domingo, 8 de marzo de 2015

6.3- Roma. Gallería Borghese, Termas de Caracalla, Piazza Navonna y más.

Miércoles, 20 de Junio de 2012. 1ª parte.
Roma.

Salgo del hotelito Appia a las 09:30. En Metro me dirijo  a la Gallería Borghese para contemplar la "reina de todas las colecciones privadas"...pero chasco, hay que reservar con días de antelación la visita, ya que los grupos entran cada dos horas. "Mea culpa" por no informarme bien.
Pero igualmente os hablaré de este maravilloso museo.
Esta ubicado en una mansión de recreo llamada el Casino o residencia de verano de la Villa Borghese (1613-1615).


El autor en Villa Borghese. Roma.

Las piezas reunidas representan los gustos personales del cardenal Scipione Borghese (1579-1633), sobrino del papa Pablo V.
Hay piezas de Bernini, Rubens, la impresionante Virgen de la Serpiente y 6 obras del inmortal Caravaggio. La colección ocupa dos plantas y un total de 20 salas lujosamente decoradas. En la planta baja se exponen sobre todo las esculturas clásicas. Lo más impresionante son las tallas barrocas del joven Gianlorenzo Bernini, auténticas maravillas en mármol que aún hoy nadie ha sido capaz de igualar. Una es "El rapto de Proserpina", su realismo es increíble, sobre todo en el detalle de la mano de Hades presionando el muslo de la joven, y su otra obra maestra en este museo es el "Apolo y Dafne".


El rapto de Proserpina de Bernini. Galería Borghese. Roma.
La mano de Hades presiona el muslo marmóreo de Proserpina.
Galería Borghese. Roma.
El Apolo y Dafne de Bernini en la Galería Borghese. Increíble.

En la 2ª planta se halla la pinacoteca, está repleta de obras maestras: el Descendimiento de Rafael, Amor sagrado y amor profano de Tiziano, La Piedad de Rubens, y obras de Bellini, Giorgione, el Veronés, Botticelli, el Peruggino, Caravaggio, Bronzino, etc.
Tal acumulación de obras de arte puede provocar en el visitante el "mal de Stendhal", para recuperarse, nada mejor que pasear por los magníficos jardines que rodean la villa.

Recuperándome del disgusto y pensando en que la próxima vez que vuelva a Roma la Borghese no se me escapa, vuelvo a coger el Metro para desplazarme a las míticas Termas de Caracalla.


- LAS TERMAS DE CARACALLA.

En sus época de máximo esplendor, estos baños del S. III d.C. daban cabida a 1600 personas. Cubrían 10 hectáreas e incluían entre sus instalaciones: bibliotecas, jardines, tiendas y centros de entrenamiento. Los fragmentos de mosaicos, estatuas y columnas esparcidas por el lugar contribuye a hacernos una idea de la antigua magnificencia de estas termas.


Recreación de las Termas de Caracalla. Roma. Foto del autor en un panel informativo.


Termas de Caracalla y sus impresionantes bóvedas. Roma. Foto del autor.
La altura de los edificios de las Termas de Caracalla es impresionante, aún en ruinas.
Roma. Foto del autor.

Fueron iniciadas por mi tocayo Antonius Caracalla e inauguradas en el 217 d.C. se utilizaron hasta el S. VI d.C. Tardaron cinco años en construirse.
En las termas se ubicaba también un "medio estadio". Estaba equipado con gradas que servían para ocultar las inmensas cisternas que había detrás con capacidad para 80.000 metros cúbicos de agua. Este agua que utilizaban las termas procedía de un ramal construido ex profeso desde el acueducto de Aqua Marcia. Las termas eran compartidas por ambos sexos. Es como si a un gran gimnasio de la actualidad le metiéramos un balneario y un centro comercial con un polideportivo, impresionante estos romanos.


El autor en una de las dos Palestras al aire libre donde los romanos entrenaban.
Termas de Caracalla. Roma.
La Basílica era el centro de las Termas de Caracalla, estaba cubierta
por bóvedas de crucería soportada por imponentes pilares.
Roma. Foto del autor.

Después de pasear por esas impresionantes moles de ladrillo imaginando como se ponían cachas y ligaban los romanos del S. III me dirijo al centro de Roma, dos de sus plazas con más encanto me esperan. La piazza del Poppolo y la piazza Navonna.


- PIAZZA DEL POPPOLO Y PIAZZA NAVONNA.

Esta grandiosa plaza (la del Poppolo) empezó a gestarse a principios del S. XVI en la convergencia de 3 calles, Vía di Ripetta, Vía del Corso y Vía del Babuino, que formaban una especie de tridente y eran la entrada principal a la ciudad desde el Norte. La plaza fue remodelada en estilo neoclásico en 1823. Las iglesias barrocas de Santa María dei Miracoli y Santa María in Montesanto son del S. XVII. Bernini participó en la decoración de la puerta de esta última en el S. XVII.


El autor en la Piaza del Poppolo ante el obelisco.
Roma.
Fuente en la plaza del Poppolo. Roma. Foto del autor.

En el centro de la plaza se levanta el obelisco del S. I a.C. traído por el emperador Augusto desde Heliópolis (cerca de la actual El Cairo) al Circo Máximo. En el S. XVI fue trasladado hasta la plaza donde me encuentro. Al este hay una rampa que lleva al monte Pincio desde donde hay una maravillosa vista de la ciudad.

La Piazza Navonna está rodeada de palacios barrocos. Esta hermosa y enorme plaza es uno de los lugares con más encanto de toda Roma. Fue en sus orígenes un estadio con capacidad para 33.000 personas construido por el emperador Domiciano en el 86 d.C. En 1477 se instaló aquí el principal mercado de la ciudad. Era el lugar preferido de los italianos en el S. XVII para pasear, conversar y representar espectáculos improvisados. 


El encantador embrujo de Piazza Navonna. Roma. Foto del autor.

Desde 1665 cada sábado y domingo del mes de agosto aprovechando su forma cóncava se inundaba la parte central cegando los desagües de sus fuentes, así se convertía en "El Lago de la Plaza Navonna". Esta "piscina" popular se suprimió en 1866.
En 1861, tras casi tres siglos, el mercado se trasladó a Campo de´Fiori. En 1968 se cerró el tráfico y adquirió el aspecto actual.


Pocos lugares tienen tanto encanto como la Plaza Navonna. Roma. Foto del autor.

El monumento más famoso y uno de los más espectaculares de Roma, es la Fontana dei Quattro Fiumi (Fuente de los 4 ríos). Obra maestra de Gianlorenzo Bernini, finalizada en 1651. Representa los ríos Nilo, Ganges, Danubio y Río de la Plata, simbolizando los 4 continentes conocidos de la época: África, Asia, Europa y América. Sobre la fuente se eleva un obelisco egipcio de época romana, el obelisco de Domiciano.


Fuente de los cuatro ríos. Plaza Navonna. Roma. Foto del autor.


El autor en la alegoría del Nilo de la fuente de
los cuatro ríos. Plaza Navonna. Roma.

Frente a la fuente se alza la iglesia de Santa Inés en Agonía cuya fachada fue diseñada por el rival de Bernini, Borromini. Se dice que la estatua que representa el Nilo en la fuente de Bernini se cubre los ojos para protegerse del "horror" que supone la fachada de Borromini. En realidad, significa que en esa época aún no se conocían las fuentes del río africano, además se finalizó la fuente dos años antes que Borromini tuviera relación con su trabajo en la iglesia.


Fuente de Neptuno. Plaza Navonna. Roma. Foto del autor.

En Piazza Navonna se halla también la Fontana del Moro (1576) proyectada por Giacomo della Porta y la Fuente de Neptuno del S. XIX. 


Sede del Instituto Cervantes en la Plaza Navonna. Roma. Foto del autor.


- MAUSOLEO DE AUGUSTO Y ARA PACIS.

Lo que ahora es un montículo de tierra en ruinas, fue uno de los monumentos más majestuosos de la antigua Roma. Lo ordenó construir el emperador Augusto en el 28 a.C. para albergar sus restos y los de sus descendientes. Nerva fue el último emperador en ser enterrado aquí en el 98 d.C. Originariamente estaba recubierto en mármol y en la Edad Media fue un fuerte. No se podía visitar.


Entrada al Mausoleo de Augusto en pleno centro de Roma. Foto del autor.



Lateral del Mausoleo de Augusto. Roma. Foto del autor.

El Ara Pacis fue un altar dedicado a la Paz levantado por Augusto en el S. I a.C. Conmemora sus victorias y la posterior paz, tanto en la guerra civil contra la facción del Senado que asesino a su tío, Julio Cesar, como en el exterior, contra el último gran pueblo libre que se le resistió: nuestros valerosos antepasados, los cántabros, a los que derrotó definitivamente en el 19 a.C. En este año consiguió la total conquista de la península ibérica, a los romanos les costó dos siglos de guerra a sangre y fuego. En cambio las Galias, un territorio equivalente, si no algo más amplio, le llevo 10 años a Julio Cesar su conquista.


Ara Pacis mandada construir por el emperador Augusto. Roma.



El  autor ante la entrada al Ara Pacis Augustae. Roma.

El Altar está rodeado por un muro de mármol con bajorrelieves de temática histórica (al norte) y mitológica (este y oeste). Es una de las obras más importantes de la escultura romana clásica, desde aquí el arte romano tuvo entidad propia alejándose de la inspiración de la Grecia clásica. No pude visitarlo al estar cerrado por restauración.

Me dirijo al Panteón de Agripa, aún quedan muchas maravillas por ver hoy.


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