miércoles, 22 de abril de 2020

16.09- EDIMBURGO (II). UN POCO DE HISTORIA. MUSEO NACIONAL DE ESCOCIA.

 Maspalomas. Gran Canaria.


Septiembre de 2019. Edimburgo. Escocia.



De la histórica Edimburgo hablaremos más adelante en este artículo. De la Edimburgo del S. XXI decir que es pródiga en establecimientos comerciales, boutiques, restaurantes que ofrecen gastronomías de todo el mundo y hoteles de último diseño. La capital escocesa combina como pocas su gran patrimonio histórico con los elementos de una nación moderna que la dotan de una identidad única.
Por este motivo Edimburgo tiene el apelativo de; "la Atenas del norte". 
Su imponente emplazamiento sobre la oscura roca volcánica, las colinas escarpadas y el estuario del río Forth, convierten a esta ciudad en un lugar muy especial.
Hay otros alicientes, además de la conocida Royal Mile; el castillo, el Museo Nacional de Escocia o la colina Calton; el viejo puerto de Leith, hoy transformado en un lugar turístico con muchos restaurantes, o el barrio residencial de South Queensferry, donde se encuentra uno de los puentes más grandes del mundo, que ya vimos en el artículo anterior. 
La región que rodea la capital, los Lothians también tienen sus propios atractivos; los campos de golf de East Lothians, las iglesias de Midlothian o los palacios y castillos reales en la comarca de West Lothian.



- EDIMBURGO. UN POCO DE HISTORIA.

La capital de Escocia lleva la historia a flor de piel, concretamente en la dura piel de roca volcánica de su Castle Rock. Desde su primera mención allá en el S. I d.C. por los romanos, hasta los conflictos entre señores de la guerra. Por aquí han pasado villanos medievales, nobles que luchaban por la independencia, campesinos que llegaron a héroes, y miles de historias personales que componen un interesante mosaico lleno de intrigas que llevaron a multitud de conflictos bélicos entre casas reales, nobles y plebeyos y católicos y protestantes.
Como hemos dicho, la primera mención a la capital escocesa viene de los romanos, que describen un castro fortificado sobre esta inmensa roca volcánica. Esta fortaleza de piedra y madera pertenecía a los britones de la tribu votadini y la llamaban Din Eidyn (fuerte de Eidyn).


Vista de la Castle Rock desde la calle Grassmarket. Aquí empezó todo.
Edimburgo. Foto del autor. 


En el S. V la villa fue atacada por el reino anglosajón de los bernicios (420- 634) fundado por los anglos en el noroeste de la costa inglesa. Cambiaron el nombre de la capital a Edim-burh, que en anglosajón significaba "Fuerte de Edwin". 
En el S. XII el antiguo poema Y Gododdin menciona las celebraciones de unos guerreros en el gran salón de Eidin. 
La primera mención de la ciudad como entidad separada del fuerte la encontramos en una proclama del S. XII (1124) del rey David I de Escocia, la cual otorga terrenos a la abadía de Holy Rood de Edimburgo.


Salón de Armas de la realeza escocesa. Castillo de Stirling. Foto del autor.


Esta proclama del rey David I implica que la existencia oficial de la ciudad se origina entre el año 1018 (cuando el rey Malcolm II arrebató la región de Lothians al rey de Northumbria) y el año 1124.
En está época ya eran habituales las incursiones inglesas, mientras estas se sucedían, los reyes escoceses trataban de establecer su autoridad sobre la fortaleza de mayor importancia estratégica del reino.
Un pequeño asentamiento fue creciendo en torno a la ladera que ascendía hasta el castillo, la actual Royal Mile. En el S. XII los edimburgueses ya tenían su propia moneda, lo que da idea de la creciente importancia que iba adquiriendo la ciudad.

En el S. XIV el rey escocés Robert the Bruce dotó a Edimburgo de un fuero especial y autorizó la anexión del puerto de Leith.


Pistolas de rueda escocesas del S. XVII concretamente la Nº6 de 1611
y la Nº8 de 1625. Museo Nacional de Escocia. Edimburgo. Foto del autor.


En 1707, la condición de capital escocesa le fue arrebatada cuando la Act Unión selló la incorporación de Escocia a Inglaterra. Pese a todo, la pérdida del poder político se vio mitigada por el desarrollo del Imperio británico. Edimburgo se benefició de esa prosperidad económica y se convirtió en un importante centro financiero, de inventores, educativo y filosófico, hogar de David Hume o Adam Smith.


Escudo de armas del Reino Unido tras la Act Unión, incluido el escudo
y la bandera de Escocia. Castillo de Edimburgo. Foto de Araceli Hidalgo.


Recuerdos de Waterloo. Capitán de caballería John Stone.
Museo Royal Scots Dragoons Guard del castillo de Edimburgo. Foto del autor.

A medida que la capital se fue extendiendo, los nuevos y más pudientes habitantes dieron la espalda al arcaico amasijo medieval de la Old Town (la ciudad vieja) y construyeron una New Town (ciudad nueva) totalmente planificada al norte, al otro lado del drenado y hoy inexistente Nor Loch.
Esta ciudad nueva tenía amplios bulevares, calles en retícula, plazas redondeadas con árboles y elegantes viviendas unifamiliares de piedra arenisca. Estas fueron las principales características de la New Town que en sus diferentes fases construyeron los arquitectos: James Craig (1739-1795), Robert Adam (1728-1792) y William Henry Playfair (1790-1857).
El ordenado estilo de la "nueva ciudad" estaba en las antípodas de la insalubre y destartalada Old Town, lo que contribuye a subrayar la peculiar dualidad que desde hace siglos se da en el corazón de Edimburgo.


Mapa de 1836 de Edimburgo. En él se aprecia perfectamente la ciudad vieja, con la roca redondeada
del castillo de Edimburgo en medio y los nuevos edificios perfectamente trazados de la New
Town. Lámina en el hotel 28 York Place, foto del autor.



La Wylam Dilly, la locomotora a vapor más antigua del mundo (1813-1814) que se exhibe en el
Museo Nacional de Escocia. Su "hermana" la Puffing Billy se exhibe en el Museo de Ciencias de
Londres. Edimburgo. Foto del autor.


Recuerdos de combatientes escoceses en la IIª G.M. bandera nazi y japonesa, condecoraciones,
fotografías, armas blancas...Museo Royal Scots Dragoon Guards del castillo de Edimburgo.
Foto del autor.

Las dos guerras mundiales hicieron mucha más mella en su población masculina que en la propia ciudad, ya que la falta de desarrollo industrial en comparación con otras urbes escocesas, evitó que fuera bombardeada intensamente durante la IIª G.M.
Nada más acabar la guerra, en 1947, con el nacimiento del Festival de Edimburgo, encontró la mejor manera de promocionarse internacionalmente.
Cuando el petróleo escocés del Mar del Norte empezó a generar billones de libras para la economía británica, en las últimas décadas del S. XX, renació el deseo de independencia nacional que llevaba mucho tiempo aletargado.
Esta aspiración va dando pasos, en 1997 se realizó un referéndum que otorgó una sólida mayoría para el restablecimiento de un Parlamento Nacional. En 1999 fue inaugurado y en 2004 trasladado a Holyrood, donde contemplamos el nuevo edificio, demasiado moderno para mi gusto y el de muchos. 

Tras conocer la historia de esta fascinante ciudad, vamos a pasearla y, en este primer día completo en ella, conoceremos uno de sus atractivos culturales más representativos, el Museo Nacional de Escocia.


Desde la habitación de nuestro hotel el "28 York Place" se tiene una panorámica
espectacular de la New Town al norte y la bahía del río Forth. Edimburgo.
Foto del autor.


- PASEANDO DESDE LA NEW TOWN A LA OLD TOWN.

Salimos de nuestro hotel en la céntrica calle York y pasamos al lado de otro de los buques insignia museísticos de Edimburgo. La Scottish National Portrait Gallery, la galería victoria de notables escoceses.
Esta galería la encontramos al final de la Queen Street y alberga, como su propio nombre indica, la colección nacional de retratos de las figuras más importantes de Escocia. Aunque no todas las obras han sido realizadas por escoceses. También podremos contemplar aquí la colección nacional de fotografía escocesa.


El maravilloso palacio de estilo Gothic Revival, de la Galería Nacional Escocesa del
Retrato. Edimburgo. Foto del autor.
Subimos por el lateral de la Galería de Retratos de Escocia. La calle St Andrew es un buen
ejemplo de movilidad urbana en su capital. Muy cómodo para recorrerla.
Edimburgo. Foto del autor.


El edificio, como veis, es espectacular, una construcción de estilo gótico, hecho con ladrillos de arenisca roja, diseñado por Robert Rowand Anderson y que se levantó entre 1885 y 1889.
La colección del museo no solo incluye pintura, también podremos contemplar; esculturas, miniaturas, medallas, monedas, dibujos y acuarelas. La entrada es gratuita y teniéndolo tan cerca, al final no pudimos visitarlo, una pena. Lo dejaremos para el próximo viaje a Edimburgo.
Bajamos por St Andrew Street para llegar a la plaza del mismo nombre. St Andrew Square comenzó su construcción en 1772 como primera fase de la Ciudad Nueva. Cuando en el S. XIX terminó su construcción se convirtió en uno de los lugares más deseados para vivir por las familias pudientes de la ciudad. 
Al acceder a ella veremos enseguida la columna estriada del monumento Melville conmemorando a Henry Dundas, primer vizconde de Melville (1742-1811). Durante muchos años dirigió casi en exclusiva la política escocesa, de tal modo que fué apodado: Rey Harry el Noveno, el Gran Tirano y el Rey sin Corona de Escocia.


St Andrew Square y el imponente monumento a Melville. New Town de Edimburgo. Foto del autor.
St David Street desde St. Andrew Square. Al fondo, el monumento a Scott en Princess Street.
Edimburgo. Foto del autor.

En el lado este de la plaza observaremos la impresionante Dundas House, un palacio construido en 1774 para Sir Lawrence Dundas que en 1825 se convirtió en la sede del Royal Bank of Scotland.
Si desde esta plaza bajamos por St David Street veremos el famoso monumento a Scott, que ya conocimos ayer, así que, seguiremos por St Andrew para llegar a la arteria principal de Edimburgo, Princes Street. 


Hotel Balmoral, conocido hasta 1980 como North British Hotel. Edimburgo.
Foto del autor.


En esta calle es imposible no fijarse en el famoso hotel Balmoral, un lujoso establecimiento de 5 estrellas donde la famosa escritora J.K Rowling terminó de escribir el último libro de la saga de Harry Potter en 2007. Fue construido en 1902 y es uno de los iconos de la capital.
Un poco más adelante, cruzando la calle, nos encontramos con un edificio impresionante terminado en 1779, los Archivos Generales de Escocia, y protegiéndolo, la estatua ecuestre del Duque de Wellington (1769-1852). Wellington fue un gran militar, político y estadista británico de origen irlandés que tuvo una destacada participación en las guerras napoleónicas sobre todo en España. En el período de 1810 a 1814 ganó casi todas las batallas en las que se enfrentó a las tropas galas en territorio peninsular, liderando las fuerzas de la coalición luso-británicas y más tarde las hispano-británicas. Aunque tuvo acciones de pirata inglés como no pudo ser de otra forma. Rapiñó las obras de arte que José Bonaparte quería sacar del país por Vitoria, se negó a devolverlas y aún se conservan en su palacio londinense de Apsley House para oprobio y deshonra de él y todos sus descendientes. 
También bombardeó la Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro de Madrid y las manufacturas textiles en Bejar (Salamanca) ya que eran competencia directa de las inglesas. Por no hablar de los saqueos y violaciones que sus tropas realizan en multitud de poblaciones españolas, entre ellas Badajoz y La Coruña. Aún así, demostrando que los españoles somos "demasiado generosos" se le conceden las más altas condecoraciones nacionales.


Estatua del "pirata" Wellington delante de los Archivos Generales de Escocia.
¡¡¡Devuélvenos nuestros cuadros!!! Edimburgo. Foto del autor.
Cruzando el puente Norte nos dirigimos a la Royal Mile, al otro lado de las vías vemos
edificios de piedra espectaculares como el hotel Scotsman o la City Art Center. Edimburgo.
Foto del autor.


Desde Princess Street pasando por el lateral del hotel Balmoral cruzamos el puente del norte (North Bridge) para dirigirnos a la Royal Mile. El corazón del casco histórico de Edimburgo.
Tras cruzar el puente que salva las vías que llegan a la estación de tren de Waverley, subimos por la North Bridge Street y nos encontramos con una curiosa iglesia, la Tron Kirk. Esta antigua parroquia se construyó en el S.XVII y dejó de utilizarse como iglesia en 1952. Tras estar cerrada durante 50 años ahora se utiliza como centro de información y exposición del Patrimonio Mundial de Edimburgo, también contiene una tienda de libros y regalos. Sus fotografías de la historia de Edimburgo son espectaculares.


La Tron Kirk en la Royal Mile de Edimburgo. Una de las más hermosas
oficinas de información turística que verás en el mundo.
Escocia. Foto del autor.



Magnífica fotografía aérea de la Nueva Edimburgo, con sus barrios ajardinados y
con esas formas redondas y lineales y del Old Edinburgh que distinguimos partiendo
de la roca del castillo hacía la izquierda de la fotografía por ese apiñamiento de
edificios, que era la norma en la construcción medieval.
Foto del autor en el museo de la Tron Kirk. Royal Mile. Edimburgo.
Interior de la antigua iglesia de Tron Kirk, ahora un espacio de información sobre los
tesoros de Edimburgo. Os sorprenderá. Foto del autor. Edimburgo.

Desde Tron Kirk tenemos la opción de subir por la Royal Mile o seguir por la South Bridge, por esta última seguimos ya que queremos visitar el Museo Nacional de Escocia.


- MUSEO NACIONAL DE ESCOCIA.

Caminamos por South Bridge contemplando los escaparates de sus múltiples establecimientos comerciales, llegando a la esquina con Chambers Street, nos adentramos por ella y ya podemos contemplar el antiguo edificio que antaño fue el Museo de Escocia. Una muestra de arquitectura moderna que se las arregla para encajar con la antigua edificación del Museo Real. 


El antiguo Museo de Escocia, ahora parte del complejo del Museo Nacional de Escocia.
Foto del autor. Edimburgo.


El Gran Salón del Museo Nacional de Escocia.
Edimburgo. Foto del autor.
Primera sorpresa en el Museo Nacional
de Escocia, un autogiro.Edimburgo.
Foto del autor.






















Tras un ambicioso proyecto de renovación que se terminó en 2011, ambos museos se han fusionado en uno solo, conocido como National Museum of Scotland. En el edificio moderno, sus cinco plantas recorren la historia de Escocia: desde la llegada del hombre primitivo hasta los años en que se forjó la nación bajo las constantes invasiones inglesas, sin olvidar el importante papel de Escocia y sus habitantes en la ascensión y caída del Imperio británico. La exposición de historia termina en el año 1990. También hay amplias salas que nos muestran la Escocia moderna con docenas de vehículos y artefactos aéreos.
En otras salas veremos piezas de historia natural, arqueología, tecnología científica e industrial y artes decorativas del antiguo Egipto, el islam y el lejano oriente.


Tumba de María Reina de los escoceses (1606-1612) copia de la original que se encuentra en la
Abadía de Westminster (Londres). La tumba fue un símbolo de rehabilitación social muchos
años después de la ejecución de la soberana en 1587. Museo Nacional de Escocia. Edimburgo.
Foto del autor.
Arriba espada ancha con mango de cesta típicamente escocesa (aprox. 1570), abajo espada
Claymore en cuya hoja está la inscripción "Porta Pale" traducido del italiano "porta cuchilla" y
grilletes de hierro para presos. Museo Nacional de Escocia. Edimburgo. Foto del autor.



Espadas ceremoniales, de izq. a dcha:
Claymore del S.XVI, espada de ceremonias
del S. XV y espada a dos manos de las
Tierras Bajas del S. XVI. Museo
Nacional de Escocia. Edimburgo.
Foto del autor.
Animales disecados en el Museo Nacional de
Escocia. Edimburgo. Foto del autor.


























Historia de la aviación en el Museo
Nacional de Escocia. Edimburgo.
Foto del autor.






















Bólidos de Fórmula-1. Museo
Nacional de Escocia.
Foto del autor.

Historia de la motocicleta en el
Museo Nacional de Escocia. Edimburgo.
Foto del autor.






























Entre las piezas más importantes del museo nos encontramos con la Leona de Cramond (S. II d.C), una escultura romana abandonada en Edimburgo cuando los romanos emprendieron el regreso a su soleada Italia. Se halló en 1997 en el río Almond, en la zona oeste de Edimburgo. Así como 10 piezas talladas en marfil de morsa del valioso Ajedrez de Lewis (el resto hasta completar las 78 piezas de ajedrez del S. XII encontradas en 1831 en la isla de Lewis se hallan en el British Museum de Londres).


Uno de los tesoros del Museo Nacional de Escocia, las piezas de marfil del S. XII
del ajedrez de Lewis. Una maravilla. Foto del autor. Edimburgo.


Entre los objetos más modernos se encuentran la bicicleta de fabricación casera del "escocés volador" Graeme Obree. Héroe nacional con el récord de la hora en velódromo, que ya tiene valor porque lo hizo sobre una bicicleta construida con piezas de una vieja lavadora.


La oveja "Dolly" en el Museo Nacional de Escocia. Edimburgo. Foto del autor.
Máquina de vapor Nº 244 de Hawthorns Leith y Cía (1861) y detrás una destiladora de whisky de
la fábrica Glenfiddich, hecha en 1963. Museo Nacional de Escocia. Edimburgo. Foto del autor.
El Morris Mini Minor número 558 de 1959, su precio; 496 libras, construido en Cowley, Oxford.
Foto especialmente dedicada a mi hermano Fernando que es el feliz poseedor de un Authi Mini
1275 GT de 1972. Una maravilla mecánica que he tenido la suerte de disfrutar con él. Este "precursor"
se encuentra en el Museo Nacional de Escocia. Edimburgo. Foto del autor.

En el museo encontraremos multitud de animales disecados (entre ellos a la famosa oveja Dolly, primer mamífero en ser clonado por lo científicos del instituto Roslin de Edimburgo en 1997) y modelos a escala de locomotoras y barcos de vapor. La preciosa Grand Gallery (sala principal) ya es, de por si, una obra de arte.
También son notables la colección de objetos griegos y romanos, las momias egipcias y el totem indígena procedente de los indios norteamericanos. 
Para más información y compra anticipada de entradas: www.nms.ac.uk


Momias y retratos de momias de El Fayum, se denomina así al período de dominación romana sobre
Egipto, entre el S. I a.C. hasta las últimas producciones de este tipo de arte en el S. III d.C.
Museo Nacional de Escocia. Edimburgo. Foto del autor.



La Grand Gallery, la impresionante sala principal del Museo Nacional de Escocia, a la izquierda de la
fotografía en el primer piso está la cafetería, muy recomendable. Edimburgo.
Foto del autor.


Los diferentes pisos de la Grand Gallery en el Museo Nacional de Escocia. Edimburgo.
Foto del autor.

Nos despedimos del museo disfrutando por última vez de la Grand Gallery, la victoriana sala de techo acristalado rodeado de balcones y columnas de hierro forjado. Fue la sala principal del museo victoriano original. La diseñó en la década de 1860 Francis Fowke capitán del Cuerpo de Ingenieros Reales que además creó el londinense Royal Albert Hall y varias partes del Victoria and Albert Museum, también en la capital británica.
Comemos en Biblos un restaurante en la esquina de Chambers con South Street. Y nos disponemos a conocer una de las zonas con más encanto de la Old Town; la bajada de West Bow y la plaza Grassmarket.



- UN PASEO POR GRASSMARKET.

Nos dirigimos de nuevo a la Royal Mile, subimos hacía el castillo y en la rotonda de la iglesia de Tolbooth Kirk nos vamos por la Upper Bow, bajamos las escaleras que nos llevan a Victoria Street, la calle más "mágica del mundo". En este lugar se inspiró la escritora J.K. Rowling para crear el famoso callejón Diagon, donde los magos de las películas de Harry Potter acuden para aprovisionarse de todos los productos mágicos que necesitan. Aquí nos encontraremos con dos tiendas especializadas en la saga; Museum Context y The Boy Wizard.


Rotonda de la iglesia de Tolbooth Kirk, si seguimos por la derecha llegaremos al castillo de
Edimburgo, por la izquierda bajaremos por Johnston Terrace bordeando la colina del castillo
y por una pequeña calle que nos queda justo a la izquierda encontramos la Upper Bow, bajamos
sus escaleras y ya estamos en Princess Street. Edimburgo. Foto del autor.
Cafetería con encanto en Victoria Street. Edimburgo. Foto del autor.





Victoria Street, la calle que inspiró a J.K. Rowling su literario callejón Diagón.
Edimburgo. Escocia. Foto del autor.
Desde Victoria Street desembocamos en la plaza de Grassmarket. Edimburgo. Escocia.
Foto del autor.


Además de estas tiendas, Victoria Street nos ofrece pasear por una calle que se ha detenido en el tiempo, podremos disfrutar de librerías, tiendas de antigüedades y varios pubs y restaurantes.


Lo primero que nos llama la atención
al llegar a Grassmarket es la fuente
pública llamada The west-bow well,
que data de 1674 y fue erigida por el
ayuntamiento de la ciudad. Edimburgo.
Escocia. Foto del autor.
The Last Drop en Grassmarket.
Edimburgo. Escocia. Foto del autor.






























En primer plano el pub Maggie Dickson´s pub en Grassmarket. Una parada obligada para disfrutar
de una buena cerveza escocesa. Edimburgo. Foto del autor.


El autor disfrutando de una Tennent´s escocesa en The Last Drop.
Grassmarket. Edimburgo. Foto de Araceli Hidalgo.

Ya estamos en Grassmarket, la plaza adoquinada que en su momento albergó un concurrido mercado de ganado y donde los habitantes de la ciudad se congregaban para contemplar las ejecuciones públicas. Hay dos pubs que conmemoran esta "actividad" tan macabra, The last Drop (la última gota) y el Maggie Dickson´s pub, llamado así en recuerdo de una mujer ahorcada por brujería y que dicen que volvió a la vida cuando el carro del enterrador comenzó a traquetear llevando su cuerpo. 
El Shakespeare escocés, el poeta Robert Burns, escribió algunos de sus versos más memorables unas puertas más abajo, en la White Hart inn. Y si lo vuestro es la ropa vintage y de segunda mano, no podéis perderos este establecimiento; Armstrongs Vintage, es un auténtico espectaculo, mezcla de tienda de antigüedades, objetos raros y ropa usada de los años 60, 70, 80, 90...
Al final de la plaza contemplaremos también una de las vistas más bonitas de la roca del castillo.


W. Armstrong e Hijo reinventando el negocio desde 1840. Un clásico de Grassmarket.
Edimburgo. Escocia. Foto del autor.
Armstrong Vintage en Grassmarket. Todo un
espectáculo. Edimburgo. Foto del autor.
The Boy Wizard en Victoria Street.
Edimburgo. Foto del autor.






Maravilloso rincón, al final de Grassmarket, la esquina con las escaleras de Granny´s Green. Al fondo
el perfil del castillo de Edimburgo sobre su milenaria roca volcánica.
Foto del autor.



- NOS DAMOS UNA VUELTA POR LA NEW TOWN.

Como ya se nos echa la noche encima, vamos a aprovechar este par de horas que nos queda antes de volver al hotel para dar una vuelta por la New Town de Edimburgo.


Por Northumberland Street. New Town, Edimburgo. Foto del autor.


Dublin Street, en la New Town de Edimburgo. Escocia. Foto del autor.

Muy a menudo se pone a la capital de Escocia como ejemplo perfecto de planeamiento urbanístico gracias a su arquitectura georgiana y a su perfecta conservación. Recordemos aquí que, desde finales del S. XIV a principios del S. XVIII, la población de Edimburgo (aún confinada entre los muros de la Ciudad Vieja) pasó de 2.000 a 50.000 habitantes. La antigua ciudad medieval generaba muchos problema de insalubridad, enfermedades, incendios y derrumbes por su deficiente planificación. 
No había sistema de alcantarillado y los residuos eran arrojados a la calle desde las ventanas, el hedor que emanaba de sus calles era llamado eufemísticamente "the floo´rs o´Edinburgh" las flores de Edimburgo.


Drummond Place una de las calles redondeadas tan típicas del New Town de Edimburgo.
Foto del autor.


El diseño de la Ciudad Nueva fue obra de Robert Adam y su construcción comenzó en 1765, terminándose alrededor de 1850. En 1950 fue declarada Patrimonio Mundial de la Unesco junto con el Old Town. Su calle más famosa es Princess Street, alabada como una de las arterias comerciales más espectaculares de Gran Bretaña. Vamos a perdernos por esos barrios de formas redondeadas que nos recuerdan el universo literario de Sherlock Holmes y su calle de residencia, la londinense Baker Street.


Jardines de la Princesa desde Princes Street. Edimburgo. Foto del autor.



Desde Princes Street tenemos una maravillosa vista de la colina del castillo y de los jardines
homónimos. Edimburgo. Foto del autor.


Vista del castillo de Edimburgo desde la Princes Street y con el monumento a los Royal
Scots Greys en primer plano. Escocia. Foto del autor.




Estando en Castle Street tenemos claro porque le pusieron este nombre.
Cuando anochece la vista del castillo iluminado es preciosa.
Edimburgo. Foto del autor.


Volviendo a nuestro hotel después de un día muy intenso por Edimburgo. Buenas noches.
Escocia. Foto del autor.


El último paseo de hoy lo damos por Princes Street y las calles comerciales paralelas, anochece y ya es hora de volver al hotel.
Mañana nos espera uno de los platos fuertes de la Escapada a Escocia 2019, visitaremos el castillo de Edimburgo y nos daremos una vuelta por la Royal Mile.



Nunca dejéis de viajar, pero ahora quédate en casa, juntos superaremos el coronavirus. Mucho ánimo a todos y mil gracias a los sanitarios, fuerzas de seguridad, ejército, repartidores, basureros, camioneros, cajeras de supermercado y los que dais lo mejor de vosotros para superar, pese a todos los obstáculos, esta terrible crisis sanitaria.
Un abrazo muy fuerte a todos.



Próximo post: 16.10- Edimburgo (III). Castillo y Royal Mile.