domingo, 26 de noviembre de 2017

14.5- Budapest (II). Bastión de los pescadores, parlamento y barrio judío.

7 de octubre de 2017. Sábado.
El Astillero. Cantabria.


Mayo de 2017. Budapest. Hungría.


Hoy nos despertamos con un sol precioso en la capital húngara, vamos a pasear por la orilla del Danubio, visitaremos el Bastión de los Pescadores, disfrutando de las vistas del edificio del parlamento, pasearemos por la isla Margarita y para terminar nos perderemos por el barrio judío, unas calles con mucha vida donde disfrutaremos de locales con encanto, barrios históricos, zona de copas, restaurantes donde se fusiona la cocina húngara con la judía y muchos rincones donde veremos transcurrir la vida cotidiana de los habitantes de la capital húngara.



- BASTIÓN DE LOS PESCADORES.

Detrás de la iglesia de Matías junto al Palacio Real se halla el Bastión de los Pescadores. Podemos llegar andando, en autobús o en uno de los tranvías que recorren la orilla del Danubio. Se puede acceder a todo el bastión, salvo a un pequeño sector elevado para el cual no vale la pena pagar la entrada, ya que en el tramo intermedio hay un café panorámico de libre acceso. El edificio es un precioso conjunto de torres y pasadizos que constituyen un excelente mirador desde el que se obtiene una de las mejores vistas panorámicas del Danubio y del conjunto de Pest.


Llegamos al Bastión de los Pescadores. Budapest. Hungría. Foto del autor.


Recibe este nombre, porque en este lugar estaba situada la lonja de pescado durante la Edad Media. El actual Bastión, construido en 1905 como mirador, está compuesto por siete torres blancas cónicas que representan las diferentes tribus magiares. Desde lo alto de una de las torres, la que está al lado del restaurante y desde la zona de la plaza de la estatua del rey, se pueden observar unas maravillosas vistas del Danubio, del Parlamento y en la zona izquierda veremos la isla Margarita y el puente que cruza frente a ella.





Vista desde el Bastión de los Pescadores del Parlamento y de la isla Margarita. Budapest.
Foto del autor.


Vistas del Danubio desde la plaza del Rey San Esteban I. Podemos apreciar el Parlamento y a la
izquierda el puente junto a la isla Margarita. Budapest. Foto del autor.
Vista del Danubio desde el Bastión de los Pescadores. Se observa el puente de Las Cadenas.
Budapest. Foto del autor.



En la parte baja del bastión se observa una estatua de Janos Hunyadi, uno de los caudillos militares que más luchó contra los turcos, y una reproducción de la estatua de San Jorge, cuyo original, del siglo XIV, está en Praga; en la superior se halla otra estatua, igualmente ecuestre del rey San Esteban I. En esta misma plaza podemos encontrar a un cetrero con un magnífico ejemplar de águila, así creí entender al cuidador. por un módico precio los visitantes al Bastión de los Pescadores pueden sacarse fotografías con tan maravilloso animal. Me encantan las aves rapaces, me parecen uno de los animales más bellos y majestuosos que existen.


El autor con el ejemplar de águila que, como atracción para los turistas podemos encontrar
en la plaza donde se alza la estatua ecuestre de San Esteban I. Budapest.
Foto de Araceli Hidalgo.



La torre principal del Bastión de los Pescadores.
Aquí esta el restaurante y en lo alto, una de las
mejores vistas de este monumento. Budapest.
Foto del autor.



Estatua del rey San Esteban I (975-1038) fue el primer rey de Hungría.
Bastión de los Pescadores. Budapest. Foto del autor.


Vista del Parlamento desde el Bastión de los Pescadores. Budapest.

Durante la noche el recorrido por el bastión es mucho más romántico. Romanticismo que rompe por completo el edificio que se sitúa al lado del mismo, el hotel Hilton. Su construcción en 1976 no estuvo exento de polémica, ya que destrozó una iglesia dominica del siglo XIII y un convento jesuita aprovechando parte de sus estructuras. El resultado es un edificio de fisonomía moderna que rompe la estética del resto de edificios de la Colina del Castillo, un auténtico horror arquitectónico.


Desde la torre del Bastión de los Pescadores se ve la iglesia de San Matías y en
la parte derecha de la foto una de las esquinas del hotel Hilton. Budapest.
Foto del autor.


El hotel Hilton esta contiguo a la Hess András tér, una plaza que lleva el nombre del impresor que publicó en 1473 el primer libro en húngaro.
En esta plaza se levanta una estatua de Inocencio XI como agradecimiento a sus esfuerzos para expulsar de Buda a los turcos en 1686.
En el número 3 de Hess András tér se encuentra la casa que fue la primera pensión de Buda, un edificio con estructura y elementos góticos y barrocos llamado el Erizo Rojo. Más tarde se utilizó como escenario teatral. En esta calle nos encontramos con casas que recuerdan su pasado medieval y renacentista, llena de palacetes y callejas laterales ocupadas por tiendas de recuerdos y restaurantes.


El casco histórico de Buda, la Colina del Castillo tiene las calles más antiguas de la ciudad.
Esta es la calle Fortuna que sale desde el Bastión de los Pescadores. Una zona llena de
edificios medievales con hoteles, tiendas de recuerdos y restaurantes con encanto.
Budapest. Foto del autor.


Desde el casco más histórico de Budapest vamos bajando de nuevo hacía el río. Cogemos un tranvía en la plaza Szell Kalman que, por la calle Margit nos lleva de nuevo al Danubio.



- UN PASEO POR LA RIVERA DEL DANUBIO. EL PARLAMENTO.


Desde la parte de Buda y al otro lado del río, el edificio que más llama la atención por su belleza es, sin duda, el Parlamento. Si de noche es espectacular por su iluminación, de día también tiene un encanto especial, como de cuento de hadas.
El Parlamento se construyó entre 1884 y 1902, y fue una demanda de la sociedad húngara, que clamaba por una sede destinada al autogobierno ya que hasta entonces habían pertenecido al Imperio Austrohúngaro y sus designios se decidían desde Viena.
La construcción del Parlamento se prolongó durante 17 años, siendo la mayor inversión de su época, con una media de 1000 obreros trabajando continuamente. El resultado fue un edificio de 268 m. de largo y 96 m. de alto con una estructura simétrica destinada a albergar el parlamento bicameral.


Paseando por el Danubio ante el edificio del Parlamento, una de las cosas ineludibles
que hay que hacer en Budapest. Foto del autor.
Vista del Parlamento desde el Bastión de los Pescadores. Budapest. Foto del autor.


Las partes más importantes del edificio la componen la escalera de Honor y el salón de la Cúpula, cuya ingeniosa estructura de estrella incrementa la sensación de amplitud. En el centro del salón se expone desde 1998 la corona real y otros símbolos de la monarquía.
En el Tesoro Real se incluyen; la corona, el cetro, la espada y la casulla. La corona es su tesoro más preciado, dividida en dos partes, esta decorada con piedras preciosas, perlas y esmaltes, la parte inferior es del S. X, llamada corona bizantina, y una parte superior, llamada corona latina, añadida en el S. XII.


Corona húngara de San Esteban I rey de Hungría (canonizado en 1038) en el edificio del Parlamento.
Budapest. Foto de internet.



El edificio del Parlamento desde la otra orilla del Danubio. Budapest. Foto del autor.


El salón de la Cúpula esta rodeado por diferentes dependencias que conducen al salón de Sesiones.
Esta gran sala en forma de herradura esta rodeada por una compleja estructura de palcos y galerías con unas ventanas que filtran una luz difusa sobre el espacio del salón.
En el hemiciclo, de excelente acústica, se encuentran los 438 sillones de los diputados y ministros del gobierno.
Frente al parlamento nos encontramos con el enorme edificio del Ministerio de Agricultura y el Museo Etnográfico.
Seguimos andando admirando el enorme edificio que vamos dejando atrás al otro lado del río y contemplamos el puente de la isla Margarita, nuestra próxima parada en este paseo matutino.


- ISLA MARGARITA.

En medio de una capital como Budapest, sorprende esta pequeña isla llamada "perla del Danubio". Situada entre el puente Margarita y el puente Arpad, tiene 2,5 kilómetros de longitud con 500 metros en su parte más ancha. Es un lugar perfecto para pasar una tarde tranquila lejos del bullicio urbano ya que todo el recinto está abierto a peatones, corredores y ciclistas. Los coches solo pueden acceder desde el puente Arpad hasta los hoteles situados en ese lado norte de la isla.

Hay lugares para hacer pic-nic, dos hoteles y servicio de alquiler de bicicletas, lo que no se puede es acampar. Desde el puente Margarita llegamos a la rotonda donde se encuentra el monumento del Centenario. Se levantó para conmemorar los cien años de unificación de las antiguas ciudades de Buda, Pest y Obuda. A pocos metros contemplamos la Piscina Nacional de Deportes. Siguiendo por el camino del centro nos encontramos con las ruinas del monasterio franciscano y la iglesia del S. XIII.


Vista del Parlamento y del Danubio desde el puente de la isla Margarita. Budapest.
Foto del autor.



Monumento del Centenario en la isla Margarita. Budapest. Foto del autor.


A 200 metros se encuentra la Piscina Palatina, un complejo de piscinas termales al aire libre con zonas verdes muy concurridas en verano. Cerca de aquí, esta la torre del Agua, cuya estructura octogonal asoma por encima de un anfiteatro donde en verano se representan óperas y obras de teatro. La torre fue levantada en 1911. Llegando al final de la isla encontramos el paseo de los Artistas, el convento de los Dominicos (S. XI) y la iglesia de San Miguel (S. XII). Antes de llegar por el norte al puente Arpad nos encontramos con el jardín de las Rocas, o jardín Japonés, un lugar muy cuidado lleno de estanques, cataratas, estatuas, puentes de madera y árboles enanos.


Tomando algo en la isla Margarita mientras contemplamos el Danubio. Budapest.
Foto del autor.


Después de una buena caminata por la isla Margarita nos tomamos una cerveza húngara en uno de los bares restaurantes que se encuentran a orillas del río. Un local con una terraza de madera interior muy amplia.
Cruzando el puente Margarita volvemos a Pest, nos vamos a comer al barrio judío, tanto andar nos ha abierto el apetito.



- EL BARRIO JUDIO DE PEST.

Este distrito de la capital húngara es un rectángulo comprendido entre las calles Károly, Kiraly, Erzsebet y Rákoczi cuyo interior conserva cierto sabor del Budapest de antes de la guerra (de la IIª G.M.). Sus viviendas se encuentran en un estado de conservación que deja bastante que desear pero poco a poco van siendo sustituidas por otras más nuevas y por desgracia, más impersonales. Pero aún estamos a tiempo de contemplar esos edificios que nos hacen sentir que volvemos a pasear por calles de los años 30. Además los bajos de sus edificios están llenos de locales y negocios llenos de vigor, nuevos aires y mezcla de lo antiguo y lo moderno. Regentados por una nueva generación de húngaros que quiere abrirse al siglo XXI, son un claro ejemplo que demuestra a los visitantes de Budapest que esta ciudad está viva y llena de ideas nuevas.


En uno de los solares que ocupaba uno de los edificios antiguos han habilitado un pequeño
parque para disfrute de las familias, barrio judío. Budapest. Foto del autor.


Un mercado del barrio judío recién reformado. Budapest. Foto del autor.

Hay que decir que la población judía de Budapest estaba plenamente integrada en esta ciudad y vivían por todos los barrios de la misma, es a raíz de la creación del gueto judío por los alemanes en 1944, cuando la mayor parte de la población hebrea de Budapest es forzada a trasladarse a esta zona.
En la actualidad, al margen de las tres sinagogas, no existen ya muchos vestigios del carácter hebreo del barrio. Por el contrario encontraremos multitud de casas desconchadas y con humedades, patios con castaños y locales en las plantas bajas con pequeños talleres, restaurantes de cocina judio-húngara, bares, pequeños comercios de alimentación, pastelerías, tiendas de ropa, etc.


Calle Klauzal en el barrio judío de Budapest. Foto del autor.


En la calle Karoly Körut contemplaremos la hermosa silueta con reminiscencias mozárabes de la Gran Sinagoga, la más grande de Europa y la segunda del mundo después de la de Nueva York. Fue construida entre 1854 y 1859 en estilo bizantino-morisco. Destruida por los nazis, se reconstruyó durante las décadas de los 50 y 60. En el ala izquierda de la Sinagoga se encuentra el Museo Judío y en el lateral se encuentra el Cementerio de los Héroes. En la IIª G.M. fueron asesinados 600.000 judíos húngaros.


Gran Sinagoga de Budapest en el barrio judío. Foto del autor.


Gran Sinagoga de Budapest con sus torres acabadas
en dos cúpulas bulbosas de cobre. Foto del autor.
Gran Sinagoga de Budapest, vista trasera. Hungría. Foto del autor.





Tras disfrutar de las calles del barrio judío nos disponemos a probar algo de su deliciosa comida. En estas calles hay muchos restaurantes donde se ofrece una variada carta en la que abundan los platos de origen húngaro y judío. Decidimos comer en el Kóleves, en la calle Kacinczy. Este establecimiento se encuentra en uno de esos edificios antiguos que necesitan una buena restauración pero esto también forma parte de su encanto ya que recuerda a esas casas de comidas de los años 30. Su variedad gastronómica ofrece platos del país y de la cocina hebrea, todos con un toque de modernidad ya que su personal es gente muy joven al que le gusta viajar para traer nuevas ideas y fusionarlas con los platos tradicionales del país.


Entrando al restaurante Koleves. Budapest.
Foto del autor.



El restaurante Koleves en el corazón del barrio judío de Budapest. Foto del autor.

Tras saciar el hambre nos perdemos por las calles del barrio hebreo, luego, cuando vaya cayendo la tarde, nos pasaremos por la zona de pubs y locales nocturnos que jalonan un par de calles peatonales que se cruzan en forma de cruz, la utca Dob y la utca Kertesz. En este lugar hay muchas terrazas, cervecerías, cafés, locales de comidas y restaurantes, un lugar ideal para los que quieran tomarse algo tras un día por la capital húngara.



Una de las modernas cafeterías en las calles del barrio judío de Budapest. Foto del autor.



Edificio en el barrio judío
de Budapest. Foto del autor.
Zona de copas en el barrio
judío de Budapest. Entrada a

la calle Dob por Roombach.
Foto del autor.




























Zona de copas en el barrio judío de Budapest, calle Dob. Foto del autor.
Tomando un café en la calle Dob, barrio judío de Budapest. Foto de Araceli Hidalgo.

Para terminar el día nos tomamos una cerveza en la zona de copas del barrio que se halla en la calle Dob que es toda peatonal. Una de las entradas la tenemos por la calle Rumbach Sebestyen, que es la calle donde está nuestro hotel, el Roombach.


Uno de los locales en la zona de copas del barrio judío calle Dob. Budapest. Foto del autor.


Por la noche las terrazas de la zona de copas de la calle Dob tienen mucho ambiente.
Turistas que visitan la ciudad y se alojan en el barrio judío se reúnen aquí para tomar
sus copas y cenar. Budapest. Foto del autor.
Pub Vicky Barcelona en la calle Dob del barrio judío.
Budapest. Foto del autor.



Tras cenar por la zona de copas nos vamos al hotel, por suerte lo tenemos muy cerca, ha sido un día intenso caminando a lo largo del Danubio, hemos acabado cansados pero muy satisfechos por todo lo vivido. Por eso, mañana nos lo vamos a tomar de relax visitando uno de los establecimientos termales más hermosos y conocidos de la capital húngara, los baños Szechenyi, situados en uno de los parques más bellos de Budapest.

¡¡¡¡No os perdáis el próximo capítulo!!!!


Próximo post: 14.6- Budapest (III). Una ciudad de termas y parques.

jueves, 12 de octubre de 2017

14.4- Viena (y III). Ayuntamiento de Viena y palacio Belvedere.

5 de agosto de 2017. Sábado.
El Astillero. Cantabria.


Mayo de 2017. Viena.

Hoy despertamos en una soleada capital de Austria, nos disponemos a pasar el último día visitando sus calles. Hemos tenido suerte con el tiempo, un sol maravilloso vuelve a brillar. La luz mañanera ánima a recorrer las calles del centro que aún nos quedan por visitar en esta monumental ciudad.
Pero antes, el desayuno-buffet nos espera, uno de los placeres de cualquier viajero antes de disfrutar del día que comienza. El del hotel One Wien Prater está genial.


Desayuno en la terraza del hotel One Wien Prater antes de disfrutar del último
día por Viena. Foto del autor.
Cogemos el metro en la parada del parque Prater, la línea U-2 nos deja en el centro, en Schottentor, al salir de la estación nos encontramos en una pequeña plaza con un jardincillo dedicado a Sigmund Freud.



-  AYUNTAMIENTO, TEATRO DE VIENA Y PARLAMENTO.

Empezamos a recorrer el tramo de la avenida Ring donde se erigieron los edificios de las instituciones públicas que rigieron los destinos de los vieneses y el resto de austro-húngaros en el siglo XIX, muy pocos intuían, en ese tiempo, los escasos años que duraría el imperio. Desde la plaza de la República hasta Schottentor se construyeron los símbolos del poder de la burguesía: el parlamento, el teatro, el ayuntamiento y la universidad.
La avenida del Ring lleva aquí los nombres del primer presidente de la República, Karl Renner Ring y del alcalde de Viena desde 1895 hasta 1910, Karl Lueger Ring.
Saliendo de la estación de Metro de Schottentor lo primero que vemos es la universidad de Viena, fue creada por Rodolfo IV el Fundador, en 1365, a imagen de la que Carlos IV había fundado en Praga pocos años antes.
Al quedarse pequeños los edificios del centro de Viena, en el S. XIX se erigió esta nueva universidad en estilo renacentista italiano. Klimt decoró el Aula Magna con alegorías de la Filosofía y la Medicina, pero los desnudos causaron tal escándalo que se quitaron.
Frente a la Universidad se eleva el monumento a Liebenberg, alcalde que organizó la defensa de Viena durante el primer asedio turco.


Monumento a Liebenberg frente a la universidad de Viena. Austria.
Foto del autor.


Detrás de ella se halla el único resto de las antiguas murallas, el bastión de Molker y algunas de las casas más antiguas de Viena; en Pasqualati-Haus vivió Beethoven entre 1804 y 1815. Allí hay hoy un pequeño museo en honor al compositor.


El Teatro del Pueblo (Burgtheater) frente a los jardines del ayuntamiento de Viena.
Austria. Foto del autor.


El siguiente edificio es el Burgtheater, antes se encontraba en la Michaelerplatz, pero se demolió para construir la fachada del palacio Hofburg. Las obras duraron 14 años y, antes de que concluyeran, en 1897, hubo necesidad de reformarlo por problemas de acústica. Como no se subsanó por completo, se optó por exigir a los actores que modularan su voz. Los actores del Teatro son funcionarios y el nombramiento de su director se discute en periódicos y cafeterías como si fuera el entrenador de un equipo de fútbol en la actualidad. Durante la 2ª G.M. el edificio sufrió severos daños y no fue reabierto hasta 1955. Su escalera, decorada por Gustav Klimt, es impresionante.


Jardines del ayuntamiento de Viena. Tiene muchísimos bancos de madera para poder disfrutar
de este pequeño pulmón verde de la capital austríaca.
Foto del autor.


Frente al Teatro, cruzando la calle se encuentran los jardines del ayuntamiento, adornados con fuentes y numerosas estatuas de personajes famosos de la ciudad: el pintor Waldmüller, los músicos Josef Laner y Strauss padre, filósofos y políticos. Tiene una zona central en la que, a lo largo del año, se celebran fiestas populares muy concurridas, como el escenario del concierto de verano que nos encontramos ese día y que estaban retirando. Además, en este parque se programan festivales de ópera, cine, música, pista de patinaje sobre hielo y un mercado de Navidad en invierno, con muchos quioscos y puestos de venta.


Fachada del ayuntamiento de Viena. En sus
jardines se celebran muchos conciertos y eventos.
Austria. Foto del autor.









































Fachada del ayuntamiento de Viena.
Austria. Foto del autor.
































Detrás del parque se alza el ayuntamiento neogótico, tiene un gran parecido a los edificios municipales de Holanda, como quería su arquitecto el alemán Friederich von Schmidt (1872-1883). Sobre la torre central se alza el Rathausmann, una figura de soldado de 3,5 metros de alto que eleva la altura del edificio por encima de las torres de la cercana iglesia católica del Divino Salvador.
En el interior del ayuntamiento destaca un gran patio de arcadas, en el que se celebran conciertos, y una sala de festejos, la mayor de Austria, donde también se celebran bailes, como el popular "Concordiaball" de la Asociación de Periodistas. En la parte de atrás hay una oficina de información turística. También tiene un sótano abovedado que se puede visitar de 11:30 a 15 h. y de 18 a 23:30 h. En esta bodega podremos disfrutar de cocina variada, buenos postres y cerveza austríaca.


Edificio del Parlamento austríaco de estilo claramente clásico. Viena.
Foto del autor.
Parlamento de Austria. Viena. Foto del autor.

Al lado de los jardines nos encontramos con el edificio del Parlamento, fue construido por el danés Teophil von Hansen entre 1873 y 1883 con líneas clasicistas griegas para expresar el respeto por la cuna de la democracia, aunque en este caso se tratara de una "democracia imperial". En las obras se emplearon materiales de todo el imperio. Treinta años después se colocó ante el edificio la fuente de Atenea, obra de Kar Kundmann. El edificio fue bombardeado durante la 2ª G.M. y reconstruido en 1956.


Detalle de la fuente de Atenea. Parlamento de Austria.
Viena. Foto del autor.




Fuente de Atenea frente al Parlamento. Viena. Foto del autor.



- IGLESIA DE SAN CARLOS BORROMEO.

En la Karlsplatz de Viena se encuentra el edificio barroco más importante de Viena, es la iglesia de San Carlos Borromeo (Karlskirche). Fue una promesa de Carlos VI al acabar la epidemia de 1713, el edificio se pagó con contribuciones de todos los estados de la monarquía austrohúngara.


Karlskirche, iglesia de San Carlos Borromeo. Uno de los monumentos imprescindibles de Viena.
Austria. Foto de Araceli Hidalgo.


Iglesia de San Carlos Borromeo con sus características
columnas que imitan la de Trajano en Roma.
Viena. Foto del autor.

Lo empezó a construir Fischer von Erlach padre en 1714, y la terminó cincuenta años más tarde su hijo. Las dos columnas trajanas que enmarcan la fachada, orientadas al Hofburg, miden 33 metros de altura, están decoradas con motivos de la vida del santo y rematadas por símbolos monárquicos: una corona y cuatro águilas cada una.
Desde el interior se puede subir en ascensor los 72 metros de altura que mide su grandiosa cúpula ovalada (80x60 m.), lo que permite contemplar los frescos de la glorificación del santo pintados por Rottmayr entre 1725 y 1730, y disfrutar desde la linterna, de la vista panorámica.
Ante la iglesia se halla un estanque con una escultura de Henry Moore "Hill Arches", donada por su autor a la ciudad. Detrás de Karlsplatz, en el edificio de la Secesión, empieza el Naschmarkt que describimos en el post anterior.



- DE CAMINO AL PALACIO BELVEDERE.

Dejando atrás la iglesia de San Carlos Borromeo llegamos a la plaza Schwarzenberg donde se encuentra el Monumento a los Héroes del Ejército Rojo. Se trata de una altísima columna semi-circular realizada a partir de mármol blanco que está coronada por una figura de doce metros de un soldado soviético.


Plaza Schwarzenberg. Viena. Foto del autor.


Se inauguró en 1945, año del final de la IIª Guerra Mundial. Conmemora la muerte de 17.000 soldados del ejército rojo durante la batalla de Viena durante la última gran guerra mundial.
Tras intensos combates callejeros, que duraron dos semanas, Viena cayó en poder de las tropas de Stalin el 14 de abril de 1945.
La figura del soldado ruso lleva un estandarte en una mano y un escudo en la otra. Ni que decir tiene que, ni a vieneses ni a austriacos les hace gracia tener este monumento en mitad de su capital. 


Monumento a los Héroes del Ejército Rojo. Viena. Foto del autor.


Pero el pasado es Historia y no les queda otra que aceptarlo ya que quitarla, sería ir en contra del Tratado Fundacional del estado Austriaco, una de cuyas cláusulas obliga al gobierno de esta nación a cuidar los monumentos soviéticos en su suelo. Los rusos fueron listos al obligar a los austriacos a incluir este punto en su "carta magna". 
La fuente que está a los pies del monumento señala el final del acueducto que trae agua a la capital vienesa desde los Alpes.

Desde la plaza subimos por la Prinz Eugen-Strabe hasta la entrada de los Palacios del Belvedere.
Este complejo fue construido como residencia de verano para el príncipe Eugenio de Saboya. El conjunto lo forman dos palacios (el de arriba y el de abajo), convertidos en museos, unidos por un inmenso jardín francés.


En los jardines del Palacio Belvedere posando con las "arpías" que lo habitan.
Viena. Austria.

Los museos que alberga este complejo son: el Museo de Arte Barroco austríaco, el Museo de Arte Medieval austríaco y la Galería de arte austríaco.
Entre el palacio bajo, Unteres Belvedere, utilizado como vivienda, y el alto, Oberes Belvedere, recinto de recepciones y fiestas, hay jardines barrocos, cascadas y terrazas en tres niveles.


Jardines del Palacio alto de Belvedere. Viena. Foto del autor.



Fachada del Belvedere (palacio alto). Viena. Austria. Foto del autor.


Ambos palacios fueron renovados en 1997 y convertidos en uno de los mejores museos de Viena (www.belvedere.at).
En el Unteres Belvedere se expone arte barroco, pintura austriaca de los siglos XVII y XVIII, esculturas y figuras grotescas. El pabellón de las cuadras se dedica al arte religioso medieval.


Pintura de Bernardo Bellotto (el Canaletto)  "Vista de Viena desde el Belvedere, obra de 1760.
Foto de internet.


Desde la terraza del palacio alto pintó Canaletto una vista de Viena que se conserva en el interior. Entramos en este palacio por la "sala terrena", en ella observaremos cuatro atlantes que sostienen la bóveda, de ahí arranca la escalinata, adornada con estucados de Bussi. En este palacio se exhibe la colección de la Galería Austriaca con obras de los siglos XIX y XX, como El beso y la novia de Gustav Klimt.


Los Atlantes de la Sala Terrena en la entrada del palacio alto Belvedere.
Viena. Foto de internet.


Detrás del Belvedere nos encontramos con el maravilloso jardín botánico de la universidad de Viena y el jardín alpino que tienen 8 hectáreas de terreno.


Jardín botánico de la universidad de Viena junto al palacio Belvedere. Foto del autor.


Estos jardines datan de 1754 cuando la emperatriz María Teresa de Austria fundó el Hortus Botanicus Vindobonensis, en él podremos disfrutar de 12.000 especies de plantas de 6 continentes. El edificio del Instituto de Botánica abrió sus puertas en 1905. Al final de la IIª G.M. todo fue destruido, incluyendo los invernaderos y sus jardines. Se reconstruyó años más tarde, en la actualidad los invernaderos no pueden ser visitados, en cambio los jardines son una maravilla para pasear y disfrutar de la tranquilidad y la salud que transmiten sus árboles y plantas.

Tras este relajante paseo por los jardines más bellos de Viena nos despedimos de la capital austriaca, Viena es una ciudad maravillosa para el visitante; hermosa, señorial y con muchos monumentos que disfrutar. Ideal para caminar o recorrerla en bicicleta y muy cómoda para visitarla en familia. No os la podéis perder.

Mañana volvemos en tren a Budapest para seguir disfrutando de una de las ciudades más hermosas y acogedoras de Europa.




Próximo post: 14.5- Budapest (II). Bastión de los Pescadores, parlamento y barrio judío.