al lugar más sagrado de la isla. El altar que labraron en la roca los aborígenes se puede contemplar perfectamente. Un cuadrado casi perfecto que termina en un círculo excavado en el suelo, donde se vertía la sangre de los sacrificios de animales y las libaciones en honor a los dioses del panteón aborigen.

Además, si nos fijamos, veremos en la cabecera del altar, en lo alto de la roca, una hendidura en forma de "V" por la que entraría el primer rayo de sol de la mañana, al estar ubicado perfectamente hacía el este. Este primer rayo de sol incidiría en el altar excavado en la roca y probablemente sería el momento de la celebración diaria de la salida del sol por parte de los sacerdotes del Roque Bentayga.


Altar en la cumbre del Roque Bentayga. La "V" de la roca que mira al este se aprecia perfectamente.
Al fondo el Roque Nublo. Caldera de Tejeda. Gran Canaria. Foto del autor.



El círculo donde se vertían las libaciones en las
ceremonias sagradas que se hacían en el Roque
Bentayga. Los rayos de sol al amanecer atravesarían
la "V" de la roca e incidirían en este punto.
Caldera de Tejeda. Gran Canaria.
Foto del autor.


Y si esto no es parece suficiente para imbuiros de Historia y sentiros un auténtico aborigen grancanario, aún nos queda por visitar los "aposentos" del sacerdote. Justo detrás del altar y al pie del abismo, encontramos una pequeña oquedad perfectamente excavada en la roca en la que caben (un poco apretaditos) dos personas tumbadas. ¿serían los aposentos del sumo sacerdote? ¿sería el "sancta sanctorum" del templo? ¿el lugar donde guardaban sus reliquias sagradas? ...
Es emocionante visitar, practicamente intacto, un lugar con tanta Historia desde que era utilizado por los habitantes del Bentayga.


El autor en los "aposentos del sacerdote" del Bentayga. No lo parece en esta foto pero la
entrada de la cueva se asoma a un abismo no apto para los que tengan vértigo. Hay que
ir con cuidado al entrar. Caldera de Tejeda. Gran Canaria.
Foto de Araceli Hidalgo.

Después de sentirnos unos auténticos "Indianas Jones en el Templo del Bentayga" volvemos a bajar por el sendero, en el último tramo, antes de llegar a la muralla nos ayudaremos de una cuerda que esta empotrada en la roca, tanto para subir como para bajar, no tiene mucha dificultad. Cualquiera puede subir hasta esta pequeña fortaleza natural donde se respira la magia de la Historia de Gran Canaria. Es un lugar que impresiona.


Último tramo del sendero a lo alto del Roque Bentayga. Al fondo el Roque Nublo. Los dos
hitos naturales e históricos más espectaculares de Gran Canaria. Caldera de Tejeda.
Gran Canaria. Foto del autor.



El pequeño museo del Roque Bentayga. Caldera de Tejeda. Gran Canaria.
Foto del autor.


Nos despedimos del Roque Bentayga y sus almendros en flor. Una imagen inolvidable
de la belleza natural del centro de Gran Canaria. Caldera de Tejeda.
Gran Canaria. Foto del autor.




Tras bajar del Roque Bentayga vemos como el día va terminando, ha sido una jornada llena de naturaleza, paisajes increíbles, historia en vivo y pequeñas sorpresas arqueológicas.

Con este segundo artículo termino los dos dedicados a la montaña de Gran Canaria. Un lugar poco conocido por el turista común, ya sea nacional o extranjero y que merece un poco más de atención por parte de los que visitamos Gran Canaria. Además la comarca esta perfectamente cuidada y sus habitantes tratan con fervoroso mimo todos sus tesoros naturales, históricos y arqueológicos.
Una maravillosa sorpresa para todo aquel que espera de la isla de Gran Canaria, unas fantásticas playas, un sol casi eterno, una capital con mucho encanto y todos los servicios de una gran ciudad. 
Además de todo eso, encontraremos en la comarca de Tejeda la montaña de Gran Canaria, un paraíso para disfrutar.





- Próximo post: 13.4- Finca Condal de la Vega Grande. Historia viva de Gran Canaria.

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